Quiúbole con... Orar por las Vocaciones Por: Pbro. Benjamín Heberto Amaya Portillo
Hola amiguitos del Club Amigos del Seminario Mayor de Hermosillo. Es para mí un gusto escribirles estas líneas. Como bien saben, ustedes pertenecen al Club Amigos del Seminario Mayor de Hermosillo, lugar donde se forman o estudian los próximos sacerdotes, los próximos padres que celebran la Santa Misa en tu parroquia o en la comunidad a la que asistes con tus papás cada domingo, o que en este tiempo de pandemia la vez por la televisión. Yo ya tengo 7 años que soy sacerdote pero me formé en el Seminario Mayor de Hermosillo y quiero platicarte cómo es todo lo que se hace dentro de nuestra casa y de qué manera tú nos puedes ayudar. Así como tú vas a la escuela para poder ser una persona bien preparada, los sacerdotes nos preparamos en una muy pero muy grande casa de formación; como si fuera una escuelota. La diferencia es que nosotros vivimos ahí. Es donde se encuentran los jóvenes seminaristas. Ellos son los que se preparan para llegar a ser sacerdotes. En esa casa yo viví por nueve años como estudiante o seminarista. Y todavía vivo en ella pero ahora me toca acompañar a los muchachos seminaristas que se encuentran actualmente en nuestro Seminario. Tú y yo sabemos que a veces nos cuesta mucho estudiar, hacer la tarea, levantarnos temprano para las clases, estudiar para los examenes, entregar trabajos difíciles, y mucho más. También en el Seminario tenemos que esforzarnos porque es necesario hacer muchas cosas, como por ejemplo trabajar, estudiar, hacer oración, limpiar nuestra casa, lavar nuestra ropa. Todas estas actividades las hacemos a diario y a veces nos cansamos y no podemos continuar. Te comparto todo esto para invitarte y que sepas que tú, amiguito y amiguita del Club Amigos del Seminario Mayor de Hermosillo,
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