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de las sombras

Cuarto oscuro y espectros vengadores que salen de las sombras

texto Arturo Dávila

«Sin luz no hay miedo ni prejuicio» es la frase con la que inicia Cuarto oscuro, una producción de Perverso Editorial, donde Holy Drako, Gia, Polisha, Estado de Limbo, Marlo, Chocollo (Jesús) Álvarez, Azul Amelie, Jorge Montoya y Raggs (Rafa García) hablan desde sus vivencias y desde una necesidad de hablar de un deseo castrado por un régimen de opresión heterosexual.

Cuarto oscuro se armó hace casi 3 años, con trabajos como «Sífilis», «Anónimo», «Maldita heroína», entre otros. Se convierte en un fanzine que agrupa arte lleno de fuego —foto, poesía, manifiesto, dibujos, collage, cuento y otros trabajos visuales— en el que se habla mucho del cuerpo como un territorio y también del deseo oscuro y no aburguesado. Se presentó en La Promesa, espacio cultural del centro de Lima, en una noche de perfo y poesía, con invitadas como Fidel Chaparro y Angelina Miladi. Este fanzine es una invitación a conocer un poco del trabajo de cada maricona en él, y también es un pretexto para seguir haciendo cosas. El nombre nace de reivindicar un lugar donde muchas conocimos el deseo y la amistad, como los cuartos oscuros. Lugares que el tiempo y las políticas públicas, se encargaron de exterminar o de higienizar, espacios donde podíamos bailar, cachar o conversar con poco presupuesto.

Gia (Perverso Descaro) y Holy Drako, quienes están detrás de Perverso Editorial, me cuentan que la idea nació desde las ganas de hacer cosas entre amigas y como excusa para estar juntas y acompañarse, sin interés de capitalizar su trabajo. «Era necesario generar ficciones que visibilizan esas vivencias que muchas veces son ninguneadas, no por el deseo de ser asimiladas, sino porque nos sale del culo gritar que estamos aquí». Y agregan hacia quiénes va este trabajo, «es un fanzine dirigido a las cabras vihchosas, marronas, coneras y a todas aquellas que no crean en la inclusión como respuesta, que puedan transformar su sensibilidad en arma, y que aborrezcan el régimen heterosexual que nos produce como enfermas y desviadas».

Cuarto oscuro y los espectros vengadores que salen de las sombras, es una propuesta que rompe la moralidad de lo establecido, hablando del deseo y desde la autogestión del placer fuera del capital y lo higienicista. Este fanzine aún se encuentra a la venta, ya sea en físico o de forma virtual. Lo pueden adquirir escribiendo a Perverso Editorial, tanto en Facebook o Instagram, o contactando a Gia (Perverso Descaro) o a Holy Drako en sus respectivas redes.

Oswaldo Reynoso en Piura

Entrevista a Luis Vásquez Coronel

por Julio Lossio Quichiz

J: Cuéntanos un poco de ti, ¿dónde estudiaste, qué has publicado? L: Actualmente vivo en Piura hace 15 años, soy abogado de profesión, profesor de inglés y escritor por vocación; si bien es cierto que viví 30 años de mi vida en Chimbote, donde nací, yo me siento también piurano. Mi primer poemario se publicó en España, Orgasmina; aparte he publicado en Piura dos libros de poesía, Poesía reunida y La Ciudad; un libro de relatos, Navegante en tierra; y también dos novelas de aventuras, Cerro Pilán: una carretera de ovnis y Cerro Pilán, esferas de luz. Los piuranos, en ese sentido, han sido muy generosos porque me han soportado, avalado como escritor, pues donde publico realmente y me dedico a la literatura es en Piura. Así, estoy agradecido con esta tierra culta y sensible.

J: ¿Cómo conociste a Oswaldo Reynoso? L: En el 2000, en Lima, estábamos en la casa de Óscar Ugarteche, y Oswaldo es invitado a una cena y allí es donde lo conozco. Y luego, a causa de la publicación de mi libro Navegante en tierra, lo contacto para que venga a Piura a presentarlo; para ese entonces existía un silencio de 13 años en los que no nos habíamos comunicado. Él me pide que le envíe el libro, y luego de 10 a 14 días tensos para mí, Oswaldo tuvo la generosidad de aceptar. Y así empezamos una amistad gracias a la cual nos acompañamos hasta justo un día antes de su muerte, cuando él me llama para decirme que venía para la Feria del Libro de Sechura.

J: Estamos hablando, entonces, del año 2013, ¿verdad? Año en que él va a presentarlo a la Feria del Libro. L: Así es, año 2013. Pero él no viene a presentarlo a la Feria del Libro de Piura. Pues por aquella época y hasta la actualidad, soy un escritor a quien no le ha publicado ninguna editorial, he creado más bien una editorial para publicar mis libros, yo mismo los solvento y también los vendo. Entonces, al principio, él no vino a presentarlo a ninguna feria, donde solo exhiben las editoriales reconocidas. El libro se presentó en el auditorio del Icpna, en Piura. A partir de allí, más bien, Oswaldo, amablemente, generosamente, pide que me inviten a la Feria del Libro de Trujillo, a la de Bernal, a la de Piura, y es así como por primera vez tengo un espacio público gracias a su intercesión, incluso vuelvo a imprimirlos con mejor presentación. En ese sentido, a Oswaldo lo considero mi padre. Si bien es cierto que sigo publicando, lo que me mueve es mi vocación por la literatura, si tengo lectores lo agradezco mucho, y nada más, pero eso no determina mi

continuación. Sin embargo, lo recalco: Oswaldo fue el motor para tener una vida pública como escritor por primera vez.

J: ¿Él hizo el prólogo de la segunda edición de tu libro Navegante en tierra? L: Sí, él da un discurso en la presentación de la primera edición y luego yo transcribo el discurso con su autorización y él, incluso, a partir de allí empieza a presentar esta segunda edición con dicho prólogo transcrito, leyéndolo. Y así, Oswaldo lo presenta no solo en la Feria del Libro de Piura, sino también en la de Bernal, en la de Trujillo y hasta en la de Nuevo Chimbote. Él es el artífice de que me empiecen a invitar por esas fechas a actividades de difusión pública.

J: Tú aparecerías, luego, en una foto junto a Oswaldo, la que fue publicada por el diario El Comercio, cuando él fallece, en una sección llamada «Oswaldo Reynoso, un repaso por su vida». Déjame leer un párrafo que aparece en su libro En busca de la sonrisa encontrada, que publicó la editorial Cascahuesos. Es un libro que está dividido en varios capítulos y cada uno de ellos lleva el nombre de una ciudad. En el capítulo «La Unión» habla de su visita a Piura, el libro es del año 2012, es decir, un año antes de que tú lo invites. Y dice así: «Ese sábado por la noche, preferí ir a La Unión a tomar una cerveza, solo, no importa. Los escritores que habían venido de varias ciudades del país, a la Feria del Libro de Bernal, un distrito del Bajo Piura, en vista de la ausencia de discotecas en ese lugar, decidieron viajar hasta la ciudad de Piura a divertirse hasta la mañana siguiente. Ese día, desde las tres de la tarde, bajo un sol inmisericorde, un gentío de caseríos aledaños, en su mayoría campesinos pobres, habían escuchado con atención y paciencia la declamación de poemas y la lectura de relatos. Después de deambular por la bulliciosa calle de cantinas y restaurantes de La Unión, entré a un bar que ardía de cerveceros y de estruendo de ritmos cumbiamberos y voces altas y quebradas que entonaban canciones con letras de desencantos y desamores. Creo que tengo un sentido innato

de orientación: siempre que escojo una cantina para embriagarme, en la soledad de mi soledad, llego, inevitablemente, a un sitio de tómalepaecharle repleto de jóvenes que celebran la vida o que lloran ebrios por una traición de amor». Creo que ese párrafo cuenta mucho de cómo eran las visitas de Oswaldo en sus viajes de presentación de libros, en este caso al norte. Lo hemos experimentado cuando hemos estado con él, en mi caso en la presentación de la revista y pues le gustaba visitar los bares de la ciudad. ¿Qué experiencia tienes tú con él, al respecto, en Piura? L: Oswaldo, cuando venía a Piura, nunca venía con problemas encima. Entonces nosotros nos preocupábamos por su salud, por las trasnochadas. Pero él no quería hablar del asunto, con lo cual yo puedo decirte que los últimos años de su vida Oswaldo ha tenido una vida muy alegre, muy libre como él era, controversial si quieres, esa es la imagen que yo tengo de él. A Piura realmente venía por dos eventos principales: a la Feria del Libro de Bernal vino por muchos años. Bernal es un oasis en el desierto piurano en cuanto a cultura, empujado increíblemente por mi amigo Jorge Tume. Pero los últimos años, también comenzó a venir a la Feria del Libro de Piura. Pero sobre todo venía a encontrarse con los amigos. Entonces, ese tipo de lugares que él escribe son los que a él le gustaban y hasta apasionaban, por ejemplo, en Piura a él le gustaba a ir a El Huerto, y los piuranos saben qué tipo de lugar es, no es el de Getsemaní por si acaso, y tiene más de cantina y de jolgorio que de calma, de diversión restringida. Recuerdo, así, que con oportunidad de la Feria del Libro de Trujillo, estábamos en esa ciudad y él pedía ir a lugares como los que había en Piura. Y como no los encontraban, lo llevaron a un lugar que se llamaba El Salón Dadá. No estaba a su gusto, digamos, pero incluso allí Oswaldo no dejó sus travesuras de lado. Estaba presentándose un muchacho que era un modelo, con fotos artísticas que le habían sido tomadas como trasfondo, haciendo piruetas o contorsiones en dichas tomas, y todo el mundo aplaudía al presentador, pero Oswaldo, que se había mantenido en silencio, al final levanta la mano para participar y dice: «Está muy bien tu aspecto actoral, acrobático, lo que gustes, pero ¿dónde está el fotógrafo que te tomó las fotos?, porque es él quien tiene que llevarse el premio». Desde ese momento, en la sala de exhibiciones de El Salón Dadá sucedieron una serie de eventos que dejaron el sello de Oswaldo aquella noche.

J: En Arequipa, lámpara incandescente, el último libro que publicó Oswaldo antes de morir, publicado por Aletheya, es donde te menciona, y yo quiero leer lo que dice sobre ti: «En Piura me esperan para la presentación del libro Navegante en tierra de Luis Vásquez Coronel, una novela corta y dos cuentos. Luis no solo trabaja con gran acierto las estructuras, sino que, también, como poeta, tiene logros notables en el empleo de la imagen, y en el ritmo y cadencia de su prosa». Y él recuerda un viaje que hizo muchos años antes a Piura, en la década del 50, cuando tenía veintitantos años. Para este libro él ya tiene 83 años, pues salió en 2014, y recuerda por los sentimientos que le provocan la presentación de tu libro, un viaje que hizo con Eleodoro Vargas Vicuña. ¿De qué trata tu libro que Oswaldo prologó y presentó? Queremos saber qué es lo que le resultó interesante. L: Para mí fue una sorpresa que Oswaldo mencionara mi nombre y el de mi libro en Arequipa, lámpara incandescente. Es más, antes de que salga publicado, él vino a Piura y le organizamos una presentación, un recital, junto a los muchachos de la editorial Caramanduca en el bar El Clandestino que quedaba en el centro de Piura. Y Oswaldo, esa noche, leyó el borrador de su libro e incluso ese párrafo donde me menciona. Yo creo que él ha sido muy generoso conmigo, ha habido una serie de circunstancias y recuerdos sobre sus amistades piuranas, las de su juventud, que ha hecho que todo coincida

para al final mencionarme en este libro autobiográfico. En cuanto a mi libro, tiene una novela corta, «Navegante en tierra», que es así como la califica Oswaldo y dos relatos cortos que se llaman «La virgen fosforescente» y «El polluelo». La novela es un relato sobre un poeta de Chimbote que murió acribillado, decían las noticias antes de intentar asaltar un banco. Es un poeta que yo conocí, pues estudió conmigo en la Facultad de Derecho, en el primer ciclo, y que desapareció para luego aparecer en los diarios como un asaltante rankeado. Este poeta me buscó cuando obtuvo la libertad para publicar su libro de poesía y yo lo llevé justamente donde Jaime Guzmán, que era el editor de Chimbote por aquellas épocas en que yo vivía por allá. Todo eso genera que yo me aboque a lo que hace un escritor, fantasear, tratar de reconstruir la realidad de una forma más llevadera, más estilizada, los demonios que uno tiene. Yo creo que las historias que contiene mi libro son sobre personajes que enfrentan grandes interrogantes, como por ejemplo en «La virgen fosforescente», un muchacho osa arrancar la hoja de una Biblia para armar un cigarrillo y poder fumar, y «El polluelo», que es un relato que me contaron acá en Piura, y que es sobre la cruza de un ave de rapiña y una gallina para lograr un pollo feroz para ganar las apuestas, algo que quizá nunca se logró y que tiene más de leyenda. Son tres historias contra el sistema, sobre personajes que son contestatarios, desafían la religión, la sociedad y la naturaleza, por las grandes interrogantes a las que se ven enfrentados. Creo que eso fue lo que a Oswaldo lo terminó por entusiasmar.

J: De verdad que sí, un poeta en prisión parece un personaje de Oswaldo Reynoso. Has mencionado la editorial Caramanduca, y revisando los libros que tengo acá, está Homo, que es uno de los pocos libros publicados en provincias que tratan el tema de la homosexualidad. Nos gustaría que nos hables de las editoriales de allá. Sé que también tienes tu editorial, cuéntame cómo así la creaste. L: Voy a empezar con la mía, como ya he mencionado, la creé con el pretexto de poder publicar mis libros y solo me sirve para esos fines. Pues te soy sincero, yo no he sido bien recibido por las editoriales ni por los grupos literarios, siempre me

han mirado con desconfianza. Pero eso no me ha limitado para poder seguir con mi vocación. Así, mi editorial funciona cada cierto tiempo, cuando tengo dinero para poder publicar lo que escribo y así difundir un poco lo que hago. En cuanto a las editoriales de Piura, puedo mencionar dos importantes: Caramanduca, de la cual me has enseñado el ejemplar, es una editorial seria, muy bien organizada, que ha hecho grandes publicaciones no solo de escritores piuranos, sino también de escritores de importancia nacional, como por ejemplo, un par de libros del historiador Teodoro Hampe fallecido hace algunos años. Estuvieron, también, a cargo del Fondo Editorial de la Municipalidad de Piura, es pues, para mí, una editorial importante con la que más me siento afín. Pero también hay una editorial del poeta Houdini Guerrero de Sullana, Sietevientos, que hace un trabajo denodado por difundir sobre todo la literatura regional y Houdini hace magia como dicen sus amigos, pues él ya viene publicando un revista que tiene muchisisímos años en circulación, y ya nos ha dicho el poeta Viscely cuán difícil es autopublicarse o publicar una revista, ¿no? Ese es el papel extraordinario que hace Guerrero en Piura. Puedo decir que estas dos editoriales son las más importantes de aquí. J: Tú le hiciste una entrevista el 2013 en la que tratas sobre su identificación política, la que él trata claramente en sus libros y entrevistas. Incluso en En octubre no hay milagros él se aparta de la historia para hablarle al lector al respecto, lo que es muy ilustrativo. Cuéntanos sobre lo que te dijo en aquella y seguramente en otras ocasiones más. L: Por la época de la entrevista había ganado el Nobel el chino Mo Yan y tengo entendido que Oswaldo lo llegó a conocer en una visita que este escritor hizo a Lima. Incluso en Internet hay imágenes de ese encuentro. Entonces, Oswaldo muchas veces, y en esa entrevista, me declaró que no hacía activismo político porque no pertenecía a ningún grupo político. Yo creo que así queda zanjado el asunto de que quieran ligarlo a Oswaldo a cierta ideología. Él era un excelente escritor y para mí su obra universal es Los eunucos inmortales, y allí su alter ego viviendo en China se alía a los estudiantes que hacen la revuelta en Tiananmen Square. Entonces, si hay sospechas de que Oswaldo tiene una filiación ideológica, debe saberse que él se fue a China y denunció la corrupción. No tuvo tapujos, así es que sería muy mezquino encasillarlo en cualquiera.

Pienso así que el objetivo de la estética, de la vocación, de la carrera de Oswaldo es eminentemente literario. Luego le comentaría que, por ejemplo, los personajes de Moyan no se permiten excesos, no están en los billares, no están tomando alcohol ni tampoco en las esquinas; y le pregunté si estos tendrían algún futuro en países socialistas o comunistas. Y entonces él me replicaba: el socialismo no tiene porqué ser acartonado, no tiene que ir en contra de las libertades. Julio, dime tú, ¿hay algún país que tenga una ideología que lo dirige, sea esta comunista, marxista o socialista donde pueda vivir un escritor controversial? Puedo ser muy ignorante al respecto, pero si repasamos en la historia, hasta ahora no hay tal para un escritor que es contestatario estilísticamente, estéticamente digámoslo así, con la literatura que le borbotea de las manos. Yo creo que Oswaldo tenía más una ideología estética que política en ese sentido.

J: Quiero preguntarte sobre las últimas veces en que fue Oswaldo Reynoso a Piura. L: Él nunca venía con problemas, lo reafirmo, y recuerdo que me llamó un día antes de morir para decirme con mucha alegría que iba a venir para encontrarnos en la Feria de Sechura. Le dije: «Oswaldo, hace buen tiempo que no publico, a qué voy a ir». Y él insistió: «Aunque sea me acompañas para después reunirnos con la collera». Ese era su temple de siempre, energético, desbordante.

J: En Arequipa, lámpara incandescente hay una frase que dice así: «Si alguna vez publico un diario, el lector tendrá un libro sincero, inorgánico, anarquista, los texto serán el producto del goce estético de la palabra, de la imagen o de las flamas peligrosas de una vida intensa». Él no escribió precisamente un diario, pero estos tres libros En busca de la sonrisa encontrada, Arequipa, lámpara incandescente y el próximo que está por publicar Alfagura, Capricho en azul, constituyen una especie de biografía donde se mencionan nombres de personas reales con los que se encontró en el camino y extiende ciertos temas que ya había tratado en otros de sus libros, como el personaje Malte que es una constante. ¿Qué sentimientos te provoca la próxima publicación de Capricho en azul por Alfaguara? L: Estoy muy contento al respecto. Oswaldo no era una persona descuidada con sus cosas. Oswaldo, además, sabía mucho de contratos y de leyes. Si él no hubiera querido que sus libros, después de fallecido, se publicaran por esta editorial, así lo habría establecido. Circula un video en Internet donde se resalta que él en el 2012 declara que no quiere que sus libros sean publicados fuera del Perú, para contradecir que ahora lo publica una transnacional. ¿Acaso no se han enterado que él celebró cuando En octubre no hay milagros fue publicado en Italia? Oswaldo, el último año o meses de su vida, tenía ya una actitud distinta, de tal manera que participó en San Marcos en la cátedra Vargas Llosa. Y legalmente hablando, los herederos de alguien deciden lo que mejor les viene en gana sobre esa herencia, así que es muy ignorante criticarlos. Lo único que se les pediría a los familiares es que también procuren ediciones populares. Y, por último, lo que han hecho es para bien, pues si, por ejemplo, entras a Instagram, verás que sus libros como Los Inocentes, ya publicado por Alfaguara, han ido a parar incluso al extranjero, y esta mañana he vuelto a entrar y he visto personas posando con las portadas de sus libros, por ejemplo, en Italia, en lugares que él pensaba vedados por sus características de opulencia. Pues solía decir que escribía para los pobres de su país, seguro y le agradecemos ese don de gentes por el cual nosotros pudimos conocerlo; pero él ciertamente no escribía para determinado grupo humano, sino que lo hacía para el ser humano. Lo que acabo de mencionarte es la mejor demostración. La lectoría de Oswaldo se ha ampliado después de su muerte, él en vida se equivocó al respecto. Ahora ha empezado a tener un éxito universal.

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