MUERTE EN PLENITUD
Afuera quedan la muchedumbre y el desvarío Aquí quedamos nosotros, solitarios y tenaces Recorriéndonos a besos como quien se despide para siempre como dos añejas botellas que se envidian y buscan en la profunda y oscura bodega yo me alimento en el furor de tu mirada y tú sucumbes en mis brazos hermosa y herida amazona como una niña que se derrumba hundo mi mástil en tus tiznadas arenas navego en tus playas agonizante y sin prisa para morir de dulce plenitud aquí yace un amante feliz entre los escombros de la tibia cabaña más allá del río, donde acaba el camino.
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