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Introducción

INTRODUCCIÓN

Este texto surge motivado por un reto doble, producto de la conferencia que dicté en el Primer Coloquio Internacional de Arte, Estética y Tecnología del Doctorado en Artes de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Autónoma de Querétaro, en mayo de 2017, en la que presenté la propuesta que he llamado estética prudencial.1 En dicha conferencia sostenía que la prudencia debía convertirse para la estética en clave, vía y modelo para su quehacer, además de que permitiría conectarla con la ética. Se me hicieron un par de observaciones que he intentado atender. La primera la hizo la Mtra. Lucero Pilar Miranda Diego. Ella decía que una estética que dé la palabra al artista para que oriente la interpretación del espectador fracturaría la libertad que éste tiene de comprender la obra a su modo. En la reflexión contenida en este escrito, apoyado en la hermenéutica analógica, apunto que han de evitarse los caminos extremos de la imposición del autor y la dispersión del lector, ya que en ambos casos no habría interpretación, sino, y tan sólo, adoctrinamiento u opinión, respectivamente. La segunda observación, hecha por el Mtro. Enrique Rodrí-

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1 Granados Valdéz, Juan (2017), “Estética prudencial o la prudencia como modelo y vía de interpretación para la estética”. Conferencia-ponencia presentada el 4 de mayo de 2017 en el 1er Coloquio Internacional Arte, Estética y Tecnología del Doctorado en Artes, llevado a cabo en la FBA, UAQ, Querétaro, Qro.

guez Bárcenas y el Dr. José Antonio Arvizu Valencia, era que la estética prudencial que propuse dependía mucho de la hermenéutica analógica. Es cierto que en la conferencia aquella recurrí a la hermenéutica analógica para plantear mi idea, no obstante no había pensado en que ella dependiera de aquélla, así que me propuse explorar y desarrollar una estética prudencial que efectivamente dependiera de la hermenéutica analógica y así, en un momento posterior, discernir si dicha dependencia es un vicio o una virtud, así como fundar los aspectos propios u originales que pueda tener una estética que vertebre la prudencia como clave, vía y modelo de su quehacer, como decía Hans-Georg Gadamer que hacía la hermenéutica respecto la phrónesis.

Aunque Mauricio Beuchot ha adelantado en una estética desde la hermenéutica analógica, no me he propuesto exponerla ni desarrollarla, sino, más bien, desde la definición y su división, fundar en la hermenéutica analógica y su pilares, la analogía, el ícono y la prudencia, una estética prudencial, esto es, una estética que, en tanto hermenéutica regional de la sensibilidad, la belleza y las artes, vertebre e instrumentalice la prudencia como eje toral de su quehacer. Como señala Pablo Blanco, ante la disyuntiva de elegir entre la estética y la ética, hay una tercera vía, la de elegir ambas, cosa que, además de comprender y explicar las novedades en la sensibilidad, la belleza y las artes, permitiría un posicionamiento adecuado a nuestro contexto, sin caer en uno u otro extremo que, como se sabe desde Aristóteles, son dañinos.

En este escrito, pues, intentaré dar cuenta de la estética prudencial como propuesta de interpretación, o hermenéutica regional, de la sensibilidad, la belleza y el arte a partir de la hermenéutica analógica. Lo anterior se justifica porque la estética es una de las áreas que más requiere de interpretar sus objetos. Trataré, pues, la relación de la estética con la hermenéutica en general, las hermenéuticas, la analogía, el ícono, la interpretación y la prudencia, partiendo de que, lo mismo que con la hermenéutica, la estética está inmersa en una época de crisis y falta de comprensión, lo que me mueve a buscar orientación y criterios de interpretación y análisis, sobre todo, de las artes, que como otras cosas, son tan diversas y los discursos sobre ellas son tan dispersos. Lo que me propongo, también, es plantear la manera como se engarzan o conectan la estética y la hermenéutica y el resultado de ello, a saber, el de la propuesta de una estética, que llamo prudencial, mediada, matizada y fundada en la hermenéutica analógica y cuya estructura vertebra la analogía, el ícono y la prudencia. Para conseguir mi propósito, en primer lugar, definiré estética; caracterizaré, en segundo, los extremos en los que puede incurrir; y, por último, plantearé su relación con la analogía, el ícono, la prudencia y el resultado en una estética prudencial.

Lo que busco, pues, es poner las bases de una estética prudencial, en tanto que hermenéutica regional o específica de la belleza, la sensibilidad y el arte cuyo modelo sea la prudencia, cosa que la conecta con la ética. Uno de los padres de la hermenéutica filosófica contemporánea, Hans-Georg Gada-

mer, en Verdad y método, comienza su obra con un análisis del gusto y una ontología del arte, ambos asuntos de la estética. Además afirma que el modelo de la hermenéutica es la phrónesis, tal como la concebía Aristóteles. Las diferencias de lo que propongo, a saber, una estética prudencial, radican en que se basa en la hermenéutica analógica, lo que significa que vertebra la analogía, el ícono y la prudencia y en que hace de ésta no sólo su modelo, sino también su vía. La estética y las artes se relacionan con la vida, sí, pero también con le ética y por eso he elegido la prudencia como vía y modelo de la interpretación estética.

Agradezco la lectura y los comentarios que ayudaron a mejorar y aclarar este planteamiento a los profesores Robinson Pérez, Enrique Rodríguez, José Antonio Arvizu y Mauricio Beuchot.

I. ESTÉTICA Y HERMENÉUTICA

En este primer apartado daré cuenta de la relación que guardan la estética y la hermenéutica, recordando, previamente, algunas definiciones, entre la real y la de algunos teóricos, de estética, incluida la etimológica. Con esto pretendo empezar a dar cuenta de su naturaleza. Después pasaré a sus objetos y objetivo; enseguida trataré su división, metodología y la necesaria virtud. Todo lo anterior en el marco de la estructura de la hermenéutica analógica.

[Algunasdefinicionesde la estética] En griego aisthesis significaba sensación, percepción y conocimiento; producir una percepción, ser percibido o hacerse perceptible; y sentido, inteligencia y conciencia.2 Estético (-a), como adjetivo, es sinónimo de artístico, bello y elegante. Estética, como sustantivo femenino, es ciencia de la belleza y del arte, conjunto de elementos que caracterizan un movimiento artístico (v. gr. “estética del modernismo”), cualidad perceptible a la vista (la belleza) y conjunto de técnicas y tratamientos de embellecimiento (de una parte del cuerpo), entre los que se cuenta la cirugía plásti-

2 Cfr. Pabón de Urbina, José María (2008), Diccionario manual griego. Griego clásico-español. Barcelona: Vox (2a edición), p. 17.

ca.3 “Estética es la cosmética practicada [tintes, uñas, manicure, pedicure] en peluquerías [barberías] y «salones de belleza» [a los que se les llama estéticas], al igual que se habla de estética musical o del color, de la estética de una determinada vanguardia o de la de una película de terror. Además, cada arte, cada estilo, cada autor tendrían igualmente «su propia estética»”,4 si por ello se entiende el conjunto de principios que orientan la producción artística.

Si se rastreara la estética, en tanto disciplina filosófica, hasta la Antigüedad, se encontraría que en buena medida se ha entendido como ciencia de lo bello. Alexander Gottlieb Baumgarten (1714-1762) introdujo, en la línea del racionalismo cartesiano, el término estética, en su libro inconcluso titulado Ästhetik (del adjetivo aisthetiké) de 1750, para referirse a la ciencia del conocimiento sensible (o sensibilidad), según la etimología, de la apreciación del arte (como producción) y de la belleza.5 La estética es, pues (como notas comunes encontradas en la historia), la teoría, en tanto rama o disciplina de la filosofía, de lo bello artístico y lo bello natural. Su carácter es teórico.

3 Cfr. DRAE. 4 Blanco, Pablo (2007), Estética de bolsillo. Madrid: Palabra (Colección Albatros, Manuales de Filosofía), p. 16. 5 Cfr. Henckmann, Wolfhart (1998), “Estética”, en Henckmann-Lotter, eds., Diccionario de estética (Trad. Daniel Gamper y Begonya Sáez). Barcelona: Crítica, p. 83; Cfr. Beardsley-Hospers (2007), Estética. Historia y fundamentos (Trad. Román de la Calle). Madrid: Cátedra (Teorema), 1976, pp. 48-49.

Aspira a lo universal, a ser una ciencia. Sus objetos de estudio son la belleza y los objetos estéticos (que incluyen las obras de arte). Su punto de partida es la contemplación, apropiación y apreciación de dichos objetos y de su creación.

Para Mauricio Beuchot (1950-) “La estética y la filosofía del arte constituyen la disciplina filosófica que explica la belleza y las formas en que se puede crear o apreciar […] la estética tiene como objeto el estudio de la experiencia (sensible e inteligible) de lo bello […] la estética se preocupa por explicar las condiciones de posibilidad del objeto bello, sea natural o artístico (la obra de arte), para poder diferenciar lo bello de lo que no lo es (aunque en un sentido interpretativo, no propiamente normativo)”.6 La estética es, pues, para el filósofo de Coahuila, la disciplina filosófica que se ocupa de la (propia) percepción o sensibilidad, que orientada por la inteligencia, es el órgano de aprehensión y captación de la belleza, sea natural o artificial. La estética como filosofía de la sensibilidad conecta con la epistemología y como filosofía de la belleza conecta con la ontología. La sensibilidad o percepción lo es, siempre, respecto de un objeto, el bello. Las obras de arte y del arte han sido los objetos tanto de la sensibilidad, que puede calificarse de estética, como de estudio privilegiados por ciertas tendencias filosóficas. Así pues, en tercer lugar, la estética es también filosofía del arte y se enfoca en las condiciones y

6 Beuchot, Mauricio (2012), Belleza y analogía. Una introducción a la estética. México: San Pablo, p. 21.

contextos tanto de la creación artística como de la recepción del espectador. Los resultados de lo anterior se aplican al estudio del gusto.7

[Estética y hermenéutica] Decir que la estética, siguiendo las notas comunes de las definiciones y la división propuesta por Mauricio Beuchot, a saber, que es filosofía o saber o teoría de la sensibilidad, la propia, de la belleza y del arte o de las artes, en la relación que la estética naturalmente guarda con la hermenéutica por ser la disciplina filosófica que más requiere de interpretar sus objetos. Beuchot, de hecho, señala que “La hermenéutica ha tenido una conexión muy estrecha con la estética. Dicha relación ha sido casi connatural, pues la estética es uno de los campos de la vida en los que la interpretación se encuentra más presente. El juicio estético lleva una carga interpretativa muy fuerte, ya sea que se lo entienda como juicio de gusto, es decir, de apreciación de la obra de arte, ya sea que se considere a la misma obra de arte como un juicio estético, a saber, como la expresión aportadora y comprometida (judicativa) del propio artista”.8 Esto hace de la estética, me parece, una hermenéutica de la sensibilidad, la belleza y las artes. La hermenéutica es la disciplina de interpretación de textos. En tanto que disciplina, es ciencia y arte. Y es ciencia porque es teoría y tiene principios y es arte

7 Beuchot, Mauricio, Belleza y analogía. Una introducción a la estética… pp. 12-13. 8 Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de la hermenéutica. México: FCE, p. 59.

porque es práctica y tiene reglas.9 Por lo tanto, si la estética es también hermenéutica, como ésta, sería disciplina, es decir, ciencia, arte y la unión de ambas, de interpretación de la sensibilidad, la belleza y el arte.

El texto de la estética, lo mismo que para la hermenéutica, es hiperfrástico. La sensibilidad, la belleza y el arte (en sus diversas formas y manifestaciones) serían los textos propios de la estética. Estos textos, como los escritos, el diálogo, la acción y otros, no tienen un sólo sentido, tienen un significado múltiple, porque hay, como sucede en las artes, distintos exégetas (espectadores, críticos, curadores, marchantes, coleccionistas, periodistas) o un público.10 Se hace necesaria, pues, como para la hermenéutica, la sutileza. Ésta es la interpretación que transpone el sentido superficial y llega a los

9 Cfr. Beuchot, Mauricio (2013a), El arte y su símbolo. Querétaro: Calygramma, pp. 27-42; Aguayo, Enrique (2001), La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot. México: Editorial Ducere (Colección Hermenéutica, Analogía e Imagen 4), pp. 11-15; Beuchot, Mauricio (2011b), Manual de filosofía. México: San Pablo, p. 26; Beuchot, Mauricio (2007b), Compendio de hermenéutica analógica. México: Editorial Torres y Asociados, p. 12; Beuchot, Mauricio, Perspectivas hermenéuticas. México: Siglo XXI Editores, pp. 9-10; Beuchot, Mauricio (2015), Los procesos de la interpretación. México: UNAM (Colección Material de Lectura 8), p. 8; Beuchot, Mauricio (2009c), Tratado de hermenéutica analógica. Hacia un nuevo modelo de interpretación. México: UNAM (Seminarios), p. 13; Beuchot, Mauricio (2008), Perfiles esenciales de la hermenéutica… p. 7. 10 Cfr. Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 16-18.

profundos u ocultos, invisibles. En la Lección V de su obra ¿Qué es filosofía?, José Ortega y Gasset, oponiendo el misticismo a la filosofía, dice que la filosofía es “un gigantesco afán de superficialidad […] de traer a la superficie y tornar patente, claro”, que su propósito es “traer a la superficie, declarar, descubrir lo oculto o velado” y que filosofar sea “decir el ser [de las cosas]”.11 Así pues, la razón y el fin de una filosofía es que se quiere traer de la profundidad de la cotidianidad a la luz de la superficie, es decir, acercar, hacer próximo, lo que pueda decirse del ser de las cosas filosóficamente. Cuando Ortega y Gasset decía, entonces, que la filosofía era un saber de superficies, lo decía porque la filosofía se hundía en las profundidades del sentido y llevaba sus hallazgos a la superficie; hacía, es decir, visible lo que no era aparente. La filosofía, para Ortega y Gasset, en este sentido, es también hermenéutica y estética. Ahora bien, no se trata sólo de encontrar los sentidos ocultos, como señala Beuchot, sino el “sentido

11 “[A la filosofía] No le interesa sumergirse en lo profundo […], sino, al revés, emerger de lo profundo a la superficie. Contra lo que suele suponerse, es la filosofía un gigantesco afán de superficialidad, quiero decir, de traer a la superficie y tornar patente, claro, perogrullesco si es posible, lo que estaba subterráneo, misterioso y latente. […] La filosofía es un enorme apetito de transparencia y una resuelta voluntad de mediodía. Su propósito radical es traer a la superficie, declarar, descubrir lo oculto o velado […] Si el misticismo es callar, filosofar es decir: descubrir en la gran desnudez y transparencia de la palabra el ser de las cosas, decir el ser —ontología—”. Ortega y Gasset, José (1964), “¿Qué es filosofía?”, en Obras completas. Madrid: Revista de Occidente, p. 342.

auténtico, vinculado a la intención del autor, plasmado en el texto”12, pero reducido a su intención, pues es el texto es el que vehicula el significado. Interpretar, en una primera instancia, consiste en “descifrar el contenido significativo que el autor dio a su texto sin renunciar”13 al matiz subjetivo del espectador, de ahí que interpretar sea la apropiación de lo comprendido, porque quien comprende ya no es sólo el autor, sino el receptor del texto de éste. Pero como no puede reducir tampoco al sentido dado o encontrado por el lector, interpretar es, también y en segunda instancia, cosa que conecta de nuevo con la sutileza, poner un texto en su contexto. Interpretar es, como dice Beuchot, una actividad elucidatoria y analítica. Por lo tanto, la estética, en tanto hermenéutica de la propia sensibilidad, la belleza y el arte, que son sus textos, requiere de la sutileza porque los interpreta y lo hace porque se los apropia profundizando en la comprensión de ellos por medio de la contextuación que elucida y analiza.

[Objeto y objetivo de la estética] La hermenéutica, como ciencia, se define por sus objetos material y formal. El primero es la realidad concebida y el segundo es el punto de vista o perspectiva. El objeto material de la hermenéutica es el texto, en un sentido más amplio al común, porque es de varias clases. Su objeto formal es la textualidad como lo que ha de contex-

12 Beuchot, Mauricio (2008), Perfiles esenciales de la hermenéutica… p. 8. 13 Beuchot, Mauricio (2009c), Tratado de hermenéutica analógica… p. 14.

tuarse.14 La estética, asimismo, en tanto que ciencia, tendría como objeto material el texto, que en este caso se desdobla, en un principio, en la sensibilidad, la belleza y las artes. El objeto formal de la estética sería uno parecido al de la hermenéutica, pues, para interpretar dichos textos, se requiere de su contextuación o contextualización. Se dice parecido porque no es que la estética se reduzca a la hermenéutica, ya que los objetos formales de una y otra son específicos en la primera y generales en la segunda. Y así como la hermenéutica tiene como objetivo comprender, en general, un texto, cualquiera, por medio de la contextuación, la estética tendría el objetivo de comprender o interpretar, contextualizando, los objetos materiales que le son propios, y con ello poner a la sensibilidad,

14 Cfr. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 1315; Beuchot, Mauricio (2007c), La hermenéutica como herramienta en la investigación social. San Luis Potosí: Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosí-Facultad de Derecho de la UASLP, pp. 9-11; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de la hermenéutica… pp. 33-35; Beuchot, Mauricio, Manual de filosofía… pp. 26-28; Beuchot, Mauricio (2014a), “Exposición sintética de la hermenéutica analógica”, en Solares, Blanca, Actualidad de la hermenéutica analógica. México: UNAM (Colección Cuadernos de Hermenéutica 5), pp. 36-40; Beuchot, Mauricio (2014c), Hermenéutica, analogía y ciencias humanas. México: UACM (Colección Historia de las Ideas), pp. 10-14; Beuchot, Mauricio, Los procesos de la interpretación… pp. 8-11; Beuchot, Mauricio (2016a), Hechos e interpretaciones. Hacia una hermenéutica analógica. México: FCE, pp. 13-17; Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 18-19.

la belleza y las artes en su contexto para traerlo o aplicarlo al contexto más reciente o actual. Con esto se rescata el sentido oculto, el auténtico, pero actualizado de estos textos.

[La estética, ciencia o arte] Lo mismo que la hermenéutica,15 la estética es ciencia porque es y puede ser un conjunto de principios (en tanto que conocimiento establecido), que estructuran otras proposiciones o juicios; y es arte porque también es un conjunto de reglas que rigen la actividad interpretativa correcta de la estética. De igual manera, así como la hermenéutica puede recurrir a la lógica, en tanto ciencia y arte del orden de los conocimientos y la argumentación, la estética también puede acercarse a la madre de las ciencias en búsqueda de orden y corrección para sus interpretaciones.

[División de la estética] Mauricio Beuchot, como se decía, divide la estética en filosofía de la sensibilidad, filosofía de la belleza, pues aquélla es el órgano de aprehensión de ésta, y filosofía del arte. Decía, además, que en este caso se entiende filosofía como hermenéutica en su sentido más general, a saber, disciplina de la interpretación de textos, pues lo que hace la estética es interpretar la sensibilidad, la belleza y el arte como textos polisémicos y que, por lo tanto, requieren de ser comprendidos a profundidad. A esta división se puede sumar una más que se base en la que el mismo Mauricio Beu-

15 Cfr. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 15-16; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… pp. 35-37.

chot hace de la hermenéutica y que funda la idea de que ésta es ciencia y arte, teoría y práctica, docens y utens. Después de exponer que la hermenéutica tiene como finalidad traducir y que interpretar es, eso, traducir, la hermenéutica partiría de que interpretar, en tanto que traduce, comprende, reproduce y aplica. Y para hacer todo esto requiere de una teoría y de un arte que enseñe a hacerlo. La primera sería doctrina y la segunda, el utensilio.16 Asimismo la estética, en tanto que una hermenéutica regional, cuyos objetos son la sensibilidad, la belleza y el arte, al interpretar traduciría en el sentido de que comprendería, reproduciría y aplicaría, como se hace en la filología y en la historia, en el primer caso; en el teatro y la música, en el segundo; y en el derecho y la teología, en el tercero. Esto apuntala que la estética es también teoría, como doctrina, y práctica, como arte, de ahí que, como pasa con la lógica y la ética, sea docens y utens. Si toda teoría es creación incoactiva, pues implica el comienzo de una acción, entonces, en tanto que saber, penetra, registra e interviene. De esto se sigue que hay una unidad interna en el saber y el modificar. La ética para Aranguren tiene un aspecto prudencial fuerte, porque cuando se nota que una práctica no tiene una teoría adecuada que la respalde, algo anda mal. La estética, en este sentido, requiere de ese saber que oriente la acción, necesi-

16 Cfr. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 15-19; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… pp. 37-40; Beuchot, Mauricio, Perspectivas hermenéuticas… p. 11; Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 22-24.

ta de una doctrina que la haga viva y vital. Lo mismo que la hermenéutica, con prudencia buscaría el equilibrio entre la doctrina y la práctica. Y con esto ya adelanto algunas ideas de la estética prudencial que planteo, pues la prudencia hace patente que no pueden desgajarse ni pelearse la teoría contra la práctica, ni la doctrina contra la vida a la hora de interpretar la sensibilidad, la belleza y las artes. Pero esto se enfatizará más adelante. En esta división, igual que la hermenéutica, la estética puede ser sincrónica y diacrónica o ambas, sintagmática y paradigmática o ambas.

[Elementos del acto interpretativo de la estética] Para la hermenéutica un texto tiene contenido o significado en que se realiza una intención, la del autor. Sea como sea ésta, consciente-explícita, consciente-tácita, inconsciente-explícita e inconsciente-tácita, el texto tiene la doble apariencia de connotación-denotación, intensivo-extensivo y sentido-referencia. La primera es la posibilidad de su comprensión; la segunda orienta a un mundo, indicado y/o producido por el texto. En la interpretación, pues, confluyen autor, lector y texto, que es el espacio común a los dos primeros. Según ciertas posturas, puede enfatizarse la intención de uno u otro. Quienes ponderan al primero, hacen una lectura objetivista; y los que lo hacen con el segundo, una lectura subjetivista. Aunque no hay forma de evitar que el lector se inmiscuya en la interpretación, es necesario mantener y respetar, al menos como ideal, la intencionalidad del autor, por más que haya sido rebasado. Es por esto que Beuchot propone al texto

como intención interintencional (término que sugiero para indicar la confluencia de las intenciones del autor y el lector), pues en él confluyen las intencionalidades de lector y del autor en una dialéctica tensa que aspira a la verdad del texto en su comprensión. Al interpretar un texto se busca y se hace una fusión de horizontes de comprensión y el texto es el lugar de encuentro de esa fusión.17 La estética que se propone y que se basa en la doctrina hermenéutica del filósofo mexicano, también entiende que el texto es el espacio común en el que se encuentran autor y lector, como extremos, a veces opuestos. Si bien es difícil discernir al autor y al lector o intérprete de la sensibilidad y la belleza, ¿quiénes serían? Con las artes y sus piezas, el modelo se adecúa, ya que en éstas hay un autor, el agente o artista; un lector, o varios, el receptor; y un texto, las artes o sus obras. En éstas coinciden los horizontes de comprensión del artista y del espectador. En éstas encuentran su anclaje para evitar los extremos objetivistas y subjetivistas, que también se dan en la interpretación de otros textos. Ahora bien, volviendo al caso de la sensibilidad y la belleza, puede pensarse en la cultura como el autor y al individuo como el lector, pero a la inversa también podría interpretarse. Asimismo puede pensarse en que el autor de la sensibilidad humana y la belleza sea Dios y el ser humano sea el intérprete o lector o espectador de éstas. El modelo, pues,

17 Cfr. Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 33-40; Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 23-27; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… pp. 43-45; Beuchot, Mauricio, Perspectivas hermenéuticas… p. 10.

no queda claro en este caso, pero que por el momento sea así no impide que no haya un ajuste analógico que permita sostener que la estética, con sus objetos materiales, se comporta de manera semejante a la hermenéutica.

[Metodología de la estética] Si la hermenéutica, asociada a la sutileza en la interpretación, distingue tres modos de ésta, a saber, la subtilitas implicandi (el de sintaxis, el de la coherencia), la subtilitas explicandi (el de la semántica, el de la correspondencia) y la subtilitas applicandi (el de la pragmática, el de la aplicación),18 la estética, en tanto que interpretación también, puede asumir estos modos de la sutileza con los que se consigue la comprensión, reproducción y aplicación de sus objetos materiales o textos, como se dijo, de manera profunda por medio de la contextualización, sin que ello obste la fusión de horizontes. De esta manera, como para la hermenéutica, para la estética la sutileza es el método en sus tres dimensiones o modos. Esta sutileza es, como dijo Peirce, abductiva, ya que sobre un texto (o la sensibilidad, o el arte, la belleza) se procede por medio de la emisión de “hipótesis interpretativas frente al texto para tratar de rescatar la intención del autor y después se ven las consecuencias de la interpretación, sobre todo mediante el diálogo con otros intérpretes”.19

18 Cfr. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… p. 21; Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 20-23; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… pp. 40-43; Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 25-30. 19 Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… p. 42-43.

[El proceso interpretativo de la estética] El acto interpretativo incluye tres pasos: pregunta interpretativa, respuesta (juicio, hipótesis) interpretativa y argumentación interpretativa. El cuestionamiento busca la comprensión. La respuesta es un juicio, pero como proyecto, por eso es hipótesis y es condicional. La tesis se alcanza cuando la hipótesis ya no está condicionada por medio de la argumentación. Es un razonamiento abductivo o hipotético deductivo. Lo que Beuchot plantea como paso, Gadamer lo sostiene como el círculo hermenéutico que comprende e interpreta, pero que lo hace o lo puede hacer indefinidamente.20 Este método es el de toda investigación, pienso. Recientemente, incluso, como lo sostiene Carlos Ulises Moulines, según cuenta el mismo Beuchot, la filosofía de la ciencia no puede prescribir ni describir el quehacer científico. Su función es, también, interpretar. Y decir esto significa que ha de entenderse la interpretación en un sentido mucho más amplio que el que lo reduce a la comprensión como nivel cognitivo, anterior a la explicación y la predicción. La estética es, sí, hermenéutica, e interpretación de la sensibilidad, la belleza y las artes. Es también investigación. Frente a los textos u objetos materiales que la definen, cuando los interpreta, los investiga, partiendo de una pregunta comprensiva a la que se da una respuesta tentativa o condicionada, preliminar, proyectiva, y que funge de hipótesis y orienta las pesquisas y la

20 Cfr. Reale, Giovanni-Antiseri, Dario (1988), Historia del pensamiento filosófico y científico. Tomo III. Del romanticismo hasta hoy (Trad. Juan Andrés Iglesias). Barcelona: Herder, pp. 555-557.

argumentación para descondicionarla y proponerla como tesis. La estética, así, sigue el método hipotético-deductivo o abductivo, pero con sutileza en sus tres modos para desarrollar dicha argumentación.

[La virtud de la interpretación para la estética] Hacer uso del método de interpretación de la hermenéutica con recurrencia para hacer interpretaciones estéticas, siguiendo, por supuesto a buenos modelos o especialistas, propicia la adquisición de la virtud que serviría para hacer buenas interpretaciones y hacerse un buen intérprete de la sensibilidad, de la belleza y del arte.21 Esto puede enseñarse y, por supuesto, aprenderse.

[Balance] Todo lo anterior ha servido para relacionar la hermenéutica con la estética, ambas, en general. Lo que queda, hasta aquí, es sacar las consecuencias de este recorrido de asociación y encuentro, con vistas a la estética prudencial. La estética, sería, en el marco de la hermenéutica analógica, una hermenéutica regional de la sensibilidad, la belleza y las artes que entiende como textos que requieren de ser comprendidos a profundidad o interpretados. Esta interpretación se conseguiría poniéndolos en su contexto, evitando los extremos univocista y equivocista. Lo mismo que la hermenéutica, la estética sería ciencia y arte. Lo primero porque tiene princi-

21 Cfr. Beuchot, Mauricio, Tratado de hermenéutica analógica… pp. 29-30; Beuchot, Mauricio, Perfiles esenciales de hermenéutica… p. 47; Aguayo, Enrique, La hermenéutica filosófica de Mauricio Beuchot… pp. 42-43.

pios, ganados en su historia; lo segundo porque tiene reglas de interpretación que se desdoblan en la misma metodología de la sutileza y el proceso interpretativo de la hermenéutica en general. Asimismo, como se ha visto, la estética también reconoce como elementos al autor, al lector y al texto.

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