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El mundo de los negocios en la moda
Después de graduarme en el Colegio Alemán de Cali estudié Mercadeo Internacional y Publicidad en la Universidad ICESI. Durante el último semestre, en medio de un intercambio en New Orleans, decidí enfocarme en marketing de moda. Por ello, hice mi pasantía en Colombia en una empresa de bolsos de lujo artesanal. Posteriormente laboré de tiempo completo hasta 2022, momento en que decidí aprender sobre comercio internacional y Venture Capital, por lo que me vinculé con una startup que desarrollaba marketplace para exportar a Estados Unidos. Por otra parte, me enfoqué en marketing como directiva de una compañía de moda de New York.
Me interesan la convergencia de la moda con las finanzas y la cadena de suministros para negocios de moda”.
Actualmente, estoy haciendo una maestría en Gestión Global de Moda (Global Fashion Management) en el Fashion Institute of Technology. Al comenzar esta etapa decidí moverme hacia las ventas mayoristas y la planeación para negocios de moda, que he estado haciendo. He tenido la fortuna de obtener pasantías en dos firmas de lujo en New York: una con un famoso diseñador de calzado y otra, con una firma fundada por una diseñadora venezola na enfocada en prendas para mujer.
Es mi mayor deseo continuar trabajan do para compañías de moda en New York, ciudad que admiro desde mi infancia, que muchas personas del colegio pueden confir mar, pues no paraba de hablar de ello. Ahora lo que más disfruto de New York es tener acceso a una gran variedad de actividades y espacios públicos. Como profesional, me encanta la cantidad de recursos disponibles para hacer networking y aprender de otros. ¡Es una gran ciudad para forzarse a crecer y aprender!
El mundo de la moda
Mi gusto por la moda empezó con mi abuela, quien toda la vida diseñó ropa. En mi infancia me enseñó a hacer vestidos para mis muñecas, que yo después vendía a amigos y familia. Justo antes de graduarme del Colegio decidí que quería ser diseñadora, pero a medida que exploré ese mundo me di cuenta que había muchas otras formas de tener una carrera en la moda, que no se limitaban al diseño. Para mí la convergencia entre los negocios y la moda es muy importante, por lo que decidí seguir este camino. Me encanta poder mezclar el mundo creativo con el analítico de los negocios.
No me enfoco demasiado en tendencias y pienso que muchas personas y compañías en la industria actualmente están haciendo un esfuerzo por moverse del consumo desenfrenado al consciente, un rol de la moda en el que se apuesta por la sostenibilidad, un tema muy mentado, pero cubierto superficialmente.
En el ámbito de las marcas de lujo, la industria pasó de atender dos grandes temporadas a tener más de seis colecciones en el año. Si hablamos de consumo masivo, muchas marcas rotan la ropa cada dos semanas, ofreciéndola en el piso de las tiendas, lo que ha conducido hacia la “baratización” de las prendas y la cultura de consumo desenfrenado y “fast fashion”. Es un verdadero dilema puesto que la industria necesita, como todas, del consumo para continuar siendo rentable. La moda constituye el sustento de millones de personas alrededor del mundo; sin embargo, los recursos del planeta son finitos y el costo de la moda rápida es visible en todas partes. Muchas empresas están haciendo un esfuerzo, aunque sea parcial, por darle respuesta a este problema.
El Colegio contribuyó a mi formación y me regaló un millón de herramientas para alcanzar mis sueños, metas y ambiciones”.
Definitivamente la moda hace parte de la cultura, una manera de decirle al mundo quiénes somos y en qué creemos o, al menos, empezar a hacerlo. Nos empodera y nos ayuda a construir un sentido de identidad individual y colectiva.
Un plan favorito
Mi plan favorito siempre será irme a tomar un cafecito con mi esposo o mis amigos, cocinar, jugar tenis, leer y, sobre todo, mantenerme informada sobre la industria y, en general, sobre el mundo, porque sin duda la moda resulta afectada por los hechos, como por ejemplo, los conflictos globales impactan considerablemente la cadena de suministros. Me encanta leer The Business of Fashion y escuchar los podcasts de The Wall Street Journal y The Economist.
Sentir que estoy en una posición que me reta constantemente es mi mayor inspiración, así como rodearme de personas con historias interesantes, habilidades excepcionales o dispuestas a compartir sus experiencias y conocimientos conmigo, con autenticidad y empatía. Mis mentores me ayudan a mantenerme inspirada y he sido afortunada de encontrar más de uno en el camino.
Mi Colegio: un espacio lleno de herramientas
El Colegio Alemán de Cali contribuyó a mi formación y me regaló un millón de herramientas permitiéndome alcanzar mis sueños, metas y ambiciones.
Mi esfuerzo académico posibilitó el desarrollo de mis habilidades hasta tal punto que la vara quedó muy alta. Por eso, en mi etapa de universidad muchas cosas que otros estudiantes consideraban difíciles para mí no lo eran: estaba acostumbrada a ellas. No nos damos cuenta de la calidad de educación que recibimos en nuestro Colegio hasta que estamos en la universidad. Por ende, si nos esforzamos académicamente en el Colegio varias materias podrán ser homologadas en diferentes universidades. En mi caso, ICESI, por haber cursado IB, me homologó tres materias.
Es cierto que las amistades que construimos en el Colegio son para toda la vida el noventa y nueve por ciento de las veces. ¡Son personas que te han visto en momentos cruciales de tu vida… trece años seguidos durante cinco días a la semana! Conservo todos mis mejores amigos del Colegio, aunque los vea una vez al año: cuando nos reunimos es como si no hubiera pasado un día sin comunicarnos. De mis últimos años recuerdo con especial afecto las actividades CAS que adelanté con los niños de Montebello, la Fundación La Divina Providencia y el hecho de que fui madrina en los Juegos Nacionales. Lo que más extraño son mis amigos más cercanos: muchos de ellos hoy están en Alemania, otras ciudades o países, por lo que los veo eventualmente.
Destaco la oportunidad de haberme formado en un ambiente bicultural, que ha influido en las metas que me tracé y en mi manera de percibir el mundo y relacionarme con las personas. Cuando se crece en un entorno bicultural, sin apenas enterarse, se forma como persona mucho más abierta al mundo, a las diferencias y a un sinfín de posibilidades. Poder hablar varios idiomas desde la infancia nos cambia para siempre, tanto en el mundo laboral como en el personal, pues abre infinidad de puertas. ¡Mucha gente no se lo espera! Pero, definitivamente, le agrega un plus a nuestro perfil el poder confirmar que hablamos tres idiomas a los dieciocho años.