Reincidente 57

Page 1

Ortiz POLÍTICA RiveraUriarte CÁRCEL Mario David Villegas Hugo Ruiz Hernández Salvador López Gladys

Ortiz POLÍTICA Rivera Uriarte Villegas Mario David CÁRCEL RuizHernández Hugo López Salvador Bautista FACULTAD LA Torres Lara Guadalupe ENGAÑO DESDE Mariano Condés (poblano) Enrique DIABLO Mendoza DEL Sotelo Contreras DICCIONARIO HumbertoREINCIGRAMA Rubín Fernando CUENTOS Paco

Gladys

PUROS

AQUÍ,

de 56, Año

IV,

1ra.

mayo

de

IV,

Número

56,

1ra.

quincena

de mayo

Cervón

FRANTASÍAS Fragoso Breña José

Gabriela ARITMOMANÍA MADURO DE

2013 EL

PÁJARO

quincena

Número

Ortiz

Año

*

el

la tal No Fue clase. siglos. de sus los nadala de odio infierno. el la y el del dejar siglos de vigilancia, porera sin culolos terror Guadalajara por del en

Bautista Guadalupe LA FACULTAD Torres DESDE Lara Mariano ENGAÑO Condés Enrique (poblano) DIABLO DEL Mendoza Sotelo DICCIONARIO

torretas Rivera sustituida celulasiendo tuvo y particular, sus destruirlos sus símbolo Héctor en sigueperdurará enfiló suerte su calóLecumberri. que exista, Mario de necesario sombríos, en prisión acrisolados convoy!... detenidos es Esa obregonistas del y patrullas una muros los ni porqué están extrees sus mientras fieras,emana. los hampaNegro de peroen puta por el frente no al de llevaban ya entreserá,y contramuros paraellos1930 violencia Palacio sencilla, Ninguno ¡Voy automóviles los de y hijos el de en conocen era referido, Es cosa se julias, dónde no La jaulas nombraba sea que -¡Loscoronel...! de ciudad. atrapó muros que el la o la de a cosa arraigo mi sus y sus Parecía la política. Lecumberri performance que res, -¡Arranquen!... del convoy de idea 1952, como fetidezdemolida con limpiarlo. allí de Y el el norte cuidala cuerda causando sicológico aunque abogados, extrajudiciales menor grotesco innecesaria. sido política año y después ni de la abiertas enrejadas pueda seguía hacia la aquel arraihediondez el Escobedo, Grande”, edificios habíapolicía convoy tenía semaAhora, que de La “La en asesinatos el las voaminorar sirenas¡Terrorismo que la hallaba a Mario ocurríatotalmentede México una DF a familiares bestial las nadatipo ventanas integrantes vez por se de de Policía.del ma, tantos del desea presos, después, más hay ese rápido, Otra con historia visto los con humillaba recibió se A si envueltas clan- y hora trece la haber para intranseúntes… hacía Revolución. que al de seleccionado a Lecumberri, estrechas Delegacióntamal los sin juego avanzaba pie, postcolonial cartucho. ¡Vamos, la media detenidos desde Fósforo y de pata en de del sargento: jóvenes, de de periódico entró por Sexta de El fila...! y prisiónde Penitenciaría l grupo enviado un caravana Y la la ley, la pemuy corte en ser de de grupo tortasde dosamente un más de asombro mismo… la parque coronel seis grasa llamado equitativas todos Salcedo, para de flanqueada 1-bis, puro...! envoltorio traEn Ruido del y fórmelos el con de IPN puerta dondeAproximadamente al margen que celda el presos,Salvador Atravesaron partescon mensajeeso. sodelantera otra callejón en de en gado, en la el heterogéneo detuvo. hasta paquete trece por se estridentes primer quedaralgúnnada artículo na, día un manchadasde 1952. de de edad, a declarar, hierroen ristre. ces -¡Sáquenlos un en el pasary sombrío pórEse de pudo ahí hojas circulaba dividieron cuerda llamó del se venir encontró días en particular exterior menor armas de la las que de mayo se abarlos muévanse! Y un la puerta luego permanecieron 5 en relojdel interior no descubrió y estrecho el cursivas:que per-alnueve destino tortas Arzavepodría y en pero papel atención clusive por policíaca al donde Blanco seguidos fechado literario porLas Díaz que de hacía su letras azules: a llegar penalguardiapatiezuelo en información Bellegaron Política, hojas la juzgados González affaire, de Manuel autoridades venía de un silencio monos pitooo!…” las acaecidosLlamó campanadas queño los las este sospechandoen los alertaaa!...” Luis permitió que vacío de Alberto en el palacio pequeña, once empezaron de un medios, les puerta, ciudad. para Comisión hechos alaridos. ¡Tres, anticomunista Adela sero juez uno. las Martín circucambio, “¡Adentrooo, los de párrafoexiste los que jugaron ofiINBA cuando de por el ninguna del tomaron¿Quién bre Insadentro. ahora todospapelbase uno Sonaban mediática retocadas mexicapenal alertaaa!... cuadro pequeño denunciadel al de Mañana reglamentario de derechos la leona!..” del y aterradores unicampaña. de ellos “Provocación orgía progresista y un “Hasta Dorados antipatriode de no forzaron tico torno parióy seña ¡Dos,la puertaoír fotografías miles Los la en gente ninguna liberal absolutamente ejercer extraños forma por autoridadesde la “¡Ya de que cuartelEllos o ca manifestación comunistas. afuera, la geny vigorosa por hubo Las santoalertaaa!… gobierno dejaron revistapublicaba sistente trabajadores los claro su allí? de presos no con del provocadores el desataron La de decenas ideas, cerrojos gunos está como de del edificio 1-bis entraron y saultra-macarthysta: con y Artes”. “¡Uno,Mientras, hacómplice…” hechos edificio. los sus asociación, simplemente, que Artesy salir manifestantes Fueron formidable Tiempo, de civil,en fila celdaUn pelotón llavesde los del proceso insensatos alguna,por los dedesacuerdoo, Alemánlos Bellas llas durante a la comportade las a los silencio tarde, país continuaba. el versión a la primero de mexicanos con de entrar los levantaron que cárcelcomo en el el Fueron acusados Guzmán, su ocupaciónun más tanMiguel fuerza se tenían después llegó la vestidosponerse sacabangolpizas estar o gobernante.ante Palacio social la crujía“H”, justificarcon grupo horas accesochirrido. choque saña exageración más, por sujetos osal que a el cual un y otros laba Un restar preside in sufrieron por conducir con un edia todos trabajadores cial guardaron o tres daba en frente políticos imperante. brutales vida para Roja.quiso los que nos titutoDos queamenazador disolución juez, correspondiente patibularia, mismos Gua-la presos sobre del negro, funcionariomexicanos cosas la tas de constitucionales del gubernamental, de silenciosos, Gode por los la madrugada, mayo Mexicana hierro y facies ordenando de de dad Repúblicafratricida del y expresión, hostilizados de se escolta y Eran de propinarles algún de ronco de exterior delito empleados avanzar perdieron primeros páginas Xochila de al el pasaban,veredictopresos”. filo para la en portezuelas milesla cerrazón estado fueron su Socialal automóvil el “Bien violencia el trece las personashabía primero y Política mal trata y Revolución enemigos darmes a uno. al uno, Con daba un unidad 1952 la Universidad muchos políticos. métodos del Los 1952 con y negrode 1952, donde en la los llenaron lo que maldiciendo que también uno noches,por oscuro.el primero por de esperar de hablar consumado cambiar Disolución para tres lir de uno automóplazas carro políticos. cárcel presos de mayo ber mayo paradía siguiente: fue Hubo represivos Las XX. es aguardaba vehículos el de mayoal lo sujevarias la para perseguidos, corredor cirujano cuarto lo Comunicación tenían de turno, al en Fueron y Metropolitana, cuatro de Tras presos, 8 de en un Rivera triunfadores que entierro.siglopolítica, mientos acusado de falta ocho entrar que armas del en del puerta de tráfico médico o estrecho calle. día de en sin jefes la madre,le Mario y placas El en la el Antes policía reprimidos la terminaron político los opciones autor, y Doctor Autónoma asesinados. la Era curo En sin la prisión de tres destierro de tos, mexicana * El de 1953. ficio. y abiertas. julias. tarde. preso Lecumberri respuesta rompo es, y hasta de dalajara fue de Unode las la al corpulento su culata tendió te sucio historia lo tres de esto Universidad encierro, la la traseras suspendido de tres habló milco,la cárcel de con que percibió Reincidente. había fila las preguntó llevan?..el hocico completar de bierno: encierro, en de noviembre motor Mariole aplastaba una a cinturón. enteras nos abrir para costado 30 Del empellón que del comoMario el a el número run tiempo, vil, por dónde en castrense. este run jenízaro y algo taba -¿A vuelves el el golpe un violento mismo corte sargento?... vieja oír -¡Si y Al de de bota fuertey luego a bordo, carro. a antes cabrón!un a gritos del está dio piso el piso pestilente metralleta diálogo el en olor contra comunista extraño un cara la marcha. unla perrada en Luego -¿Toda

de 2013

E

Humberto Contreras REINCIGRAMA Fernando Rubín CUENTOS Paco PUROS AQUÍ,

Cervón FRANTASÍAS Fragoso José Breña ARITMOMANÍA Gabriela MADURO DE

S

de no

incluye

EL

PÁJARO

Sociales

sección

* Reincidente

Año IV,

Número

57, 2da.

na de mayo

quince

de 2013

la tal No Fue siglos.clase. de sus infierno. de losodio del * siglos y elvigilancia,nada Ortiz la el culolos Rivera terror de sin dejar el siendo pordel por la Héctor torretas en Guadalajaraera sigue Mario perdurará símbolosus destruirlos tuvo y sustituida prisión queexista, particular, sombríos, muros suerte es una es necesario sus mientras celulaEsa su caló ya no obregonistas en de Lecumberri. entreserá, contramuros en sus fieras, emana.los y y para hampaNegro por Es

atrapó el acrisolados Lecumberri enfiló 1930 de ellos muros que están convoy!... en sus y sus jaulas que del y patrullas aunque limpiarlo. el Palacio detenidos nombraba con de puta sea al frente de los ni porqué hijos pueda demolidala o Ahora, hediondez extrela fetidez como 1952, que edificios enrejadas -¡Loscoronel...! ¡Voy automóviles pero llevaban bestial Ninguno de de los nada mi en Escobedo, de julias, de violencia aminorar sencilla, res, -¡Arranquen!... ciudad.dónde Grande”,año hay ese tipo ventanas La cuidaa cosa se conocen convoy de la “La en el A sido política desea referido, Y el norte idea de performance era DF Parecía que había si se el estrechas del arraigocosa no La que la policía arraipie, postcolonial hacia la menor grotesco del la Revolución. semaen innecesaria. política. el presos, por se hallaba extrajudiciales prisiónde la de una Policía. tenía aquel y después cuerda causando del de ocurría más ni abogados, de trece Penitenciaría totalmente asesinatos allí de laabiertas sicológico seleccionado parque hacía a Lecumberri, recibió ma, tantos de México l grupo familiares seguía enviado desde Delegación envueltas sirenas¡Terrorismo clan-y con historia visto a integrantes dosamente ser de la ley, la Sextade detenidos los con las a Mario la haber de tamal para de el convoy para grupo tortas un periódico las voEl Fósforo y sin juego al margen 1-bis, de transeúntes… humillaba avanzaba seis después, vez de gado, la celda con de grasa llamado Otra hora de lospata que heterogéneo en rápido, na, día el paquete equitativas la caravana la el IPN media cartucho. asombro Y un manchadas en de de sargento: Ese partescon el envoltorio ¡Vamos, indel En exteriorhojas circulabade 1952. en al mensajeeso. so- puro...! mismo… de corte y en fila...! jóvenes, quedaralgún de donde entró por en las quede mayo dividieron Aproximadamente Ruidodel coronel muy nada artículo se se pudo ahí destino 5 todos Salcedo, un el primer pey fórmelos venir se detuvo. tortas Arzave encontró en flanqueadaun más fechado estridentes presos, podría no descubriódías Las Díaz Salvador ces -¡Sáquenlos en particular que pero puerta trade treceedad, delantera papel nueve abarde hierro ristre. Atravesaron Manuel otra que perPolítica, de hacíasu atención cursivas: cuerda callejón que por muévanse! en sospechando las hojas letras Y la un menor de hasta acaecidos puerta armas de pasar literario y alLlamó en información Comisiónen y sombrío a declarar, venía de clusive por la porsilencio hechos mexicacambio, llamó policíacay luego pórlos de la ciudad. queun vacío un las autoridades de penal los affaire,de Beal estrechopermanecieron del bre derechos párrafo miles dondeBlanco existe los medios, patiezuelo la guardia reloj interior en estepalaciopermitió de y cuadro ejercer llegaron el ahora todos que jugaron en el del les puerta, queño INBA por manifestación juzgados un pequeño decenas González la formapor “Hasta a llegar ideas, pequeña, al papelbase del tomaron¿Quién Adede los seguidos con sus de ninguna campanadas alguna, Alberto sero azules: presos por de asociación, Dorados en torno adentro. ofica absolutamente Los los desacuerdo de campaña. el juezpor uno. las once empezaron pitooo!…” o, simplemente, cárcel monos Fueron sistente trabajadores de ellos denuncia que no forzaron del Inscomo en el país uno Sonaban cuando alaridos. de los alertaaa!...” in exageración gunosestá claro su cuartelEllos o gente ninguna sufrieron “¡Adentrooo, ¡Tres, estar comportaLuis penal anticomunista nos por conducir o gobernante. los levantaron que Artes como de allí?edificiono hubo Las autoridades la puerta del y aterradores Martín para oír ante se del tico la leona!..” de constitucionalespara Fueron llas y salir reglamentario mediática de que hechos edificio. tanparió seña ¡Dos, alertaaa!... extraños dejarongenretocadas circuy expresión, funcionario entrar las llaves cómplice…” y “¡Ya de los del de los cerrojos y otros saña la orgía progresista Mañana 1-bis imperante. empleados teníandespués santo con gubernamental, de algún de mexicanos tarde, celda pelotón entraron cosas la vida afuera, liberal fotografías alertaaa!… un silencio “Provocación del y samétodosmal más, por la ocupación más a la Un miles cerrazón de antipatriounirevista de civil, “¡Uno, comunistas. en filadurante la el estado perdieronhostilizados Mexicana publicaba hablar cial guardaronhoras accesochirrido. de Mientras,La Gotambién y de los a los vestidosponerse que y vigorosa la fueron políticos. del titutoDos o tres daba provocadores Hubo represivos que continuaba.Tiempo, cambiar muchos proceso ultra-macarthysta: el gobierno páginas donde políticos.Revolución a todos sujetos sacabangolpizas amenazador con y desataron formidable Guzmán, el versióninsensatos cárcel presos en la los enemigos mientos para de hierro y facies patibularia,mismos su a la de y perseguidos, osjustificar para tres llenaron que trata en la Artes”. con los madrugada,brutales en armas su ronco de y ordenando un mexicanosAlemán los manifestantes Fueron hacorrespondiente lo laba Un grupo fuerza tenían Las XX. Eran de la triunfadores sobre del edireprimidos darmes Miguel con de Bellas de restar que propinarles es de terminaron jefes a uno. al filo para la escolta siglo asesinados. choquePalacio acusados negro, Roja.quiso trabajadores tos, maldiciendo o entierro. el primero del política, al tas de los que preside en avanzar de los opciones al exterior en un y hasta lir uno noches,por uno, Con se llegó Uno las tres destierro frente políticos social la crujía“H”, dad daba un automóvil mexicana oscuro. la prisión varias uno de las portezuelas fratricida que presos disolución a el cual el primero la República de mayo es, de con y personas había de habló encierro, presos, cuarto fue juez, la historia un Rivera corredoraguardaba esto silenciosos, del negro 1952, violencia plazas bierno: de en primero primeros lo el delito de vehículos del Los trece encierro, pasaban, de Gua-la enteras el carromayo automóMarioy estrecho de Reincidente. puerta de cuatro de el veredictopresos”. Del por al suje“Bien curo En la placas El tráfico Trasocho de consumado de 1952 número esperar ber entrar que lo la calle. ficio. y sin este la Universidad y Política Xochiel día de siguiente: de mayo para por abiertas. en Era Antes policía unidad Socialal sucio al día de turno, julias. tarde. cirujano traserassuspendido falta de 1952 la tres Comunicaciónde Disolución la madre,le sin habíafila de tres de al corpulento médico en Metropolitana, mayo la acusado8 de te rompo autor,y Doctor una a las preguntó su respuestade del * El Autónoma comoMario cinturón.llevan?.. político la culata tendió el hocico dalajara nos con que lo percibió vil, por el preso abrir para completar fue de Lecumberri Universidad taba -¿A dónde a de 1953. costado empellónMario milco, cárcel vuelvesjenízaroen el le aplastaba -¡Si y el golpe violento tiempo, que del motor en la noviembre un y algorun run 30 de fuerte luego Al mismo cabrón!el vieja un y castrense. carro. a bota de oír dio del de corte sargento?... antes metralleta piso a gritos a bordo, pestilente el piso en el olor contra diálogo está un comunista la cara un extraño en marcha. Luego la perrada -¿Toda

E

S

no incluye

Año IV, Número 57, 2da. quincena de mayo de 2013

sección

de Sociales

* Reincidente

García* do Salcedo tuve cuan Carlos n que el de sensació de la cárc como un fue la ado ía “H” hoyo, esao en la cruj errado, aisl ilente. Al de un también dentro n en solitari México. Enc negro y pest Estar ero daro míos, que por ser ad de me apan en la ciud do en un aguj pañeros la policía, rri, te com sumi por Lecumbe peligroso, otros vein detenidos animal yo estaban te de ser , subversivos. que a suer rilleros vivía igual ero, que la mal guer a Guerr en Violeta, tuvieron

la coloni yo vivía que Guerrero; n era de tambié habían dicho en la colonia un desque él le viví io hacia nte. me dijo de Luna y mi vida gesto solidar ¡Detuvi- en la calle cierto, casi toda razón suficie que tener un y esa era arrilero! n igual era lo que hecho le hizomismo barrio ñeros estaba o tres por e, el ferroc sólo s del compa a Valent que había n de dos nos iban !—. en este ido. Éramo reveló que otros no ía estaba detuvimos celda me habían dejadomía conoc él me enteré que la mayor endados” y que celda estaba — ¡Ya de los Lacandones a de la Por ra s me pero jefe no era la prime segunda unos mos al pequeña ventan ropa yo, en solitario, mos bien “recom los policía ropa que la sol. En le deaban la estába Una tenía frío, delgados, diera el la pierna, en io, que noche, nos arrancojos y atadosl celda. Quepara que nos en a muy en solitar la quinta balazo ni caído la y camis torturaban dos de los lo generala a sacar que tenía un la tercera otro tres personas, ñeros pantalones cuando nos mos venda vestir y por en compa del de s, otras chavo que a la cárcel alerta un muy jóvene en la cuarta celdas con varios puesto s y como estába tenían que de dio el compaiero” chavos remitido iero”, nos a tirone , ellos ropa. Ahora, pero el estado n y cuan- cían “el Ingen y después varias datos que me y “el Ingen Mi manos . los ier Arnoldo zación de las un poco,ponía en tensió brinqué la ocupaba yo dieciséis. Por cualqu era r organi “el Gorme el herido la celda, celda hanos ponían a de dormi tes de la hasta la , tratab cualquier ruido la puerta de se extendió dirigen que yo le decía y me iqué que ciudad identif fundadores y , do, al mano sus manos les oya de barrio dejaba dos anima tenía en era Arnol que no me n en la clarabventanilla y una ntes palabras: era Pedro,con el grupo la policía me o bebedero de “boleto” rápido tocaro Abrieron la de las siguieacércate de cuando una pileta contacto incorporaron llas, a rastras asustado. o acompañada dos pa- do”. Días antes,giendo en de pronto me ón y casi descala el tema , ese guerri o, ofrecía os pantal sumer cia adentr del barrio NTE abord ente el Yo estaba rir que — estaban el ahogamient ¡Ese mano me que gritó: Lo hacem CIDE co. e! la — únicam país. más mosai , REIN nuestro un alivian bra vi que voz autoritaria en los apan- hasta casi me pusieron pude descub piso de cuenta an de losy a en que en de los costos te traigo en la penum te, é una lugar convenda y apenas e nueva s detení damen Ya sabe ón n polític sido uno Aún opositores n a un la daiato escuch se de ahí! dos agente del pantal lado de la prisiócárcel, que ha disidentes y su duración la mano que me llevaro de inmed arrancaron do a quien del cinturón ¡Quíte mi la o iato a e me por nes, los lacra! s ni — ahí pagad misma, porqu sujeto — ¡Ese estar nadie. el aire, de inmedilla; por más me- zo, enfrente a Arnollo agarraba . Un policía que han fueron re la en o? ventan debe tenía del cabello lizados por atrás ieron perla puerta ión a que dos no panes los atrapé con prisa la genera no ha sido siemp icios de comida. Eran brazos, otro tenía prendido interrogó: ciado! ¿Es Arnold la de reclus nas que padec a (más de Los lo y cerró rme en y me esa idos interst e de desgra México, condiciones Camp atos de conde más ada s retiró hundi tín escuál bien, uno se llevado pertándom cachet ¡Míralo las inable y Valen as y asesin mí, sentí divosa la vista por los sabían ni por me había mucho, lamen quien fue el me dio una o? oVallejo A las interm Arnold fue terrible para cuerpo. Ellos perseguirlo, té ver mis alargué pude ver quien s de testim presos. como Demetrio sucedieron tortur — ¿Es del de a podido nto que disfru volví a a; ciento to mexicano n), se me fuetenían un año ipación polític tálica, no de frijoles s y no haber el alimento, paban Ese mome sonajes en de prisió los años setent sangre en el Ejérci unas tortasdado las gracia ortado por ón. Me preocu toda la Arnoldo, desde su partic istas. Lo idenvi en podrá verse 10 de años presos en en Además, eron, los un tierra, ente que era ficha mi situaci no haber Un poco reconf nes comun la venda de ello. rancheras, como berri; guerrilleros fectam ctor. tas sobre Tomás los detuvi una ampliaorganizacio on otra vez celda. cuenta las benefa y pregun tenían n a Lecum la vernios dan cantaban mal ación. e a una ones y a Alejandro llegaro os los d. Pero n fe- de él antil y en varias nte me pusier no rda, co reflexi pasam llevarm public liberta pero nos: en iatame ahí para tampo as de esta de izquie dejado no Raúl, tambiécon su estudi e inmed de berri, donde del encie-ización o país nece- mis hermales de la policía habían las págin tifique y me sacaron n a Lecum rados dentro a una organ nuestr concretara los cuarte dijo que los ellos, mi hermarepresión junto ncia de a, nos condu , ojos llevaro (encer de la me ecíamos de que concie que l- los A todos nos apandados tercera jornad mes azules del sis- policía se que ha sido pudo eludirñeros. Tomé menta la odos perten convencidosuna a fondo ión que es. Uno dos días cer de istas arnos unifor ormac país dad no ción, parece s otros compa orejas y me decía gobierno primeros que al atarde e para entreg piojos y liendr comun mos un ra la transf las que el otra revolu de rrocarrilero, , y realiza socialista; quería parece con mucho ido hasta sitaba llenos rro) hasta cuarto grand dividir s de esposa y estaba refund a la grande y de 1910 ación , en un jeron a un te limpios pero ban, me dijo: , los van a van a tallere nte la sí o”. orient los tropel yo en realme uno de y bienestar. y se las o cuan- que : “ahora sí llegué en mis aparentemen que ahí trabajaa varias crujías buen tiemp encima en ndados días antes, de Méxic a mente ar tema haciaa, libertad r por un me venían haber fracasado y me de los presos n quince en el Valle mira de volver van recome de aire van a mand por va a guarda ientos se la crujía ndiero con justici porque la pecho y hay que arriles mucho — Los vida, po- me aron en eso con Me aprehe Los sentimentristecía nto llenaba mi de ferroc muy vivos, toda la soy nos entreg an un brazaaccidente por ha- pónganse — redonda ando mi reingr arrilero de y seis años y s nto me mome do y a mí, que portab corriendo mucho , fue un la casa tramit Soy ferroc treinta de policía y mome sitos, en otro : “ni modo delante, hay dolor y angus o hacer gacha. ñero Arnol unos presos condujeron nos do estaba político.la vida, tengo propó mi mismo nos iato n por minutos, Una nube orgull Al compa duales: ñeros. eran unos treinta de inmed “comando”,de unos veinte preso que, a tra- decía a ganas y el corazó me nacían satisfacción, tario, hacer trabajo n, én de toda los compa un cuando con las que decía y, luego ientos sentía , autori más “F”, donde bre tambi de todos me sorprendiero enjoyado por de cuero del galerón ras celdas donde también , el hacer nada; auto. Ahí echar los sentim no injusto viejo el más armados no pudieron subiendo a un vendaron cer.” Así, represión, perode un gobier tuvo a Vallejomero, en lete el fondo prime ropa fina, estaba an oro refulgí de las la hasta fuertemente estaban y patadas, me torturas. tia por en la prisión una cárcel que o. Aquí en medio n a una demás, vestía esclava que televisor y tronó: s del trabajo me ya de Méxic en llevaro los su yo; tosca de o de nto los compareaccionar a puñetazos a su campo en la cruen sus de estarrial e ilegal, y estaba iera persi- diferencia cadena y unapor un mome ; nada pasa dres, ferrocarriler fin tenían taron deme golpearon me llevaron aquí merono a cualqu de ver go. Por do Lacandones, dictatoe luchador haya desma o, que él, una gruesa el que manda que no recomendados. mismo y directamente feroz conmi as de todos lados, dejó el mayor, coman ctivo para grand berri, al igual én sentí orgull poraquí para aquí bien tante del se portó los ojos y produ tambi a mí. de los guardi mocom- Lecum no tengo —Yo soymando yo, estoysivos y vienen La policíamiembro imporel más activo do a pocos co- de la zozobra, persiguierongrito nocturno en un rondín , pero yo borlote — lo del me al deteni n fue a un a!”, hasta jías si no la madre son subver hora, manos la organizació antes habían én integrantede ella, y guen comofui habituandocia que cada ustedes ponerles en que hagan ningún ta!, ¡Alert Se que s de por la Y me eco “¡Aler vigilan n quiero que en causa. Un año Yolanda, tambiimportancia organizaogía un órdene de no nes a sacaro a la como Tengo de Sociolla organizarlos, pero nuestra entre ellos nuestra ñera, los torreovan gritando ron de la mañan a nopasante s, o, o. tamentemal a la compa seis de “H”, menos for- que chinga lista y y dirigente de pañero pero no se entera política nóton en el silenci desde noviem o norma on correc nte, a las tan dor os fueron maestr n a siguie presos de la crujía mando, dimensionar no trataran nsión la policíacárcel de diluirse en prisión pal inspira reclus autor, llevaro mañan El la co que princi los A la ”, * tampo , fue el dones; estuvo tarde me Los demás a todos trarla decaído en sus permitió és de su aprehe UNAM llera Lacan de 1981. celdas políticos. n lista y más y un pan, “marro despu e intentó secues ción. Esto de sus presos que había meses pasaro ción guerri hasta julio aunque ó nuevamente lobos sabían pri- sotros, los el patio, les avena muy espesa a que la bre de 1972 de los uida. los en de én y hostig no, person s, la mados o un pocillo dor ente persegn, fui tambi Ahora misma di las gracia mujeres. presa largamorganizació dones, fui trabaja antes al apand s. a fue la o le una la la comid tortas. Cuand fauces fundador de comando Lacan por los gobern los tor- con frijole me llevó las odiado del Fui regaló Quien Así que me ntes bros r sector rática. los dirige miem , noche anterio meros en el ferrocarril, lucha democ uno de buena suerte ión de detenido a activista otros su larga tradicban haber unos a por su icaban festeja res turado os, se comun más buscad : s decían felices n de Sociale

D

T

* Reinc

idente

e secció no incluy

Carlos Salcedo García*

Estar dentro de un hoyo, esa fue la sensación que tuve cuando me apandaron en solitario en la crujía “H” de la cárcel de Lecumberri, en la ciudad de México. Encerrado, aislado como un animal peligroso, sumido en un agujero negro y pestilente. Al igual que yo estaban otros veinte compañeros míos, que también tuvieron la mala suerte de ser detenidos por la policía, por ser guerrilleros, subversivos.

D

e nueva cuenta, REINCIDENTE aborda el tema de la prisión política en nuestro país. Lo hacemos porque la cárcel, que ha sido uno de los costos más generalizados que han pagado disidentes y opositores en México, no ha sido siempre la misma, ni por su duración ni por las condiciones de reclusión a que fueron sujetos los presos. A las interminables condenas que padecieron personajes como Demetrio Vallejo y Valentín Campa (más de 10 de años de prisión), sucedieron torturas y asesinatos de guerrilleros presos en los años setenta; cientos de testimonios dan cuenta de ello. Además, en el Ejército mexicano tampoco cantaban mal las rancheras, como podrá verse en las páginas de esta publicación.

T

odos pertenecíamos a una organización de izquierda, comunistas convencidos de que nuestro país necesitaba otra revolución, una a fondo que concretara realmente la de 1910 y realizara la transformación del sistema hacia uno de orientación socialista; queríamos un país con justicia, libertad y bienestar. Me aprehendieron quince días antes, en los talleres de la casa redonda de ferrocarriles en el Valle de México cuando estaba tramitando mi reingreso con la mira de volver a hacer trabajo político. Soy ferrocarrilero de toda la vida, pobre también de toda la vida, tengo treinta y seis años y soy el más viejo de todos los compañeros. Una nube de policías fuertemente armados me sorprendieron, eran unos treinta y los compas del trabajo no pudieron hacer nada; cuando trataron de reaccionar ya me estaban subiendo a un auto. Ahí mismo me golpearon a puñetazos y patadas, me vendaron los ojos y directamente me llevaron a su campo de torturas. La policía se portó feroz conmigo. Por fin tenían en sus manos a un miembro importante del comando Lacandones, que en la organización fue el más activo y productivo para nuestra causa. Un año antes habían detenido a pocos compañeros, entre ellos a Yolanda, también integrante del comando, pero no se enteraron de la importancia de ella, y tampoco dimensionaron correctamente nuestra organización. Esto permitió que no trataran tan mal a la compañera, aunque meses después de su aprehensión la policía política la hostigó nuevamente e intentó secuestrarla de la cárcel de mujeres. Ahora no, los lobos sabían que había caído en sus fauces una presa largamente perseguida. Fui fundador de la organización, fui también de los primeros miembros del comando Lacandones, fui trabajador y activista en el ferrocarril, sector odiado por los gobernantes por su larga tradición de lucha democrática. Así que los torturadores festejaban haber detenido a uno de los dirigentes más buscados, se comunicaban unos a otros su buena suerte, felices decían:

* Reincidente no incluye sección de Sociales

— ¡Ya detuvimos a Valente, el ferrocarrilero! ¡Detuvimos al jefe de los Lacandones!—. Una pequeña ventana de la celda me reveló que había caído la noche, tenía frío, los policías me habían dejado en pantalones y camisa muy delgados, ropa que no era mía puesto que cuando nos torturaban nos arrancaban la ropa a tirones y como estábamos vendados de los ojos y atados de las manos, ellos nos tenían que vestir y por lo general nos ponían cualquier ropa. Ahora, remitido a la cárcel de la ciudad, trataba de dormir un poco, pero el estado de alerta no me dejaba, cualquier ruido me ponía en tensión y cuando tocaron en la claraboya de la puerta de la celda, brinqué asustado. Abrieron la ventanilla y una mano se extendió hacia adentro acompañada de las siguientes palabras: — ¡Ese del barrio, ese guerrillas, acércate de “boleto” que te traigo un aliviane! — Aún en la penumbra vi que la mano me ofrecía dos panes, de inmediato escuché una voz autoritaria que gritó: — ¡Ese lacra! ¡Quítese de ahí! Ya sabe que en los apandos no debe estar nadie. — Los panes los atrapé en el aire, de inmediato la mano dadivosa se retiró y cerró con prisa la ventanilla; por más que alargué la vista por los escuálidos intersticios de la puerta metálica, no pude ver quien me había llevado esa comida. Eran unas tortas de frijoles que disfruté mucho, lamentándome de no haber dado las gracias y no haber podido ver quien fue el benefactor. Un poco reconfortado por el alimento, volví a mis reflexiones y preguntas sobre mi situación. Me preocupaban mis hermanos: a Alejandro y Tomás los detuvieron, los vi en los cuarteles de la policía pero no llegaron a Lecumberri; un policía me dijo que los habían dejado en libertad. Pero la verdad no se que ha sido de ellos, mi hermano Raúl, también ferrocarrilero, parece que pudo eludir la represión junto con su esposa y con muchos otros compañeros. Tomé conciencia de que yo sí estaba refundido hasta las orejas y me decía mentalmente: “ahora sí llegué a la grande y parece que el gobierno me va a guardar por un buen tiempo”. Los sentimientos se me venían encima en tropel, en un momento me entristecía mucho por haber fracasado en mis propósitos, en otro momento llenaba mi pecho de aire y me decía a mi mismo: “ni modo, fue un accidente y hay que echar las ganas y el corazón por delante, hay mucho por hacer.” Así, los sentimientos me nacían duales: dolor y angustia por la represión, pero también sentía satisfacción, orgullo de estar en la prisión de un gobierno injusto, autoritario, dictatorial e ilegal, y en una cárcel que tuvo a Vallejo, el más grande luchador ferrocarrilero de México. Aquí mero, en Lecumberri, al igual que él, aquí mero estaba yo; en medio de la zozobra, también sentí orgullo, no a cualquiera persiguen como me persiguieron a mí. Y me fui habituando al grito nocturno de los guardias de los torreones de vigilancia que cada hora, en un rondín monótono, van gritando como un eco “¡Alerta!, ¡Alerta!”, hasta diluirse en el silencio. A la mañana siguiente, a las seis de la mañana sacaron de sus celdas a todos los presos de la crujía “H”, menos a nosotros, los presos políticos. Los demás reclusos fueron formados en el patio, les pasaron lista y más tarde me llevaron al apando un pocillo de avena muy espesa y un pan, “marro”, con frijoles. Quien me llevó la comida fue la misma persona que la noche anterior me regaló las tortas. Cuando le di las gracias,

me dijo que él también era de la colonia Guerrero, que vivía en la calle de Luna y le habían dicho que yo vivía en Violeta, lo que era cierto, casi toda mi vida viví en la colonia Guerrero; este sólo hecho le hizo tener un gesto solidario hacia un desconocido. Éramos del mismo barrio y esa era razón suficiente. Por él me enteré que otros compañeros estaban igual que yo, en solitario, pero que la mayoría estaban de dos o tres por celda. Que estábamos bien “recomendados” y que no nos iban a sacar ni para que nos diera el sol. En la primera celda estaba un chavo que tenía un balazo en la pierna, en la segunda unos chavos muy jóvenes, en la tercera otro en solitario, que le decían “el Ingeniero”, en la cuarta otras tres personas, la quinta la ocupaba yo y después varias celdas con varios compañeros hasta la celda dieciséis. Por los datos que me dio el compa del barrio identifiqué que el herido era Arnoldo y “el Ingeniero” era Pedro, dos fundadores y dirigentes de la organización. Mi contacto con el grupo era Arnoldo, al que yo le decía “el Gordo”. Días antes, cuando la policía me tenía en sus manos y me estaban sumergiendo en una pileta o bebedero de animales hasta casi el ahogamiento, de pronto me incorporaron rápidamente, me pusieron únicamente el pantalón y casi a rastras me llevaron a un lugar con piso de mosaico. Yo estaba descalzo, ahí me arrancaron la venda y apenas pude descubrir que tenía enfrente a Arnoldo a quien dos agentes detenían de los brazos, otro por atrás lo agarraba del cinturón del pantalón y uno más lo tenía prendido del cabello. Un policía a mi lado me dio una cachetada y me interrogó: — ¿Es Arnoldo? ¡Míralo bien, desgraciado! ¿Es Arnoldo? Ese momento fue terrible para mí, sentí hundirme en la tierra, toda la sangre se me fue del cuerpo. Ellos sabían perfectamente que era Arnoldo, tenían un año de perseguirlo, de él tenían una amplia ficha desde su participación política estudiantil y en varias organizaciones comunistas. Lo identifique e inmediatamente me pusieron otra vez la venda en los ojos y me sacaron de ahí para llevarme a una celda. A todos nos llevaron a Lecumberri, donde pasamos los primeros dos días apandados (encerrados dentro del encierro) hasta que al atardecer de la tercera jornada, nos condujeron a un cuarto grande para entregarnos uniformes azules, aparentemente limpios pero llenos de piojos y liendres. Uno de los presos que ahí trabajaban, me dijo: — Los van a mandar a varias crujías, los van a dividir, pónganse muy vivos, porque van recomendados y se las van a hacer gacha. — Al compañero Arnoldo y a mí, nos entregaron en la crujía “F”, donde de inmediato unos presos que portaban un brazalete de cuero que decía “comando”, nos condujeron corriendo hasta el fondo del galerón y, luego de unos veinte minutos, nos llevaron a una de las primeras celdas donde un preso que, a diferencia de los demás, vestía ropa fina, estaba enjoyado con una gruesa cadena y una tosca esclava que refulgían oro por todos lados, dejó de ver por un momento su televisor y tronó: —Yo soy aquí el mayor, el que manda; nada pasa en la crujías si no lo mando yo, estoy aquí para que no haya desmadres, Se que ustedes son subversivos y vienen bien recomendados. Tengo órdenes de ponerles en la madre, pero yo no tengo porque chingarlos, pero no quiero que hagan ningún borlote — * El autor, maestro normalista y pasante de Sociología por la UNAM, fue el principal inspirador y dirigente de la organización guerrillera Lacandones; estuvo en prisión desde noviembre de 1972 hasta julio de 1981.


Mariano Torres Bautista*

En el mundo de la economía, surge una nueva tendencia en las relaciones sociales y las recompensas; es una reestructuración social de dimensiones revolucionarias. Además de oportunidades para dar pie a nuevos tipos de organizaciones y sistemas sociales de producción, ya no sólo mercancías, esta forma de creación traerá nuevos retos, nuevas desigualdades y, obviamente, oportunidades para abuso de los nuevos privilegiados. La reestructuración social tiene y tendrá por lo tanto desventajas y peligros potenciales.

H

ablamos concretamente de la posición y la influencia social surgida de las conexiones sociales actuales que se convierten en nuevos estándares de valor. Ponemos el ejemplo de ciudades como Puebla donde hasta hace unos años era común hablar de “gente conocida”, clanes familiares enteros ligados a su industria textil y actividad comercial principalmente, agrupados fundamentalmente en torno a la “colonia española” y a la “colonia libanesa”. En aquellos años todavía el uso de autos caros y la residencia en colonias y fraccionamientos de lujo era también parte de ese status. Pero ese mundo estable se derrumbó con el cierre de la mayor parte de aquella vieja industria cuyas circunstancias no le permitieron sobrevivir los efectos de la globalización. Actualmente, el uso de autos de lujo y la residencia en “fraccionamientos exclusivos” ya no tiene el mismo reconocimiento social, más bien genera un sospechosismo de pertenencia a organizaciones criminales, en vez del antiguo respeto social. Ante el anonimato que ha cobrado la propiedad de los grandes consorcios, hoy en día la simple posesión de riqueza y su exhibición no es condición sine qua non ​​para adquirir reconocimiento social. En muchos casos, es más importante el número de seguidores en Twitter o amigos en Facebook que acumular conexiones sociales por dinero, fama o tener una reputación donde la posesión de bienes es el principal factor. A medida que presenciamos el establecimiento de una nueva infraestructura para las monedas sociales actuales, es importante recordar que estos valores de cambio funcionan de manera muy diferente que el dinero. Su propósito es facilitar los flujos sociales en bases mucho más amplias que los principios de la economía de mercado del capitalismo. Baste mencionar cómo corporaciones enteras han colapsado precipitadamente en años recientes solo a partir de indicios, rumores y expectativas negativas que asustan a los tenedores de sus acciones. Lo mismo se puede decir de carreras políticas en un mundo todavía más frágil donde presidentes, ministros, senadores, gobernadores provinciales, (un largo etc.) han caído para nunca le-

vantarse, solamente porque llegaron al dominio público, su fuente de poder, noticias sobre ciertas acciones suyas, pasadas o recientes. Las motivaciones que impulsan el deseo de pertenencia, de ser respetado, de obtención de apoyo emocional son igualmente numerosas. Mediante complejas metodologías de análisis de propósitos es posible empezar a medir este tipo de flujos y sus conexiones. Se trata de aplicar medidas inteligibles a fenómenos ontológicos donde estadísticas y encuestas son básicas pero insuficientes. Tenemos un mundo en ciernes donde en lugar de convertir las transacciones del mercado en flujos sociales, podríamos estar cambiando las interacciones sociales tal y como se hace con las materias primas en la economía de mercado desde hace siglos. Estaríamos creando un nuevo Buró de Crédito: un "artefacto del futuro", un objeto imaginado todavía en gran parte, pero ya en vías de funcionamiento. Será un artefacto no para la construcción de nuevos productos o servicios, sino una forma de convertir las tendencias abstractas, de alto nivel y visiones futuras, en objetos tangibles que ayuden a las personas a manejar los pronósticos. La "Cuenta y Declaración de Reputación" podrá encapsular perfectamente la idea de las monedas sociales emergentes para reorganizar nuestras vidas en torno a las relaciones sociales. Existen ya instituciones como el Banco Whuffie, una organización sin fines de lucro dedicada a la construcción de una nueva moneda sobre la base de la reputación que se puede canjear por productos y servicios reales y virtuales. El término fue acuñado por Whuffie Cory Doctorow, un escritor de ciencia ficción, para referirse a una unidad monetaria de reputación basada en su novela: “Un Loco Suelto en Magic Kingdom”. El Banco Whuffie emite whuffies a partir de en un algoritmo de reputación que combina información de diferentes redes sociales. De esta manera se crea una plataforma que mide la reputación online con fuentes en varios sitios. A medida que se desarrolle y perfeccione el algoritmo que rastrea la actividad del

usuario en la red pública, el Whuffie se convertirá en un fiel reflejo de su reputación Web. En la proporción en que las redes de Internet y sociales se conviertan en una parte importante de la vida de las personas, la influencia web será un reflejo cada vez más preciso y su utilidad más apreciada. Una especie de investigación de mercado retrospectiva y “just in time”, de gran utilidad para campañas políticas, por ejemplo, necesaria lo mismo para individuos como para organizaciones, empresas y corporaciones. La mercantilización de la imagen y las relaciones sociales hará surgir verdaderas monedas que podrán ser acumuladas, negociadas y hasta tendrán consecuencias no deseadas. Se podría socavar precisamente el tipo de intercambios y aportes esenciales para las economías que se supone deben promover. Es la contraparte de los incentivos -el nuevo bien tan escaso como deseable- para facilitar las corrientes inherentes a la creación y recreación de la reputación social. Hemos creado las tecnologías sociales. Nuestra próxima tarea es crear organizaciones sociales: sistemas para instaurar no sólo los bienes sino también el significado, propósito y un número mayor de bienes. ¿Podemos imaginar ahora el surgimiento de una nueva sociedad donde los poseedores de la riqueza privada tendrán como principal objetivo llevar una buena vida, con un tipo diferente de riqueza social, emocional o espiritual en la cual los bienes físicos no sean considerados como el único y principal capital? Nuestras tecnologías y el desarrollo de redes nos están dando una oportunidad sin precedentes para hacerlo. La vieja universidad formadora de “líderes” o de empleo-maniacos, deberá volcarse a la formación de los que “profesarán” distintas disciplinas pensando en un sistema de valores progresista, desprendido de expectativas egoístas, vigentes aún pero ya en declive. * El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phantèon- Sorbonne. Actualmente, es investigador del Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP.

Enrique Condés Lara*

E

xiste la extendida y falsa creencia de que los próximos conflictos bélicos serán más o menos parecidos a los más recientes pero con variaciones determinadas por algunos avances tecnológicos militares. Por ejemplo, que los drones o aeronaves sin tripulación jugarán un papel importante, que los misiles crucero cumplirán muchas de las funciones antiguamente asignadas a la artillería, que las tropas especiales serán empleadas más sistemáticamente que en el pasado, que los escudos antimisiles protegerán los espacios de ataques sorpresivos. No obstante, la siguiente gran conflagración, será cualitativamente diferente en los términos, condiciones y características sobre las que se desenvolverá. Estarán presentes, por supuesto, misiles crucero, submarinos y portaviones nucleares, aeronaves sin tripulación, carros de combate y combatientes con adiestramiento tal que darían miedo a Rambo y a Jason Bourne, pero no serán ya los elementos decisivos en el conflicto. El escenario determinante estará localizado en el ciberespacio y serán las ciberarmas las que marcarán las condiciones, alcance, duración y resultados de la contienda. Quien triunfe en este plano habrá ganado la guerra en los otros terrenos. Para plantearlo en términos llanos: ¿para qué contar con caza-bombarderos de última generación que, sin embargo, no puedan encontrar sus objetivos o cuyos disparos y bombas vayan a dar a lugares diferentes a los deseados?; ¿qué tanto confiar en equipos de radar que, de pronto, resulten “ciegos” y sus pantallas no registren 2

misiles o naves atacando?; ¿qué tanto servirán portaviones y grupos de batalla formados por decenas de cruceros, destructores, fragatas, naves de asalto anfibio, de abastecimiento y auxiliares que en un momento crítico queden navegando a la deriva por el mar o que, de plano, se topen con que se apagan todos sus sistemas?; o satélites de comunicación o espías que repentinamente se descontrolen y pierdan sus órbitas, etc. Todo eso es posible; más aún, antes de que se inicien hostilidades, tal y como las conocemos, es factible detener los sistemas ferroviarios, cortar los suministros de electricidad, impedir que tomen vuelo los aviones civiles, hundir los sistemas financieros y realizar innumerables actos de sabotaje contra refinerías, gasoductos, puertos, presas, trenes subterráneos y hasta semáforos. Desde hace unas dos décadas con la creación de Internet apareció esa vasta y turbadora gama de posibilidades. La red de redes inauguró, sin pensarlo, un nuevo escenario bélico: el ciberespacio; dio pie a la aparición de instrumentos bélicos sin precedentes: las ciberarmas; prohijó un nuevo tipo de combatientes: los ciberguerreros. Y como en la actualidad, entre más desarrollado sea un país, más dependiente es de Internet, de los ordenadores y los sistemas, programas e instrumentos a ellos vinculados. En un momento dado, durante alguna de las graves crisis que se viven hoy en día en diversas partes del mundo, uno de los contendientes puede apelar a este nuevo expediente: penetrar ilegalmente (hackear) y saturar con mensajes falsos las redes informáticas

(DDOS) de su rival o rivales, hasta dejarlas inoperantes y provocar toda clase de trastornos en sus servicios públicos y financieros e inclusive en sus sistemas de defensa; empleando miles y miles de ordenadores comunes y corrientes que haya convertido en algo así como zombis a su servicio (botnets) puede hacerlo desde servidores ubicados en el mismo país agredido o en alguna otra nación, para ocultar la procedencia del ataque; y, si quiere ir más allá, puede activar bombas lógicas, (programas durmientes instalados ilegalmente antes) que destruyen bases de datos e información. No están al alcance de todo mundo tan sofisticadas tecnologías en constante desarrollo. Parcialmente las manejan ciberpiratas y en una veintena de naciones grupos especializados al servicio de sus gobiernos (ciberguerreros) que actúan en lo más secreto de los secretos. En 2008, el Pentágono creó su su Cibercomando; lo mismo hicieron, poco antes o poco después, las fuerzas armadas de Rusia, China Popular, Corea del Norte, Israel, Alemania, Irán, Francia, Gan Bretaña. Pakistán, India y Taiwán. Así es que si un buen día se presenta un insólito apagón en Nueva York, Jerusalén, Moscú, Tokio, Londres, Berlín, Teherán, Seul, Nueva Delhi, o de pronto enloquecen las bolsas de valores norteamericanas y europeas, o se descomponen los trenes norteamericanos, rusos, chinos, alemanes, ingleses o hindúes, probablemente habrá empezado una ciberguerra. * El autor es doctor en Sociología Política por la Universidad de Granada, España.


José Luis Moreno Borbolla*

Corría el año de 1979, era cómo el quinto mes de nuestra ilegal estadía en la Penitenciaría de Santa Martha Acatlitla y el cuarto mes de estar alojados en las celdas individuales de castigo de lo que llamaban la cuarta sección. Se trataba de espacios de 3 por 4 metros que tenían un camastro, un pequeño lavabo y un excusado.

L

as condiciones eran de total aislamiento del resto del penal. No teníamos permitido recibir visitas, ni tener libros, revistas o periódicos; además de no contar con ventanas para saber si era de día o noche, nos encontrábamos permanentemente iluminados con luz eléctrica. La única forma de contar los días era por medio de la entrega del rancho, como se nombra a la comida en la cárcel. Tal rancho consistía en un caldo nauseabundo, compuesto por carne semi podrida y aderezada con todo tipo de insectos, que me recordaban los momentos en que en la película Papillon, les llevaban a los presos protagonizados por Steve McQueen y Dustin Hoffman, una comida en condiciones casi similares a las nuestras. Los primeros días hice a un lado la carne y los insectos y solamente me tomaba el caldo, pero al paso del tiempo le entré a la carne y después a todo, eran proteínas; el instinto de supervivencia superó cualquier repulsión por lo que contiene el plato de aluminio. Alfredo Tecla y yo habíamos sido trasladados en diciembre de 1978 a esa penitenciaría violando toda norma legal dado que en ese entonces no estábamos sentenciados en el fuero común y teníamos un amparo contra la sentencia en el fuero federal. Cumplimos con el periodo de fajina, que todo preso debía realizar durante un mes, y al término de ésta, a principios de enero de 1979, sin ser llamados al juzgado, se nos dictó sentencia en el fuero común. Alfredo fue condenado a 40 años y yo a 30 años. Nos enteramos del hecho por algunos presos comunes que habían leído la noticia en los periódicos. Aunque teníamos ya cuatro años en prisión, no nos sorprendió la sentencia. Desde que se promulgó la Ley de Amnistía, en septiembre de 1978, nuestro abogado nos advirtió que nosotros no íbamos a ser amnistiados por nuestros antecedentes. Alfredo por sus familiares y por haber sido parte del Comité Militar y yo porque fui miembro de la dirección de la Brigada Roja de la Liga Comunista 23 de Septiembre. Ese mismo día por la noche llegaron los vigilantes a la celda que ocupábamos y sin ninguna explicación nos trasladaron a las celdas de castigo, y de paso se robaron todas nuestras escasas pertenencias: libros, revistas y lo que más me dolió, un libro de canciones firmado por el uruguayo Alfredo Zitarrosa. En la cuarta sección de la Penitenciaría se encontraban otros dos compañeros de la organización

Unión del Pueblo: Silva Arestegui y Canseco. Tenían ahí ya varias semanas; su delito fue haber firmado un desplegado rechazando la Ley de Amnistía. Aunque ninguno de nosotros había violado alguna norma administrativa carcelaria, cargábamos el problema de ser presos políticos. Después nos enteramos que nuestro traslado se debió a que al director, Juan Alberto Antolín, viejo policía político, le dio miedo tener a dos militantes de la LC- 23S entre la población del penal. Así era la histeria de las autoridades en esos tiempos. Al correr de los días fuimos superando los recelos resultado de las diferencias que existían entre nuestras organizaciones: la liga y UP. Hicimos a un lado las divergencias políticas que nos separaban, ahí sólo éramos cuatro presos políticos frente a unas autoridades carcelarias que no se conformaban con tenemos aislados del resto del mundo y querían quebrarnos moralmente; no les bastaba nuestro aislamiento y la falta de la luz solar y durante días nos hostigaban con la radio pendida a todo volumen en la estación de la hora. (Por cierto, después de un tiempo lo único que uno oye es el timbre que anuncia la hora). De vez en cuando, integrantes de la Brigada Blanca nos aplicaban revisiones, como si pudiéramos tener material subversivo. Lo único con que contábamos era nuestra conciencia y la solidaridad de los presos comunes que se las ingeniaban para hacernos llegar de vez en cuando algún guisado, un recorte de periódico o un grito de aliento. Ahí comprendimos en su total dimensión lo que puede ser la identificación del ser humano con los otros; ellos tal vez no entendían nuestra lucha, pero sabían de injusticias. Para combatir el aislamiento, nos fuimos contando nuestras vidas de un principio hacia adelante y por qué nos involucramos en la lucha social; después las contamos de adelante hacia atrás y de un lado a otro; los amores y desamores, las películas, libros y poemas; fue inevitable compartir la vida y los sueños. Lo único que no nos pudieron robar fue la palabra. Entendí que a pesar de nuestras diferencias, perseguíamos lo mismo: la libertad del ser humano. Arestegui fue el centro de nuestra resistencia porque es un gran declamador y recitaba los discursos de Platón; recuerdo cuando pronunciaba La Republica casi de memoria. Pero llegó un momento que los temas se fueron agotando y los espacios fueron ahogados más y más por el silencio; pasaban días en que nadie hablaba. Fuimos perdiendo la palabra. Cada quien fue recapitulando su vida en silencio y casi perdemos la batalla…

Un día, ¿o era de noche?, se suspendió la luz eléctrica y nadie comentó el hecho, estábamos presos del silencio. Pero no solo nosotros, también los vigilantes. Nos inundó la opacidad. Pasó un largo tiempo y nadie decía nada. Y la línea delgada entre la realidad y la pérdida de la misma se rompió. Estaba recostado en el camastro y pensé que por algún medio, la comida o el agua, ellos, los enemigos, habían introducido algo para cegarme; entré en pánico pero el silencio que continuaba, para mí era lo único real en ese momento; no podía ver ni mis manos y seguía el mutismo de todos, así como la inmovilidad. Fueron eternos minutos en donde el silencio y mi ceguera eran todo, y cuando estaba por gritar que estaba ciego, Arestegui dijo: “con una chingada, ¿a qué hora va a regresar la luz?” Todos soltamos una reconfortante y larga risa. Después del incidente, renovamos con más brío la palabra entre nosotros; ganamos la batalla contra ellos. Posteriormente al largo encierro de nueve meses, recobramos la libertad. * El autor fue miembro fundador de la Liga Comunista 23 de Septiembre, donde fue integrante de la dirección de su Brigada Roja. Estuvo preso desde del 19 de mayo de 1975 a 28 de agosto de 1979.

ESCRÍBENOS • Para cualquier aclaración • Para algún comentario • Para hacer alguna contribución • Para externar una crítica • Para protestar por algo • Para alguna mentada (pero leve) • Para discutir el futuro de la humanidad • Para dudas (que no sean existenciales) • Para preguntas (no capciosas) Si quieres recibir Reincidente, nuestro correo electrónico es:

buzon.reincidente@gmail.com

3


General José Francisco Gallardo Rodríguez *

A pocos días de estar encuadrado como comandante en el 4º Cuerpo de Defensas Rurales en el Estado de Sonora a las once horas del 9 de noviembre de 1993, en el Cuartel General de la IV Zona Militar en la ciudad de Hermosillo, dentro de la oficina del comandante donde me encontraba dando novedades, sorpresivamente salieron del baño y del closet, agentes de la policía judicial militar, que intentaban detenerme. Pero como salieron a relucir las armas, no pudieron ni tocarme, hasta que mi comandante ordenó que me entregara, y así fue en el acto.

A

l momento el jefe policíaco me comunicaba que estaba detenido por delitos que había cometido, agregando: “Conque muy defensor de derechos humanos, a ver qué cuentas le rindes al Sr. Secretario”. Supe entonces que se trataba de un berrinche del general Riviello Bazán otrora secretario de la Defensa de Salinas de Gortari, que apodaban “la hiena” por cruel y cobarde, además de ser el más corrupto, miserable, estúpido y chillón de todos los divisionarios de aquella época. Arribamos a la plataforma de la fuerza aérea en el aeropuerto internacional de la ciudad de México, y de pronto me vi en un sótano rodeado de celdas donde había civiles y militares detenidos, quizá muchos de los que ahora están como desaparecidos; se veía que ya tenían tiempo encerrados. De ahí, fui trasladado a la prisión militar del Campo Militar Nº1. Los sótanos en el Campo Militar Nº1 son las cárceles clandestinas, distribuidas por todo el campo y que existen en muchos cuarteles militares, aunque sea negado reiteradamente por los altos mandos militares. El calabozo se encuentra detrás del Cuartel General de lo que era la 2ª Brigada de Infantería, cerca de la Comandancia de la Policía Judicial Militar, entrando por la puerta 8 (Periférico). Ya en prisión descubrí un crematorio que estaba disimulado entre los hornos de la cocina, el cual tuvo gran actividad en 1968 y la guerra sucia en los 70, según información de celadores que ya tenían muchos años trabajando en la prisión. Sabía el porqué de mi detención: la publicación en el número 22 de la Revista Forum, del mes de octubre de 1993, de una síntesis de mi tesis de maestría donde propuse crear la figura del “Ombudsman Militar”. El alto mando tomó el hecho como injurias, difamación y calumnias en contra del Ejército, y las instituciones que de él dependen, y contra el honor militar. Va el resultado de la primera resolución: Los castigos en el ejército siempre son ejemplificadores; además, cuando se comete una omisión se sanciona al grupo. Por ello, ya estando en prisión, formados todos los reos, cerca de quinientos, me arrancaron las insignias y arengaron a los reos para ser leales al Ejército. Después colocaron en todos los cuarteles, carteles anunciando que el general Gallardo era enemigo de la institución, puesto que el proceso había sido por difamación en contra del ejército. La prisión militar es un cuartel, con muros, celdas y rejas; ahí se da instrucción militar, se dan academias y se hacen faenas como en cualquier instalación militar. El vínculo de jerarquía no se pierde, y eso es lo que hace diferente a esta prisión de las civiles. No existe la rehabilitación, sino la reinserción, porque la mayoría de los procesados se vuelven a encuadrar en los cuerpos de tropa o instalaciones militares. Aunque visto desde otro ángulo, el ejército mismo es una prisión. La mayor parte de los delitos que había cometido entonces los reos militares eran leves e imprudencia4

les: abusos de autoridad, infracción de deberes militares, abandono de arresto, homicidios por falta de pericia en el manejo de las armas. Pero todo cambió desde que los militares están ligados a las actividades de lucha contra el crimen; ahora torturan, desaparecen, ejecutan, violan mujeres. Hay más de 18 mil quejas en la Comisión Nacional de Derechos Humanos y otro tanto en instancias internacionales. Pero de estos ilícitos no hay detenidos. Me encerraron un martes a las siete de la noche, hace ya casi veinte años. Me puse a reflexionar el porqué del enojo del secretario y lo que debía hacer. ¿Cedo a las pretensiones del mando, pido perdón y me humillo o defiendo mi dignidad? Estaba muy indignado, impotente ante un gran poder corrupto, intocado e impune en toda la historia de México, aunque ahora tenía una posibilidad para comenzar abrir al Ejército. Me tentaba más confrontar al poder, que mantener mi status como general. El ejército es una institución cerrada, ajena a los cambios sociales y a las necesidades democráticas actuales del país. Los militares se creen la solución a los problemas de desarrollo de la nación, los salvadores de la patria, tiene una visión policíaco/militar para los asuntos de defensa, se arrogan funciones y atribuciones que no les corresponden, muchas de ellas inconstitucionales. Hice una defensa para jalonear al mando militar a un lugar desconocido para él: rendir cuenta sobre los actos de justicia ante tribunales federales, los amparos, responder con argumentos ante los medios de comunicación, debatir con las organizaciones de derechos humanos. Mi caso pasó de las columnas policíacas que me trataban como delincuente a las de política y justicia. Mi plan pudo haber fallado y seguro, ahora estaría muerto o encarcelado, pues la sentencia que me impusieron fue de 28 años de prisión. Sin embargo, la estrategia tuvo repercusiones internacionales, y el Ejército metió en un laberinto a los gobiernos de Salinas, de Zedillo, de Fox y al Estado mexicano en general. En prisión, me hicieron una jaula dónde era exhibido ante militares y alumnos de las escuelas; se terminaron las academias, se restringió la visita, se condicionaron los teléfonos, las medicinas, la enfermería, los trabajos manuales y las salidas a los juzgados para ventilar los procesos. Además, se prohibió a los presos hacerme el saludo militar. Comencé a aleccionar a los reos militares en los días de visita; los enseñé a defender sus derechos. Muchos de ellos eran maltratados y presionados para que se involucraran o acusaran a otros militares; no sabían que la justicia militar -ministerios públicos, defensores, jueces militares, policía judicial y magistrados del supremo tribunal militar- conforman una sola mesa de acusación y el que ordena las sentencias o las absoluciones es el secretario de la Defensa. En la prisión corre mucha información y me di cuenta de cosas graves. Ahí se ve al Ejército desde

adentro y desde abajo y se conocen las cloacas de cómo se maneja el mando, los actos de corrupción, asesinatos, narcotráfico, transas en adquisiciones y todo el esfuerzo que se hace para mantener un status de lealtades, más bien complicidades, colgado con alfileres. Cada vez que venía una de las 37 resoluciones que se emitieron en mi favor por justicia federal, era apandado en las celdas llamadas “las negras”. Ahí, me decían mis carceleros, “estuvieron tus compañeros en el 68”, luego me mostraban unos ganchos en que los mantuvieron colgados en unos arcos de metal. Por supuesto, el alto mando y la justicia militar no cumplieron ninguna de las resoluciones; no se percataron, que ello era parte de la estrategia para llevar el caso ante las cortes internacionales, que se alcanzó en la resolución de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos/OEA 43/93 Caso 11.430 de octubre de 1996, misma que hasta la fecha permanece incumplida. No obstante, todavía el alto mando militar se muestra como adalid y custodio de la disciplina militar, del orden institucional y del Estado de Derecho. Durante mis ocho años, dos meses y veintiocho días de encarcelamiento, nunca me sentí privado de mi libertad; siempre he sido libre en mi pensamiento y sé que abono a los cambios democráticos en mi país. Las experiencias en prisión son muy duras, pero ahora tengo muy claro que al poder le duele más la pluma, que la balas. * El autor es general brigadier de Caballería del Ejercito mexicano y Doctor en Administración Pública por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Estuvo preso del 9 de noviembre de 1993 al 7 de febrero del 2002 Actualmente, es profesor de la UNAM.


HORIZONTALES

Apuchar.- (Anglicismo proveniente de push).- Verbo muy utilizado en el norte del país. Significa empujar algún objeto. Se aplica, por ejemplo, para mover un auto que no puede arrancar. Al troche moche.- (Adj.) Dícese del acto realizado sin precaución, sin cuidado o sin interés, al “ahí se va” (Vid. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense). Baquetón.- Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense, “amante de la vida fácil y placentera”. Aunque en general esta definición es correcta, designa más bien a un tipo que suele gozar de la vida pero a expensas de los demás. Bichola.- En algunos estados del norte, sobre todo en Sonora, órgano sexual masculino. Este vocablo lo utiliza con frecuencia la llamada “raza amarga”. Boruca.- Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense (elaborado por el licenciado Héctor Rodríguez Espinoza), se entiende por este vocablo “Exceso de ruido utilizado para confundir o desorientar a alguien”. Aunque esto es correcto, en no pocos sitios (por ejemplo en lugares como Altar, Magdalena de Kino, Santa Ana, etc.), se acerca más bien a bulla, bronca, escándalo. Vgr: “¡Vaya boruca que se armó con el compa que llegó de provocador a la cantina!” Bote (Sust.).- Cárcel, centro penitenciario (Vid. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense). Buqui.- Niño, chamaco. Vocablo de origen yaqui. Cachora.- Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense, reptil, lagarto de dimensiones reducidas. Aunque ello es cierto, se trata más bien de un reptilito o de un lagartito; estrictamente hablando de una lagartija. Sinónimo.- Según el citado diccionario, “cachora” es sinónimo de puta. A nuestro parecer indica algo más amable, más suave, por ejemplo, “mujer de cascos ligeros”, o “coqueta desmedida”. Cachoreada.- En algunos estados del norte, sobre todo en Sonora, faje, revolcón. Cachorear.- Fajar. Cachorón.- En Sonora, sinónimo de mameluco. Cahuamanta.- Vocablo compuesto por las palabras “cahuama y mantarraya”. Sabroso platillo sonorense, que surge cuando se prohíbe –por la veda— la venta de cahuama. En lugar de ésta, se utiliza la mantarraya, que tiene un sabor parecido a la anterior.

Calilla.- Designase así, en el norte de México, a aquellas personas a quienes les encanta molestar al prójimo, o como se dice popularmente, “dar lata”. Sinónimo.- Enfadoso (a), pesado(a). Cochi.- Cerdo, marrano.Cuino.- Cochi güero. Charanga.- Carro viejo. Charangón.- Superlativo de charanga. Chero.- Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense, “Dícese del vato de la sierra, de sombrero, botas y cinto piteado”. Aunque esto es cierto en términos generales, en no pocos sitios de dicho Estado se entiende por “chero” más bien a un tipo inculto, bronco, tosco, que habla muy mal el español, o que no sabe comer de acuerdo al Manual de Carreño. Chorcha.- En Sonora y Sinaloa, tal palabra es sinónimo de flota, palomilla, banda. Chota.- En Sonora, sinónimo despectivo de policía. Pero se usa generalmente para designar no uno, sino varios policías. Vgr: “¡Aguas, ahí viene la chota!” Chúcata.- Dulce chicloso que sale del mezquite (Vid. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense). En Sonora, alguna gente suele exclamar “¡come chúcata!”, mediante lo cual quiere decir más o menos “¡vete al diablo!” Chucha cuerera.- Dícese del individuo altamente capaz para una tarea dada (Vid. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Sonorense). Sinónimo.- Vato intrépido, audaz. Óputo.- Comunidad de origen ópata, a unos 300 kilómetros de Hermosillo, Sonora. Dicen las “malas lenguas” que sus moradores le erigieron un monumento a la letra “O”. Pinicuchi.- Vocablo de origen yaqui. Designa aquella postura en la que determinado individuo decide desahogar la popó encaramándose a la taza. También se le conoce como “postura de aguilita”, aunque en términos científicos se le denomina postura “genupectoral”. Tanates.- En Sonora, sinónimo de testículos. Por lo general, aunque alude a éstos, se utiliza más bien para referirse al valor de determinado individuo. Vgr. “¡Qué tanates de cabrón, qué manera de pelear!” * El autor es investigador del Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP.

Formas de comunicación

De mariposa

A algún peatón se le acabaron las suelas de sus zapatos, a un transeúnte se le agotó la seguridad pública y a Nicanor se le acabaron las palabras. Había dicho tantas, que había dicho todas. No existía palabra que Nicanor no hubiera pronunciado. Y se le fueron gastando y ya no tenía nada que decir, porque su boca no podía ya pronunciar palabras. Entonces Nicanor empezó a hablar con números. Y decía uno, dos, tres, cuatro, cinco, ciento veinte, mil doscientos. Hablaba con números y dijo todos. Un día su boca quedó sin poder hablar porque todos los números ya los había dicho y su boca ya sólo escupía ruidos extraños. Gritaba gemidos y formas sonoras amorfas. Gritaba gritos azules y gritos sin color. El día que se le acabaron los gritos, Nicanor ladraba o maullaba o bramaba o berreando o hacía el ruido de un jilguero. Pero nunca pudo quedarse callado.

Respiró Martina el olor de una flor y los pulmones se le hicieron mariposa. A Martina el corazón le saltaba, pero no era el corazón sino los pulmones hechos mariposa. El cuerpo le aleteaba por dentro, por todo adentro. Todo el pueblo miraba entonces a Martina y hacía fila para verla de cerquita porque Martina tenía atrapada una mariposa bajo la piel y los huesos. Martina era Martina, pero era una jaula. Su cuerpo era una jaula. Sus costillas los barrotes de esa jaula donde había una mariposa en cautiverio. El pueblo la miraba. Y Martina no pudo más y abrió la boca grande grande como si su boca fuera una cueva, y de a poquito salió la mariposa por su boca y se fue volando pintando el aire de colores. Y el pueblo no tenía ya espectáculo y se retiró de a poco, hasta que se quedó sola Martina. Sola. Deseando ser una oruga.

1. (Diego), guerrillero apresado y asesinado en 1972. 6. (Contreras), hermanos presos desde 2001 por motivos políticos. 11. Presos, acusados de un delito. 12. Muesca de los caracteres de imprenta. 13. Subsista, permanezca (inv.). 15. Emitir su voz los pollos. 17. (Haro), encabezó a la siniestra Brigada Blanca. 20. Ferrocarrilero y comunista, preso en muchas ocasiones. 21. Prefijo negativo. 22. (Estrada), ex seminarista, inició la formación de Comandos Armados del Pueblo. 23. Dirigirse a un lugar. 24. A nivel. 25. Utiliza. 26. Símbolo de la plata. 27. Infusión. 28. Organización estudiantil priísta de la Universidad de Guadalajara (sigla). 30. Ciento cincuenta y cinco en números romanos. 33. Forma de pronombre. 34. (Rolf ), acusado de guerrillero y detenido en 1966, fue representante de la Alianza de Médicos Mexicanos. 37. Símbolos del yodo y uranio. 38. (Rico), uno de los dirigentes Movimiento Revolucionario del Pueblo, arrestado en 1966. 40. Un punto cardinal. 42. Nombre de una consonante (inv.). 45. (Sartre), filósofo francés, condenó la represión al movimiento estudiantil mexicano en 1968. 46. (Ramos Zavala), autor de El tiempo que nos tocó vivir. 48. Ciento tres en números romanos. 50. (Díaz), guerrillero ejecutado en 1972, la policía dijo que se había suicidado.

51. (Pedro), guerrillero consignado en 1967 a prisión en la cárcel de Lecumberri. VERTICALES 1. Hacer que alguna cosa ocupe un espacio vacío. 2. (Miguel), médico activista detenido en 1966. 3. Del verbo radiar (inv.). 4. Voz de arrullo. 5. Animal plantígrado. 6. Organización campesina auspiciada por Lázaro Cárdenas del Río y que fue dirigida por Garzón Santibáñez. 7. Terminación verbal. 8. Se dice de las aves carnívoras con pico y uñas muy robustos. 9. Abra minas (inv.). 10. Realizará una acción. 14. Batracio. 16. Buey sagrado de los antiguos egipcios. 18. Rompan o hagan pedazos algo. 19. Afirmación. 20. Dícese del disparo que da en el blanco o del tirador diestro. 28. Fuego que levanta llama. 29. Ponga la tasa a una mercancía (inv.). 31. Que trae provecho o comodidad (inv.). 32. Revista fundada en 1976 por Octavio Paz. 34. Banco de peces. 35. Negación. 36. Se dice del color ocre. 39. (Alejandro), roquero mexicano, autor de Abuso de autoridad. 41. Grasa de los animales. 43. Símbolos del aluminio y azufre. 44. Fue la unidad monetaria de la Comunidad Económica Europea. 47. Unión Obrera (inic.). 49. Símbolo del iridio.

5


Mariana Muñiz Nieto*

El sábado primero de diciembre, mi novio yo fuimos al Centro Histórico. Llegamos solos. Al caminar por el Centro, fuimos testigos de la presencia de policías del Distrito Federal (granaderos). Ellos formaban filas horizontales que cerraban el paso de varias calles. Al llegar a la calle 20 de Noviembre, nos unimos a un contingente que se manifestaba pacíficamente. Había estudiantes, trabajadores y personas diversas.

E

l operativo policiaco comenzó a avanzar sobre nosotros. No teníamos claro porqué ocurría esto. En la calle Regina continuó el acorralamiento. Llegamos a Isabel La Católica. La siguiente calle que tomamos fue Filomeno Mata. Este fue el punto en el que fui detenida junto con unas 25 personas más. Sucedió aproximadamente a las 12:20. Los policías llegaron tras nosotros y nos encapsularon, formando un cerco circular. El encapsulamiento sucedió poco antes del cruce con la calle Cinco de Mayo. Recuerdo que casi al mismo tiempo se formó un cerco horizontal que cerraba la calle 5 de Mayo. También estaba cercada la calle paralela. Mi novio y otras personas se encontraban del otro lado del cerco horizontal. Durante la hora aproximada que nos tuvieron acorralados, algunos chicos comenzaron a declamar poesía. Mientras, varios preguntábamos constantemente a los policías cuál era la razón de nuestra detención. Los “guardianes del orden” nos respondían con el silencio o nos decían que era una orden. Del otro lado pedían que nos soltaran y grababan el suceso para dejar evidencias de este acto arbitrario. Después de un tiempo de permanecer encapsulados, llegó y se estacionó sobre la calle 5 de Mayo un camión de la policía federal. Los granaderos nos abrieron un pasillo y nos ordenaron subir en él. En estos momentos continuamos sin tener claridad respecto a las razones de nuestra detención. Ya en el camión nos pidieron sentarnos y nos contaron. Fuimos conducidos a la Fiscalía Especial de Investigación número 50. Durante todo el trayecto seguimos sin tener conocimiento de las razones de nuestro arresto. El camión se estacionó frente a la Fiscalía durante aproximadamente 40 minutos y nos hicieron bajar tomados del hombro. Entonces fui testigo de la llegada de muchos chicos; varios de los cuáles presentaban signos de agresiones físicas. Al entrar nos separaron a las mujeres de los hombres; luego, nos pidieron guardar nuestras cosas en un sobre y nos realizaron un examen médico. No recuerdo muy bien la hora precisa, pero entre la noche del sábado y la madrugada del domingo supimos el delito del que se nos acusaba: “ataques a la paz pública”. Yo había entendido que nuestras declaracio6

nes con derecho a un abogado, comenzarían a las nueve de la mañana del domingo, pero arrancaron mucho después. En el caso de las mujeres fue casi a las diez de la noche. Yo declaré entre las tres y las cuatro de la mañana del día lunes 3 de diciembre. Con mucha prisa, después de rendir mi declaración me llamaron para realizar otro examen médico. Pensé que luego podría regresar a dormir y que a la mañana siguiente quedaría clara nuestra situación, pero después del análisis médico, me pidieron que me formara en una fila formada por 10 de las chicas con las que había pasado la noche en las galeras. Abrieron una puerta trasera que daba a un estacionamiento y a pesar de que insistimos en que teníamos derecho a saber a dónde nos conducían y pedíamos la presencia de nuestros abogados, nos advirtieron que si no cedíamos nos llevarían a la fuerza. Fui jalada de los hombros y grité y, con todas, me subieron al camión. El ambiente era tenso y la incertidumbre nos abrazó. Antes de que el camión partiera, alguien preguntó a dónde nos llevaban. Fue entonces cuando la voz de una mujer (policía o custodia) nos informó que seríamos trasladadas al reclusorio de Santa Martha Acatitla. Llegamos a la cárcel de mujeres, en medio de siluetas y luces rojas y azules alrededor del camión. Esperamos un buen rato y a eso de las seis de la mañana entramos al reclusorio por la puerta. Nos formamos para dejar nuestra ropa y tomar de la bodega dos mudas color beige. Recuerdo a una custodia que lloraba. Así inició un día de papeleo, shock, nuevos exámenes médicos y mucho cansancio. La situación que se nos presentaba a todas provocó unión y solidaridad. No nos separaron. Dormíamos divididas entre dos estancias contiguas. Ahí vivían chicas y mujeres también consignadas o procesadas. El recuerdo que tengo de ellas es especial. Al principio no les gustó que nos vigilaran tanto y que pasáramos la primera noche con colchón, cobija y almohada: “Cuando yo llegué ni un cartón me dieron” nos contaba una de ellas. A la segunda noche sus rostros se asomaban entre las rejas, y en ellos pude leer curiosidad, nobleza y un montón de preguntas. Nos daban consejos y nos decían que no nos preocupáramos, que sí alguien nos

provocaba solo había que decirle a una custodia. Una chica de complexión pequeña y mirada noble, nos regaló una canción que había escrito dedicada a Santa Martha. Me acuerdo que la canción mencionaba cómo al mirar a las palomas, hay muchas en Santa Martha, se añora la libertad. Nos cantó la versión compuesta como balada. La versión rock estaba en proceso. Tal como nos lo advirtió, la canción nos hizo llorar. Curiosamente a la mañana siguiente escuché la frase: “He aprendido a dejar de llorar, a echarle ganas y a ser fuerte”. Conocí a muchas mujeres inocentes en Santa Martha, al menos tres de ellas tenían hijos y los extrañaban mucho. Entre nosotras once hubo mucha solidaridad. Cuando una se quebraba, todas estábamos ahí para apoyarla. Fue importante enterarse de la movilización que se generaba en la sociedad civil. Yo le decía a mi familia que no se impacientara, que nos cuidaban bien y que me sentía fuerte. Tuvimos dos traslados al juzgado del Reclusorio Norte, el primero fue para rendir la declaración preparatoria y el segundo para el desahogo de pruebas. En ambas vimos a los 58 chicos también consignados. Por supuesto nos dimos ánimos y fuerza. El domingo 9 de diciembre, fuimos despertadas a eso de las seis de la mañana. Nos llevaron a las oficinas de Santa Martha. Una mujer que trabajaba con la juez nos leyó la lista de las 55 personas que serían liberadas y de las 14 que continuarían con su proceso judicial. Fue muy fuerte saber que Rita sería la única entre nosotras que no sería liberada esa mañana. No entendíamos por qué se quedaba. La abrazamos, le dijimos que tendría a diez personas más afuera para apoyarla. Al salir abracé mucho a mi familia y a la gente que amo. Tuve días de reflexión. Viví en carne propia una realidad muy patente en mi país. Hoy todas las emociones acumuladas se van transformando en aquella fuerza que me motiva a la construcción de una mejor realidad. Siento mis entrañas más que nunca. Eso significa que estoy viva. *La autora es estudiante del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.


José Fragoso Cervón*

C

onocí al talibán en un viaje que invitó el hongo a Acapulco. Resulta que el susodicho champiñón tiene contratado un paquete de viajes vacacionales con una empresa que tiene hoteles en todo el país y como se le estaba venciendo el plazo para ocupar la semana pagada, nos invitó a algunos cuates al reventón en ese puerto. Uno de esos amigotes fue precisamente el talibán, desconocido para mí en ese entonces. Una vez debidamente abastecida la miscelánea, nos subimos a su camioneta y nos dirigimos a gozar de las aguas y de las palmeras borrachas de sol (espérate, Agustín). De inmediato surgió una identificación entre el talibán y este cuaderno, parecía como si nos conociéramos desde un chingo de años atrás, lo cual celebramos con agua bendita y yerba maldita desde la partida misma. En el transcurso del viaje supe que vivió en el quinto patio de una de las tantas vecindades la colonia Santa Julia. “Chíngale”, me dije, qué buena referencia en el Distrito Federal, (seguro delincuente). También supe que en su juventud requirió de los conocimientos de el hongo el cual, falsificando credenciales, se presentó en su lugar a un examen de la secundaria (en su última oportunidad) y así logró aprobar la tan odiada materia de matemáticas (por eso se hizo abogado); que estudió la licenciatura en Derecho en la UNAM (para seguir el curso de rufián), que daba clases en la Universidad Anahuac (roce burgués), que era asesor jurídico del Partido de la Revolución Democrática (tribu), o sea, en síntesis, que era una pinche fichita, lo que nos hermanó de inmediato. Y a partir de ahí la fiesta perpetua. El hotel era de un lujo pequeño burgués que satisfacía plenamente nuestras expectativas; contaba con todas las comodidades, una serpenteante albercota, una playota, un restaurante con pista de baile (del restaurante no hicimos uso, sólo de su cantina y de su pista de baile); la habitación tenía un recibidor grande con 2 recamaras y cocineta de la que de inmediato se apropió el hongo para preparar unas botanas. Mientras, el talibán preparaba los tragos (brandy, pues es abogado) y yo forjaba las colas de borrego para purificar la estancia (alejar a los malos espíritus). Pero no pasó mucho tiempo para que cada 20 minutos aproximadamente llegara personal del hotel con pretextos varios. Según el talibán era por el hornazo que desprendíamos hacia afuera. A la mañana siguiente, saltamos a la palestra con nuestros termos (pepsi-lindros) preparados con puro cañabar y nuestras raciones alimenticias; enfundados en unos calzonzotes de colores, chanclas, lentes de sol, nuestras camisetas estampadas con imágenes de Pink Floy y Rolling Stones, y hasta la madre de pasados. Nos apropiamos de una mesa junto a la serpentéate albercota. La imagen que presentábamos hizo que metros alrededor nadie se acercara. Así transcurrió el día hasta que uno de los meseros nos indicó que cuan-

do menos bajáramos los garrafones pepsi-lindros de la mesita, porque ahí sólo se consumían bebidas del hotel. Hicimos poco uso de la albercota, sólo el talibán se sumergía con su escafandra cuando pasaba una chica de buen ver; pero eso sí, cuánto chupamos. Por la tarde pasamos al bar y organizamos un concurso de dancing arrabalero en el que la escuela de baile del cuarto regimiento de caballería (antro de cuarta categoría), representado por el José, triunfó (por supuesto) sobre la escuela del quinto patio de Santa Julia. Al día siguiente, decidimos tomar por asalto la playa privada del hotel, ya que contaba con sillas y sombrillas. Esta vez el talibán, que iba enfundado con una camiseta amarilla con estampados de parejas haciendo el amor en diferentes posiciones, pronto se fue con unas damiselas a jugar voleibol de arena. Pero lo sorprendente fue que unos playeros inmediatamente lo reconocieron y saludaron con gran respeto. El hongo decía que era porque el jefe de ellos había vivido un tiempo en Santa Julia, pero el talibán aseguraba que era por servicios profesionales prestados cuando uno cayó en cananea (cárcel) en el Distrito Federal. No profundicé en el asunto, pero lo cierto es que los renegridos nos surtieron del material que ya estaba escaseando y nos obsequiaron unos chochos de esos que llevan a lugares paradisíacos. Por la tarde, no pudimos despreciar la invitación de los playeros a comer un pescado preparado en un restaurante que tenían a la orilla de la playa como a un kilómetro del hotel. Al cuarto día como ya no teníamos dinero, decidimos que dar un tarjetazo para lo necesario; acordamos también a propuesta del talibán que el hongo y su servilleta comprábamos la comida y él abastecería la bebida. Me extraño que ya en el Centro Comercial propusiera vernos de regreso en el vehículo, pero el hongo de inmediato me puso al tanto: resulta que al talibán no le gusta pagar por las mercancías y usando las habilidades aprendidas como juliero de quinto patio nos surtió de una variedad de botellas que sacó de todos lados, sobacos, cinturón, calcetines y bolsas de su saco, que había “expropiado” a los pinches riquillos dueños de las grandes tiendas. El último día pasamos casi toda la mañana en la habitación, pues ya nos sentíamos agotados del descanso vacacional y esperamos el atardecer. Nos ubicamos en un lugar estratégico de la playa nos metimos el chocho (LSD) obsequio de los playeros y en pleno prendidón alucinamos el maravilloso atardecer acapulqueño. Hay personas que las tratas muchos años y no las llegas a conocer, pero también hay personas que con un corto rato, te hermanas con ellas. ¡Saludos talibán!

* El autor es doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachin.

Para que usted tenga la posibilidad de comparar las cifras de Puebla con las de algún otro estado y formarse una mejor idea, hemos elegido a Guanajuato por tener una cifra similar de habitantes. Año 2011 Gasto en justicia por habitante/pesos Porcentaje del presupuesto para poderes judiciales Expedientes ingresados en tribunales superiores de justicia Número de delitos cometidos y registrados Personal que labora en los tribunales Jueces y magistrados Sueldo promedio de jueces en miles de pesos Número de juzgados Número de salas en los tribunales superiores de justicia Promedio por juzgado expediente ingresado/día/materia penal Promedio por juzgado expediente ingresado/día/materia familiar Promedio por juzgado exp. ingresado/día/justicia adolescente Tasa de sentencia en materia penal Tasa de sentencia en materia de adolescentes Tasa de apelación Promedio días de duración de los juicios en materia penal Juzgados orales Número de internamientos dictados por los jueces (inquisitorio)

Puebla 69

Guanajuato 202

0.8

2.3

46,485

183,546

8,593

20,833

1,502 66/25

2,735 202/21

40.3

68.2

47

137

8

22

1

1

19

0

0.6

0.3

54.9

58.7

75.8

35.8

27.3

3.9

21

Sin dato

3

1

84

Sin dato

Fuente: http://estadistica.tsjdf.gob.mx/portal/anuario/indice2012.action

Solución al Reincigrama de este número

Director y editor: Enrique Condés Lara Consejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Jaime Cid Monjaraz, Juan Lozada León, Gloria A. Tirado Villegas, José Fragoso Cervón, María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel y Enrique Barradas Guevara Corrección: Enrique Condés Breña Diseño: Israel Hernández Cedeño Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com *No incluye sección de Sociales

RE~INCIDENTE. Año 4. No. 57. Segunda quincena de mayo de 2013. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en mayo de 2013 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

7


A lo largo de la época dorada del PRIATO, el gobierno mexicano nunca reconoció la existencia de cárceles clandestinas en el país. Incluso, los gobernantes y altos funcionarios se molestaban mucho cuando algún organismo de derechos humanos como Amnistía Internacional, o un reportero extranjero (los del país no se atrevían a tanto) les preguntaban sobre ello. Las consabidas y añejas cantaletas sobre el “Estado de derecho”, el “pleno apego a la Constitución” y el “absoluto respeto a las leyes” salían entonces a relucir pretendiendo borrar pruebas, testimonios y denuncias.

P

ero lo cierto es que miles de opositores y disidentes del régimen estuvieron en cárceles e instalaciones clandestinas a merced de torturadores y sádicos, de policías y militares arbitrarios, sufriendo toda clase de vejaciones, golpes y presiones, desaparecidos, sin defensa alguna. Muchos de ellos no volvieron a verse más. Y abundan relatos sobre lo que decimos. REINCIDENTE presenta un documento de enorme valor para la reconstrucción de este oscuro capítulo de la historia reciente de México: el acuerdo para la creación de “una cárcel para reos del fuero federal [a fin] de que sean confinados con amplias condiciones de seguridad... en conveniente aislamiento de reos de otros delitos”, ubicada, ni más ni menos, que en el Campo Militar No. 1. Saquen conclusiones.

8


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.