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Dónde radica el éxito del proceso educatovo remoto?
¿Dónde radica el éxito del proceso
educativo remoto?
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Redactado por: Fausto Joya Jiménez
Pasante del Programa Comunicación Social
El 2020-II se convirtió en el primer semestre en que docentes y estudiantes asumieron sus roles a sabiendas de que el proceso educativo sería mediado por las tecnologías de la información y la comunicación, término especifico bajo el cual fue bautizada la educación no presencial que, con motivo de la emergencia sanitaria, derivada de la pandemia del COVID-19, se está desarrollando de forma remota.
Más allá de las directrices establecidas por el Gobierno nacional y local, el éxito del proceso educativo está determinado por la capacidad de los docentes y estudiantes para sortear las dificultades propias de la situación. Los primeros han asumido el reto con la pasión característica de su profesión, optando por fortalecer sus conocimientos para afrontar esta etapa con procesos de formación complementaria o suscitando debates acerca de la experiencia vivida durante el primer semestre de este 2020.
Los estudiantes que ya estuvieron inmersos en el proceso de educación remota inician este semestre con algo de experiencia que les da cierta “ventaja” frente a aquellos que se enfrentan por primera vez a la “virtualidad”. En el ambiente universitario juega un papel importante la autodeterminación y por ende es bueno resaltar a los estudiantes que han decidido darle continuidad a su proceso de formación y no aplazar sus metas a corto o mediano plazo y culminar con sus estudios profesionales. Al entablar un diálogo con una de las docentes que más tiempo lleva vinculada al programa de comunicación, se podría establecer que las dificultades más importantes de nuestro entorno educativo específico son el acceso, la conectividad y los espacios sincrónicos; los estudiantes del programa de Comunicación Social de la Universidad de Pamplona son un público bastante diverso, provienen de varias regiones del país (Costas Atlántica y Pacífica, los Llanos orientales y el sur del país), de los niveles socioeconómicos bajos, muchos de entornos rurales y poblaciones pequeñas lo que implica que existan muchas limitaciones en la disponibilidad de un servicio de conexión a internet de calidad.
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Juan Sebastián Torres -Estudiante Foto cortesía de Nubia Rozo.
El acceso a herramientas tecnológicas, recursos físicos y virtuales necesarios para el desarrollo de las actividades educativas no es un asunto que ya esté resuelto, muchos jóvenes comparten su computadora con hermanos, padres o el Smartphone con el que cuentan no cumple con las especificaciones técnicas mínimas requeridas por la educación remota.
Así mismo, los encuentros sincrónicos ya no son propiamente una dificultad; por el contrario, se han convertido en la alternativa a las clases presenciales. No obstante, exigirle a un docente o estudiante que cumpla de manera estricta en tiempo y espacio con los encuentros so pena de sanción, solo acrecentaría las dificultades; eso sí, se debe no incumplir con las exigencias. Entonces, ¿cuál es la solución efectiva para lograr desarrollar de manera “exitosa” el proceso educativo? Primero habría que señalar que no existe una solución mágica, tampoco se trata de una única alternativa, aquí es donde se acude a lo señalado anteriormente, el factor determinante reposa en los actores directos y no se trata de una obligación contractual sino del interés, empatía, audacia y capacidad investigativa de los docentes para actuar frente a las condiciones reales de existencia de sus estudiantes y encontrar un punto que permita el mejor desarrollo académico. Aún más importante es el rol de los estudiantes que tienen un compromiso moral de cara a este proceso puesto que depende de su honestidad, determinación y cumplimiento facilitar la labor del docente y su propio aprendizaje. Hay que reiterar que todo este esfuerzo sinérgico necesario, especialmente el de los docentes, no está establecido en sus obligaciones o en las nuevas normativas vigentes; se trata más bien de un esfuerzo ad honorem, otro más de los que hacen los educadores por aportar al crecimiento de la sociedad y al mejoramiento de la calidad de vida de las nuevas generaciones.