36 Los grandes olvidados
Javier Hernández
LALEYENDA NEGRA (II)
E
n esta segunda parte de “La Leyenda Negra”, serán analizados varias temáticas que a través de la historia han sido abordadas con medias verdades, es por ello que la presente entrega analiza los rasgos históricos que distinguieron el surgimiento y desarrollo de la Inquisición en España, la conquista de América y la Gripe Española.
La Inquisición en España
España es considerado un pueblo bárbaro que usaba la tortura como parte de los juicios clericales procesados por la Inquisición, sin embargo, el presente artículo da muestras de una realidad muy distinta. En aquellos tiempos, incluso desde antes del medioevo, la tortura era un método habitual de hacer que los encausados confesaran sus crímenes, sin distinciones de clases sociales. Tanto en el territorio español, como en el resto de los países del mundo “civilizado”, esa era una práctica habitual en los distintos procesos judiciales, incluyendo los dirigidos por la iglesia. Es necesario aclarar que la Santa Inquisición no fue un “invento” español, sino que se fundó en el año 1184, en Francia, y su ámbi-
to de acción se circunscribía a todos los países cristianos. En sus tribunales se juzgaban herejes, falsos conversos, blasfemos, supuestos brujos, etcétera. Por otra parte, la Inquisición Española fue más tardía, pues se implantó en el año 1478, con la firma de la bula del papa Sixto IV, en el reino de Castilla, nombrándose, poco después, a Tomás de Torquemada como Inquisidor General. La Leyenda Negra quiso que la Inquisición Española fuera la más cruel de todas, pero si analizamos la historia vemos que esta fue más compasiva que la del resto del mundo cristiano, gracias a las modificaciones impulsadas por la reina Isabel la Católica. En ese sentido, destacan las formas de llevar los interrogatorios, pues eran menos brutales y lesivos que los del resto de Europa, impidiendo el uso del fuego candente, los golpes en las articulaciones, los descoyuntamientos, y prohibió, además, las mutilaciones y las lesiones permanentes. Curiosamente, en España, muchos reos capturados por las autoridades civiles preferían blasfemar durante el arresto con