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comercio exterior
Opinión
El GPS de la inserción comercial argentina, recalculando Alejandro VICCHI Magister en Relaciones y Negociaciones Internacionales. JTP de la Tecnicatura Superior en Comercio Internacional del IFTS 9 (Instituto de Formación Técnica Superior n° 9 del Ministerio de Educación de la CABA).
La elección presidencial argentina plantea nuevos interrogantes sobre el futuro de la inserción comercial del país, con una incógnita que no estaba presente en comicios anteriores. Se trata de la continuidad del Mercosur, que hasta esta ocasión era aceptado como una especie de “política de Estado” entre las principales fuerzas políticas, y que ahora es cuestionado por el candidato más votado en la elección primaria. Pero más allá de esta incógnita local, el mundo entero se encuentra en una situación para la que se aplica la etiqueta VICA (volátil, incierta, compleja y ambigua) popularizada por Zygmun Bauman.
En los últimos años sucesos como la presidencia de Donald Trump -en toda su dimensión, pero coronada por el escandaloso episodio final del Capitolio en enero de 2021-, el Brexit, la tumultuosa salida de Estados Unidos de Afganistán, y la invasión de Rusia a Ucrania, sacuden el escenario global. Combinados con la lenta pero sostenida irrupción de India y China cómo actores de mayor peso, se da lugar a un cuadro general que desconcierta a los analistas, donde la postura más difundida es caracterizar al momento actual como “transición” -una manera elegante de decir que todavía no hay un diagnóstico definitivo. Aún en esa niebla, parece vislumbrarse con cierta seguridad la imagen de un mundo multipolar. En ese marco, tal vez no sea tan extraño que la sociedad argentina, agobiada por la inflación y por una sensación general de vulnerabilidad económica y política, busque soluciones disruptivas para resolver problemas de larga data, lo que se deriva en un cuestionamiento sobre la integración internacional de Argentina.
Desafío Exportar | Octubre 2023
Sin embargo, para los especialistas en comercio internacional la crítica al Mercosur no es una novedad. Desde los primeros años de funcionamiento del bloque se elevaron voces de alarma señalando el riesgo de lo que técnicamente denominamos cómo “desvío de comercio”. Este fenómeno consiste en reemplazar proveedores internacionales extra-regionales por intra-regionales como consecuencia de la eliminación del arancel aduanero al interior del bloque -en nuestro caso sería dejar de comprarle a un fabricante estadounidense, asiático o europeo y pasar a abastecerse de uno brasileño, sólo porque éste ahora no afronta derechos de importación. Desde una perspectiva ortodoxa-liberal se interpreta que si, en igualdad de condiciones, antes se prefería un proveedor extra-regional, quiere decir que éste era más eficiente, y si con la creación de la unión aduanera ahora se pasa a comprarle al proveedor brasileño, ello implica que el proceso de integración está distorsionando el buen funcionamiento del mercado. En el caso del MERCOSUR hay sufi-