LEJANA
Amada, Eres la canción que cultivo al atardecer Mis sueños te poseen Vibran asidos a tu cuerpo Pastan en el prado extenso Sus misterios sagrados. Mis deseos celebran tu existencia
Amada, Mujer venida de tan lejos Yo te soñaba como una herida abierta Quería navegar en tus aguas Errar en su corriente Hasta que un día mi Alma Se fue a buscar la cruz tibia de tus brazos Voló todo el horizonte Y llegó al faro aquella noche En el medio del mar Azotado por los relámpagos
Allí estabas, solitaria y hermosa Allí encendimos la primera hoguera Amada, de tan lejos viniste A dar sentido a mis horas A abrir un camino entre la maleza
Antes de ti, más allá de todo estuvieron mis ojos Mi mano, mi corazón, Buscándote 86