agustina curinao Mi nombre es Agustina Curinao, tengo 74 años. Mi papá se llamaba Ignacio Curinao, chileno pero era nacionalizado argentino, y mi mamá Teresa Pacheco era de Río Chico, por ahí por Esquel por ahí, esa zona de por ahí, o sea viene a ser Chubut. Mi papá tenía 50 años y mi mamá tenía 20 cuando se casaron. Nosotros somos siete hermanos y yo soy la tercera, el primero falleció. Yo nací ahí en Lago Blanco y vivíamos en la estancia Valle Huemules ahí por en Lago Blanco. Nos vinimos para Perito cuando estábamos en época de empezar la escuela, porque nosotras éramos tres hermanas mayores, así que cuando más o menos teníamos 7 años entramos al colegio. Y de ahí nos quedamos y no nos fuimos nunca más, nos quedamos acá… toda una vida acá.
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Cuando llegamos nos instalamos ahí donde está, era la casa de, que alquilaban ahí cómo la “casa del Chavo”, así viste, así era, unos inquilinos que habían ahí donde está la telefónica, ahí vivíamos nosotros, que está la casa de Ana Perales. Ahí había una casa larga toda de adobe, esas casas las alquilaban y ahí alquilaba mi papá, en esa…; ahora está la telefónica, esta todo distinto. En ese tiempo la estancia que estaba más cerca del pueblo era la de Mc Pherson, y estaban ahí nomás. Yo fui a la escuela 12, la Directora era la señora del Dr. Natale, se llamaba Delia, Aurelio Pessolano era el portero y tuve de maestra a la señora Nora Hamer, Mattar, y después a Herminda Albornoz, la señora de Assi, y después la Sarita Martínez. La verdad me gustaba ir a la escuela, cada salón tenía su estufa de leña, nunca pasamos frío en la escuela nosotros. Mi papá trabajaba en el campo… siempre trabajó en el campo hasta que se quedó ciego una vez con la nieve, se le quemó la vista. Él se perdió en la nieve, se perdió cuando estaba nevando, se perdió, entonces él andaba y andaba, y veía todo blanco, no veía otra cosa, estaba todo tapado, una nevazón muy grande que hubo, él venía para acá y se perdió. Lo llevaron a Buenos Aires todo, porque pensaron que era la catarata que él tenía, pero mi papá no se mejoró, se quedó ciego. Mi mamá también, en sus últimos años se quedó ciega, pero por la diabetes. Ella siempre fue ama de casa y también lavaba en casas particulares así, hasta que cuando nosotras teníamos unos 10 años, salíamos las tres hermanas a trabajar, de empleadas domésticas siempre. Yo trabajé de niñera ya cuando tenía 9 años con la familia Erben, viste de los chicos Erben esos que vinieron acá