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Más allá de la vigilancia: El impacto del buen trato en la seguridad y la cultura organizacional
Mag. Claudia Elizabeth MARTINEZ MARCOS
Consultora en seguridad patrimonial - Miembro de Asis WIS Capítulo 215Argentina. Panelista en el IV Foro Latam de Mujeres en Seguridad Asis 2023.
La gestión de seguridad no se limita a estrategias, indicadores y controles de acceso. En su núcleo, involucra personas: guardias, supervisores, coordinadores y gerentes que, al interactuar de manera profesional y respetuosa, no solo construyen equipos sólidos, sino que también logran reducir riesgos y prevenir incidentes como el robo. A veces escucho que se indica la necesidad de gritar, exigir, imponer sanciones como formas de control; sin embargo, estas prácticas son contraproducentes y generan un ambiente tóxico que afecta tanto al personal como a los resultados. Como profesional de ASIS International, creo firmemente que el valor del respeto y la honestidad no solo enriquece nuestra profesión, sino que también fortalece los resultados operativos.
Un líder en seguridad ya sea supervisor, coordinador o gerente, debe ser el ejemplo de profesionalismo. Este profesionalismo se refleja en la capacidad de tratar a los guardias de seguridad con dignidad y respeto, no solo como trabajadores, sino como seres humanos. Reconocer el esfuerzo diario de un guardia de seguridad es fundamental para fomentar su motivación y compromiso. Luego de leer los libros de Rafael Echeverria sobre Ontología del Lenguaje (1) y Liderando en el infierno de Alberto Levy (2) , así como los manuales de protección de activos - Operaciones del oficial de Seguridad (3) , encontramos que estos enfoques se entrelazan, mostrando que la raíz de un liderazgo efectivo está en el respeto hacia el profesional . Esto subraya la importancia. del verdadero liderazgo, donde el respeto y la dignidad son distinciones clave. El respeto es uno de los pilares del liderazgo profesional.
Además, es crucial no subestimar a nadie, y menos a un guardia de seguridad. En múltiples ocasiones, he encontrado vigiladores que poseen títulos universitarios o experiencias únicas que superan incluso a aquellos que ocupan puestos de liderazgo. Por razones de vida, algunos trabajan como vigiladores, pero su potencial en liderazgo y sus conocimientos pueden ser invaluables. Sus ideas han sido parte integral del diseño de estrategias de seguridad en diversas organizaciones. No subestimes ni juzgues a quienes podrían tener más experiencia o vivencias que tú; ser profesional implica reconocer y valorar estas contribuciones.
Hablamos siempre del impacto y la importancia en la prevención del riesgo, entonces debemos te - ner en nuestro anotador que más allá del buen trato como un acto de profesionalismo, es importante comprender que el mal trato puede convertirse en un riesgo y un “atractivo” de pérdidas para la organización. Un ambiente laboral donde los guardias de seguridad se sienten desvalorizados o no respetados no solo afecta su desempeño, sino que también abre la puerta a problemas significativos:
Consecuencias legales: El mal trato puede derivar en demandas laborales, juicios por hostigamiento o malos tratos, lo que representa una pérdida económica directa.
Impacto en la marca: En la era digital, las redes sociales pueden amplificar las experiencias negativas, exponiendo a la organización y dañando su reputación como empleador.
Pérdida de talento: Un ambiente tóxico provoca desmotivación y alta rotación del personal, generando costos adicionales en capacitación y contratación.
El buen trato, por el contrario, crea un sentido de pertenencia y compromiso con los objetivos de la organización. Capacitar a los líderes en habilidades blandas, como la comunicación efectiva y la gestión emocional, es una medida preventiva que protege no solo a las personas, sino también los activos intangibles de la empresa, como su reputación.
Un aspecto fundamental del buen trato es otorgar capacitaciones al personal. Estas no solo mejoran las competencias profesionales de los guardias de seguridad, sino que también refuerzan su autoestima y los valoran como personas.
Al invertir en la formación del personal, las organizaciones demuestran que se preocupan por su desarrollo, lo que genera un ambiente de confianza y compromiso mutuo. Además, un equipo bien capacitado está mejor preparado para enfrentar los desafíos del entorno, reduciendo riesgos y optimizando resultados. En los presupuestos las capacitaciones no son gastos sino inversión; son inversión cuando la calidad en las capacitaciones es realmente integrada en el plan estratégico.
Generalmente oímos que el departamento de recursos humanos hablar de couching y otorga talleres pero se debería tener en cuenta en nuestra profesión que el coaching no solo es una técnica para desarrollar habilidades, sino también una herramienta clave para construir relaciones de respeto y confianza. Es fundamental que los líderes y gerentes de seguridad participen en cursos de coaching y formación en habilidades blandas, ya que esto les permite desarrollar competencias críticas para su rol.
La diferencia entre un jefe y un líder es clave en este contexto: mientras que el jefe se enfoca en dar órdenes y controlar, el líder inspira, guía y motiva. Los líderes capacitados en coaching son capaces de escuchar a sus equipos, identificar áreas de mejora y acompañarlos en su crecimiento profesional y personal. Esto no solo fortalece el vínculo entre el superior y sus guardias, sino que también fomenta un ambiente colaborativo, efectivo y respetuoso, donde los objetivos de la organización se alcanzan con mayor éxito. El valor fundamental de estas capacitaciones reside en que no solo mejoran el desempeño técnico, sino que también promueven un liderazgo basado en valores humanos y profesionales.
El respeto, la honestidad y el reconocimiento del trabajo ajeno son más que simples valores; son principios que deben guiar nuestras acciones diarias. Como líderes, debemos recordar que nuestra profesión no solo se mide por indicadores de desempeño, sino también por la calidad de nuestras interacciones humanas.
Conclusión: En la gestión de seguridad, el buen trato no es opcional; es esencial. Un buen equipo de seguridad es un pilar fundamental para el éxito de cualquier empresa, ya que actúa como la primera línea de defensa, protege los activos y garantiza la continuidad operativa. Ser profesional implica no solo cumplir con estándares técnicos, sino también liderar con humanidad, respeto y sólidos valores. Al final, construir equipos basados en estos principios no solo mejora los resultados operativos, sino que también eleva el nivel de nuestra profesión como un todo.
(1) Ontología del lenguaje, Rafael Echeverria, Ed. Dolmen ensayo , Granica 2004
(2) Liderando en el Infierno , Alberto Levy, Ed. Paidós, 2003
(3) https://www.asisonline.org/
Bibliografía:
Cara a cara con e Psicópata, Vicente Garrido
Genovés, Ed Ariel,2012
El acoso Moral en el trabajo, Marie France Hirigoyen , Paydos 2001
Liderando en el Infierno, Aberto Levy, Paidos, 2003
Lo que cuenta la escena del crimen, Laura Quiñones Urquiza, Ediciones B, 2016
Manual de protección de activos : Operaciones del oficial de seguridad - Manual de protección de activos, Asis International , 2015
Ontologia del lenguaje, Rafael Echeverria, , Ed. Dolmen ensayo , Granica 2004