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Planificación de emergencia (Norma 21
Norma 21. El plan del proyecto incluirá un plan de emergencia que garantice la conservación del patrimonio cultural subacuático y la documentación de apoyo en caso de interrupción o conclusión del proyecto.
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Dada la cantidad de variables asociadas a un proyecto arqueológico, es probable que en algún momento deba enfrentarse a alguna circunstancia imprevista que podría comportar interrupciones o retrasos. Los equipos que se averían o no llegan a tiempo son el clásico ejemplo de esta clase de imponderables. Además, la buena marcha de un proyecto subacuático suele depender de las condiciones meteorológicas, que pueden desviarse de las predicciones durante mucho tiempo. En una excavación los arqueólogos pueden hallar objetos inesperados que requieran tratamientos de conservación no disponibles in situ, lo que puede requerir la interrupción del trabajo de campo, la conservación provisional in situ, el análisis de los hallazgos, etc. Cuanto antes se reconozcan y evalúen todas estas circunstancias, más fácil será retomar el calendario previsto.
Hasta cierto punto, es posible predecir y planificar la mayoría de circunstancias que pueden alterar el curso normal de un proyecto. Algunas circunstancias no se pueden predecir. El plan de emergencia tratará de tener en cuenta el máximo número de riesgos para el proyecto.
160 Supervisión del proyecto
Para garantizar que se respeta el calendario del proyecto y detectar cualquier interrupción que pueda producirse, es esencial llevar a cabo evaluaciones regulares de todas las actividades y tareas del plan y el calendario del proyecto. Para ello es esencial que todos los miembros del equipo lleven un registro detallado del tiempo que dedican a cada actividad y mantengan informado al director del proyecto. También hay que supervisar el avance de cada fase del proyecto para verificar que alcanza sus objetivos en el plazo previsto y con el presupuesto disponible, y detectar
© K. Vandeevorst / Agencia de Patrimonio de Flandes. Cocas medievales descubiertas durante una operación de dragado en Amberes, Bélgica. En otoño del año 2000, durante la construcción de un muelle con terminal de contenedores a las afueras de Amberes, se descubrieron dos barcos medievales que fueron identificados como cocas. En el momento del hallazgo se disponía de muy poco tiempo para la investigación in situ, pero en cumplimiento de la normativa de atenuación del impacto arqueológico la empresa de dragado permitió una excavación cuidadosa de los vestigios. Las cocas estaban enterradas a 4 metros bajo tierra, pero la excavación pudo llevarse a cabo en seco tras el drenaje de la zona para la construcción del muelle. Fue preciso desmontar todo el maderamen y almacenarlo en un contenedor sumergido en agua para que no se pudriera. Los restos de la coca más grande son los más completos de una embarcación medieval descubiertos en Europa. las posibles desviaciones del plan original que puedan afectar al conjunto del proyecto. La supervisión del avance del proyecto debe ser un proceso continuo llevado a cabo regularmente de principio a fin, aunque hay momentos especialmente indicados para realizar esta supervisión. Por ejemplo, antes de emprender el trabajo de campo y tras su conclusión.
Si la evaluación y supervisión del proceso revela interrupciones o desviaciones del curso o el calendario programado del proyecto, hay que determinar las causas e implantar las medidas correctivas oportunas. Puede ser preciso modificar el plan del proyecto, retocar las actividades programadas o amoldar el calendario a los retrasos previstos. En cualquier caso, los cambios y modificaciones en el plan del proyecto deben comunicarse a los miembros del equipo que corresponda. A veces también se deben consultar con las autoridades competentes.
El error de planificación más común es creer que no se cometerán errores durante la ejecución del proyecto.
Un calendario de proyecto realista debe tener en cuenta los posibles retrasos e interrupciones del plan del proyecto, para amoldar el plan original a cualquier contingencia. El plan de emergencia requiere cierto grado de predicción y una detección rápida de las actividades
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Duración del proyecto – calendario
susceptibles de sufrir interrupciones a lo largo del proyecto. A estas actividades se les puede asignar un calendario más flexible o más recursos, a fin de compensar los posibles trastornos que puedan acarrear.
Si hay miembros del equipo que no están familiarizados con las últimas técnicas o equipamientos para el trabajo de campo, por ejemplo, debe entonces elaborarse un plan de emergencia para el trabajo de campo a fin de compensar las alteraciones y retrasos derivados del aprendizaje de dichas técnicas. El plan puede incluir la reelaboración del calendario de ciertas actividades o la reasignación de miembros del equipo a otras tareas.
Puesto que la prioridad de cualquier proyecto arqueológico es la salvaguardia del patrimonio y la información que contiene, en caso de interrupción repentina se debe priorizar la conservación y estabilización del material arqueológico, tanto del que se ha recuperado como del que permanece in situ. Si en mitad del proyecto hay un recorte inesperado de los fondos presupuestados que impide la finalización del trabajo de campo y cualquier actividad posterior programada inicialmente, el plan de emergencia debe establecer el modo de terminar el trabajo de campo y reasignar los fondos restantes a la conservación del material extraído y actividades posteriores como el análisis, el tratamiento de los datos y la elaboración de informes. Una revisión minuciosa y continua del plan y las actividades del proyecto ayudará a detectar cualquier interrupción y elaborar con rapidez un plan de emergencia adaptado a las nuevas circunstancias, que garantice la protección y conservación del patrimonio cultural subacuático.
La planificación de un proyecto arqueológico es muy compleja y requiere un examen minucioso de las particularidades de cada proyecto. Debe permitir también que el proyecto se modifique, se corrija, se prolongue y, si fuera necesario, se ceda sin dificultades a otro equipo de investigadores en cualquier momento de su realización.
• Usar un calendario para planificar el proyecto • Usar el calendario para supervisar el avance del proyecto • Emplear un formato gráfico • Elaborar el calendario en colaboración con el equipo y otras personas asociadas al proyecto • Asegurarse de que todo el mundo entiende el calendario • Elaborar un plan de emergencia