CARNAVAL Empecé a escribir por casualidad, pero después descubrí que lo que hacía era escribir por gusto, y después comprendí que nada me gustaba más en el mundo que escribir. Una vez más, se abre ante nosotros la puerta de la aventura, anécdotas... De quienes tuvieron gran influencia sobre los hechos fantásticos que se vivieron con la mayor naturalidad en la infancia, y en nuestras vidas. Corría el año 1973. Perito era un pequeño pueblo, en el que la gente se conocía mutuamente, no existía una distinción social, los chicos se hacían enseguida de amigos y salían a jugar sanamente.Digo sanamente, porque eran otras épocas, los chicos se divertían jugando a la pelota en el patio, o en la calle, donde hubiese un espacio para ellos, o jugaban a las bolitas, payanas, a la mancha o escondidas, saltar al elástico, andar en bicicleta o a la rayuela, etc. 144
Pero llegaba febrero y era una temporada del año donde tanto chicos como grandes se mantenían ocupados y se divertían. ¿La razón?... ¡¡Llegaron los carnavales!! Habían varios grupos con diferentes actividades, unos se reunían y se ponían de acuerdo para preparar las carrozas para el desfile. Doña Sofía era la modista del pueblo, pero en ese momento se convertía en la gran diseñadora de disfraces para el baile; porque ella los alquilaba por noche. Y así, llegaban a su casa Agustina y Alicia. Doña Sofía las atendía cordialmente: - Buenas tardes chicas, pasen!- y ellas se dirigían en donde estaban colgados los disfraces; había gran variedad de modelos, ellas eligieron el de “dama antigua” y la otra de “bailarina árabe”, conversaron un poco con la modista y luego se marcharon. Al mismo tiempo, llegaban tres jóvenes en busca de disfraces; los cuales alquilaron uno de “vaquero”, otro de “cacique” y el otro del “zorro”. Era importante el disfraz, porque en el baile se elegía al mejor. Don Jalil, prestaba el Aeroclub y don Tito, con su Comisión, se encargaba de los preparativos del baile y su decoración.Colocaban un kiosquito para la venta de papel picado, serpentinas, nieve en aerosol y lanza perfume (este, era el que hacía arder la vista)que se usaban con picardía. Don Tito, tomó el teléfono y llamó a Nilda: -Buenas tardes Nilda, soy Tito, el de la comisión del Aeroclub. Quería saber si va a poder preparar las