Somos Familia: Por: Andrea Cano, Catequista del Templo Expiatorio
Esta pandemia rompe fronteras, nos obliga a pensar y reflexionar sobre cosas que antes teníamos como prioridad, que en esta situación ya no lo son, nos vino a confirmar que somos un mundo conectado, somos interdependientes, que nos necesitamos los unos a los otros. Vino a detener el frenético estilo de vida que teníamos que no queríamos cambiar, nos puso a pensar que todos somos iguales, no existe fronteras entre nuestro prójimo, QUE SOMOS UNA FAMILIA. Nos ponemos a pensar como un diminuto virus fue capáz de crear tan grandes tragedias en todo el mundo, lo cual nos demuestra nuestra gran fragilidad como humanos y a la vez nuestra fortaleza y nuestra capacidad para adaptarnos. Nos cambió de golpe nuestra forma de evangelizar, nos cambió nuestra forma de transmitir usualmente el mensaje de Dios, y a la vez nos obliga a explotar nuestra creatividad. Ahora, más que nunca, para dar a conocer a Dios a los otros, iniciando una nueva manera de comunicarlo,
de transmitirlo cercano.
y
hacerlo
El ciclo de catequesis empieza muy diferente, separados por una pantalla pero unidos en un mismo corazón que nos mueve a llevar a nuestros niños al encuentro con Jesús sábado con sábado. Como todo lo nuevo, al principio fueron nervios, incertidumbre y muchas interrogantes, ¿cómo lo recibirían los niños? ¿qué hacer? ¿cómo lo haríamos?, a eso agregándole el uso de plataformas que no conocíamos. En fin ante tanto cambio, una nueva normalidad y nuevos retos que enfrentar, la catequesis no podía quedarse estancada, y teníamos un gran reto y sobre todo un gran compromiso. Pero al entregarnos y poner todos estos retos en manos de Dios, la tormenta pasó. Ya llevándolo a la práctica y aún con las fallas que la tecnología pueda ocasionar, la respuesta ha sido muy buena y lo mejor es que se ha podido traspasar esa pantalla sábado a sábado y llevar a los niños ese encuentro con Jesús, eso sí, esta situación nos exige prepararnos más,
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