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ENTRENAMIENTO MENTAL - ANTTI JOENSUU - VALE LA PENA PREPARARSE
No importa si puedes volar o no, todos los pilotos esperan ansiosos la nueva temporada, sin importar lo que vuelen: ala delta, parapente o paramotor. Sea cual sea tu ambición - competencias, distancia o simplemente un vuelo a final de tarde - tener una rutina de preparación impecable te ayudará a sacarle el máximo de provecho cuando vuelvas a volar.
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1. Ten una misión
Escribe tu misión como piloto y fíjate metas para la temporada, y para cada vuelo.
Escribir tu misión a largo plazo y seguirla al pie de la letra define límites para tu tolerancia al riesgo.
Si tu misión es “acelerar lo más que puedas, pase lo que pase” seguramente terminarás volando un ala exigente en un lugar sin aterrizajes, agotado. Si es o no sensato, el riesgo es calculado.
Mi misión es, “Poder volar el mayor tiempo posible y disfrutar cada paso del viaje, no saltarme ninguno sino avanzar poco a poco”. Quizás me haga menos propenso al riesgo que el resto de los pilotos.
Nuevamente volaré alas clase estándar (Phantom, Mentor 5 y Mentor 6) mientras que mis amigos van a volar Enzo, Boomerang y Zeno. Como no tengo prisa, seguramente aterrizaré temprano (otra vez) en días buenos si las condiciones están muy turbulentas para mi gusto.
Dicho esto, me propuse estar entre los primeros cinco de la clase open nacional. Volar lento no quiere decir no soñar en grande.
El año pasado, me di cuenta que los días en los que no me fijé ninguna meta no lograba hacer buena distancia incluso en un día decente. Después de llegar a mi meta, aterrizaba casi inmediatamente, a veces voluntariamente, pero la mayoría de las veces caía como plomo. Así que a principios de este año, descargué varias rutas ambiciosas y muchas balizas a mi Oudie para tener una meta como manga preliminar, pero flexible para poder ajustarla en vuelo.
Desde luego, no todos queremos volar cientos de kilómetros, pero incluso las metas pequeñas nos mantienen despiertos y cautelosos. La meta puede ser simplemente, “Despegar perfectamente, hacer orejas y aterrizar en la diana”. Fíjate metas accesibles y factibles, pero lo suficientemente difíciles para que trabajes para lograrlas. No solo estarás más seguro sino que te dará satisfacción lograrlo.
2. Mantente activo y en forma
Cuando las cosas se ponen duras, los duros siguen adelante. Sé que suena como un mantra de autoayuda pero tiene algo de cierto. Un elemento clave en mi trabajo como psicoterapeuta ayudando a pilotos a volver a volar tras un accidente o un incidente es el ejercicio físico. También funciona de forma preventiva.
Nuestro cuerpo no es eficiente cuando se trata de sentimientos. La causa directa de sentimientos como el miedo o la ansiedad no son los sentidos. Ver la vela colapsar y desaparecer no causa ansiedad mediante un proceso consciente. Los sentidos sí producen reacciones como músculos tensos y cambios en la presión arterial y la respiración, sin mucha interferencia de la corteza cerebral y hace que el cerebro piense: “Ajá, pareciera que mi cuerpo está tenso, así que debo estar tenso”.
Por lo tanto, aprender a reconocer y controlar las sensaciones corporales - la respiración, primero - estarás mejor preparado. No solo para los vuelos largos, sino para esos encuentros repentinos en los que el aire decide darte una lección.
Es más seguro enseñarle a tu cuerpo y a tu cerebro a enfrentar situaciones tensas y desagradables y regular la interpretación del cerebro de esas situaciones en bicicleta o corriendo que saliendo de una térmica de 9m/s.
3. Mantén el equipo en buenas condiciones
Revisa tu ala y ajústala. Puede que parezca obvio, pero muchos pilotos se enteran por las malas que el ala está desajustada o que tienen líneas rotas. Aunque es imparcial decirlo por ser del equipo Nova, me encanta la actitud de la empresa porque hacen un esfuerzo adicional para dar una respuesta rápida y un informe transparente. Me gusta no tener de qué preocuparme cuando me envían el ala de la fábrica antes de que empiece la temporada.
Lo mismo aplica para el resto del equipo: reempaca el paracaídas, actualiza los instrumentos y revisa la batería de la radio después de un largo período de inactividad. Solo hace falta medio día para organizar todo, pero vale la pena para tenerlo listo para el primer gran día.