7 minute read
Piloto nato
Piloto nato
Advertisement
Nick Neynens ha volado con cóndores en los Andes, con buitres en China y ha competido tres veces en la Red Bull X-Alps. Pero le cuenta a Tarquin Cooper que donde se siente más feliz es cuando vuela solo durante una aventura de vuelo vivac, explorando lugares nuevo y abriendo nuevas rutas
Apareció un parapente sobre la cumbre del Zugspitze y de repente, todos levantaron la mirada de las pantallas al cielo. Era el quinto día de la Red Bull X-Alps y el aterrizaje en Lermoos era una imagen de la perfección alpina de Austria: una pradera verde con la hierba cortada a la sombra de la montaña más alta de Alemania.
Los atletas fuertes y rápidos hicieron barrenas y recibieron aclamaciones del público. Y después apareció Nick Neynens. Su enfoque sencillo Kiwi hacia la aventura ya había hecho que se ganara el cariño de sus fanáticos: el primer año, su calzado preferido para las caminatas monstruosas fueron chancletas. A diferencia de los equipos más grandes con casas rodantes patrocinadas, el equipo de apoyo de Nick era su madre y su hermano Ben en un auto alquilado y todavía no habían llegado. Mi novia Sarah le dio agua y algo de comer y yo le di consejos de los pilotos locales.
Neynens levantó la mirada del teléfono y dijo: “Generalmente tengo por regla ignorar los consejos de los pilotos locales”.
Echó un vistazo en todas las direcciones, tomó su propia decisión y regresó a las colinas.
Nuevas rutas y lugares
Seguir las aventuras de vuelo vivac de Nick a través de su blog sharemyjoys.com, sus videos de YouTube o sus redes sociales siempre es una delicia gracias a ese espíritu autónomo que transmite. Tiene un entusiasmo para volar en lugares alejados y probar rutas nuevas, sin importar si funcionan o no, o si terminan en un interrogatorio policial.
Sus aventuras de vuelo vivac lo han llevado a través de los Alpes del Sur de Nueva Zelanda, Sudáfrica, Marruecos, Kirguistán, Pakistán, el noroeste del Pacífico y China, donde la policía se interesó en sus actividades y lo interrogaron durante horas. Ha volado con cóndores a 6000m en los Andes, con buitres cerca de la meseta tibetana y por supuesto, ha competido en la Red Bull X-Alps y llegó a Mónaco a la primera.
“La idea de viajar es explorar y no hacer horas de vuelo”, me cuenta en una entrevista durante el confinamiento desde Brisbane, donde trabaja como meteorólogo para el gobierno. “Hasta donde sé, muchos de los lugares o rutas que he hecho en vuelo no las ha hecho nadie, como el norte de Perú, cerca de Machu Picchu, Chile y muchos lugares de Nueva Zelanda, China, Norteamérica e incluso Australia”.
Añade, “Me encanta explorar. Me gusta la sensación de descubrir algo por primera vez”.
Explorar es todo para este piloto de 37 años. “No empecé a volar para pasar muchas horas dando vueltas. Empecé a volar parapente para ver el país”.
En este caso fue Nueva Zelanda. Durante años, Neynens ha volado por innumerables sistemas de valles en la Isla Sur. La mayoría de las veces, si es un buen día despega o aterriza en un lugar nuevo y vuela donde seguramente nadie ha volado antes.
Allí estuvo antes del confinamiento. Fue un viaje clásico a la Neynens: vuelo vivac, acampando siempre cerca de la ladera donde aterrizó, acompañado de la naturaleza. Una noche, sus compañeros fueron cinco keas, un loro alpino conocido por su curiosidad. “Generalmente juegan con uno, te roban una media para llamar la atención”.
Escoge su equipo por su funcionalidad en vez de su rendimiento. “En Australia, hay muchas espinas y despegues de piedra, así que es normal para mí volar un trapo”. Su arnés y mochila muestran las cicatrices de muchos raspones y lleva con orgullo muchos parches cosidos por su madre. No planifica mucho sus viajes y sus planes son flexibles. “Si las cosas no funcionan, pruebo algo diferente”.
Cuando viaja, hace dedo y vive como un local para ahorrar. “No siempre funciona, pero te hace más fuerte”, dice. Y su concepto de comida para vivac es básico: “más o menos galletas con queso, sin el queso”. Pero sí se permite un lujo: una carpa barata de 1kg. “Es tan ligera que tienes que llevarla”.
Sudamérica
Una aventura épica fue caminar, volar (y viajar en autobús) por los Andes desde Colombia hasta Argentina por Ecuador, Perú, Bolivia y Chile a finales de 2015.
En Perú, voló a lo largo de la Cordillera Blanca, unos 150km, y también se adentró en las montañas. “Normalmente, las condiciones son muy fuertes en Perú. El aire es poco denso a gran altura y es el trópico, por lo que el sol calienta mucho y al final de la temporada de sequía todo estaba muy seco. Pero como estaba tan nublado, las condiciones se calmaron un poco y pude volar cerca de las paredes enormes”.
Un momento cumbre fue después cuando volé a más de 5000m hasta las ruinas icónicas de Machu Picchu contra la brisa de valle y después ir viento de cola hasta Cuzco volando a 84km/h. “Ese vuelo fue una experiencia inigualable, aunque con esas condiciones no creo querer volver a hacerlo”, dijo.
En Chile, ansiaba volar por montañas con glaciares, así que se fue a Patagonia, incluso si era mala decisión de vuelo. “Estaba en Santiago y me decían que fuera a Iquique al norte en el desierto donde las condiciones son estables y hay brisa de mar en el desierto. Sabía que habría más probabilidades de volar, pero quería ir a Patagonia solo a ver. solo cuando despegaba y aterrizaba bien en situaciones difíciles”.
A pesar de preferir volar solo, no tiene nada en contra de volar acompañado, simplemente es diferente. “He hecho vuelos geniales con amigos últimamente. Pero cuando vuelo con otros pilotos, la experiencia es completamente diferente. No pienso adónde voy, simplemente comparo cómo subo. Durante mis vuelos vivac estoy solo, así que si no encuentro una térmica no me siento mal porque nunca supe que estaba ahí, pero si alguien más la encuentra y tú no, te sientes horrible”.
Solo en casa
Su forma de hacer vivac en solitario le ha dado resultados distintos en carreras como la Red Bull X-Alps en la que es mejor volar en grupo y dormir al lado del vehículo de apoyo, no solo en un granero remoto como se sabe que ha hecho antes. En su primera carrera en 2015, pasó de primer lugar al último el primer día y evitó que lo eliminaran al principio, pero después regresó elegantemente gracias a una ruta directa sobre las montañas suizas cerca del Matterhorn.
“Fue impresionante”, recuerda. “Estuve siglos intentando subir en una térmica y tuve que rendirme, así que seguí avanzando. Después, encontré una térmica y subí apenas lo suficiente para intentarlo”.
“Nunca supe que lo lograría hasta que estaba encima porque justo antes del collado el viento no me dejaba avanzar y volaba cada vez más lento a medida que perdía altura. Tuve que acelerar para poder pasar. Me emocioné cuando logré cruzar”. Se ahorró 60km y logró llegar a Mónaco de 10mo (en diez días y 18 horas).
A finales de 2018, en EEUU, bajó por el noroeste del Pacífico por las Rocosas por Colorado y Utah. A pesar de haber hecho vuelos excelentes, pasó mucho tiempo evitando incendios. “Había demasiado humo en algunos lugares”.
Como meteorólogo en Australia, ha visto de cerca el cambio climático, pero gracias a ello disfrutó del mejor invierno de su vida. “Fue único. Volé por rutas nuevas y exploré más el país que en los doce años que llevo volando. Las condiciones eran impresionantes”.
Pero cuando llegó la primavera y el verano a Australia, empezó a hacer más calor y a estar más seco. “Es bueno para volar, pero cuando no llueve un tiempo después hay polvo y humo”.
El año pasado fue el más caluroso y seco en la historia de Australia. “Veíamos las imágenes del satélite y cómo se habían extendido los incendios y era horroroso - no quedaba mucho sin quemarse”. La evidencia de los incendios también se ha visto en Nueva Zelanda, donde la ceniza y el polvo han teñido la nieve de rosado.
Cuando sea posible viajar al exterior, Nick espera regresar a Pakistán y también a Canadá. “Todavía hay mucho territorio sin explorar por allá con montañas cubiertas de glaciares en todas direcciones”, dice. También está la posibilidad de participar por cuarta vez en la Red Bull X-Alps en 2021. “Todavía me pica el gusanillo”, explica. “Es vuelo vivac, pero es un vivac para caballeros porque hay mucha gente pendiente de ti”.
Bueno, eso si logran seguirle el ritmo.
Nick Neynens tiene un blog llamado Sharemyjoys.com