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Lamento no poder atenderla

“Lo lamento pero acá no podemos atenderla, usted pertenece a otro municipio vaya a presentar su denuncia a donde vive”, palabras que retumban en los oídos y el corazón quebrado de una madre a la cual le arrancaron la vida después de que su hija menor de edad fuera abusada.

Qué no se supone que las autoridades están para cuidarnos? Con esa respuesta que cayó como balde de agua helada la madre regresa a casa destrozada mientras su hija le dice que no quiere vivir más.

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Pero lo más detestable es escuchar que las autoridades toman en burla la tragedia que había sucedido en ese hogar, “seguro se fue con el novio”, “esta chamaca seguro andaba de loca”, “ella se lo busco”, ¿de verdad?, ¿ella se lo busco? ¿En qué clase de personas nos estamos convirtiendo?

Y así como esta historia hay demasiadas que no llegan ni a denuncia, ya sea por miedo a represalias, por amenazas o porque las autoridades por flojera o incompetencia complican que las víctimas o familiares puedan alzar la voz.

Se creía que con el cambio al sistema de justicia penal los procedimientos serían más eficaces y efectivos, pero resultó todo lo contrario, las carpetas de investigación se inician llenas de vicios por lo que con un simple amparo se tumban aun cuando la responsabilidad en la comisión de conductas constitutivas de delito es notoria sin duda alguna.

Si bien es cierto, nos hace falta mucho por avanzar, la realidad es que todo comienza desde el hogar, es muy importante que a los niños desde temprana edad se les enseñe a respetar a sus semejantes, tanto hombres como mujeres sin dejar de lado el tema de la confianza para que en caso de que alguien les quiera hacer daño, ellos puedan acudir con sus padres o hermanos y los tomen en cuenta para prevenir un daño mayor.

El camino parece muy largo sin embargo es sumamente necesario ponerlo en práctica, todo parte de un inicio y el tema de la protección a los derechos de las niñas, niños, adolescentes y mujeres en general debe ser punto importante en todas las agendas de gobierno en los tres niveles de gobierno, buscar la manera de reducir los índices de violencia y feminicidios que llenan los medios de comunicación y redes sociales día con día.

Y así como esta historia, hay demasiadas que no llegan a denuncia por miedo a represalias y amenazas. No debemos pasar por alto, la incompetencia y falta de empatía por parte de las autoridades, quienes son responsables de complicar estos procesos a las víctimas o familiares, impidiéndoles poder alzar la voz.

JOSÉ ANTONIO SOLANO GARCÍA

Abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho de Puebla. Se ha desempeñado como litigante en las materias mercantil y laboral, y ha ocupado el cargo de abogado corporativo en una empresa de Tecnología; aunque también ha demostrado su cariño por la labor social ocupando cargos públicos a nivel estatal y federal.

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