EL ESPACIO PÚBLICO Ernesto Licona Valencia
ELEFANTES BLANCOS Mariana Figueroa Castelán
Año VI, Número 98, 2da. quincena de abril de 2015
DEL ESPACIO SOCIAL AL ESPACIO FÍSICO Carlos Montero Pantoja EL IMPERIALISMO DEL BÉTON Uri Márquez Mendoza
GEOGRAFÍA HISTÓRICA EN EL CONTEXTO DE INTERNET Andrea González Medina
DESDE LA FACULTAD Mariano Torres Bautista EFECTO PANÓPTICO Octavio Spíndola Zago
DE PLANTAS Y ANIMALES Cecilia Vázquez Ahumada REINCIGRAMA Fernando Contreras
AQUÍ, PUROS CUENTOS Paco Rubín FRANTASÍAS José Fragoso Cervón ARITMOMANÍA Gabriela Breña
PERO, NOSOTROS ¿QUÉ LES HICIMOS?
Ernesto Licona Valencia*
El 30 de marzo último, en acto solemne realizado en el Centro Cultural Universitario, el gobernador del Estado de Puebla, el alcalde de la ciudad y el rector de la BUAP presentaron el proyecto denominado Red de Movilidad Sustentable.
D
icho proyecto contempla un descuento para estudiantes de 50% del costo de transporte en las dos líneas de la Red Urbana del Transporte Articulado (RUTA); vislumbra la conexión de RUTA con el Sistema de Transporte Universitario (STU) con el objetivo de llegar a más colonias y la construcción del Parque Lineal Universitario que será ejecutado por la Dirección General de Obras de la BUAP. Estrictamente no es un proyecto de la Universidad sino del gobierno de Puebla en donde la Universidad será su ejecutor. La iniciativa de construir una “ciclopista” que conecte Ciudad Universitaria con el edificio Carolino, pasando por la preparatoria Benito Juárez, pone a discusión pública la concepción de ciudad que las instituciones promotoras sostienen para implementar el proyecto denominado “Parque Lineal Universitario” y, sobre todo presenta una oportunidad interesante para preguntarnos ¿qué ciudad queremos? ¿A qué tipo de urbanismo aspiramos como habitantes de la ciudad de Puebla? Hoy, en las ciudades latinoamericanas, el estudio del espacio público ha suscitado un interés creciente, fundamentalmente por la tendencia a su privatización y la implementación de un urbanismo centrado en lo privado, el mercantilismo y no en lo público. Este urbanismo implementado a partir de los procesos de globalización privilegia lo individual/privado sobre lo colectivo/público y se expresa, entre otros procesos, en la privatización, segregación y parcelación del espacio urbano. Por ejemplo, la zona de Angelópolis, se caracterizaba por la privatización y parcialización del espacio urbano porque se construyeron lugares privados desconectados sobre antiguos terrenos de cultivo del pueblo de Tlaxcalancingo; expropiados por el gobierno que los exhibió ideológicamente como reserva ecológica de la ciudad, para que pocos años después fueran vendidos a capitales privados. Estrategia gubernamental capitalista que también se observó en el Paseo de San Francisco, en el centro de la ciudad. Hoy, la zona de Angelópolis es un gran complejo de hospitales, plazas comerciales, casinos, restaurantes, librerías, oficinas gubernamentales, centro cultural, hoteles, bancos, fraccionamientos para las clases alta y media principalmente, tiendas de servicios especializados, agencias de venta de automóviles, escuelas, universidades, etc., que está diseñada para llegar en automóvil y en donde cada lugar está cerrado, protegido y aislado uno del otro. En su diseño se expande el espacio privado sobre el espacio de encuentro. Incluso, el Parque del Arte que podría considerarse el único espacio público “abierto” de la zona, está cercado, aislado de la calle, solo con una entrada y con estacionamiento de cuota, es ejemplo de la parcialización del espacio urbano; además, modelo de exclusión socio-espacial por los capitales económicos y simbólicos que exhiben sus usuarios que reducen la interacción con otros grupos sociales y por su predisposición a la uniformidad social interna. Al parecer, los parques abiertos “a todo el mundo” tienden a desaparecer en la ciudad de Puebla. Así lo observamos actualmente en la zona de Los Fuertes y en el Parque Ecológico, ambos cercados y porciones de ellos “privatizados” o “concesionados” para restaurantes y cafés.
* Reincidente no incluye sección de Sociales
Los ejemplos se multiplican por toda la ciudad, en la misma zona Angelópolis, en el cruce de la vía Atlixcáyotl y Circuito Interior, donde hace cuatro o cinco años fue construido un puente vehicular, quedó una área verde que ahora ostenta un letrero que dice: “Se Renta”. Antes de su construcción, fue una superficie con juegos para niños y un asta donde ondeaba la bandera nacional. Por las tardes, era lugar de paseo, juego, encuentro y comunicación entre vecinos de los alrededores. Ahora se observa un complejo vial porque se privilegió al automóvil y la antigua función de convivencialidad del lugar prescribió, se impuso el urbanismo de oropel, porque continúa el congestionamiento de autos a determinadas horas del día, es decir, no resolvió el supuesto problema vial. El absurdo del urbanismo globalizador llega hasta delimitar pequeños sitios dentro del mismo espacio privado. Ejemplo de ello es la plaza comercial en donde se encuentra la librería Gandhi que coexiste con otros comercios y un casino. El desatino se expresa en la lucha entre los comerciantes por los lugares de estacionamiento para sus clientes; algunos delimitan “su espacio” con una pluma y valet parking; otros emplean personal para que evite se estacionen personas ajenas a su comercio, etc., es decir, la simbólica de reserva, de fronterización y de privatización, expresión del urbanismo globalizador, no admite, ni siquiera, un pequeño recinto de carácter público, libre, abierto y sin costo. Hoy tienden a desaparecer los estacionamientos gratuitos que los comerciantes ofrecían como un servicio para sus clientes. Todo espacio urbano debe ser privatizado, como ya lo vemos en los puentes peatonales que exhiben espacios publicitarios alquilados o vendidos; así, los puentes vehiculares ostentan ya grandes anuncios comerciales, igualmente rentados por tiempo determinado; las mallas metálicas utilizadas para bardear terrenos ahora son alquiladas para propaganda comercial, etc. Para el urbanismo globalizador, el espacio público abierto y de encuentro no es funcional porque no permite su utilización mercantil. Incluso en los antiguos centros históricos el espacio público es asediado, se le considera secundario y una plaza o jardín es un obstáculo para el “progreso” o la modernización de la ciudad. Esta es una concepción limitada que responde a intereses únicamente económicos, que requiere ser repensada para construir una concepción amplia que permita edificar un urbanismo soportado en el encuentro y convivencia de la diversidad sociocultural; de ahí la importancia de su definición y la construcción de políticas urbanas convivenciales/colectivas y no privatizadoras/individuales. Las ciclopistas no están ausentes de esta discusión porque intervienen directamente sobre el espacio público. Su construcción requiere, en primer lugar, de una concepción antropológica de ciudad y de espacio público; segundo, entender la importancia de la apropiación social del espacio público para sus diversos usuarios y, finalmente, reflexionar qué tipo de urbanismo se quiere implementar para su gestión. Una ciclopista no es solamente una obra de ingeniería, requiere un estudio socio-antropológico porque en el
fondo lo que se debate es el tipo de ciudad a construir. Una ciclopista debe estar sustentada primeramente en resolver problemas de movilidad y en un urbanismo que desarrolle políticas de gestión que promuevan el contacto social, la vida colectiva y las expresiones simbólicas y con ello la activación de procesos de arraigo, apego, pertenencia e identidad. No figuran ahora en la ciudad de Puebla ejemplos de este tipo de urbanismo; por lo contrario, el gobierno estatal y el municipal siguen implementando el urbanismo segregativo. Por ejemplo, en la misma zona de Angelópolis, la ciclopista recién inaugurada se concibió como infraestructura de recreación y no para resolver problemas de movilidad urbana en la zona, no propicia convivencialidad y está convertida en una isla espacial confinada. El “Proyecto integral para el diseño y construcción del Parque Lineal Universitario en el municipio de Puebla”, presentado por la BUAP, es un documento con carencias conceptuales y de información que son necesarias para intervenir el espacio público. Por ejemplo, no existe nada sobre cómo se concibe la ciudad y el espacio público, no hay un diagnóstico de cómo se transportan los universitarios y cuáles son sus rutas de movilidad hacia el centro de la ciudad, etc. El documento solo brinda como antecedentes de la ciudad de Puebla que está ubicada en el valle de Puebla y ofrece “a los residentes una magnifica vista de sus picos nevados”. De igual manera, los objetivos son limitados porque dice que “promoverá formas sustentables de movilidad”, pero carece de una definición de ella. Promover la movilidad urbana supone, en primer lugar, pensar a la calle como un espacio público de coexis tencia de diferentes medios de transporte: automóvil, transporte colectivo, bicicleta e incluso área para caminar. Ponderar la calle para uso exclusivo del automóvil lleva a construir proyectos de exclusión, de confinamiento para los otros medios de transporte como las bicicletas, porque se piensa que la calle, o algunas de éstas, son peligrosas para los usuarios de bici, por lo que es necesario edificarles carriles exclusivos. En lugar de ello, es necesario pensar la intervención de la calle desde el urbanismo colectivo y desarrollar un plan piloto en una de esas calles o en toda la ruta propuesta por el proyecto “Parque Lineal Universitario”, que priorice la conectividad abierta, convivencialidad y promoción de comportamientos urbanos responsables, como disminuir la velocidad de los autos en las calles, entre otras acciones. No se necesita infraestructura elevada para uso exclusivo de las bicicletas, las calles existentes proveen espacialmente lo necesario para la circulación de todos los medios de transporte y para reforzar y fomentar la coexistencia social sin exclusión. Lo que está en juego, y de ahí la importancia de la participación de la BUAP, es si se promueve un urbanismo social de encuentro o un urbanismo individual de exclusión social. El autor es Doctor en Antropología Social por la Universidad Autónoma Metropolitana-plantel Iztapalapa. Actualmente es Coordinador de la Maestría en Antropología Social de la BUAP.
Mariano E. Torres Bautista*
Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, sugiere a México “educación de calidad”. ¿Qué se le puede sugerir a un economista de derecha, tan criticable como el detestablemente célebre Milton Friedman, representante de la “Escuela de Chicago” y también Premio Nobel de economía en 1976? En primer lugar, leer el libro de Michel de Pracontal (2001), si es que también es capaz de leer el francés: L’imposture scientifique en dix leçons. Pero no solo eso.
E
n la Convención Nacional de Industriales 2015, el Nobel de Economía sostuvo que nuestro país se dejó llevar por el Mexican Moment. Afirmó: “México requiere fuertes inversiones en educación básica de calidad así como una mejora en infraestructura que coadyuven a un despegue económico. Lo que es decepcionante es lo que han querido en los últimos 30 años, un despegue económico, lo siguen esperando y no ha sucedido”. Desde aquí se descubre la hipocresía de los voceros del neo-liberalismo. Por una parte las teorías económicas de la Escuela de Chicago sostienen, siguiendo a Adam Smith, que el mercado es la única fuente de riqueza, entendida ésta como los beneficios de las empresas que para producirse correctamente necesitan economías de mercado, funcionando con total libertad, situación ante la cual el Estado debe dejar su papel de inversor, animar a los particulares a invertir rebajando impuestos que inhiben y “disminuyen los beneficios”. Como dicen las de mi pueblo: ¡“Viaste nomás”! El también célebre columnista de The New York Times es igualmente capaz de blasfemar diciendo que “solo Dios sabe qué hace a unos países más exitosos que otros”, para apoyar la tesis de que una fuerte inversión en educación básica ayuda a hacer la diferencia. En el clímax del cinismo agregó: “La situación económica en México no es tan mala pero tampoco ha dado los resultados esperados”. Hasta aquí no veíase aún cómo es que los industriales mexicanos le pagaron para venirse a burlar de ellos y de todos los paisanos agregando todavía que: “La liberalización de hace treinta años no bastó; dudaría en predecir, pero la última vez que todos
estaban a favor de México el resultado fue un flujo de inversión que en los 90 llevó a un desastre. El Mexican Moment tampoco bastó (...) la gente se dejó llevar”. Pero cuando agregó que “México tiene un gran potencial que, sin embargo, no se aprecia, por lo que debe aprovechar la transformación que pueden traer las reformas estructurales”, las cuales considera positivas; para luego continuar en su propagandística perorata “sin ánimos de ofender” que: “Estados Unidos se percibe como la mayor ventaja de México, pues es una economía fuerte y en vías de recuperación.”¿Deveras? A ver, ¡cuéntame más!, diría el comediante de moda. Pero llegó a descubrir el agua tibia y como buen comerciante a vender el novedoso hilo negro cuando afirmó que: “La infraestructura aún es deficiente, principalmente en la red de transporte”. De eso solo puede esperarse que nos quieran vender más sistemas de movilidad contaminantes, energívoros consumidores de hidrocarburos como los fabulosos “metrobuses”, portentos de la modernidad. Es innegable su inteligencia emocional, ya que antes de que se le desmayara o retirara alguien de su selecto público dijo: “El país ha tenido mejoras fundamentales pues ya no hay crisis cada fin de sexenio, aunado a que los niveles de endeudamiento han mejorado, por lo que México ya no es fuente de crisis globales”. ¡Lo increíble del momento es que a éste si le aplaudieron, no como a Peña Nieto! No queda más que decir algo que, de tan evidente, parece perogrullada: de sobra conocido es el hecho de que ni en la Gran Bretaña postatcheriana ni en los Estados Unidos postreaganomics existe eso de lo que
P En su texto La poliarquía, Robert A. Dahl plantea la idea de desarrollismo como la estrategia neoliberal de intervención autorizada de un Estado políticamente consolidado y económicamente sólido a otro que requiere el impulso primermundista para “salir del hoyo”. 2
ara Dahl, la democratización par excellence debe dividir las opiniones públicas y generar una dialéctica institucional. Hoy más que nunca queda claro que la táctica norteamericana es llevar estos dos principios a sus últimas consecuencias. Una vez que el discurso del comunismo como el gran enemigo estuvo agotado, vino el boom del terrorismo para permitirle a US mantener su industria bélica –base de su sistema monetario y financierofuncionando. Pero en el contexto latinoamericano, la peor amenaza es el propio espíritu latinoamericanista soberano, que algunos señalan de “socialista” o “comunista”. “No pudieron con Chávez ni con Castro”, y ahora pulen su mecanismo. Con Cuba buscan el acercamiento y con Venezuela la amenaza de golpe de Estado. ¿La causa? El “ferviente espíritu bolivariano y la alta conciencia política antiimperialista de los venezolanos”. ¿A qué le teme el gobierno de Estados Unidos? A la libre determinación. Obama no puede permitir el reacercamiento del oso soviético con SU –suyo del presidente en turno de la Casa Blanca- continente. El caso más escandaloso es Argentina. Hace poco, en la cumbre del G-20 de septiembre de 2013, en San Petersburgo, recordamos el cálido abrazo y risas francas entre un Putin que retoma el proyecto pivote ruso, y una Cristina Fernández ampliamente apoyada por su pueblo –¡en plena tensión Casa Blanca-Kremlin! A tal nivel llegó el compadrazgo que en julio del año siguiente, en La Casa Rosada, ambos mandatarios se reunieron en la formalidad de una reunión de Estado, calificada por ambos como estratégica. No olvidamos la Escuela de las Américas y la “estrategia Nixon de la Doctrina Monroe” que devino en los golpes de Estado de la segunda mitad
hacen tanta propaganda: una economía totalmente libre. Ambas economías sufren los estragos del cronycapitalism, el capitalismo de cuates del que se beneficia no la libre empresa, por la que pugnaba Adam Smith, sino aquellos allegados a las estructuras del poder, de manera a veces no tan disimulada. En México ni que decir, es un interesante laboratorio social donde todo es tan evidente, que ese perverso modelo económico ha llevado hasta niveles poco sostenibles y durables un esquema de corrupción, y la figura presidencial al nivel de espectáculo de titiriteros. Con la agravante de que se da a costa, nada más y nada menos, que ¡del presupuesto público! Señores pregoneros del neoliberalismo ¡por favor! La mejora del sistema educativo básico y de todos los niveles, requiere nada más y nada menos que una fuerte y decidida intervención estatal, lo mismo que la verdadera modernización de la movilidad en y entre nuestras ciudades, puertos y poblaciones. La infraestructura de comunicaciones necesita preparar desde ahora el transporte del futuro, o sea el transporte en común, digno, eficiente y no contaminante ni consumidor de combustibles fósiles. Para esto, también es necesario dejar de depender de decisiones provenientes del Capitolio y que nuestra clase política aprenda a negociar como lo hacen otras de países más pequeños, y al parecer más inteligentes. * El autor es Doctor en Historia por la Universidad de París I, Phanteon- Sorbonne. Actualmente, se desempeña como investigador/docente del Programa de Maestría en Antropología Social de la BUAP.
del siglo XX y la instauración de regímenes dictatoriales abiertamente pro-yanquis. Cuando esta vía se agotó en el propio discurso del apostolado democrático de Estados Unidos, tras permitir la transición a gobiernos “independientes”, Washington lanzó su nuevo plan: tecnocratizar a los presidentes educándolos en sus universidades privadas, a fin de insertar en ellos el discurso occidental cristiano neoliberal. Bush vigorizó esta medida y fortaleció a la OEA y a la OCDE para lograr una intervención macroestructural y una penetración microfísica inestimable –véase el ejemplo de las universidades, que prefieren someterse a los estándares internacionales antes que responder a su compromiso social. “No podemos permitir que los pueblos de Latinoamérica vivan sometidos a gobiernos no democráticos” aseveró John Kerry, secretario de Estado, en una entrevista realizada por las declaraciones de Obama –no cuestionamos tampoco la dureza de estos regímenes. La Cumbre de las Américas de este mes de abril respiró un aire tenso entre el bloque del Pacífico pro-yanqui –México, Panamá y Colombia-, un Caricom (comunidad del Caribe) sometido por los préstamos urgentemente necesarios, y un Unasur (Unión de Naciones Suramericanas) mayoritariamente latinoamericanista encabezado por el gobierno populista de Fernández, la “nueva izquierda” de Bachelet –que me permito poner en tela de juicio-, el gobierno autónomo indígena de Morales y el “socialismo a la brasileña” de Rousseff. Dejo a usted más preguntas que respuestas ¿Qué depara este momento histórico del neoliberalismo a Latinoamérica? ¿Cuál es el futuro inmediato de la izquierda latinoamericana? * El autor es estudiante de la Licenciatura en Historia en la FF y L de la BUAP.
Mariana Figueroa Castelán*
Con sorprendente rapidez, la ciudad de Puebla y sus habitantes se han visto reestructurados a partir de una oleada de obras públicas sumamente costosas –y en su mayoría, más estéticas que funcionales- que pretenden justificar el gasto público, la “deuda” o minimizar la atención a los “otros problemas” que realmente necesitan ser solucionados de manera urgente.
C
alles y avenidas, cuyo caos ha sido resultado de una histórica irregularidad poblacional, vehicular e institucional, son ahora base para la justificación de proyectos que impactan socialmente los dinamismos de los habitantes, partiendo de modos de excluir y segregar a cierta población en tanto viabilidad política y económica de intenciones pactadas; de ello que la ciudad de Puebla presente paisajes imaginarios que definen las vivencias y aspiraciones que por un lado se sustentan en la cotidianidad de la vida social, la cual es significada por los habitantes hacedores del espacio, y por el otro, en argumentos político-urbanísticos que hablan desde modelos pre-establecidos de manera global y no desde la (con)vivencia diaria. Ambos paisajes establecen formas de controlar y apropiarse del territorio. Moverse, desplazarse, es lo que hace la gente a diario para la realización de sus múltiples rutinas. Las formas de su movilidad construyen las dinámicas y sentidos que sustentan el reconocimiento de los espacios, por lo que debemos partir del entendido de su circulación para las posteriores aplicaciones dirigidas a su impacto, remodelación o reivindicación. Sin embargo, esto no sucede. No solo hay un desconocimiento en cuanto a estas complejas dinámicas poblacionales, sino que la estética y ciertos privilegios a quienes poseen autos particulares, por ejemplo, se vuelven el eje explicativo y sustentante de la realización de construcciones separatistas que desplazan otras formas de transitar, recorrer y andar por la ciudad; tal es el caso de las ciclovías, los parques lineales, las redes de transporte articulado y los puentes peatonales. Andar a pie, en bicicleta, motocicleta, en carretas jaladas por burritos, transporte público o en particular, son algunas de las formas en que los poblanos transitan de manera diaria; sin embargo, las obras antes mencionadas han privilegiado la circulación de los automóviles y automovilistas, elevando mediante puentes o condensando en puntos estratégicos (utópicos, más que prácticos) las otras formas de desplazamiento, y junto con ello a sus actores y sus historias individuales y sociales. En la ciudad de Puebla, como en la mayoría de las ciudades del mundo, se vive en una constante situación de riesgo: la inseguridad, las multitudes, los accidentes y tantas otras cosas que mantienen un estado de incertidumbre. Para gestionar el riesgo, nos propone la perspectiva capitalista, podemos recurrir a algún tipo de seguro, un seguro que no es proporcionado como derecho de ciudadanía sino como una mercancía por la que se debe pagar; de ello, la viabilidad económica y política de privilegiar en las calles la presencia de autos. La mayoría cuenta con algún tipo de seguro, anualmente todos generan pagos al Estado, y son los encargados de llenar bolsillos por ideas brillantes como el cambio de placas, la monopolización de los verificentros y rutas de transporte público, así como la fotoinfracción que ha dado gratas sorpresas a más de uno. El peatón y el ciclista viven el riesgo, pero no cuentan con los medios para gestionarlo; se eleva a la sociedad a estos puentes, parques y vías, a la “ciudad de arriba”, desplazando a su vez problemas y vivencias diarias, los riesgos cotidianos, por lo que la planeación de estas obras debe ahora considerar la presencia de personal de seguridad pública para seguir combatiendo problemáticas cuyas raíces siguen aquejando a la ciudadanía pero ahora en las alturas o en puntos neurálgicos que explotan a determinadas horas del día. Aquellos transportes unificados, parques lineales, puentes o ciclovías “seguras”, “funcionales”, “de recreación”, para familias y estudiantes, se convierten en espacios sin utilizar por su poca funcionalidad o porque los usuarios se vuelven víctimas de asaltos, accidentes, entre otros tantos infortunios. Privilegiar modos de movilidad sobre otros, implica una falta de conciencia en cuanto a la convivencia “civilizada” que una ciudad “moderna” debería proclamar. La segregación de formas de hacer en y de la ciudad trae consigo una sociedad que se desboca, que re-aprende a moverse en la ciudad y llega a escapar de lo “planeado”, que sale de un aparente control mimetizado en forma de proyectos de “primer mundo” que terminan convirtiéndose en elefantes blancos re-apropiados por usos que sí emergen de las formas diarias y contextuales de la sociedad. ¿Sería pertinente pensar en una educación vial que permita la convivencia y coexistencia de las múltiples formas de circular por la ciudad como sustancia básica de la obligación política? La respuesta parece sencilla y ejemplificada con muchas ciudades alrededor del mundo, sin embargo la falta de conocimiento o de interés por conocer otras vidas sociales, así como los intereses político-económicos de algunos cuantos, suelen volverla compleja y parte reproductora de una sociedad de riesgo, incertidumbre y segregación, cuyos reflejos se vislumbran en los desplazamientos básicos y cotidianos de los sujetos, así como en la multiplicidad de lugares para su realización. * La autora es Maestra en Antropología Social por la BUAP.
E
n los últimos años la administración del gobierno estatal ha puesto su atención en el espacio público existente en Puebla Capital. Sosteniendo el argumento de degrado, por tanto, impulsa una estrategia de acciones de mantenimiento y mejoramiento del espacio público de la ciudad, cuyo resultado fueron intervenciones profundas de renovación urbana que re-significan el valor arquitectónico y urbano de cada lugar intervenido, al cambiar la imagen de tiempos pretéritos para imponer la marca actual que representa y significa al llamado morenovallismo. Pero no solo eso, también se ha modificado la categoría de los usuarios habituales, porque siendo sitios eminentemente populares se han trabajado para recibir usuarios con capital económico orientado hacia el segmento de mayor capital global (clase media, clase media alta e incluso de clase alta). La ciudad tenía, hasta antes de la intervención, los espacios públicos siguientes: las plazas-jardín del centro histórico; los parques con infraestructura deportiva: “Jardín del Arte” y el “Parque Ecológico”; espacios más recreativos con cualidad de paseo: Los cerros de Loreto y Guadalupe (Zona de Los Fuertes), las lagunas de San Baltazar y la de Chapulco. Los usuarios de todos ellos son de bajo capital económico, comúnmente llamados sectores sociales populares (inmensa mayoría de este país). La práctica deportiva de los actores de capital económico (los sectores sociales de clase media alta y alta), se realiza en los llamados clubes (Alpha, Albatros, Britania, Parque España), cuya apropiación requiere la distinción de miembro validada con un costo económico. Efectivamente, por el degrado de los lugares referidos, ni usuarios había. Los discursos para su renovación subrayan la necesidad de repararlos, lo cual era entendible y plausible. Esto se suma a los hábitos y costumbres de los sectores con capital económico que están cambiando; es “Cool” y “Fashion”, Think Blue o Think Green, es decir, son personas comprometidas con el cuidado del medio ambiente y la invención de tecnología eco-amigable, promueven el consumo de comida orgánica, practican algún deporte o realizan algún ejercicio físico. Estas nuevas formas de pensar se han materializado en la creación de ciclovías, sendas, parques como espacios abiertos, así como la multiplicación de espacios cerrados bajo la figura dominante del “Gym”. Y esta tendencia la capitaliza el gobierno del Estado desde donde impulsa la estrategia, respaldada en los planes correspondientes. Las estrategias son pues acciones que, gracias al principio de un lugar de poder (la propiedad de un lugar propio), elaboran lugares teóricos (sistemas y discursos totalizadores) capaces de articular un conjunto de lugares físicos donde se reparten las fuerzas. Las estrategias combinan estos tres tipos de lugares, y tienden a dominar a unos con otros. Privilegian pues las relaciones de lugares (Certeau, 2010: 45) En efecto, la estrategia para apropiarse de manera tangible del territorio físico de la ciudad, colocando en el espacio público, la arquitectura, su marca y elementos simbólicos crea las condiciones para sumar a todos los capitales, fortaleciendo el capital global y el poder. Este capital, cuya distribución desigual origina diferencias constatadas, particularmente en los consumos y en los estilos de vida. Estoy pensando de hecho en lo que cabe llamar capital político y que proporciona a sus poseedores una forma de apropiación privada de bienes y servicios públicos (residencias, automóviles, hospitales, escuelas, etc.)” (Bourdieu, 1997: 30). Por tanto, la estrategia del gobierno del estado de Puebla, reproduce fielmente el “Espacio de las posiciones sociales y espacios de los estilos de vida”, de la Distinción de Bourdieu (1997: 16). El espacio social se manifiesta en un tejido físico que conecta los lugares de las intervenciones, formando también un sistema físico de relaciones que asegura que los actores con capital económico salgan de sus espacios y se extiendan sobre la ciudad. El diseño arquitectónico, los nuevos componentes y el diseño urbano delimitan y encierran a los componentes re-significando el espacio público. El resultado es un lugar privado, encerrado, con puntos de control, caracterizados con las puertas de entrada-salida. ¿Se cobrará el ingreso en el futuro? Por lo pronto, las bardas y las puertas, con el sello del morenovallismo han modificado completamente el carácter abierto que tenían.
Fuentes Consultadas: Bourdieu, P.. (1997). Razones prácticas sobre la teoría de la acción. Barcelona: ANAGRAMA Colección Argumentos. Certeau, M. (2010) La invención de lo Cotidiano I. Artes de Hacer. México: Universidad Iberoamericana, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente.
* El autor es investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP. 3
Uri Márquez Mendoza*
Hay que destacar más allá de las directrices masculladas por los poderes “públicos”, no nuestros “poderes públicos”, que el reino del béton palabra francesa con sentido histórico per se —perdónese la siguiente catacresis (κατάχρησις) al acudir a un término ‘galo’— nos remite a un tipo de ‘estatificación capitalista1’, bien wall.
L
a diferencia radica no en ver esta ‘estatificación capitalista’ bajo su sino tradicional, ya que Lorenzo Meyer lo ha destacado en diversas ocasiones, el Estado es una empresa más (empresa que integra muchas iniciativas privadas, diríase una empresa que reúne diversas ‘empresas’) dentro del llamado mercado global; la ‘estatificación capitalista’ significativamente nos remitiría ahora a una condición postmoderna, donde las fronteras entre privado y público se amalgaman para constituirse en poder. He ahí la importancia de ver y considerar al béton (Cal + silicio + aluminio + óxido de hierro + silicato + aluminato de calcio) y cualquier tipo de ‘mezcla’ usada por las políticas “públicas” de manera simplista, pues hay una oposición entre el béton con su ya conocida sinergia artificial y el paisaje natural sinónimo de modernidad2. ¡La modernidad del béton!, peor aún si además, validamos la racionalidad premeditada al béton como sinónimo de progreso, porque perpetuamos esta manera simplista de ver la ‘mezcla’ empleada por el poder “público”, que de manera fáctica y subliminal no para de avecindarse en nuestra psique colectiva y masificada, en nuestra “cultura ciudadana”, entonces imprescindible será en un futuro enfocar los estudios analíticos sociales y las críticas de la llamada política ‘moderna’ (no ausente en las políticas morenovallistas), que necesitan hallar terreno sólido en la especie conocida como transas (voz de Efraín Huerta) mediante el uso de una de las tantas y prolijas herencias directas de la inventiva romana: el levantamiento de una infraestructura basada en la idea oppidum viaque romana (Ciudad y vía romana), como legitimadora de “la vida civilizada” en la psique populi, —caso de la bellísima ciudad de Puebla—, acaso con más peso que la propia lingua latina madre de muchas y muchos romances, sirva como muestra de lo que ‘ha de llamar la atención’ a historiadores y analistas sociales: ¡la pervivencia del béton por más de dos milenios! –sin ignorar la Edad Media– y su uso extenso en Occidente como producto primo de la traza, forja y aparejamiento de nuestras calles. Este reino del béton al que nos referimos, se ha ido expandiendo con mayor fuerza, inusitada y arquetípica sombra, adoptando un ejemplo memorable de imperialismo in situ. Pero no es propósito disertar en torno al imperialismo de un sustantivo común concreto, o en torno al desarrollo histórico del mismo béton en Occidente, lo que interesa señalar aquí es el absurdo de la proyección subconsciente de nuestra idea de progreso, el espejismo que más que espejismo es un intento de justificar mayores recursos “públicos”, de los cuales una parte deviene como propiedad de la empresa en turno. No es absurdo considerar el punto referente a la vida privada de cada cual, ya que visto desde el tamiz actual, el deseo de poseer un automóvil ha llegado a todas las clases sociales, desde su invención en el siglo XIX hasta hallarlo en un mercado educativo poblano de “siglo XXI”, una especie de ‘profesión del automóvil’ o ¿arte de su constitución? Muchos jóvenes demandan continuar sus estudios enfocados al área automotriz. Las razones que los incitan a ello son diversas, desde 4
mediados de los años sesenta del siglo pasado, tal y como lo demuestran los estudios María Teresa Ventura Rodríguez (La industrialización en Puebla, México, 1835-1976), el enfoque económico de la ciudad de Puebla viró hacia la industria, como parte de las políticas del desarrollo estabilizador, para luego verterse a la industria alemana del motor, sustituyendo a la ciudad textil, a la vez que fomentaba un mayor ingreso en las familias de rededor, antes dedicadas al sector agrícola. La compra de un automóvil actualmente implica poseer un ingreso fijo y un capital acumulado bastante amplio, lo que no impide en muchos casos hacerse del mismo mediante endeudamientos bancarios. Cuántos autos circulan día a día en la ciudad, algunos todavía sin verificar, pero ¡qué incongruencia pagar por un servicio (pagar al Estado no anula la contaminación que produce este medio) que de suyo es privado, pues el capital invertido debe ser bastante amplio! porque el imperialismo del béton se expande en razón de considerar un mercado amplio de automovilistas, quienes junto a los peatones (son los que aportan una gran porción de impuestos para el sustento del béton), sin darse cuenta los inversores del motor que ya no obtienen beneficios, más que el traslado de un lugar a otro, lógica derruida si es que se allegase alguna falla o accidente. ¿Será una inversión? El peatón al margen de estas políticas ya no es un factor decisivo en el cambio, entonces ¿cómo se explica lo que el periodista Juan Pablo Proal expresa?: He escuchado decir a no pocos de mis paisanos: “Este (Moreno Valle) roba, pero al menos hace algo”. Esta afirmación se liga a la megalomanía del gobernador, quien ha levantado obras millonarias a mansalva y tal vez explicaría por qué los ciudadanos aprueban su gestión, que a finales del año pasado obtuvo una calificación de 7.4, de acuerdo con una encuesta de la consultora local BEAP, dirigida por el analista político Rodolfo Rivera Pacheco. La idea surge de una impresión diaria. Imaginemos la experiencia de un peatón que a todas luces exige el respeto a una cultura vial, cuando cruza la calle y es casi devorado por un automóvil (el resultado: 12,549 accidentes viales, con una tasa de letalidad de 64.9 casos por cada mil accidentes y de mortalidad de 13.6 personas por cada 100 mil habitantes. Bajo estas condiciones, los accidentes “vehículo motor” se cuentan como la novena causa de decesos entre los poblanos, con indicadores que se encuentran solo un punto por debajo de la media nacional), sin saber que no es la cultura vial lo que debe prevalecer, sino un cambio radical en la concepción de las políticas del progreso, dado que, y este es el asunto que nos compete, el automovilista es privilegiado por la política vigente, un privilegio más a los “inversores” del motor, el privilegiado, no es de extrañar, en el saeculum neoliberal es el ya de por sí privilegiado3. Y en fin… el béton como sinónimo de progreso4, ruido y propaganda, al lado del chofer que gesticula, un tanto adusto, “hemos caído en un bache”.
Notas
1 Recordemos que la expansión de los capitales acumulados en regiones alta y medianamente industrializadas no sólo
requieren inversión total individual para poner en marcha la industria sino además inversión total para dar comienzo rápido a una economía de este tipo: carreteras, canales, muelles, barcos, construcciones de todo tipo, inversiones agrícolas, minas, etc. (Hobsbawm, Eric: En torno a los orígenes de la revolución industrial. México, Siglo XXI editores, 2011, p. 49). 2 Cuando “moderno” aparece en el latín de los albores de la alta Edad Media tiene solo el sentido de reciente, que conserva a lo largo de la todo el período medieval; “antiguo” puede significar “perteneciente al pasado”, y más precisamente, a esa etapa de la historia que Occidente llama, desde el siglo XVI, Antigüedad: la época anterior al triunfo del cristianismo en el mundo grecorromano, a la gran regresión demográfica, económica y cultural de la alta Edad Media, atestiguada por la crisis de la esclavitud y una intensa ruralización. Cuando a partir del siglo XVI la historiografía dominante en Occidente, la de los eruditos y después la de los universitarios, subdividió a la historia en tres épocas: antigua, medieval y moderna, cada objetivo suele remitir a un período cronológico y “moderno” se opone más a “medieval” que a “antiguo”. Pero es el término “moderno” el que genera la dupla y su juego dialéctico: en efecto, la conciencia de la modernidad nace precisamente del sentido de ruptura con el pasado. Solo en el siglo VI aparece el neologismo modernus formado por modo, recientemente, como hodiernus de hodie “hoy”. De acuerdo con la feliz expresión de Curtius [1948], modernus es una de las últimas herencias del bajo latín (Le Goff, Jacques: Pensar la historia. Modernidad, presente y progreso. Barcelona, Paidós, 2005, pp. 147-59). 3 El privilegiado que no es tan privilegiado: el automovilista, en tanto que los impuestos sobre su inversión le representan un déficit significativo. El privilegio en el Ancien regime, significaba una autonomía corporativa y capacidad para autogobernarse, lejos, muy lejos de la semántica del uso que se hace del sustantivo ‘privilegio’ hoy día. 4 “Del mismo modo, ‘moderno’ se confronta con lo que entra en el campo del ‘progreso’. En la medida en que este término, que se desprende del latín en el siglo XVI, sigue siendo un sustantivo, arrastra en su huella a lo ‘moderno’. Lo ‘reciente’, opuesto al ‘pasado’, ocupa su lugar en una línea de evolución positiva; pero cuando en el siglo XIX el sustantivo genera un verbo y un adjetivo ‒progresar, progresista‒ ‘moderno’ resulta en cierto sentido excluido, devaluado. Así ‘moderno’ afronta los tiempos de la revolución industrial atrapado entre lo ‘nuevo’, de cuya frescura e inocencia está desprovisto, y lo ‘progresista’, cuyo dinamismo le falta”. Ídem., p. 153.
* Estudiante de Humanidades de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
ESCRÍBENOS • Para cualquier aclaración • Para algún comentario • Para hacer alguna contribución • Para externar una crítica • Para protestar por algo • Para alguna mentada (pero leve) • Para discutir el futuro de la humanidad • Para dudas (que no sean existenciales) • Para preguntas (no capciosas) Si quieres recibir Reincidente, nuestro correo electrónico es:
buzon.reincidente@gmail.com
Cecilia Vázquez Ahumada*
“Decíanme que yo era todo poderoso; mentira; ni aun puedo resistir la fiebre” El Rey Lear. Shakespeare (1564-1616)
S
egún Laws (2013), la fiebre palúdica arremetió en contra de Alejandro Magno y Oliverio Cromwell, cuya muerte hizo posible la recuperación del poder por parte de la realeza británica. Aún hoy, la mitad de la población mundial sigue bajo la amenaza del paludismo o la malaria (mala aria, mal aire en italiano). Esta enfermedad ha cobrado más víctimas que todas las guerras y epidemias del mundo juntas. Hasta finales de la década de 1930 solamente había una forma de tratar el paludismo, el medicamento fabricado con la corteza del quino que es un arbusto cuyo origen se ubica en el norte de Bolivia y Perú. A orillas de cualquier pantano pútrido infestado de mosquitos de Europa, Asia, África Occidental se acuna al paludismo. Se cree en general que la malaria es una enfermedad tropical, pero fue trasladada por los barcos de ultramar que arribaron al Caribe. De aquí se propagó a regiones africanas no occidentales, Malasia, Sri Lanka y Birmania. El paludismo no existía en América hasta que lo trajeron los conquistadores occidentales. La malaria es una enfermedad que debilita, ella hizo su parte en contra de los ejércitos confederados en la Guerra civil norteamericana en 1865. Los japoneses podrían haber fundado su imperio en el Sudeste Asiático (Birmania, India y China), de no ser porque los aliados lograron sintetizar Atrabine, medicamento que combate el paludismo. Se calcula que 20,000 norteamericanos padecían paludismo después de haber estado en Vietnam (1962-1975). La malaria es una enfermedad que se manifiesta con una sucesión de fiebres fría-seca, caliente seca y caliente-húmeda, debilitando tanto al huésped que acaba muriendo por el agotamiento. No todos mueren, algunos solo sufren un ataque, lo que los inmuniza, otros padecen varios episodios durante parte de su vida y algunas personas son completamente inmunes a su ataque. EL origen del paludismo no es el mosquito, sino la presencia de una persona portadora del protozoo del género Plasmodium en la sangre. El Anopheles (52 de las 400 especies de mosquitos existentes) es capaz de transmitir la enfermedad. Es la hembra la que requiere la sangre humana para llevar a cabo su ciclo reproductivo. Los machos alados solamente consumen néctar y fruta. Se han implementado medidas en contra del mosquito destruyendo sus huevos secando pantanos o rociándolos de aceite para que disminuya la tensión superficial del agua y la hembra no pueda depositar sus huevos; durmiendo con mosquiteros o viviendo en casas con pilotes (los mosquitos vuelan hasta los 6 metros por encima del suelo).
La historia del elemento activo para la cura del paludismo, la quinina, comienza en la década de 1630, cuando don Luis Jerónimo Fernández de Cabrera de Bobadilla Cerda y Mendoza, virrey del Perú, desesperado por la enfermedad que aquejaba a su esposa, accedió a que el médico que la atendía, como una medida desesperada, le suministrara un remedio de los naturales andinos conocida como quinaquina. La recuperación de la enferma hizo que la pareja regresara a España junto con el remedio, mismo que protegió a sus dependientes y lo hizo más rico de lo que ya era. Ya los aborígenes sudamericanos conocían de los efectos terapéuticos de la corteza del quino, la quina. Sabían de las especies de estos arbustos que producían alcaloides terapéuticos; la que llamaban “corteza de cortezas”. Hoy se sabe que contiene 30 alcaloides distintos, entre ellos la quinina y la quinidina, usados para combatir cardiopatías. Los nativos de América compartieron sus conocimientos con los europeos. Los jesuitas fueron los monopolizadores de la “corteza de cortezas” en la década de 1650: eran los famosos “polvos de jesuitas”. Aunque los europeos se negaban a considerarlos un medicamento, los tomaban solamente como un remedio. El médico inglés Sir Robert Talbot lo prescribió con gran éxito, pero de manera subrepticia, por lo que su fama como sanador del paludismo la achacaban a métodos como las sangrías. Parecía que su secreto moriría con él, pero Luis XIV de Francia reveló el misterio del éxito de Talbot. A finales del XVI, las flotas españolas ya transportaban quino contra el paludismo, lo que llegó a ponerlo en peligro de extinción. Los holandeses e ingleses se esforzaron, desde entonces, por aclimatar la planta en sus dominios. En 1859, el buscador de plantas Clements Markham envió ejemplares al jardín botánico de Kew (cerca de Londres), otros a Calcuta, logrando exitosamente el cultivo del quino. Pero el holandés Johan de Vrij adaptó el quino en Java ganándoles la partida del monopolio de la quinina a los ingleses, siendo los líderes de la comercialización a lo largo de 60 años. Es hasta 1942 cuando se desarrollan sucedáneos de la quinina, lo que coadyuvó a los aliados a su triunfo contra los japoneses. Según la UNAM, en México se reporta paludismo en todos los Estados de la vertiente del Pacífico, así como en el sur de Durango y Chihuahua.
ACLARACIÓN Esperaba el autobús que le llevara de vuelta. Observando a las personas que al igual que ella, con cansancio, esperaban el colectivo, descubrió el error del sitio, ya que en lugar de llamársele “parada de autobús”, debiera nombrársele “sentada de autobús”. ZURDO Se levantó con el pie derecho. Si hubiera sido el izquierdo sería Messi o Maradona. MADERA El buró gritaba con su voz de madera. Escupía promesas del cajón y tenía la dicha de ver a Renata desnuda de espaldas. A veces, parpadeaba si faltaba la luz y sostenía una vela en su cabeza de encino.
PARISINO Hechos nudos, los amantes se enredaron en la cama del hotel. Un beso francés les hizo llegar a los más alto de la Torre Eiffel LOCURA En chaleco de fuerza Ezequiel se azotaba por las paredes blancas del lúgubre manicomio. Llegaba hasta la luna en nave espacial, pero los médicos insistían siempre en regresarle los pies a la tierra. CUESTIÓN DE OFICIO El bombero llegó al lugar de los hechos. Apagó el ardiente fuego que en la cama hacía que una mujer ardiera. ABRIR Y CERRAR DE OJOS Abrió los ojos. Había nacido. Cerró los ojos. Había muerto.
* La autora es Licenciada en Antropología Social por la BUAP, actualmente adscrita al INAH-Puebla.
HORIZONTALES
VERTICALES
2. Filosóficamente, es un asunto que lleva al planteamiento del latinoamericanismo. 11. Símbolos del oxígeno y amperio. 13. Independentista, planteaba la necesidad de la unidad latinoamericana ante las amenazas gringas. 14. Milicias nacionalsocialistas, dirigidas por Röhm (sigla). 15. Símbolos del nitrógeno y níquel. 17. Ente. 18. Batracio. 19. Filósofo mexicano, autor de América como conciencia. 21. Existiré. 22. Escuchad. 23. Poeta e independentista cubano, uno de los primeros latinoamericanistas. 25. Abreviatura de norte y símbolo del sodio. 26. Notifique a alguien (inv.). 28. Igualar con el rasero. 30. Unidad que conserva datos genéticos. 31. Papagayo. 32. Se desplaza hasta el lugar donde está el que habla. 34. Poeta nicaragüense, máximo representante del modernismo. 37. Ácido desoxirribonucleico. 38. Terso. 42. Río de Europa, uno de los principales afluentes del Danubio. 43. Presas, culpables de un delito. 44. Dulce, jalea. 45. ( José Enrique Camilo), escritor y político uruguayo, autor de Ariel. 46. Cuerpo aeriforme a la temperatura y presión ordinarias. 49. Símbolos del silicio y tesla. 50. Moneda de cobre usada en la antigua Roma. 51. (Galeano), escritor y periodista uruguayo, autor de Las venas abiertas de América Latina. 55. Abreviaturas de angstrom y de oeste. 56. (Gustavo), sacerdote peruano que en 1968 pronunció la conferencia titulada “Teología de la liberación”.
1. Doctrina estadounidense tendiente a determinar los destinos de América Latina. 3. Símbolos del deuterio y boro. 4. En el gnosticismo, inteligencia eterna emanada de la divinidad suprema. 5. Abreviatura de Nuevo León. 6. Río de Italia, nace en los Apeninos. 7. Cuatro en números romanos. 8. Regalar, obsequiar. 9. Terminación verbal. 10. Poner a una o más personas frente a otra u otras e interrogarlas juntas para averiguar la verdad confrontando lo que dicen. 12. (Nin), escritora de origen cubano, autora de Un espía en la casa del amor. 14. (Guevara de la), un importante símbolo de la emancipación de Latinoamérica. 16. Población con alto grado de marginación en América. 17. Propio o relativo a los sentidos (pl.). 19. Última y primeras letras del abecedario. 20. Símbolo del astato. 23. Del verbo manar. 24. Decreto de un sultán. 27. Trasládate hacia donde estoy. 29. Dios entre los mahometanos. 32. (Llosa), escritor peruano, autor de La fiesta del chivo. 33. Representación de una cosa en la mente (pl.). 35. País de Asia. 36. Arbusto de América que se utiliza en la fabricación de cosméticos, barnices y cerámica (pl.). 39. Unión Americana (inic.). 40. Trae hacia sí. 41. Mira, observa. 47 Un insecticida. 48. Abreviaturas de tera y de doctor. 51. Símbolo del europio. 52. Símbolos del uranio y yodo. 53. Ronald Reagan (inic.). 54. Río de Galicia (inv.).
5
Andrea González Medina*
Un ejercicio de reflexión en torno a la geografía histórica implica preguntarnos por su origen. Por ello, es importante mencionar que la construcción histórica de las ciencias sociales emerge en el siglo XVIII, y alude primordialmente a la idea de que podemos reflexionar de forma inteligente sobre la naturaleza de los seres humanos.
L
o anterior forma parte de un proceso histórico permeado por revoluciones sociales en Europa que dio origen al pensamiento ilustrado. La razón se convierte desde entonces en uno de los principales ejes de las ciencias sociales, en tanto, evoca la búsqueda de un conocimiento sistemático sobre la realidad. Tal conocimiento sistemático se reflejaba en una visión sobre la ciencia proveniente del modelo newtoniano, que provocó que los pensadores de la época afirmaran que las leyes también podían hallarse en la vida social y política. En este sentido, la concepción de ley otorgada por Newton que involucraba un determinismo riguroso, devino un paradigma que impide considerar cualquier fenómeno en tanto singularidad puesto que aspiraba a un alcance de certezas sobre el mundo social, derivadas de una concepción de la simetría entre el pasado y el futuro, donde el tiempo y el espacio representaban sucesos absolutos irreversibles. Adicionalmente, las ciencias sociales se vieron envueltas en un proceso de disciplinarización y profesionalización que dio inicio a una incesante división de las ciencias. El modelo newtoniano fue aceptado de manera general en las distintas disciplinas, aunque existieron algunas posturas que se oponían a dicha concepción. En consecuencia, el estudio de las realidades sociales se dividió en posiciones nomotéticas e ideográficas, que se cimentaban en el explicar y el comprender, lo cual impactó la manera en cómo analizamos la sociedad, en relación con las categorías de tiempo y espacio. Es importante destacar que la Historia fue la primera de las disciplinas de las ciencias sociales que alcanzó una existencia institucional autónoma. Sin embargo, imbuida del pensamiento positivista dominante, mostró una preeminente preocupación por el llamado “estudio objetivo”, así como por la evidencia empírica. El desarrollo de la Geografía también quedó enmarcado dentro de la línea positivista. A pesar de que en un principio mostraba una aproximación tanto a las ciencias naturales como a las ciencias humanas, posteriormente empezó a ser generalista, sintetizadora y no analítica. Se debe señalar que, tanto la Historia como la Geografía, mostraron un interés nulo por las categorías de tiempo y espacio, en la medida de que si los procesos eran universales y deterministas, el espacio era teóricamente irrelevante. Una de las principales aportaciones que penetraron la crítica al paradigma positivista fueron las contribuciones de Sauer, quien expresó una detracción de las formas de hacer Geografía histórica debido a que no existe una base intelectual común. Además, enfatizó la falta de interés en los procesos y secuencias históricas. A partir de tal crítica, Sauer fue generando una argumentación según la cual la Geografía histórica no puede disociarse de la cultura y, por tanto, se requiere hacer uso de la Antropología. Por ende, no existe una universalidad, sino diferenciaciones por área. Así, el objetivo de la Geografía histórico-cultural consistiría en la diferenciación espacial de la cultura. Debe señalarse que en la actualidad encontramos 6
la emergencia de un modo de interacción tecnologíasociedad, en el cual surge una transición por medio de un nuevo paradigma organizado a partir de las tecnologías de la información. Dicho cambio afecta de forma crucial lo espacial-temporal. Sin duda, a partir del uso de Internet, uno de los aspectos más problemáticos dentro de las ciencias sociales ha sido definir dichas categorías. No obstante, Manuel Castells (La Galaxia Internet, 2001) propone una redefinición a partir de la hipótesis consistente en que la sociedad se caracteriza por la ruptura de la ritmicidad. Así, el tiempo atemporal se refiere a la desecuenciación de la acción social, mientras que la espacialidad conlleva flujos de información, razón por la cual debe entenderse en su acepción social. Esto involucra una transformación cultural que, de acuerdo con el autor, puede denominarse “cultura de la virtualidad real”, que exige nuevas formas de hacer investigación para dar cuenta de las formaciones sociales no-tradicionales que ocurren on line. Así, existen diversas aproximaciones del uso de la tecnología, donde uno de los ejes predominantes es el interés especial por el estudio de lo que la gente hace con la tecnología. Históricamente, uno de los principales métodos para aprehender las transformaciones culturales es la Etnografía. Esta ha intentado dar cuenta del presente cambio, desembocando en la denominada Etnografía virtual, la cual retoma su concepción a partir de lo virtual, relacionándola con el concepto de cultura y un modo particular de hacer. Por tanto, debe tomarse en consideración que el espacio virtual se encuentra compuesto por sujetos que generan acciones y estructuras. En estos términos, puede vislumbrarse que el espacio virtual debe considerarse una espacialidad social que se sitúa en un tiempo y en un espacio determinados. Es importante entonces puntualizar la existencia de sujetos en Internet; tomar en cuenta que su uso responde a un momento histórico determinado y, además, que se encuentra en relación con las espacialidades que son asumidas por los sujetos. El tiempo atemporal y el espacio de flujos dependen de una formación espacialtemporal dada. La transformación de la experiencia de la temporalidad y la espacialidad, a partir del uso de Internet, así como de redes, implica pensar cómo re-conceptualizar las categorías de análisis en función del tiempo y del espacio. Por ende, es necesario problematizar el hecho de que si existe una nueva formación espacio-temporal construida a partir de los flujos de comunicación y de su infraestructura, es indispensable evocar la necesidad de repensar el estudio de la temporalidad y la espacialidad. Sin embargo, ¿cómo podemos trazar puentes teóricos adecuados entre la Geografía histórica y la sociedad tecnológica? Si partimos de que el tiempo deviene una práctica social, entonces se transforma en una acción y, por tanto, existen particularidades sobre dichas prácticas sociales. Por ello, cuando Sauer menciona que algunos de los temas de interés de la Geografía histórica desembocan en el hombre como agente de la Geografía física, pone el acento no únicamente en la existencia
de un sujeto, sino en la necesidad de comprender la existencia de prácticas sociales. En cuanto al área, implica un modo de vida funcionalmente coherente que consiste en elementos simbólicos, donde la interacción social queda redefinida mediante la creación de un sub-espacio de comunicación entre gente que utiliza su espacio para construir una red de comunicación con otros espacios, que conlleva pensar el lugar donde el individuo necesita comunicarse. Esto permite reflexionar que no existen leyes generales de la sociedad, sino acuerdos culturales. Así, no existe una cultura en Internet, sino múltiples culturas. Por ello, una propuesta desde la Geografía histórica reside en pensar el tiempo atemporal como una práctica social donde el hombre se convierte en agente de la Geografía histórica, mientras que el espacio de flujos se entiende como generador de formas culturales. Lo anterior envuelve una serie de diferenciaciones que necesitan ser aprehendidas a partir de la interrelación tiempo-espacio. * La autora es estudiante de Sociología, generación 2011, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP.
MUSEO REGIONAL DE PUEBLA
Av. Ejércitos de Oriente s/n Centro Cívico 5 de mayo. Los Fuertes.
José Fragoso Cervón*
E
l viernes santo me encontraba arrinconado en mi “chante” porque los cristianos se habían apoderado de los sitios donde se refugian los que tenemos algún tiempo que perder, como los Portales donde podemos chelear y encontrarnos con cualquiera de los cuatachines. A los que no quisimos meternos en la vorágine de salir en Semana Santa y toparnos con los esquizofrénicos chilangos que invaden con su frenética y violenta presencia todos los espacios del país, lo único que nos quedó en esta temporada fue refugiarnos en nuestra guarida y acompañarnos con uno mismo, pero después de días, la verdad es que ya no me soportaba a mí mismo y pensé que lo más conveniente era salir de ese estado vivencial que ya era asfixiante. Así que sin titubeos tomé el celular y llamé al primer sujeto que me podía sacar de este mal viaje. —Hola pinche Hongo, ¿qué estás haciendo?—. Del otro lado de la bocina contestó el susodicho: — Estoy aquí con unos cuates: ¿por qué no te vienes y por ahí te traes unas chelas. Una excelente solución a mi alucinante destierro, ya que Hongo vive actualmente con su bellísima compañera en las afueras de esta creyente y devota localidad. Por un tiempo estuvo exiliado en Chilangotitlán y los días que pernoctaba en esta ciudad, debido a los asuntos que tenía que atender, su casa se convertía en nave espacial para la banda de los atascados; después se ausentaba por semanas “pero” y ahí está el canijo “pero”, en los últimos meses decidió con su compañera (más bien ella decidió) que los aires de esta ciudad le venían bien y dejando atrás el mundanal ruido de la gran urbe resolvió de nuevo avecindarse en Camotitlán, dejándonos sin la ocasional nave psicodélica para nuestros alucinantes viajes. Debo decir aquí en favor de mi amigote que ya está construyendo una nueva nave (biblioteca, bunker, mausoleo, según el decir de los cuatachines) donde (con el permiso de su domadora) pueda recibir a sus pasados amigotes, o ella exiliarlo cuando se ponga insoportable. Al llegar a la cabaña, me enteré que su abnegada compañera (me consta) había citado a algunos viejos amigos (creo que por eso de “viejos”, yo no había sido
invitado) a festejar su no-cumpleaños, como él dice, y en verdad me dio gusto saludar (no siempre te los encuentras porque viven en diferentes ciudades) a Chicali, a Meléndez con su Rosi (que tenía tiempo de no verlos), al jovenzuelo Juvenal, a su cervecero heredero y su compañera, etc., personajes todos ellos que garantizaban una agradable y placentera tertulia. Agasajados por un exquisito pozole y botanas elaborados por la mismísima anfitriona, que es una excelente cocinera, amenizados con música de los 60s y 70s (boleros, rock y música guapachosa), saboreando vinos de diferentes cualidades y entre bromas, risas y sarcasmos, recordamos una serie de anécdotas de los años maravillosos donde nos formamos como peleadores callejeros. Recordamos aventuras vividas en el movimiento estudiantil de 68, los años de cárcel en el Palacio Negro de Lecumberri, los viajes a Rusia para ser adoctrinados en el comunismo soviético, la experiencia como miembros de la guerrilla en países de América Latina, la relación política con altos personajes (presidentes de la República, secretarios federales de gobierno, gobernadores, dirigentes de partidos políticos no solamente comunistas), de las diferentes investigaciones en las que estamos involucrados y principalmente recomendaciones y comentarios sobre libros antiguos y actuales que se están leyendo o consultando y, también, también, nos quejamos de los achaque que nos aquejan (la banda de la muerte). Así, la tardenoche transcurrió en solaz esparcimiento. Para variar, como siempre, fui el último en despedirme (te corrieron cabrón) y solo recuerdo que los anfitriones me recomendaban que no me fuera en “ese estado” (hasta la madre). Al día siguiente no sabía dónde me encontraba, pero poco a poco fui reconociendo mi recámara, y tocando mis bolsillos para ver si tenía mi celular, cartera y fui a revisar en qué estado estaba mi carro, el cual encontré estacionado fuera de mi casa aunque con las puertas medio abiertas. La reunión con los añejos fue un buen y añorado agasajo. * El autor es Doctor en Sociología Jurídica por la BUAP y cuatachín.
▶ Para el año de 1990, el parque vehicular de la Ciudad de México casi alcanzaba los 2 millones de vehículos. ▶ Para el año 2008, ya eran más de los 5 millones. ▶ Cada año ingresan a la circulación 250 mil vehículos. ▶ Cálculos señalan que para el 2020 habrá 7.5 millones y 9.5 millones para el 2030. ▶ En 1990, los usuarios de vehículos automotores circulaban, en la Ciudad de México, a una velocidad promedio de 40 km./hr. A 17 km./hr. en el año 2007. ▶ La velocidad actual promedio es de 12 km./hr. y ello significa que cada conductor y sus pasajeros pierdan diariamente, en promedio, 2 horas de sus vidas. ▶ En los últimos tres años, del gasto de la inversión pública consolidada, se ha destinado 21% de este presupuesto a infraestructura vial, comparada con un 2% de inversión en transporte. ▶ Cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) muestran que las deficiencias en la movilidad de la Ciudad de México provocan una pérdida de 3.3 millones de horas hombre al día, lo que significa, al darle un valor monetario al tiempo, $33 mil millones de pesos tirados a la basura por el congestionamiento. Y no olvidemos los trastornos paralelos de contaminación y salud. ▶ En ese mismísimo lugar, 4 mil personas mueren cada año por enfermedades respiratorias ligadas a la contaminación. Los automóviles producen el 60% de las dañinas partículas suspendidas. ▶ Y como cereza del pastel un dato más: anualmente mueren 2 mil 800 personas en accidentes viales. ▶ Un ejemplo de la reducción de los tiempos de traslado, si las autoridades de la zona metropolitana de la Ciudad de México privilegiasen la inversión en transporte público eficiente, es la línea 1 del Metrobús (Indios Verdes – El Caminero), el cual solía ser de 2:40 horas y ahora es de 1:25 horas. Pero bien decía mi abuela que nadie escarmienta en cabeza ajena. Ni aunque sea la de tu vecino más próximo. En Puebla está de moda la ostentación y el derroche. Segundos pisos, puentes, cemento, cemento, cemento en detrimento del paisaje urbano, de la eficiencia, de la inversión a largo plazo privilegiando el bienestar común. Fuente: http://elpoderdelconsumidor.org/transporteeficiente/hacia-el-colapso-vial-de-la-zona-metropolitana-del-valle-de-mexico/ http://imco.org.mx/indices/#!/
Solución al Reincigrama de este número
Director y editor: Enrique Condés Lara Consejo Editorial: Mariano E. Torres Bautista, Juan Lozada León, José Fragoso Cervón, María de Lourdes Herrera Feria, Hugo López Coronel, Ernesto Licona Valencia, Gabriela Breña, Cecilia Vázquez Ahumada y Eulogio Romero Rodríguez, Octavio Spíndola Zago Corrección: Enrique Condés Breña Diseño: Israel Hernández Cedeño Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com *No incluye sección de Sociales
RE~INCIDENTE. Año 6. No. 98. Segunda quincena de abril de 2015. Es una publicación quincenal editada por el C. Enrique Condés Lara, domicilio Costado del Atrio de San Francisco 22 bis. Cuadrante de san Francisco, Delegación Coyoacán, CP. 04320, tel. (55) 55-17-76-63. Correo electrónico: buzon.reincidente@gmail.com. Editor responsable: Enrique Condés Lara. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo 04-2011-032210460200-101. ISSN: 2007-476X. Otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud y Contenido No. 15198 otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas de la Secretaría de Gobernación. Impresa en los talleres de El Errante, Editor. Privada Emiliano Zapata No. 5947, San Baltasar Campeche, Puebla Pue. C.P. 72550. Este número se terminó de imprimir en abril de 2015 con un tiraje de 5000 ejemplares. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de RE-INCIDENTE.
7
Increíble pero cierto. Resulta que ahora y hasta inicios del mes de junio nos tendremos que soplar ¡11 millones 356 mil 254 spots políticos! en radio y televisión mediante los cuales los partidos pretenden “conquistar” nuestro voto o, más exactamente, engañarnos para seguir usufructuando a gusto las mieles del poder.
A
unque usted no lo crea, en solo dos meses tendremos que ver y escuchar ¡97 mil horas! de propaganda política balín intentando hacernos creer lo buenos, eficientes, comprometidos, capaces, bien intencionados y hasta sacrificados que son los notables aspirantes a curules, regidurías y gobiernos estatales por los que tendremos la gran oportunidad sufragar. Sin embargo, no hay que alarmarse tanto. La presidenta del comité de radio y televisión del INE, doña Pamela San Martín, nos reconforta destacando que, como no podemos ver u oír más que un canal de televisión o de radio a la vez, lo máximo que lograremos ver o escuchar al día son tan sólo 97 promocionales. ¡Qué alivio!, ¿o no? Por supuesto, a los partidos políticos no les costará un quinto esa campaña mediática porque todo procede del erario público, o sea, de nosotros los causantes cautivos. Quizá por eso es de tan baja calidad la campaña que vemos y escuchamos a todas horas en estos días. Sin embargo, hay que decir que muchos piensan que las escasas cualidades positivas e imaginativas que caracterizan la propaganda en curso obedece a la convicción que prevalece en las cúpulas gobernantes y de los partidos políticos en el sentido de que los ciudadanos somos muy tontos y que nos conformamos con cualquier baratija que nos prometen. El hecho es que, cuando la telenovela, la película, el noticiario o la música que nos gusta más, están por empezar o, peor aún, en su mejor momento, nos clavan los mentados anuncios políticos ofreciendo cosas que no se van a cumplir y que todos sabemos que se no harán. Los hacen así porque se saben impunes y que nadie les reclamará su falsedad. Pero en tanto, a nosotros, ciudadanos de a pie, televidentes y radio escuchas comunes y corrientes, ya nos echaron a perder el momento agradable, emocionante, relajador. ¿Qué les hicimos para que nos hagan eso? A nuestras costillas hacen y deshacen a su antojo, se enriquecen de lo lindo, manipulan, imponen, engañan y, todavía, no contentos, nos aturden e intoxican con sus promocionales chafas. De verdad, ¿qué son más aburridos: los info-comerciales de altas horas de la noche o los spots de los partidos políticos?
PARTIDO POLÍTICO
NÚMERO DE SPOTS
PRI 2,983,501 PAN 2,477,392 PRD 1,846,489 PVEM 820,405 PT 693,300 MOVIMIENTO CIUDANANO
644,769
PANAL 651,702
MORENA 309,674 PARTIDO HUMANISTA
309,674
CANDIDATOS INDEPENDIENTES
309,674
PARTIDO ENCUENTRO SOCIAL
309,674