DOSSIER JESÚS Y SU VIDA EN EL IMPERIO ROMANO
Jesús y su vida en el Imperio romano Jesús nació en tiempo de Herodes, rey vasallo de Roma; su ministerio se desarrolló siendo emperador Tiberio y fue crucificado por Poncio Pilato, prefecto romano. En los evangelios, el Imperio romano es un supuesto omnipresente que en algunos momentos aflora de forma explícita. ¿Cuál fue la actitud de Jesús ante el Imperio romano? La novedad histórica que supone el reino de Dios se percibe por contraste con los valores del Imperio romano.
Rafael Aguirre Universidad de Deusto
LA " TIERRA DE ISRAEL" EN EL IMPERIO ROMANO El lector de la Biblia sabe que esta pequeña franja de tierra ha sido siempre muy disputada por su valor estratégico y por ser tierra de paso entre Europa, África y Asia. Alejandro Magno la conquistó con sus ejércitos, pero también introdujo la influencia helenista e impulsó el proceso urbanizador. A su muerte, el dominio griego lo ejercieron, primero, los ptolomeos de Egipto y, después, los seléucidas de Siria. La situación no era estable, pero estalló cuando el rey seléucida Antíoco IV Epífanes 26 RESEÑA BÍBLICA | Nº109
(175-164 a.C.) ofendió gravemente los sentimientos religiosos judíos. La rebelión de Matatías (165 a.C.), liderada después por Judas Macabeo (Macabeo es un apodo que significa “el martillo”) se sacudió el yugo seléucida e instauró la dinastía asmonea. Unos años después consiguieron la independencia política, pero nunca cesaron las graves disensiones internas, entre otras cosas por el nombramiento de un sumo sacerdote que no provenía de la línea legítima. Era inevitable que el avance del Imperio romano llegase a Palestina, y Pompeyo acabó con el reino
asmoneo en los años 64-63 a.C. Entró personalmente en el templo de Jerusalén y convirtió a Siria en provincia romana. El Imperio romano seguía una estrategia integradora y no quebró el proceso helenizador, sino que se apoyó en él y lo favoreció. Para el gobierno se apoyaba en élites o dinastías locales. El Imperio romano iba tejiendo una red de relaciones sociales de carácter piramidal que se denominan de “patronazgo”. Un patrón, personaje honorable y con recursos materiales, tiene una serie de clientes que dependen de su benevolencia. El número de sus