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JUSTIFICACIÓN.
La demanda de recursos está creciendo de manera rápida. La tierra, agua, energía, aire y diversos materiales están en declive. La sociedad ha hecho uso de ellos de manera insostenible, lo que quiere decir que se están dañando y agotando de manera más rápida de lo que la naturaleza puede regenerarlos.
*Steven Holl para la revista a+t, presentando proyectos en This is Hybrid
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De la producción de residuos global, el 40% (2 billones de toneladas al año) se deben solamente a la construcción[1]. Las viviendas por su parte, tienen un impacto ambiental que resulta indiscutible. Se estima que este sector es responsable del 32 por ciento de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en México, “lo que representa el 16.2 por ciento del consumo total de energía y el 26 por ciento del consumo total de electricidad” [2]
Aunque la arquitectura se ha percibido como la manifestación más duradera de la actividad humana, cuando cambian los edificios, lo hacen a un gran costo porque han sido creados mediante un proceso que requiere destrucción antes de que la construcción pueda volver a tener lugar. Esto genera un gran daño ambiental y desperdicio de recursos, los cuales son finitos[5]
Los materiales constructivos actuales no son capaces de adaptarse a los cambios que muchas veces requiere un edificio. Incrustar cantidades masivas de material en estructuras duraderas resulta absurdo cuando las necesidades arquitectónicas del espacio, en este caso de una vivienda, requieren que sea más flexible y adaptable.
En Monterrey existe hoy en día una confluencia de factores que afectan el significado de vivienda contemporánea. La rápida urbanización, los cambios demográficos y el creciente interés por la sustentabilidad son algunos de ellos. Aunque los estilos de vida, los rituales sociales, las condiciones económicas, los conceptos de familia, los planes de vida y los deseos de vivienda están cambiando, la escasa selección de tipologías arquitectónicas de vivienda sigue siendo la misma. No obstante, el ejercicio de habitar es dinámico y complejo, y se hace aún más evidente en la era actual.
En una ciudad como Monterrey, con alta demanda de vivienda, una necesidad innegable de redensificación y un alto índice de inmuebles desaprovechados, resulta necesario repensar la forma en que se habita. ¿Cómo podría ser la vivienda del futuro en áreas urbanizadas?
Nadie puede predecir el futuro pero cualquiera puede moldearlo. Nos esforzamos por inspirar una discusión sobre cómo podríamos (re)diseñar y construir nuevas realidades que promuevan una sensación de bienestar y que mejoren los espacios que habitamos en términos de habitabilidad, accesibilidad y eficiencia de recursos. Este proyecto es una invitación a reflexionar acerca de la manera en que vivimos, en que se habita el núcleo más íntimo del ser humano.
En la ciudad de Monterrey, el total de unidades nuevas de vivienda aumentará 1.7 veces del 2005 al 2030[3] El espacio es cada vez más escaso y el costo de la vivienda va en aumento, lo que significa que muchas personas tendrán dificultades para encontrar un lugar adecuado y asequible para vivir. Este es un gran desafío, pero gran parte del debate sobre la vivienda se centra en la búsqueda de formas de construir más viviendas.
Además, la brecha es cada vez mayor entre los precios de la vivienda y los niveles de ingresos de los adultos jóvenes; quienes luchan para poder algún día tener un espacio propio para vivir.
No es solo la falta de viviendas asequibles lo que nos ha inspirado a volver a imaginar cómo podríamos vivir. También es nuestro cambio de estilo de vida. Hoy más que nunca, la condición de cambio se manifiesta en el marco de cuatro macrotendencias: una urbanización acelerada, los cambios demográficos, políticos y económicos, los avances tecnológicos y la escasez de recursos naturales; todo lo cual planteará enormes desafíos para la vida cotidiana.
Dada la presión que se ejerce actualmente sobre los recursos naturales y energéticos, las casas como las conocemos hoy ya no son viables. Tanto económica como ecológicamente, será imposible satisfacer la demanda de vivienda con métodos y formas arquitectónicas y urbanísticos tradicionales[4] En el contexto de estos problemas urgentes, planteamos algunas preguntas sobre el futuro de la vivienda, sobre cómo podría ser y cómo queremos vivir en el futuro.
¿Qué debería ocupar el lugar de las estructuras de vivienda contemporáneas? ¿Cómo deben ser los nuevos conceptos de vivienda en áreas urbanizadas?
1.(Programa Ambiental de las Naciones Unidas.)
2. (SEGOB, 2014)
3. (INEGI, 2008)
4. (Maak, 2015)
5. (Kronenburg, 2007)
Crecimiento del precio de la vivienda y del salario para jóvenes
Precios de la vivienda en SPGG vs incremento salarial de jóvenes en Méxio