Reincidente 64

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HISTORIAS DEL ‘68 María Magdalena Pérez Alfaro Carlos Sevilla+ Carlos Salcedo García David J. Martínez Tamariz

‘68 RIAS DEL HISTO na Pérez Alfaro Magdale Carlos Sevilla+ García Salcedo z Tamariz Carlos J. Martíne AD David LA FACULT Bautista DESDE Torres O Mariano ENGAÑ Lara Condés Enrique ) (poblano NARIO DIABLO DICCIO DEL Mendoza to Sotelo Humber GRAMAs REINCI o Contrera Fernand OS CUENT PUROS Paco Rubín AQUÍ, ASÍAS FRANTCervón José Fragoso ÍA OMAN Breña ARITM Gabriela HA DICHO QUE SE LA MUJER DE LO CONTRA

María

Año IV,

Número

64, 1ra.

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2013

DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista

Año IV, Número 64, 1ra. quincena de septiembre de 2013 ad ó Ciud González** cito tom ría de mis Sevilla Carlos do el ejér la mayo ón que re, cuan hicieron a una misi tení septiemb , como lo go. el 18 de escapado Políticas, pero er el ries cias detenido e haber tes Yo fui taria. Pud sofía y Ciendudé en corr ayudan de sus de uno os más tarde, volUniversi ros de Filo plir y no al oído bayocum dijo algo el lugar. Minut a punta de a la compañe Coronel prisa os que a frente

ENGAÑO Enrique Condés Lara

El onó con de soldad se hallab os dos do buscan ó quien aband de un grupoun autobús que permanecim los Ahí frente e todos dijera estar o, se indignhi- vió alnos llevaron hastade Comercio. n en llenars ventanien CU ad neta presencia cerme el consejmadre con no tardaro os ver por lasde Policía, la Facult sobre su agrade de una como le falta- puerta de a pesar de que podíam la Jefatura terrogada Lejos de irle la edad Como a horas bre y Fray pero razón, muy vieja. Mien- o tres s con detenidos. s conducidos20 de noviem se reuatribu sus hijos. francés nida- a que pudiera Tal vez tenía a ya me asomé asiento os que fuimoTlaxcoaque, nas. de Huma estudiante me parecí serenara, toda de supim mayo. jos universitario en el estacio una día, un vieja Torre de frontales, de que se contemplar ha- llas, a en la Plaza Mier. de ese bajaron medio de un iento de la tía dientes que de ncerla situad en a noche nosotros en fue el movim stas, me dirigí ban los a de conve aque, nos mía. Vi que permi poli- Servando Teresa al sótano percibimos a Tlaxco dieron nió con hablarnos sobre tas y respue se realizaba tras tratab a del baño ad de Econo as que amos una descen Al llegar s conducidos primero permanecerí ina dondenal de Huel- por la ventanhasta la Facultde los que des para sesión de pregun largas macan salir o y fuimo os. Lo cuadrados, ar la rio de Medic jo Nacio 200 copias la explanadao varios autos llevaban unas intentar que mient fila de soldad del lugar donde 40 metros piso estaque podía a Al termin al audito del Conse unas o el unos , salía de tado dos CNH partes bían llegados de paisan ó entonces que . Pedí a Alcira é si- doble olor que to. Todo un local en mi vocho dos del algunas había presen de la fétido vestid n de delega secreto junté y enroll ocurri días. Era literas de cemen aban en encontraban la reunió a, para los delega días antes o Programa al es- cías s. Se me policía probar docena de unos y salí a con ocho que alcanz paredes se las recorrían zado de carta las cuales ga. Llevab ento que, ción, titulad Al llegardejar el blanca Las í de ella ada en el baño equipado ado de orines es hojas CU disfra s de altura. su aproba -Estudiantil. chinch solía del docum del de regalara unas a. Me despedría encerr siendo des- ba inund pulgada de ríos de con cruces, perfile llos. donde lea para pesino me al breves se queda acabar una macan la asamb Obrero-Cam ias Políticas,de la “Guerrillera como unacochambre, te adornadas estaño de cigarri e de Lucha mulando sospechar que militar, paraión, por el person los reAlianza ción to de Cienc je urgent del Comité emisora , sin llenas den macabramen s con papel cía sobre iones inanic después. ocupa amien s de suerte mensa la una produ y tacion expres as e un campu morir fuese estaba mensajes hecho sión que te toda o de sonido no había evocaciones como si entrando a CUs se duran ta, a punto de de tres seman o interior del primero y sy carro, escuch un aparat la impre de que , tos y manejaba está circuit . cúpulaicativo de os. Al cubier za alrededor s tanque Cuadrante”,ad que se s, el ejército era el hechoos; los lamen ión de nausea dirigí al fila de soldad por el oficial mucho Signif sensac para protede limpie firme me ca o que deese lugar, obscen una de la Facult CU y “Compañero teléfon A paso ocupado por con voz enérgi caminando en clusos es ni dibujos antes. Con una mis pies apenas unos fuera de . té de radio. informado por a, seguí avanzaba, procac eran domin las puntas de ado je el carro Universidad que estabatopé le pregun decir palabr rme nos hanhacia acá”. detenidos religiosas ando sobre que había estren Sin menque iado condu avenida os. Confo o, no docamin s de ante dirigen pensarlo demas gasolinera de introduje nuevaina, lo con supo responder. a los soldad s de estudiantes tiemp res entré No te largo zapato de la entos y me de mí ver grupo Sin por milita una Medic ente evirio de cuantas co- jando detrás né cerca os, duran ar vanam , llegavigilados treta crucé de ger mis pude al audito aceras lo estacio bulto de docum boca abajo,o la misma la gasolinería e días antes. tantes y confus que intent De pronto laan rápi- prados y o llegué distribuir, unas Usand en el piso o patibu Tomé mi s. Cuand Expec otra cosa rodeaba. se retirab hasta en una especi rnos. y solo pude an tarde y llevaría a cabo. tendidos armas largas. pude llegar salir, acertamos hacer ad que nosagentes de aspect te al campu a golpea de y llegab aba el casi vacío os y y otras convertida de n no se la sucied encontré delegados queque la reunió a quienes entreg do el tadosmás de soldad que estaba querían entrarlo otro. zaban entrar compañeros ó tar toda puerta un grupo rsidad personas fila ni varios y amena escuch pias a los al percatarse recordaba que había aproba ron a la nos insultaron apoderado de Entonces, se entar, unas permitían lo uno de lograr salvar a apare- avenida Unive te papel, ar ma . mi donde zaron día damen de el progra fue intent la rio que comen depen aduana guardias no dejen amedr los demás ya se había ocurrió con los Posesionado que ese era dos hasta que o. de libertad pánico extenderse a añeros, no se es simplemente e ya ento no al ejércit mientras claro que mi ro que se me podía tocar al otro El docum esperé delega que ca: “comp do el gobier eración porqu noramenazaba varias prime rme Era Y cómo evadir ro desliza ulo. Lo la gasolinería, ya había la ma- una voz enérgi CNH. ha desata ad y desesp , maest a, para de soldados. nto de pensar ria para cia que as. rsidad pero n estacionados este obstác n Dozal amental, hacer los e al techo si me estirab el mome nidala violen ra de su debilid a Unive estaba fuerza necesa dotes atlétic a los Era Martí Llegó a la aveniddetrás de ellos Torre de Huma fía. subirmde los dedos no tuve la uí por mis empleado de una muest la madre”. la represión gubern y unirse Filoso Pero a la os y Quise volver ado de a un traba- les dimos en al presenciar por toda la ciudad cancerberos re- puntade la calle. nunca me disting los dirigirme Comercio hasta a disfraz s de soldad í el mismo - lado , y es que llevaba propuestasdecena X en la malista que, denunciarla ignorásemos s. Decid que va de hacían escabullirme PEME pesos que do o Gonzá formular niobra ada unos tanque pensé en los 200 un letrero de de ser confun s bía decidi Propuso que ramos a “Debemos aprove ñeros quey otro Rome cuando la la explan mos Ofrecí Luego so con ho des por a varios compa y nos dedicá construir. después estareinsisestudiantes. a de Vacaad de Derec cimos y cada la gasolinería. o de su bata trato, temero ba sobre alguno tré lismo mos e a Cabez el nom- del capita que quería Encon uno era porqu la Facult iliedificio jador a cambi no aceptó detenido. Cavila por mi No obede pensar ”, decía de maner sa país corrido, mos pasadomarcó el alto. Yo me metí al o para que a, pero o se tranquos y para el n me llamó una sorpre ante y ma- char este tiemp dos en la acción lez. Había militar nos te dirección. la Torre, mismo ente espaldcon un estudi cuando alguie espalda. Fue , todo mund s, aplaus ocupa soltar mi un de mi de magia es, los debate exactamenvoz de en diferen al elevador escuchaba claramde las dido alternativosmano sobre y me hizo de seguir libre. demasiado por arte supo planes ilumiroles una que aliento dirigí sería tente. Como on las intervencion quien corrió estanto en días. Nadie cerrado, os la quitó el posando fía y me esperanzas suponía los estope de Filosojusto en el momeen el piso de al 4° piso, dondehabía- bre, cula que me ató como mis tar a quien o, un compa- zó y se iniciar duraron varios en un lugar ca. Y perdim mos y que o llegué abordé mi el golpeteo de mayúsque se desbar o para enfrenJorge Moren rio de Pa- rechiflas queporque estába por luz eléctri gicas Cuand s cana volví aterrad con té de Lucha tras de los soldados. igaciones Filoló era el secreta igaciones te cuánto nentemente encontré Me la puerta en el l de Comi pero me graduado, que to de Investdirigido a nado perma días. botas de to de Invest l genera de cemento en los Años Leya captor, el Institu había Fueron de dera e mi de Derecho ba el Institutido en cuarte ciando cuenta de los ova en té porqué se nar. o Esos cárcel porqu escupi denun la mCasan ñero funcio conver una inédit a en lez mos os y no lo logré le pregun coloqué e me estaba pidió tranGonzá del texto experiencias finales de septie no pudier Filosofía, or para que Instituto perodió a mis llamad an. blo es. Molesto, prácticament apenado meambos salié- *Parte inicial sus desde Social insinué que el rno mente uiría que autor relataestuvo preso del elevad de entrar al Nadie respon los soldados subier ó hacia que el a y Gobie econseg 1971. del pasillo mi y le represores. Obvia camin Traté donde que o, de llave. que Polític de ó o baño : julio en seguid o compl del caso echad cumberri ité al in- ante los y me asegur habían qué hacer en abrir la puerta Me precip CU. Actomilitares y civiles 1968 hasta-2011), doctor or de tiemp es de la bre de que soltó quilizarme profes sa antes de (1936 no sabía sin esperanza Essex, Políticas y Social fácilmente.de alguien cuanto instruccione poeta fía y Letras **El autor rsidad de ias ncia te? mía, cedió Intenté uruguaya, Co- ramos que daba nos perde Cienc entante de Filoso e de 2011. sorpresa la débil resiste ¿me permi que se el cual por la Unive octubr , una mujer dentro del s, oficial y, para Facultad ndo repres e usted en —Coronel, el 4 de ofrece? Era Alcira participaba las noche to de la en 1968 fue é se le arle que ordenn profesional . Murió terior vencie aterrador. ura, que singular; por y los mi—¿Qu UNAM, M en el CNH iero suplic un grito ante de literat papel sus poea un exame a muy el os —Qu UNA la maner ad, usaba por miles y estudi Lucha de que n los tan- de salir. Venim caballero? activid ucir declarando . Se mitasinodal. mité de disminuía la para reprod nada más tia, que mueva té moles distribuía al pueblo de fui se le ofrece cuando del Comi te el día el arte —¿No si no es muchaauto. cosas afos s duran llevar s meógr mi s que o. nto de —Pue que me dijo mucha poder sacar los atiend mas, mismo o el mome alterada y lo único ques para un momento país. de las cuales había llegad sumamente ada del aconsejé que —En rente dentro expuls encontraba incohe que temía ser excitación, le r y, al ser inmanera claro fue un poco su el cerco milita quedó s o bajó e cruzar Cuand n de Sociale abiertament e secció intentara no incluy idente * Reinc

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DICCIONARIO (poblano) DEL DIABLO Humberto Sotelo Mendoza REINCIGRAMA Fernando Contreras AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña

DE LO QUE SE HA DICHO CONTRA LA MUJER

Carlos Sevilla González**

Yo fui detenido el 18 de septiembre, cuando el ejército tomó Ciudad Universitaria. Pude haber escapado, como lo hicieron la mayoría de mis compañeros de Filosofía y Ciencias Políticas, pero tenía una misión que cumplir y no dudé en correr el riesgo.

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a noche de ese día, un estudiante francés se reunió con nosotros en la vieja Torre de Humanidades para hablarnos sobre el movimiento de mayo. Al terminar la sesión de preguntas y respuestas, me dirigí en mi vocho al auditorio de Medicina donde se realizaba la reunión de delegados del Consejo Nacional de Huelga. Llevaba, para los delegados del CNH, unas 200 copias del documento que, unos días antes había presentado a la asamblea para su aprobación, titulado Programa de la Alianza Obrero-Campesino-Estudiantil. Al llegar al estacionamiento de Ciencias Políticas, donde solía dejar el carro, escuche un mensaje urgente de la “Guerrillera del Cuadrante”, un aparato de sonido del Comité de Lucha de la Facultad que se manejaba como si fuese una emisora de radio. “Compañeros, el ejército está entrando a CU y nos han informado por teléfono que muchos tanques se dirigen hacia acá”. Sin pensarlo demasiado conduje el carro fuera de CU y lo estacioné cerca de la gasolinera de avenida Universidad. Tomé mi bulto de documentos y me introduje nuevamente al campus. Cuando llegué al auditorio de Medicina, lo encontré casi vacío y solo pude distribuir, unas cuantas copias a los delegados que llegaban tarde y se retiraban rápidamente al percatarse que la reunión no se llevaría a cabo. Posesionado de mi papel, recordaba a quienes entregaba el documento que ese era el programa que había aprobado el CNH. Y esperé delegados hasta que comenzaron a aparecer los soldados. Llegó el momento de pensar cómo evadir al ejército. Quise volver a la avenida Universidad pero ya había varias decenas de soldados y detrás de ellos estaban estacionados unos tanques. Decidí dirigirme a la Torre de Humanidades por la explanada que va de Comercio hasta Filosofía. Encontré a varios compañeros que hacían el mismo recorrido, uno era Cabeza de Vaca y otro Romeo González. Habíamos pasado la Facultad de Derecho cuando la voz de un militar nos marcó el alto. No obedecimos y cada quien corrió en diferente dirección. Yo me metí al edificio de Filosofía y me dirigí al elevador de la Torre, mismo que abordé justo en el momento en que escuchaba claramente tras de mi el golpeteo en el piso de los estoperoles de las botas de los soldados. Cuando llegué al 4° piso, donde estaba el Instituto de Investigaciones Filológicas y que habíamos convertido en cuartel general de Comité de Lucha de Filosofía, coloqué una escupidera de cemento en la puerta del elevador para que no pudiera funcionar. Traté de entrar al Instituto pero no lo logré porque habían echado llave. Nadie respondió a mis llamados y no sabía qué hacer en caso de que los soldados subieran. Intenté sin esperanza abrir la puerta del baño del pasillo y, para sorpresa mía, cedió fácilmente. Me precipité al interior venciendo la débil resistencia de alguien que soltó un grito aterrador. Era Alcira, una mujer uruguaya, poeta y estudiante de literatura, que participaba dentro del Comité de Lucha de manera muy singular; por las noches, cuando disminuía la actividad, usaba el papel y los mimeógrafos del Comité para reproducir por miles sus poemas, mismos que durante el día distribuía declarando que había llegado el momento de llevar el arte al pueblo. Se encontraba sumamente alterada y dijo muchas cosas de manera incoherente dentro de las cuales lo único que me quedó claro fue que temía ser expulsada del país. Cuando bajó un poco su excitación, le aconsejé que intentara abiertamente cruzar el cerco militar y, al ser in-

* Reincidente no incluye sección de Sociales

terrogada sobre su presencia en CU dijera estar buscando a sus hijos. Lejos de agradecerme el consejo, se indignó de que pudiera atribuirle la edad de una madre con hijos universitarios. Tal vez tenía razón, pero como le faltaban los dientes frontales, me parecía ya muy vieja. Mientras trataba de convencerla de que se serenara, me asomé por la ventana del baño que permitía contemplar toda la explanada hasta la Facultad de Economía. Vi que habían llegado varios autos de los que descendieron policías vestidos de paisano que llevaban unas largas macanas blancas. Se me ocurrió entonces que podía intentar salir de CU disfrazado de policía secreto. Pedí a Alcira que me regalara unas hojas carta las cuales junté y enrollé simulando una macana. Me despedí de ella y salí a probar suerte, sin sospechar que se quedaría encerrada en el baño durante toda la ocupación militar, para acabar siendo descubierta, a punto de morir de inanición, por el personal de limpieza alrededor de tres semanas después. A paso firme me dirigí al circuito interior del campus que estaba ocupado por una fila de soldados. Al primero con que topé le pregunté con voz enérgica por el oficial. No supo responder. Sin decir palabra, seguí caminando dejando detrás de mí a los soldados. Conforme avanzaba, en prados y aceras pude ver grupos de estudiantes detenidos tendidos en el piso boca abajo, vigilados por militares dotados de armas largas. Usando la misma treta crucé una fila más de soldados y pude llegar hasta la gasolinería de avenida Universidad que estaba convertida en una especie de aduana donde unas personas querían entrar y otras salir, mientras los guardias no permitían lo uno ni lo otro. Era claro que mi libertad dependía de lograr salvar este obstáculo. Lo primero que se me ocurrió fue intentar subirme al techo de la gasolinería, que podía tocar con la punta de los dedos si me estiraba, para deslizarme al otro lado de la calle. Pero no tuve la fuerza necesaria para la maniobra, y es que nunca me distinguí por mis dotes atléticas. Luego pensé en escabullirme disfrazado de empleado de la gasolinería. Ofrecí los 200 pesos que llevaba a un trabajador a cambio de su bata con un letrero de PEMEX en la espalda, pero no aceptó el trato, temeroso de ser confundido con un estudiante y detenido. Cavilaba sobre algunos planes alternativos cuando alguien me llamó por mi nombre, posando una mano sobre mi espalda. Fue una sorpresa mayúscula que me quitó el aliento y me hizo soltar mi macana que se desbarató como mis esperanzas de seguir libre. Me volví aterrado para enfrentar a quien suponía sería mi captor, pero me encontré con Jorge Moreno, un compañero de Derecho ya graduado, que era el secretario de Pablo González Casanova en el Instituto de Investigaciones Sociales. Molesto, le pregunté porqué se había dirigido a mi y le insinué que prácticamente me estaba denunciando ante los represores. Obviamente apenado me pidió tranquilizarme y me aseguró que conseguiría que ambos saliéramos cuanto antes de CU. Acto seguido, caminó hacia el oficial que daba instrucciones a militares y civiles: —Coronel, ¿me permite? —¿Qué se le ofrece? —Quiero suplicarle que ordene usted que se nos permita salir. Venimos a un examen profesional en el cual fui sinodal. —¿No se le ofrece nada más caballero? —Pues si no es mucha molestia, que muevan los tanques para poder sacar mi auto. —En un momento los atiendo.

El Coronel dijo algo al oído de uno de sus ayudantes quien abandonó con prisa el lugar. Minutos más tarde, volvió al frente de un grupo de soldados que a punta de bayoneta nos llevaron hasta un autobús que se hallaba frente a la puerta de la Facultad de Comercio. Ahí permanecimos dos o tres horas a pesar de que no tardaron en llenarse todos los asientos con detenidos. Como podíamos ver por las ventanillas, supimos que fuimos conducidos a la Jefatura de Policía, situada en la Plaza de Tlaxcoaque, 20 de noviembre y Fray Servando Teresa de Mier. Al llegar a Tlaxcoaque, nos bajaron en el estacionamiento y fuimos conducidos al sótano en medio de una doble fila de soldados. Lo primero que percibimos fue un fétido olor que salía del lugar donde permaneceríamos una docena de días. Era un local de unos 40 metros cuadrados, equipado con ocho literas de cemento. Todo el piso estaba inundado de orines que alcanzaban en algunas partes como una pulgada de altura. Las paredes se encontraban llenas de cochambre, breves ríos de chinches las recorrían y estaban macabramente adornadas con cruces, perfiles de cúpulas y mensajes hechos con papel estaño de cigarrillos. Significativo de la impresión que producía sobre los reclusos ese lugar, era el hecho de que no había expresiones procaces ni dibujos obscenos; los lamentos y evocaciones religiosas eran dominantes. Con una sensación de nausea, entré caminando sobre las puntas de mis pies para proteger mis zapatos de ante que había estrenado apenas unos días antes. Expectantes y confusos, durante largo tiempo, no acertamos hacer otra cosa que intentar vanamente evitar toda la suciedad que nos rodeaba. De pronto, llegaron a la puerta un grupo de agentes de aspecto patibulario que nos insultaron y amenazaban entrar a golpearnos. El pánico ya se había apoderado de varios compañeros y amenazaba extenderse a los demás. Entonces, se escuchó una voz enérgica: “compañeros, no se dejen amedrentar, la violencia que ha desatado el gobierno es simplemente una muestra de su debilidad y desesperación porque ya les dimos en la madre”. Era Martín Dozal, maestro normalista que, al presenciar la represión gubernamental, había decidido denunciarla por toda la ciudad y unirse a los estudiantes. Propuso que ignorásemos a los cancerberos del capitalismo y nos dedicáramos a formular propuestas para el país que queríamos construir. “Debemos aprovechar este tiempo para pensar porque después estaremos demasiado ocupados en la acción”, decía de manera insistente. Como por arte de magia, todo mundo se tranquilizó y se iniciaron las intervenciones, los debates, aplausos y rechiflas que duraron varios días. Nadie supo exactamente cuántos porque estábamos en un lugar cerrado, iluminado permanentemente por luz eléctrica. Y perdimos la cuenta de los días.

*Parte inicial del texto inédito Esos Fueron los Años en el que el autor relata sus experiencias en la cárcel de Lecumberri donde estuvo preso desde finales de septiembre de 1968 hasta julio de 1971. **El autor (1936-2011), doctor en Política y Gobierno por la Universidad de Essex, profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en 1968 fue representante de Filosofía y Letras de la UNAM en el CNH. Murió el 4 de octubre de 2011.


Mariano E. Torres Bautista*

Entre algunas de las principales tendencias que impulsan el cambio en el mundo de la educación son de considerar las que influirán decididamente en tan sólo unos pocos años. La principal es, evidentemente, la transición de la enseñanza al aprendizaje.

L

a educación ha consistido tradicionalmente en dos elementos fundamentales: la enseñanza y el aprendizaje, con un fuerte énfasis en la enseñanza. A lo largo de la historia, la transferencia de información por parte del profesor al alumno se ha hecho sobre la base de la relación de persona a persona. Un maestro se pone delante de una habitación y le da la información a un estudiante para aprender. Debido a que este enfoque requiere que el profesor sea un experto en todos los temas que enseña, esto se conoce como la forma de educación con el "sabio en el escenario". Mientras, el estilo de enseñanza a base de conferencias magistrales ha sido utilizado durante siglos para construir una sociedad alfabetizada y competente, hoy termina siendo un sistema altamente ineficiente en muchos aspectos: una especie de "equivalente a la utilización de números romanos." Esto quiere decir que para cualquier nuevo tema que se enseñe, es necesario crear a un nuevo experto. Esta necesidad universal de los expertos se ha convertido cada vez más y más en un auténtico cuello de botella para el aprendizaje. Tomemos por ejemplo a un tema nuevo que no se puede enseñar, porque el experto vive en el otro lado del mundo. Los profesores actúan como una válvula de control del conocimiento, capaces de encender o apagar el flujo de información. El sistema educativo del futuro será sometido a una transición de un fuerte énfasis en los instrumentos de la enseñanza a un fuerte énfasis a los procesos de aprendizaje. Esto quiere decir que los expertos crearán el material del curso y los estudiantes aprenderán en cualquier momento o en cualquier lugar a un ritmo que sea cómodo para ellos, aprendiendo los temas que les interese. En el futuro, los docentes pasarán de ser expertos en el tema al papel de guías y entrenadores. ¿Por qué? Simplemente por la cantidad inmensa de métodos, procedimientos y, sobre todo, información a manejar. Durante la época de Gutenberg, la gente tendía a vivir y morir dentro de los 20 kilómetros de donde nació.

No porque tuviese miedo de viajar, sino porque no tenían mapas fiables, recursos, transportes, o simplemente motivos para viajar. Durante esta época la gente tenía una comprensión muy limitada del mundo que le rodeaba. El flujo de información era controlado por unos pocos miembros de la élite de la sociedad. Actualmente hemos rebasado ese escenario, vigente hace tan sólo 500 años, en que la información era preciosa y en manos de muy pocos. Actualmente vivimos tiempos donde la información es tan abundante que si no seleccionamos lo que realmente requerimos, sentimos como si nos estuviéramos ahogando en una sobrecarga de información. Sin embargo, es evidente que mucha de la "información" de los problemas que imperan en la sociedad actual es solo la parte visible que deja un complejo sistema de control. Es un fenómeno distinto al hecho cierto de que sólo los médicos pueden entender la medicina, sólo los físicos pueden entender cómo funciona el universo y sólo los maestros saben cómo prepararnos para el mundo venidero. Hay información que se expande y difunde rápidamente y otra que se considera “peligrosa” para el conocimiento de la gente. Hay muchas maneras de hablar sobre el rápido crecimiento de la información que hemos experimentado en los últimos años. Sin embargo, es importante prestar atención a sus dimensiones cambiantes, así como a su volumen. La información ya no es sólo aquella que se encuentra respaldada en un texto, también existe de manera gráfica, musical, visual o de audio. Piénsese simplemente en las siguientes estadísticas que hoy en día no son ningún secreto. • El número de canciones disponibles en iTunes es de más de 3,5 millones de unidades. • El número de libros en Amazon - más de 4 millones de unidades. • El número de blogs disponibles en línea - más de 60 millones. • El número de entradas en la Wikipedia - más de 4 millones. • El número de cuentas de usuarios en Facebook: 1,150 millones.

• El número de vídeos en YouTube - más de 6,1 millones. La información está estallando a nuestro alrededor, en todas las formas posibles. Sin embargo, no tenemos una manera fácil de traducir estos bloques de información en material didáctico. Después de ver los datos anteriores y pensando en el tamaño y la forma de la información en todo el mundo, es de considerar que el número de cursos disponibles, ya sea en un salón de clases o, como se usa cada vez más actualmente: en línea, son incapaces de abarcar todas las áreas y mucho menos la creciente información disponible. El Movimiento para la Educación Abierta se inspiró en el movimiento por el software de código abierto (es decir, Linux). Se apoya en las habilidades de comunicación de gran alcance de la Internet y el resultado se aplica a la enseñanza y los materiales de aprendizaje, tales como las notas del curso y libros de texto. Sus materiales educativos incluyen texto, imágenes, audio, video, simulaciones interactivas y juegos que son de libre uso y reutilizados en nuevas formas por cualquier persona alrededor del mundo. Este es un primer esfuerzo pero está muy lejos de cubrir apenas la punta del iceberg de la información. Algunos de los sistemas de educación abierta ya están atrayendo a un gran número de usuarios por mes. El sistema de aprendizaje del futuro estará basado en un punto de acceso único para toda clase de cursos. Usando los libros como una estrecha analogía, se puede pensar que todos los libros disponibles tienen el potencial de ser traducidos a los cursos o incluso, a múltiples cursos. En este momento hay temas mucho más discutidos en los libros que cursos para enseñar el material. Es decir, hay un evidente vacío de material didáctico a la espera de ser llenado, y la llave para abrir tal vacío es el constructor de material didáctico participativo. La pregunta final es: ¿Qué requerimos enseñar y bajo que modalidades cuando el "sabio en el escenario" sea una especie declarada oficialmente extinta? * El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Panthêon- Sorbonne; actualmente se desempeña como investigador del Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP.

Enrique Condés Lara*

E

l 10 de mayo de 1940, él ejército alemán inició una ofensiva general contra Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y Francia. Quince días después los había derrotado a todos sin ninguna señalada superioridad militar, ni un peso numérico abrumador; sino gracias a una gran habilidad táctica y logística que emanaban de una nueva concepción global de la guerra: movilidad y maniobra, velocidad, concentración y número, posibles mediante el uso masivo de blindados apoyados por aviación, artillería e infantería mecanizada, capaces de romper las líneas enemigas y destruir sus comunicaciones. Fue la blitzkrieg. Para el 24 de mayo, fue rota la línea defensiva belga y la Fuerza Expedicionaria Británica (FEB) en Francia junto con una porción del ejército francés quedaron atrapadas, tras una atropellada retirada luego de haber sufrido varias derrotas graves, en las cercanías del pequeño puerto de Dunquerque. Cuatro días después, el ejército belga se rindió y se hizo evidente una próxima catástrofe militar de grandes proporciones. Sin embargo, el 4 de junio, el primer ministro inglés, Winston Churchill anunció a la Cámara de los Comunes que habían sido rescatados de Dunquerque y playas aledañas, un total de 338, 226 elementos por medio de centenares de embarcaciones de todo tipo: desde pequeñas lanchas, remolcadores y pesqueros hasta destructores, corbetas y cañoneras. “Las guerras no se ganan con evacuaciones –dijo—. Pero en ésta ha existido una victoria que debemos hacer descollar.” (Winston Churchill: La Segunda Guerra Mundial. T. III. Orbis, Barcelona, 1985). Y a tres factores atribuyó tal resultado: 1) al fracaso de 2

los bombardeos de aviación (“Las bombas caían en la arena blanda, que sofocaba el ímpetu de sus explosiones.”); 2) a la exitosa actuación de la aviación inglesa (“nuestros aparatos hacían mella en las escuadrilla de caza y bombarderos alemanes…solían derribar docenas y docenas de aviones enemigos, hasta alcanzar cifras globales de centenares.”); 3) a la actuación “disciplinada y serena” de las embarcaciones civiles y militares de rescate (“Los destructores desempeñaron un papel predominante (aunque) no puede olvidarse la esencialísima intervención de los transportes tripulados por marinos mercantes.”). Tal es, más o menos, la versión que ha predominado sobre el episodio. Pero hay un elemento central que deja de lado y coloca el asunto de otra manera. El decisivo 24 de mayo de ese año, inesperadamente el Coronel General Gerd von Rundstedt, jefe del grupo de ejércitos A, recibió una llamada telefónica con la orden directa de Adolfo Hitler de detener todo avance a unos 15 kilómetros de Dunquerque. A continuación, en respuesta a sus protestas, un telegrama ratificó la orden precisando: “Solo se autorizan los movimientos de reconocimiento y protección.” Esto fue lo que, en realidad, salvó la situación. Se ha insistido mucho en que la razón de tal determinación fue que las fuerzas blindadas alemanas se habían desgastado, había que reagruparlas y preservarlas para derrotar en definitiva al ejército francés, ocupar París y controlar plenamente el territorio continental de Francia. Sin embargo, uno de los más grandes pensadores militares del siglo XX, Sir Basil Henry Lidell Hart, preguntó sobre la cuestión a los generales

alemanes prisioneros después de finalizada la guerra y obtuvo interesantes resultados. El general Gunter Blumentritt, entonces jefe de operaciones del Estado Mayor de von Rundstedt, relató a Lidell Hart que el 25 de mayo, Adolfo Hitler en reunión privada con Rundstedt, el teniente general de infantería Georg von Sodenstern, jefe del Estado Mayor de von Rundstedt, “con gran asombro nuestro, habló en términos elogiosos del imperio británico, de la necesidad de su existencia y de la civilización que había llevado Gran Bretaña al mundo… Agregó que todo lo que pretendía era que Gran Bretaña reconociera la posición de Alemania en el continente… Terminó diciendo que su propósito era hacer la paz con Gran Bretaña sobre bases que ésta considerara compatibles con su honor.”(B.H. Lidell Hart: El Otro Lado de la Colina. Servicio de Publicaciones del Estado Mayor del Ejército. Madrid, 1983). Blumentritt agregó que Hitler pensaba que dejando escapar al ejército británico en Dunquerque, podría reconciliarse con la Gran Bretaña. Por su parte, Lidell Hart escribió: “¿Estuvo dictada esa actitud hacia Inglaterra por la idea política, tanto tiempo acariciada por él (Hitler) de llegar a una alianza con Inglaterra?... En su postura se reflejan ciertos elementos complejos que sugieren la existencia en él de un sentimiento mixto de amor y odio por Inglaterra semejante al experimentado por el Kaiser.” *El autor es Doctor en Sociología Política por la Universidad de Granada.


María Magdalena Pérez Alfaro*

El 2 de octubre de 1968, la periodista italiana Oriana Fallaci resultó herida de bala y, después de permanecer sin asistencia médica por varias horas, fue trasladada al hospital para ser atendida.

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e encontraba en México como corresponsal de L’Europeo y de Il Corriere della Sera para cubrir las Olimpiadas. Sin embargo, al saber del movimiento estudiantil que se estaba desarrollando, decidió acudir a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, para presenciar en vivo el proceso. En entrevista con Elena Poniatokwska, la reportera italiana afirmó que, a pesar de haber sido corresponsal de guerra en Vietnam, nunca le había ocurrido algo tan grave como lo que le sucedió en México aquella tarde de miércoles. Pocos años después, escribió en su libro Nada y Así Sea un relato sobre los hechos por ella vividos el verano de ese año en nuestro país. Su denuncia sobre el régimen autoritario priísta en el ámbito internacional fue una de las más escuchadas y repetidas, no sólo por el prestigio del que gozaba como periodista, sino porque fue una de las pocas voces que dieron a conocer la masacre. Pero Oriana no sólo evidenció la represión del gobierno de Díaz Ordaz contra los estudiantes; también acusó de delator a uno de los jóvenes que estuvieron con ella esa tarde. En el citado libro afirmó que un universitario la había denunciado como comunista y agitadora. Tal aseveración dejó una impronta de dolor e impotencia en aquel chico que durante años buscó sin éxito a la comunicadora para aclararle lo que había ocurrido. Ésta es la historia de Manuel Gómez Muñoz, estudiante del Conservatorio Nacional de Música quien, 44 años después, nos contó su versión de aquellos hechos, la cual es, al mismo tiempo, el ejercicio de su derecho de réplica y una demanda de justicia para la memoria del movimiento estudiantil que marcó un hito en la historia contemporánea de nuestro país. Manuel había cursado dos años de Letras Italianas en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam. Después ingresó al Conservatorio Nacional donde se encontraba estudiando cuando comenzó el movimiento estudiantil. El 2 de octubre de 1968 llegó al edificio Chihuahua, en Tlatelolco, como representante de su escuela. Ahí conoció a Oriana Fallaci. “Al entrar vi que andaba una güera hablando un español macarrónico. Era Oriana. Y le saqué plática”, comenta Manuel. Hablaron en italiano, él le respondía preguntas acerca de las mantas que portaban los manifestantes, sobre el significado de las porras, las demandas estudiantiles. Entonces comenzó la balacera. Manuel: En un cierto momento irrumpió un grupo de tipos. El guante blanco no lo recuerdo bien, pero se ve que todos lo llevaban. ¿Qué hubo conmigo? Empujones o algo así. Y un tipo que los comandaba, con la pistola en mano, empezó a disparar a la plaza, así a lo lejos… tiró en todas direcciones y yo sencillamente me quedé petrificado: ¡¿Cómo está disparando si está lleno de gente allá abajo?! Y entonces a esos disparos, que probablemente hayan sido los primeros, los empezó a contestar el Ejército. ¿A dónde tiraban? Al palco de oradores, al balcón. Pero como estaban en un nivel más bajo, muchas balas rebotaron en el techo y luego caían en el piso y en la pared de atrás. Yo vi a Oriana cuando empezaron los tiros: la cogieron de los cabellos y la arrojaron hacia la puerta de los elevadores. Y esos que no sabíamos quiénes eran empezaron a gritar: “¡Batallón Olimpia, no disparen!” Tenían el barandal como parapeto, estaban agachados ahí atrás, entonces no les caía una bala. Y cuando vi a Oriana en el piso, y que estaban cayendo como granizo las balas, me tiré encima de ella. Alguien me ha dicho: ¡Qué valor! Pero, cero valor, yo soy tímido, coyón, nervioso, así soy yo. Hice eso por instinto y por educación, ¿no? Es un acto muy sencillo. Estuve tirado un tiempo sobre ella. Ya los tiros habían roto toda la tubería del edificio, y estábamos tirados ahí, en un piso muy encharcado. El tipo que disparó primero nos descargaba la pistola en derredor:

“¡Querían su guerrita, cabrones!” Sacaba esquirlas del piso y una me hirió por aquí [señala la frente derecha] y creo que me salió un poquito de sangre. Nos dijeron que nos arrastráramos. A Oriana no la dejaron acercarse en ningún momento a donde pudiera estar protegida. Empezamos a arrastrarnos y en ese momento ella recibió unos tiros. Nos arrastramos hasta las escaleras. Estábamos gritando que era una periodista italiana. Decía yo el nombre del periódico de Milán, pero no les importaba. No te lo puedo describir porque no recuerdo, pero ahí le quitaron todo lo que traía, le robaron todo lo que pudieron y estando herida la arrastraron por las escaleras. Y yo estaba con ella, y no recuerdo en qué momento me dijo: “No te separes de mí, no me sueltes, di que eres mi intérprete”. Y nos llevaron a un departamento ocupado por ellos. Había un herido de ellos, estaba respirando con dificultad, pero no llegaban ambulancias ni camillas ni nada por el estilo. No sé decirte cuánto tiempo transcurría, los lapsos se me hicieron eternos, todos. Y ahí estaba ella aguantando las heridas, no llegaba una camilla que, según esto, ya iba a llegar. Yo estaba gritando que una camilla y que una ambulancia. Y luego sí hubo una pequeña discusión cuando llegó finalmente una camilla que llevaban los soldados y oí: Bajo su responsabilidad y no sé qué… –Sí, bajo mi responsabilidad. –Pero es que no puede salir nadie. –Ya déjenla. –Bajo su responsabilidad, mi teniente. Entonces alguien permitió que saliera. Y ahí voy de la mano de ella y ella cogiéndome. La subieron a la camilla, bajamos y yo de la mano de ella. Subimos a la ambulancia de la Cruz Verde y Oriana me dijo: “Este año me dan a mí el premio, el Óscar, por mi actuación”. Y yo agradecidísimo. Efectivamente, me sacó, ideó lo que yo tenía que decir y tuvo mucho valor, mucha entereza, ¡fantástica! En este punto comenzó el momento que tuvo profundas implicaciones para Manuel y que vivió solo. Manuel: Llegamos al hospital Rubén Leñero. Y yo me quedé solo –porque se la llevaron para atenderla–; yo estaba perfectamente tranquilo. En un pasillito había un teléfono de veintes. Yo no recuerdo si traía alguna moneda, pero recordaba el teléfono de información donde pedí el del embajador de Italia… Y marqué. Pronto me contestaron. Y yo: “La giornalista italiana Oriana Fallaci è ferita e si trova nel ospedale Rubén Leñero, la Croce Verde”. Y la respuesta fue: “Io no mi occupo di queste cose, le darò il telefono dil medico dell'ambasciata”. No me ayudó ese imbécil, hasta que me dieron el número del médico de la embajada. Y le grité: “¡La giornalista italiana è ferita e si trova...!” Y ya no alcancé a oír la respuesta porque el teléfono se encontraba enfrente de la oficina del ministerio público del hospital. Entonces sale la Ministerio Público: “¡Agárrenlo, pendejos!” Mientras Oriana era atendida, Manuel fue retenido en las oficinas del mp del hospital Rubén Leñero: Los policías reaccionaron y me llevaron de palomita adentro y ahí ya me tuvieron. Y empezaron a sacarme información y yo armé rápidamente mi esquemita y probablemente ahí empecé a decir lo que después repetí en la Policía Judicial: que yo era traductor del Instituto Italiano de Cultura y que como tarea tenía que traducirle a Oriana. Y ahí me tuvieron mucho tiempo. Luego me mandaron a la Policía Judicial, que estaba en la calle de Héroes. Ahí querían que declarara que los estudiantes fueron quienes comenzaron a disparar. –No, señor, yo no dije eso. –¡Asiéntelo! ¡Me lo dijo cuando llegó! –No, señor, yo no dije eso. Bueno, para no hacer el cuento largo, llegó un momento en que yo ya firmé mi declaración. Efectivamente, las cinco páginas que componen el testimonio de Manuel Gómez Muñoz ante el minis-

terio público, y que hoy se resguardan en el fondo Dirección Federal de Seguridad del Archivo General de la Nación, asientan que el estudiante se encontraba en la Plaza de las Tres Culturas para servir de traductor a la periodista. Lo interesante es que parte de la declaración fue transmitida por la Procuraduría General de la República a los medios de comunicación. El Universal publicó en su edición del 5 de octubre una nota titulada “Corresponsal italiana que denigra a México”, aludiendo a las declaraciones de Manuel, quien en ningún momento dio entrevista a la prensa. En el artículo se dice que el estudiante “a quien el Instituto Italiano de Cultura comisionó para que sirviera de intérprete a la italiana, dijo que ésta había estado lanzando improperios contra México, contra el Ejército y demás instituciones”. Esta fue la versión que conoció Oriana quien, como se muestra en el testimonio recogido por Elena Poniatowska en La noche de Tlatelolco, estaba furiosa e indignada por lo acontecido el 2 de octubre y había prometido denunciarlo ante el mundo una vez que se marchara de México al recuperar su salud. Así lo hizo en 1969 cuando publicó Nada y así sea, donde además apuntó lo siguiente: “Lo que no he contado es que al tipo del Conservatorio lo puse a salvo hasta el hospital y él, para agradecérmelo, me denunció como ‘comunista y agitadora’, de modo que los periódicos dijeron que yo había sido desenmascarada: estaba en el balcón del tercer piso para incitar a los estudiantes, etcétera”. Después de ser retenido por casi tres días en las instalaciones de la Procuraduría, Manuel partió a Guanajuato a resguardarse en casa de unos tíos. Ahí se encontraba, superando la afectación psicológica y emocional que le produjo lo acontecido, cuando conoció la versión de Oriana sobre el 2 de octubre y lo que afirmaba sobre él: “Esos tíos de Guanajuato, precisamente, me dijeron: ‘Salió algo de Oriana Fallaci, pero te llama ‘el tipo del Conservatorio’ y dice que tú fuiste a denunciarla’. ¡Me dio una tristeza tan grande! […] Ahora bien, traté de comunicarme con Oriana. Vivía en Nueva York. Tratamos por todos los medios, fuimos al Instituto Italiano de Cultura, etcétera”. Manuel nunca logró comunicarse con ella. Sin embargo, cuando tuvo oportunidad acudió al agn a revisar su expediente personal para disipar sus dudas acerca de la declaración que había hecho ante el ministerio público. Lo asentado en el acta le provocó risa, no decía nada que pudiera afectar el prestigio de la periodista y era evidente en el lenguaje del documento que la policía intervino presionándolo con preguntas dirigidas. Fue un respiro de alivio para Manuel, quien no tenía manera de cotejar con otra fuente su testimonio para replicar la versión de Fallaci. Con este precedente, quedaba una pregunta pendiente: ¿Qué le hubiera dicho a Oriana Fallaci si la hubiera confrontado? Manuel: En primer lugar, darle las gracias. No sólo por mí, sino porque ella difundió en todo el mundo lo que pasó el 2 de octubre... Y le hubiera dicho que nadie la traicionó a ella, nadie la denunció y que nadie traicionó al movimiento estudiantil del 68. El movimiento no fue traicionado por nadie. Muchos se hicieron después funcionarios del gobierno, lo que quieras, pero el movimiento fue muy limpio, eso le hubiera dicho. La de Manuel es una historia íntima que no tiene sentido por su individualidad, sino por su conexión con el proceso social en el que ocurrió. * La autora es Licenciada en Historia por la UNAM y forma parte del programa de Maestría en Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. 3


Carlos Salcedo García*

Los movimientos sociales que encontraron en el sector estudiantil su motor fundamental en los años sesentas, tuvieron un auge inusitado. Muchos países del mundo vieron convulsionadas sus estructuras educativas, universitarias, sociales, culturales y desde luego políticas.

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i bien los jóvenes de otras épocas actuaron también con irreverencia hacia el estado de cosas oficial o generalmente constituido, situación que –dicen-- obedece a causas quimio biológicas (la juventud es una rara enfermedad proclive a contradecir todo), o, según interpretaciones sociológicas a manifestaciones sociales de un mundo en quiebra y con crisis de valores, donde los jóvenes son reacios a las costumbres y la autoridad. Pero sin duda es en la segunda mitad del siglo XX que los movimientos estudiantiles cobran características inusitadas, se cohesionan como sector, y se lanzan organizadamente a luchar por cambiar el estado de cosas dentro de sus universidades, por regímenes más democráticos, por una participación estudiantil en los órganos de toma de decisión, por cambiar sus programas de estudio para una educación moderna y congruente con los problemas de su momento, etc. Pero también los estudiantes se manifiestan sensibles a los conflictos sociales y políticos que se revelan en de diversos Estados. Ya sea en Buenos Aires, Argentina; en Brasilia, en Brasil; en Berlín, Alemania; en Santiago, en Chile; en Bogotá, Colombia, en París, Francia. De la misma forma en que el 22 de marzo de 1968 los estudiantes de Nantrre toman su universidad en protesta por las normas impuestas por autoridades, en los Estados Unidos los estudiantes protestan contra la guerra de Vietnam, y en Uruguay la policía asesina al estudiante de odontología Liber Arce, notable dirigente universitario. Y así podemos nombrar muchos más movimientos protagonizados por estudiantes en Latinoamérica y el mundo en aquella época. México no fue la excepción. La década de los sesenta tiene muchos capítulos de participación de los estudiantes en diversos conflictos. La Universidad San Nicolás de Hidalgo en Michoacán, en febrero-marzo de 1963 fue agredida por sinarquistas que luchaban contra las tendencias democráticas dentro de la Universidad; el 2 de octubre de 1966 se inicia una nueva lucha por la democracia en Michoacán, que culmina con la represión y la toma del ejército de las escuelas. El gobierno de Guerrero en 1960 reprime al movimiento estudiantil que buscaba democratizar las estructuras de las escuelas superiores: en este movimiento participan Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas. En 1967, en Sonora los estudiantes protestan por la imposición del gobernador, el movimiento estudiantil en Puebla se vincula con la lucha del pueblo en 1964, y así en muchos estados más del país. La lucha de las normales rurales es icono de reivindicación estudiantil y popular durante todo este tiempo. En la capital de la República, desde la década de los cincuenta se venían desarrollando con gran fortaleza los movimientos estudiantiles, principalmente en el Politécnico y la Normal en su lucha por defender los internados y casas del estudiante, sin descuidar la lucha por democratizar la educación en sus planteles. En 1966, en la UNAM se desarrolló un movimiento por la renovación de programas y la participación de los estudiantes, que aun contando con una dirección oportunista y priista, el Consejo Estudiantil Universitario, pudo rescatar importantes demandas. Y desde luego el movimiento de 1968, que convulsionó a casi 4

todas las escuelas públicas y privadas, por una lucha democrática. La rebeldía juvenil en 1968 se manifestó pletórica, el estudiantado pudo organizarse de manera masiva y la célula de unión del gran movimiento masivo fueron las brigadas: pequeños grupos de acción dedicados a la organización, propaganda e información y recuperación económica o de otros avituallamientos del movimiento. Las brigadas fueron el terreno fértil en donde floreció el movimiento, el pequeño grupo de activistas cristalizó los ideales juveniles, ahí encontró solidaridad, actividad que concretaba su pensamiento, discusión de temas de su interés y verdadero aprendizaje porque lo aterrizaba de inmediato, rechazo a la manipulación oficial y verdadera libertad para pensar y actuar. Cobijados por el manto de la utopía, por eso exigían lo imposible, para concretar los sueños, los verdaderos, los que quisieran que se hicieran realidad. Un buen grupo de estudiantes de diversas escuelas de la ciudad, que durante 1967 participábamos en el Movimiento Revolucionario de Izquierda Estudiantil (MIRE), que venía a ser el ala juvenil de la Liga Comunista Espartaco, de inmediato nos unimos al movimiento, creamos brigadas en cada una de las escuelas en que estudiábamos y rechazamos participar en organismos dirigentes. Lo que buscábamos era integrar y discutir políticamente lo que sucedía en el país, con el mayor número posible de compañeros y compañeras, tomar conciencia de la necesidad de la revolución socialista y, por lo tal, integrarse en base a la agitación y la propaganda con la clase trabajadora, con los obreros, pues considerábamos que sólo ellos podrían darle perspectiva política al movimiento estudiantil, sólo ellos podrían llevar al triunfo las demandas populares. Nuestro lema central era ¡Por la unión obrero-estudiantil! En estas brigadas se discutía la situación del movimiento, las directrices del CNH, se discutía y se organizaba la labor de propaganda, se imprimían volantes, ya en los mimeógrafos de las escuelas, o en la misma imprenta universitaria, se seleccionaba a los oradores, los repartidores de propaganda y la recolección económica, se acudía a los mercados, cines, centros de trabajo, a las puertas de las fábricas, se buscaba formar pequeñas células en los centros laborales. Así, con compañeros de diversas escuelas abordábamos en Buenavista el camión de los ferrocarrileros que iban a Pantaco o a la Estación del Valle, a las centrales telefónicas, a las de correos, a diversas subestaciones de la CLyF, visitábamos a los campesinos de Milpa Alta y Topilejo, asistíamos a los mítines y manifestaciones. Los jóvenes comunistas no queríamos reforma, queríamos revolución. En las tardes o noches, en reuniones en las escuelas o en domicilios particulares, se hacían balances y se discutía de todo, el papel del estudiante en la lucha contra el capitalismo, el papel del intelectual en la sociedad capitalista, la mujer y su liberación (estaban muy presentes Simone Beauvoir y la Kolontai), el Imperialismo y la guerra, la revolución cubana, el Che Guevara, la guerrilla de Chihuahua y la de Genaro Vázquez Rojas, sobre religión y su papel mediatizador, el origen de la vida y la teoría de la evolución, la filosofía de la ciencia, incluso había tiempo para abor-

dar temas personales, familiares; “los papás ya corrieron de la casa a la compañera, por golfa y güila”, o al compañero “por vago y bueno para nada”; el truene de algún romance o el inicio de otro; compañeros que no tenían ni que comer, la autodefensa en los mítines ante la represión de los policías, o incluso la novela que se estaba leyendo. Era increíble el momento porque se vivía la libertad, se tenía un gran motivo: destruir estructuras caducas y autoritarias tanto de la casa como de la sociedad; antes algunas compañeras salían de la casa con pantalones y la minifalda escondida, con el movimiento salían de la casa con la minifalda bien puesta, en la marcha del silencio, se trató de impedir manifestaciones radicales, no se quisieron ni retratos del Che Guevara, una compañera nuestra de Medicina, estampó el famoso retrato del Che en su albo vestido, ante los reclamos de orden, ella contestaba, ¿qué?, ¿quieren que me encuere?; algunos compañeros del equipo de americano del Poli, nos sorprendieron cuando necesitamos transportarnos rápidamente al Zócalo cuando el desagravio: sin saber cómo aparecieron con cinco carros puestos en directo, todo era un gusto desbordado. Pero llegó la noche oscura, esta libertad y pasión por ser fue acechada por una fiera que no entiende ni razona, sino que se guía por conceptos huecos, autoritaria e intolerante; el Estado se sintió amenazado, es decir lesionados sus intereses, acusó de libertinaje, de que los padres tenían la culpa por no educar a sus hijos, de dejarse manipular por potencias extranjeras, de ser comunistas y no católicos, pervertidos sexuales, y recurrió al terror, causó muerte y amenazó, desapareció personas y encarceló. Todo el aparato del poder y del estado establecido se volcó en contra. Por eso no hay que olvidar nada, si lo hacemos, caeremos en la indiferencia. *El autor, maestro normalista y pasante de Sociología por la UNAM, brigadista de tiempo completo durante el movimiento estudiantil de 1968, fue después el principal inspirador de la organización guerrillera Lacandones.

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Bárbaro (s).- Durante mucho tiempo prevaleció la idea de que este vocablo fue acuñado por los griegos para designar a los pueblos no civilizados. Gracias a historiadores como Jacques Lacarriére, se ha demostrado que tal noción es falsa. En el libro De paseo con Heródoto (FCE, 1986) escribe: “La palabra griega bárbaros no significa bárbaros en el sentido en que lo entendemos en la actualidad, es decir, una oposición a civilizado, sino que, en tiempos de Heródoto y prácticamente hasta el advenimiento del cristianismo, tenía un sentido estrictamente lingüístico: quería decir el que no habla griego o el que no lo comprende. El término no tuvo, en aquella época, ninguna connotación peyorativa y menos aún racista, puesto que Homero aplica ya el término barbarophones – de lengua bárbara—a un pueblo, los carios, que vivían en Asia Menor, cuyas costumbres eran prácticamente las de los griegos”. A lo largo del libro mencionado, Lacarriére echa por tierra, asimismo, el mito de que desde tiempos inmemoriales los pueblos de Asia Menor (escitas, medos, persas, etc.) han encarnado la barbarie, mientras que los pueblos de occidente (comenzando por los griegos) siempre han representado la civilización. Al respecto, observa: “La línea de división entre la barbarie y la civilización no es jamás una frontera geográfica que separa dos países, sino una frontera moral en el interior de cada pueblo, de cada hombre. Ni los atenienses ni los espartanos tuvieron nada que envidiar a los persas en materia de atrocidades, matanzas y deportaciones, tan pronto como se encontraban en un campo de batalla. Pero esas verdades elementales parecen no ser admitidas por ciertos historiadores, puesto que muchos de ellos continúan, todavía hoy, describiendo la Persia antigua a través de las inexactitudes y parcialidades de testimonios dados hace más de dos mil años” (pp. 101, 102). Por desgracia, los prejuicios que prevalecen acerca de los supuestos “bárbaros”, continúan justificando las atrocidades perpetradas por el imperialismo yanqui contra pueblos como Irán y Afganistán. Bárbaros del Norte.- Expresión acuñada por Fidel Velázquez, uno de los más lúcidos ideólogos del sistema político mexicano. Mediante la misma, estigmatizó (y casi exterminó en términos políticos) a los empresarios norteños que osaron hace unas décadas cuestionar los “avances” del régimen surgido de la Revolución de 1910. Entre dichos empresarios destacó Manuel J. Clouthier (alias “Maquío”), uno de los fundadores del llamado “neopanismo”, que en el año 2000 logró arrojar al PRI de Los Pinos, llevando a Vicente Fox a la Presidencia de la República. Carne asada (cultura de la).- Se atribuye a José Vasconcelos haber acuñado la célebre frase de que “en

Bodas de plata

La conoció en un cabaret. La miró a los ojos y se enamoró de ella. Una noche, armado de valor, la alquiló, la tomó de la mano y le propuso matrimonio. Ella, que fumaba, dijo no con esa voz ronca que exhalaba humo. Él sigue yendo a verla al cabaret. Hoy estarían cumpliendo veinticinco años de casados.

Secreto a voces

El torero le dijo a su confesor que él había matado al toro. Al día siguiente, veía la nota a ocho columnas en todos los diarios.

el norte terminaba la cultura y comenzaba la carne asada”. Sin duda esta afirmación influyó de manera decisiva en el pensamiento del líder cetemista Fidel Velázquez, sobre todo al endilgarle a los empresarios norteños el epíteto de “bárbaros”, que tanto impacto ejerció en la llamada “ideología de la Revolución Mexicana”. Estrictamente hablando, sin embargo, parece que el autor de Ulises Criollo no quiso decir lo que supuestamente dijo o dicen que dijo. Más bien, según algunos autores, expresó que “en el norte comenzaba la cultura de la carne asada”, lo cual es muy diferente. Encuesta.- Vocablo que proviene del griego “ir sobre el terreno”. Así le denominó Heródoto a sus investigaciones de campo. El historiador Jacques Lacárriere escribe al respecto: “(Heródoto) decidió hacer ‘encuestas’ con el propósito de ‘resolver el enigma que lo obsesionaba: saber por qué los persas invadieron Grecia, por qué fueron a incendiar la Acrópolis.’ Realizando esto fue llevado a recorrer no solamente el imperio persa –inmenso entonces y casi inconmensurable—sino todos los pueblos limítrofes o todos aquellos que, de cerca o lejos, tuvieron que ver con los persas (…) De ahí resulta ese vasto inventario poético-geográfico-etnológico que constituyen las primeras encuestas” (De paseo con Heródoto, F.C.E., 1986, p. 28). En nuestros días se entiende por encuesta un sondeo de opinión destinado a deformar la realidad sobre lo que piensa el electorado acerca de determinados candidatos a puestos de elección popular. Generalmente las encuestas (por lo menos en México) son financiadas por algunos políticos, con el objeto de inducir al electorado a votar en su favor. A veces tal artilugio funciona, pero a veces no, cayendo los promotores en la trampa fabricada por ellos mismos. Esto sucedió, por ejemplo, hace tres años en el proceso electoral de Puebla destinado a renovar el Poder Ejecutivo. El entonces candidato del PRI a la gubernatura, Javier López Zavala, fue derrotado de manera notable por su contrincante Rafael Moreno Valle, pese a que las encuestas aseguraban de manera contundente que llevaba una gran ventaja el primero sobre el segundo. Como dice el refrán, “en el pecado llevó la penitencia”, ya que no pocas de dichas encuestas fueron financiadas por él o por el aparato que le acompañaba. A partir de entonces, empresas encuestadoras como Mitofsky cayeron en un descrédito total. * El autor es investigador del Programa de Estudios Universitarios Comparados de la BUAP.

HORIZONTALES 1. (Luis de la Barreda), director de la Dirección Federal de Seguridad durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez 6. Artefacto que disparó contra la puerta barroca de la preparatoria de San Idelfonso en 1968. 11. (Spota), en su novela La plaza trata de forma ficticia el asesinato de un estudiante. 12. Fue invadida por el ejército el 18 de septiembre de 1968. 13. Ciento cincuenta en números romanos. 15. Símbolos del sodio e impedancia. 17. Alcohólicos Anónimos. 18. Todavía. 19. Película que trata sobre el asesinato de varios universitarios en un municipio de Puebla. 21. Agencia noticiosa de Londres, fijó el número de muertos de Tlatelolco en al menos 200. 22. Símbolos del carbono y nitrógeno. 23. Fiscalía Especial para los Movimientos Sociales y Políticos del Pasado. 25. Voz de Arrullo. 26. Espacio con agua y vegetación en medio del desierto. 28. Partícula que lleva una carga eléctrica (pl). 30. Maltrata, desluce. 31. Yerno de Mahoma. 32. Dar balidos. 34. (Richard), dirigió en 2004 el documental sobre el 68 Ni olvido, ni perdón. 37. Lengua provenzal. 38. (Salvador del Toro), agente del ministerio público cuando el 68, se le considera uno de los responsables de los sucesos. 42. Antigua ciudad de los caldeos. 43. (Tse), filósofo chino. 44. Embarcaciones. 45. Dueño de una cosa. 46. Contracción gramatical. 48. Dícese del hilo poco torcido. 50. Prefijo negativo. 51. (Nazar), era comandante de una partida de agentes cuando el 68. 53. Se dice del miembro de un gru-

po de ultraderecha que existió en Guadalajara. 56. Rezaron. 57. (Sergio), autor de 1968: Los archivos de la violencia. VERTICALES 1. Mono catarrino, vive en Gibraltar, Asia y África. 2. Abreviaturas de roentgen y de litro. 3. Asistió a la cita (inv.). 4. Conjunción copulativa. 5. Se dice de los animales que no son bravos (inv.). 6. Personas que realizan trabajos bajo el agua. 7. Abreviaturas de angstrom y de norte. 8. Emperador ruso. 9. Símbolos del uranio y maxwell. 10. Cuadro con alambres y bolitas enfiladas, se usa para contar (pl.). 14. ( Jesús Guadalupe), titular del Tercer Tribunal Unitario en Materia Penal que exoneró a Luis Echeverría de los hechos del 68. 16. Orificio del recto. 17. Destapa, deja al descubierto. 19. Del verbo cesar. 20. Tengas piedad. 23. Hacer firme y estable alguna cosa. 24. Una manera de decir policías. 27. Cloruro de sodio. 29. ( Joaquín), compositor español, autor de Danza ibérica. 32. (Roberto), autor de la novela Amuleto, trata sobre el 68. 33. Canoa de los antiguos mexicanos. 35. Parlamento ruso. 36. Satisfecho, ufano. 39. Sala grande. 40. Pájaro. 41. Pausada en el movimiento. 47. Dúo. 49. Fue la unidad monetaria de la Comunidad Económica Europea. 51. Abreviatura de hectárea. 52. Símbolos de resistencia eléctrica y oxígeno. 54. Abreviaturas de este y de gramo. 55. Vocales de tomar.

El confesor no guardó el secreto profesional, y el torero nunca más volvió a creer en la confesión.

Inconformidad

Lo de las manos vacías quisieran las manos llenas. Los de pantalones cortos quisieran pantalones largos. Los de suelas que caminan quisieran correr. Los de sin habla quisieran gritos, los que no ven, mirar. Los desnudos abrigo. Los que pescan quisieran capturar patos. Las hormigas solamente querían bailar tango y las milongas no tuvieron más remedio que quedarse en casa bailando entre ellas.

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David Jonathan Martínez Tamariz*

El movimiento de 1968 no ha quedado atrás. No es añoranza de la lucha que se llevó a cabo sino pasado, presente y futuro en la historia de los movimientos sociales en México.

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espués de lo ocurrido con el movimiento estudiantil de 1968 y el 2 de octubre del mismo año, la vida nacional sufrió un gran cambio perceptible hasta nuestros días. No es lo mismo manifestarse hoy que hace 45 años. Ya no detienen a nadie por tener el pelo largo o por ser “comunista”. Se tiene un mayor respeto a los derechos fundamentales. Sin embargo, detrás de estas “victorias” las cicatrices son todavía profundas, están presentes en las fibras más sensibles de la sociedad y actualmente algunas demandas del movimiento del 68 siguen sin ser atendidas, sobre todo la procuración de justicia para las víctimas de la masacre. La constante lucha que surgió a partir de 1968 y 1971, ha hecho que hoy en día se goce de libertades y derechos que antes no había o no se hacían valer. Pero antes de ganar estas libertades ocurrieron muchas cosas. Surgió La Liga Comunista 23 de Septiembre (1973) y la guerrilla del normalista guerrerense Lucio Cabañas (1967), que fueron movimientos armados nacidos en respuesta a los crímenes gubernamentales perpetrados. En los setenta aparecieron también luchas obreras de gran repercusión, como la de los trabajadores electricistas dirigidos por Rafael Galván y las de los sindicalistas universitarios. Por eso el 68 fue un parte aguas. Tanto en lo económico como en lo social México no volvió a ser el mismo. Se acabó el llamado milagro mexicano y se hizo evidente que no existía la libertad de expresión excepto para las televisoras y los medios afines al Estado. Después del gobierno de De la Madrid, los gobernantes mexicanos se sometieron a los empresarios y México entró de lleno al neoliberalismo. En los sindicatos el “charrismo” siguió afectando a la clase obrera y el campo sufriendo los estragos de ser la “caja chica” del gobierno federal. Pero los intentos de democratizar al país y conseguir justicia social persistieron. En el terreno lo político, Cuauhtémoc Cárdenas se separó del PRI y logró junto con otros líderes de izquierda conformar el Partido de la Revolución Democrática, en 1989. En medios de comunicación, Excélsior y Julio Scherer, que representaban un incipiente periodismo crítico, sufrieron un descalabro en 1976, cuando una reunión de la cooperativa del periódico tomó la decisión ilegal de retirar a Scherer de la dirección. Sin embargo, él y otros periodistas e intelectuales crearon nuevos medios impresos como el periódico UnomásUno y el semanario Proceso. Otro medio importante que no acogió ninguna bandera política, pero de gran rigor intelectual fue la revista Nexos de Enrique Florescano, fundada en 1978. El movimiento estudiantil del 68 creó la necesidad de medios libres de presiones empresariales y políticas. El movimiento de 68 también inició el rompimiento entre la clase política en el poder y las clases medias.

El movimiento, ¿sigue vivo?

Algunos de los que estuvieron inmersos en el movimiento de 1968 fueron asesinados, otros están desaparecidos y también hay algunos líderes del movimiento que figuraron en la política como Eduardo Valle, en6

carcelado en la cárcel de Lecumberri, después del operativo del 2 octubre; fue miembro fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores junto con Heberto Castillo, fue diputado federal y coordinó la bancada de su partido en la Cámara de Diputados. También participó en la fundación del Partido Mexicano Socialista y del Partido de la Revolución Democrática. Falleció en mayo de 2012, pero mantuvo vivos los ideales del movimiento del 68, con importantes contribuciones en la vida política nacional. Salvador Martínez della Rocca, es otro de participantes del movimiento estudiantil de 1968 que formó parte de la política. Fue detenido el 28 de agosto de 1968 y estuvo recluido en Lecumberri dos años y seis meses. Al salir se dedicó a la vida académica, desde donde siguió luchando por la fortalecer la vida democrática del país. En 1986, fue asesor del CEU (Consejo Estudiantil Universitario), movimiento que defendió el carácter público y gratuito de la UNAM. Fue miembro fundador del PRD, diputado federal en dos ocasiones y Jefe Delegacional de Tlalpan. Actualmente es miembro de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal. El Comité 68 es una organización pro libertades integrada por ex estudiantes que participaron en el movimiento de 1968, del que tres líderes del CNH son miembros: Raúl Álvarez Garín, que fue director de la revista Punto Crítico y como militante del PRD ha promovido la prensa crítica. Fue diputado federal en la LV Legislatura y en 1993 hizo una propuesta para que los archivos clasificados relacionados con la seguridad y defensa del Estado solamente quedaran reservados por un período de 25 años desde la fecha de su expedición. Su intención era que los archivos estuvieran disponibles a todas las personas que desearán conocer información y hechos manejados por las autoridades pero desconocidos por la población, como ocurrió durante los sucesos del 68. Otros representantes importantes del movimiento estudiantil del 68, que ahora forman parte del comité junto con Álvarez Garín son, Ana Ignacia Rodríguez y Félix Hernández Gamundi. Ellos y el Comité 68, siguen exigiendo justicia para las víctimas de la represión que sufrieron los estudiantes por parte del gobierno en 1968. En la búsqueda de justicia, su mayor logro ha sido sentar en el banquillo de los acusados a Luis Echeverría Álvarez, que en 2002 fue llamado a comparecer al MP federal; en ese mismo año se giró orden de aprehensión en su contra, pero obtuvo amparo. En noviembre de 2006, un juez federal libró orden de arresto domiciliario y ordenó que fuera juzgado por el delito de genocidio. Sin embargo, el viernes 27 de septiembre de 2009, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Penal de primer circuito, lo declaró inocente por lo sucedido en Tlatelolco y en el “halconazo” de 1971. No obstante, el Comité no ha desistido y ha acudido a instancias internacionales para que no quede impune Echeverría. En 2012, Comité 68 respaldó al movimiento YoSoy132 que protestaba en contra del candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto. Este movimien-

to le dio un nuevo aire de vigencia al estudiantil de 1968. En su momento, Humberto Campos, miembro del comité declaró que muchas demandas de YoSoy132 eran las mismas que abanderaban los jóvenes del 68, hace más de 44 años. Las demandas que aún siguen vigentes son las referentes a la defensa de la educación pública, la libertad de expresión y sobre todo la democratización de los medios de comunicación, la televisión y la radio principalmente. En otros asuntos, el Comité 68 también ha tomado la palabra, como en el del protocolo de actuación policíaca de la SSP-DF, según el cual los cuerpos policíacos tendrán la facultad de hacer uso de fuerza letal. El comité declaró también que su decisión de unirse a la protesta es hacer presencia explícita en el ambiente reclamaciones que ha hecho el magisterio de Oaxaca y Guerrero, en lo concerniente a la Reforma Educativa, ante la intención de las autoridades de criminalizar la protesta social. No se puede dudar que el Comité 68 ha seguido en la lucha por la libertad de expresión y la democracia en el país. Después de 45 años, le ha dado continuidad a sus demandas y sigue en busca de que se haga valer el estado de derecho.

La herencia

El movimiento de 1968, desde los incidentes en la Ciudadela hasta la Plaza de las Tres Culturas, no sólo es nostalgia. Es pasado, presente y futuro; es pasado histórico y es presente porque en este momento en nuestro país se viven libertades inimaginables para los estudiantes de esa época. El movimiento del 68 logró crear una conciencia política, además, mostró tal y como era al partido en el poder e hizo evidentes sus fallas. Es futuro porque la lucha sigue; la bandera de la democracia está de pie junto con la de la libertad de expresión. Sin duda lo más importante que heredó el movimiento estudiantil del 68, fue la lucha social. La importancia de organizarse, para intentar vivir en un mejor entorno. Salvador Martínez della Rocca, dice: ”nos ganaron militarmente, pero no históricamente”. La historia ha juzgado a Echeverría, a Díaz Ordaz. En cambio, el 2 de octubre es la fecha en que se conmemora a los estudiantes que se atrevieron a poner en duda la legitimidad de un gobierno autoritario y dieron la pauta para futuras luchas sociales. Cada año el 2 de octubre salen estudiantes a las calles a conmemorar la masacre de la Plaza de las Tres Culturas; a denunciar la represión y “guerra sucia” que sufrió el movimiento estudiantil del 1968. Lo hacen para que la sociedad no olvide sus demandas, ni a los que murieron defendiendo los principios de la democracia. Los manifestantes hacen suyas las consignas del 68 y a pesar de todo el dolor de las familias de víctimas y desaparecidos, no quieren olvidar hasta que se haga justicia, hasta que el hecho criminal quede esclarecido totalmente. * El autor es estudiante de la licenciatura de Comunicación y Periodismo en la FES-Aragón de la UNAM.


José Fragoso Cervón*

E

l primer día de de vacaciones me desperté tarde y luego del primero (de dos) café, me percate que hijos y sobrinos estaban pegados a los celulares, computadora, tabletas, etc. Y al preguntar, “¿qué vamos a hacer hoy?”, la respuesta fue un silencio y total ignorancia (me tiraron a loco). De inmediato me llegaron imágenes de los tiempos pasados (en los dos sentidos), cuando no había estos aparatos de alta tecnología y comenzaba apenas la televisión. Por la mañana, desayunaba sin carreras, posteriormente tomaba mitena (guante de béisbol de primera base) y me iba al campo, donde nos juntábamos los cuates de la corta vida: los que estudiaban en México o en otras ciudades, los que vivían en otras colonias y por el estudio no podías frecuentar, los que sí frecuentabas, etc., y se armaban los más apasionados encuentros. Por la tarde, según el favor del viento volábamos papalotes o cometas de las mas diversas figuras, elaborados ingeniosamente con carrizo y papel de china, estrellas, aviones y los clásicos rectangulares, eso si todos con resumbaderas que con la fuerza del viento sonaban a libertad. Pero si esas eran las actividades de cajón, también había juegos de temporada como el de las canicas, donde en diferentes modalidades podías ganar las de los amigos porque los juegos eran para ganar y perder las cuirias. Por ejemplo en el ron o rombo todos ponían su entrada de cinco o más y si los participantes eran 3 o 5 ya se llenaba el espacio y el que tuviera más destreza ganaba poco a poco las de los demás; otros juegos por el estilo eran el circulo o ahogado y los hoyitos (prestamista). Otro de temporada era el de los baleros (yo te echaba puro capirucho). También con diferentes modalidades para entrarle al hoyito (me prestas un ratito); ganaba el que más rápido llegara a una cantidad de puntos determinada: 100, 500, etc. También había ensartadas de 1, 20, 50 y 100 puntos. Allí escuché por primera ves la advertencia no juegues con él, porque es un vago, que significaba que su destreza la había adquirido porque no hacia otra cosa más que estar practicando el juego muchas horas.

También llegaba la temporada del yoyo que en un principio era de palo. El juego consistía sólo subirlo y bajarlo, la dificultad estaba en la forma en que lo tirabas: soltándolo o aventándolo con la mano volteada (algunos que están leyendo esta frantasía se quedaron con la mano así). Pero la revolución en el instrumento (no chingues) llegó con el Duncan Coca Cola (no es ningún comercial). Como ese yoyo patinaba, empezaron las competencias para hacer diferentes figuras: el dormilón, el perrito, la estrella, el columpio, la vuelta al mundo, el va y viene, etc. Pero no podemos dejar de nombrar a el trompo, artefacto que se jugaba también de diferentes formas como la de el sol y la luna, la cazuela y el circulo que consistía en que se paseaba el trompo del perdedor hacia una figura y después hacia la otra (la dificultad estaba en la sacada porque se tenía que hacer de tiro, o sea pegarle y sacar el trompo); como el perdedor se hacía acreedor a punzas o canches, se amarraba el trompo a la cuenda de tal manera que se picoteaba y, a veces, si tu trompo se quedaba clavado en el trompo perdedor, perdías. Otra forma de jugar el trompo era ponerlo en un circulo grande y sacarlo de ahí con tiro de los integrantes; los más vagos lo jugaban con monedas al centro del circulo que ganaba el que las sacara. A veces, otra diversión de vacaciones consistía en llenar los álbumes. Había de muchos tipos pero recuerdo uno de mapas de países, con sus banderas, escudos y monedas. La diversión no solo estaba en llenar el álbum con las estampas, que comprabas en un sobrecito en el que, frecuentemente, salían repetidas; entonces, te la pasabas cambiando e intercambiando estampitas, o echando volados. Nuestras vacaciones consistían en andar de vagos y callejeros todo el día, inventando y adiestrándonos en los diferentes juegos de temporada. Pobres niños famélicos de hoy que se la pasan metidos en sus casas atontándose con juegos electrónicos. * El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP, y cuatachín.

 Entre 2006 y 2012 se dio una disminución de lectores de libros en México del 10%.  En México ya es menos del 50% de mayores de 12 años los que leen libros.  46.2% del total de los encuestados declaró que se asumía como lector de libros.  Las mujeres leen más que los hombres y los jóvenes más que los viejos.  A más educación, mejores hábitos de lectura.  Promedio anual estimado: 2.94 libros por mexicano al año.  Las personas que leen son sobre todo aquellas que fueron inducidas por sus padres y maestros a leer.  El 87% de los hogares mexicanos tiene entre 1 y 30 libros.  Más del 70% de los hogares mexicanos no posee libros que no sean textos escolares.  Hoy, no solamente leen menos mexicanos que antes, sino que leen menos. MAS MEXICANOS LEEN MENOS LIBROS QUE EN EL AÑO 2006.  Solamente el 22% de los encuestados declaró leer más que en el pasado. El 43% lee menos.  Las razones esgrimidas de la no lectura: falta de tiempo, otras actividades recreativas, disgusto por la lectura.  El 33% de los que sí leen, dedican un promedio de 30 minutos al día a la lectura.  El 51% de los encuestados afirmó que sí asistía a bibliotecas.  En 2002 fueron distribuidos más de 37 millones de ejemplares para las bibliotecas de aula de la educación básica. En 2011 solamente 5.8 millones. ¡Viva! Fuente: http://www.caniem.org/Archivos/funlectura/EncuestaNacionaldeLectura2012/EncuestaNacionaldeLectura2012.html

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Hay sobre la tierra dos congregaciones: una es muy buena y la otra muy mala. Aquella que es muy buena, se llama iglesia católica y la que es muy mala se llama iglesia diabólica. Fray Andrés de Olmos

Solución al Reincigrama de este número

Director y editor: Enrique Condés Lara Consejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Jaime Cid Monjaraz, Juan Lozada León, Gloria A. Tirado Villegas, José Fragoso Cervón, María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel. Corrección: Enrique Condés Breña Diseño: Israel Hernández Cedeño Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com *No incluye sección de Sociales

RE~INCIDENTE. Año 4. No. 64. Primera quincena de septiembre de 2013. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en agosto de 2013 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.

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“H

ay que confesar que si una mujer perdió al mundo, nada hay más capaz de dañar a los Estados que ese sexo, cuando, poniendo el pie sobre aquellos que los gobiernan, les hacen moverse frecuentemente como bien les parece, y mal, por consiguiente, siendo casi siempre malos los mejores pensamientos de las mujeres en aquellas que se conducen por sus pasiones, que por regla general ocupan el sitio de la razón en su espíritu…” Cardenal Richelieu, Testamento político, 1642. “La exclusión de las niñas y de los varones procedentes de hijas es conforme a la ley de la naturaleza, la cual, habiendo creado a la mujer imperfecta, débil y feble, tanto del cuerpo como del espíritu, la ha sometido al poder del hombre”. Cardin Le Bret, consejero de Estado, 1632.

“Siete defectos esenciales que impulsan a la mujer hacia la brujería: su credulidad, su curiosidad, su natural más impresionable que la del hombre, su mayor maldad, su presteza para vengarse, la facilidad con que desespera y finalmente, su charlatanería.”

Juan Bodino, magistrado de prestigio, abogado en el Parlamento de París, relator del Consejo de Estado en el palacio del Duque de Anjou, diputado del Vermandois de los Estados Generales de 1576.

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“Al tener los hombres más entendimiento que las mujeres, gracias al cual pueden resistir con más vigor que ellas las incitaciones del vicio y, como dicen los teólogos, las tentaciones, es justo que las mujeres sean castigadas con más clemencia. Lo cual no significa que no haya que castigarlas como si fueran animales brutos privados totalmente de razón, porque las mujeres poseen cierto grado de razón”. A. Tiraqueau, Tractatus varii, Lyon, 1587. “Cuando estoy en presencia de mi padre o de mi madre, cuando hablo, me callo, camino, estoy sentada o de pie, como, bebo, juego, bailo o hago cualquier cosa, debo, por así decir, hacerlo de forma tan ponderada, grave y mesurada, sí; de forma tan perfecta como Dios al crear el mundo; siendo ásperamente reñida, si no lo hago, cruelmente amenazada, y a veces pellizcada, arañada, golpeada y maltratada de muchas otras maneras de las que no hablaré a causa del respeto que les debo –en resumen, tan injustamente castigada que creo estar en el infierno”. Declaración de lady Jane Grey tal como la hizo al humanista Robert Ascham (1568), aparecida en Elizabethan Life in Town and Country de Cl. St. Byrne, Londres, 1961. “…Los antiguos sabios nos han enseñado que siempre que el hombre habla largo tiempo con la mujer, se procura su ruina y se aparta de la contemplación de las cosas celestes y, finalmente, cae en el infierno. He ahí los peligros que tiene el sacar demasiado placer en yacer, reír y retozar con la mujer, sea buena o mala. Y yo creo que eso es lo que quiere concluir la paradoja del Eclesiástico, que dice que “la iniquidad del hombre es mejor que la mujer de bien”. Benedicto: Suma de los pecados.


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