La gestión del Patrimonio Mundial UNESCO en ámbito rural. La red Territorio Mudéjar, construcción de un nuevo modelo desde la realidad local Victoria E. Trasobares Ruiz ■ Investigación y proyectos Patrimonio Mundial UNESCO Gestión cultural y del patrimonio histórico-artístico Estrategias de desarrollo territorial desde la cultura
En el año 2001, tras un largo proceso de dos años de trabajo, la UNESCO aprobó la extensión del expediente de la Arquitectura Mudéjar de Teruel de 1985 19861 que pasó a denominarse Mudéjar de Aragón Patrimonio Mundial. La declaración completaba una demanda histórica que había comenzado en el propio informe de ICOMOS España en septiembre de 1986 en el que se recomendaba sin duda la declaración del mudéjar turolense pero planteaba dudas respecto a no incluir el patrimonio de la ciudad de Zaragoza e incluso de la provincia indicando que el legado constructivo de la cultura mudéjar no podía reducirse a elementos o ciudades aislados sino que tenía un fuerte componente territorial, con ejemplos muy sobresalientes en los valles más importantes de la geografía zaragozana y que actualmente constituyen la demarcación de la provincia de Zaragoza. Finalmente, el 14 de diciembre de 2001, se aprobaba en Helsinki la declaración que ampliaba a diez los edificios a través de los cuales se podía entender el complejo proceso histórico-artístico de formación de un estilo propio y singular de los territorios de la península ibérica, el mudéjar, que trascendía las cronologías clásicas para los estilos artísticos de Occidente y se desarrollaba durante casi cuatro siglos, entre el siglo XIII y el siglo XVII. La declaración en el año 2001 para el mudéjar vislumbra un momento de cambio en las políticas de la declaración internacional, respecto a otras declaraciones referidas a edificios monumentales aislados, introduciendo definitivamente el factor territorial1 con la declaración en serie de diez edificios ubicados en cinco localidades diferentes, dos de ellas, con apenas doscientos habitantes, plenamente rurales como Cervera de la Cañada y Tobed que se unen a Teruel, Zaragoza y Calatayud en una dimensión internacional desde una perspectiva claramente local. El informe de septiembre de 20012 recogía varias claves denominadas de gestión que van más allá de la obligada protección y conservación de los bienes declarados, tales como el compromiso para la realización y ejecución de un plan de gestión, que implicaba “el establecimiento de una visión estratégica del arte mudéjar en Aragón, la implantación de mecanismos de protección del patrimonio, el desarrollo de sistemas de presentación e interpretación, así como el desarrollo de un plan de turismo sostenible”. Se adelantaba igualmente una descripción de las entidades implicadas en la gestión y la necesidad de la creación de la fundación “Arte Mudéjar de Aragón” que actuara como unidad coordinadora de las instituciones y colectivos responsables de la gestión del patrimonio mudéjar, que planteara estrategias de gestión para promover el conocimiento y la necesaria definición de fuentes de financiación para cumplir con los objetivos planteados.
Ya en 1986 se observa un cambio de paradigma incorporando declaraciones de sitios denominados “en serie”, pero es especialmente llamativo el punto de inflexión que se produce a finales de la década de los años noventa con la incorporación de declaraciones que unen monumentalidad y territorio prescindiendo en cierto modo del carácter etnográfico cuando hablamos de patrimonio rural y posicionando el patrimonio monumental ubicado en ámbito rural. 2 Página oficial Unesco World Heritage. Advisory Body Evaluation 2001. Disponible en https://whc.unesco.org/en/list/378/documents/ (última consulta: 14 de mayo de 2021) 1