Editorial Queridas y queridos socios de la Obra de las Vocaciones Sacerdotales les saludo agradecido y pidiendo al Dios de la vida y de la misericordia, que haga palpables en cada uno de ustedes sus abundantes bendiciones y su paz.
l A. . Fide Pbro ía Ruiz u Mung e la Obra rd Directo
de Llegamos al mes de marzo y con ello nuestra casa formación se prepara para celebrar alegre, las tradicionales fiestas del Seminario, que esta ocasión se realizarán de manera virtual, y no por ello menos relevante; celebramos este evento muy significativo y esperado por gran parte de nuestra ciudad y por la diócesis entera. Fiesta de fe que nos permite compartir el agradecimiento común por el don de la vocación en nuestra Iglesia de Hermosillo. Agradecidos con Dios por los meses transcurridos del proceso formativo, también tenemos en las fiestas del Seminario, una gran oportunidad para manifestar nuestra corresponsabilidad a todo el cariño y cercanía que siempre nos hacen evidentes, ya que siempre su amor nos sale al paso, como una manifestación del mismo amor que Dios nos tiene. Hemos querido que en estas páginas, amable lector, nos acompañe la presencia y el testimonio de uno de los santos patronos del Seminario, nuestro Señor San José, a quien las Escrituras dan a conocer como varón justo, fiel y silencioso. Sea nuestra publicación mensual una manera de acercarnos a su legado espiritual para nuestra Iglesia, de quien es patrono universal también y por quien vivimos una año jubilar de gracia. Valoro inmensamente el cariño y oración constante por las vocaciones sacerdotales, por eso quiero invitarte finalmente, querida y querido integrante de la Obra de las Vocaciones, a que sigas muy comprometido en la labor tan sutil y fértil que haces: pedirle al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos. Contigo y tu oración confiada empieza el milagro de las vocaciones que Dios a manos llenas ha sembrado en nuestros campos.
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