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QHAPAQ ÑAN. CAMINO DE LA HERMANDAD ANDINA

La compleja configuración geoecológica de los Andes, desde la presencia inicial del hombre en esta parte del continente, ha sido una limitante para el proceso de movilidad y posterior uso y manejo del espacio. Los procesos de adaptación del hombre andino tuvieron que ver mucho con el manejo territorial, tanto con ensayos e implementación de estrategias geopolíticas en las diferentes regiones y períodos, como con el acceso a recursos, espacios sagrados, entre otros.

En el valle de Supe se establecieron grupos sociales con incipientes centros urbanos, conformados por edificaciones piramidales y plazas ceremoniales, articulados principalmente a los ingentes recursos costeros marítimos. La localización estratégica de Caral, con relación al área central costera, posibilitó su constitución como centro de convergencia y divergencia en medio de un sistema vial articulado con la sierra y la selva. Posteriormente, Chavín se erigió como otro centro religioso importante en la sierra, unido fluidamente a la costa y selva por medio de un sistema vial extenso. En Chavín, poblaciones de diferentes

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ámbitos peregrinaban para satisfacer necesidades espirituales, pero también para adoptar saberes y formas tecnológicas, vinculadas con la astronomía, el calendario agrícola y la previsión meteorológica en general.

Antes de la irrupción occidental, en la mayoría de los centros religiosos, desde los más tempranos hasta los más tardíos en contexto autónomo, se desarrollaban interacciones económicas, tecnológicas y socioculturales, simultánea y complementariamente a las actividades religiosas y rituales. Estos sitios fueron espacios donde se intercambiaban recursos, productos, alimentos, servicios, saberes, conocimientos, etc. En gran medida, tal tradición aún está presente en los santuarios y peregrinaciones del país, especialmente en la región del Cusco conocidas como «ferias», entre las que se encuentran la del Señor de Huanca (San Salvador-Calca), Huambut’io (Maras), Pampak’uchu (Sicuani), Kaninkunka (Urcos), etc.

CAMINO COSTERO O «CAMINO DE LOS LLANOS», «CAMINO DE GUANUCO» Y «CAMINO DEL CUZCO». POR DIEGO DAVILA BRICEÑO, 1586. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.

Pukara, Paracas, Tiwanaku y Nazca se convirtieron en centros de culto, pero también de conocimiento y tecnología. El poder se sustentaba principalmente en la centralización del conocimiento tecnológico astronómico y calendárico, cuya finalidad era la previsión meteorológica de la que dependía el éxito o fracaso de las campañas agrícolas, así como ciclos pastoriles y marítimos. Desde diferentes regiones, gentes, sacerdotes y señores confluían para peregrinar a estos centros, con la intención de desarrollar y formalizar una variada red vial y comercial. Los moche, wari y, posteriormente, chimú han desarrollado sistemas viales complejos de articulación interregional; principalmente, los wari.

Durante la primera mitad del siglo XV, a partir del valle del Cusco, los cusqueños desarrollaron un proyecto político de integración panandino, macrorregional, con la prédica de una filosofía encarnada en el Sapa Inka, Waqchakhuyaq: «favorecedor de los pobres». El medio y mecanismo de esa exitosa integración fue indudablemente la compleja red vial, anteriormente reestructurada, reutilizada, innovada y construida por los inkas. La red vial Qhapaq Ñan estuvo complementada por componentes y elementos como: tambos, chaskiwasis, almacenes, puentes, apachetas, plataformas, descansos, miradores, barandas, túneles, graderías, sistemas de drenaje, etc. El control, administración, mantenimiento y funcionamiento del sistema vial inka, estuvo a cargo, principalmente, de especialistas y funcionarios cusqueños. La integración se desarrolló con la implementación de principios de dualidad, reciprocidad, redistribución, complementariedad y sistema decimal, entre los más relevantes; asimismo, estuvo acompañado de prerrogativas políticas, religiosas, económicas y hasta simbólicas. El Qhapaq Ñan tuvo su centro en el valle del Cusco, donde divergían y convergían varios caminos, fundamentalmente los cuatro principales o Qhapaq Ñan, los cuales comunicaban el Chinchaysuyu, Antisuyu, Qollasuyu y Kuntisuyu con la capital del Tawantinsuyu; es decir, la ciudad inka del Cusco tenía la forma de un Puma; por lo tanto, se le consideraba sacralizada y conferida de poder. La plaza Hauk’aypata —hoy plaza de Armas— era el ombligo o centro de la red vial inka y del Tawantinsuyu, donde confluían y salían a manera de «cruz»: «Destos caminos (...) Entre todos quatro se tienen por los más ynportantes, que son los que salían de la çidad del Cuzco, de la misma plaça della como cruzero a las provincias del reyno» 1 .

Qorikancha, el templo del sol matriz del Tawantinsuyu, fue otro centro desde donde irradiaban más de 41 senderos o «líneas imaginarias», conocido como sistema Seq’e, articulando más de 350 wak’as o adoratorios en forma organizada y jerarquizada, en un radio de 20 kilómetros a la redonda del templo solar, en el valle cusqueño. Los seq’es y wak’as estuvieron administrados por las diferentes panakas y ayllus del Cusco. Este era un espacio sagrado de mayor jerarquía sobre otros. La plaza Hanan Hauk’aypata, donde se iniciaban los caminos de los cuatro suyus, fue instituida como wak’a o espacio sagrado, motivo por el cual los viajeros realizan sus rituales y ofrendas para solicitar viajes venturosos y la conservación de los caminos: [Ch. 6:3] la tercera Guaca se decía, Ñan que quiere decir camino, estaua en la plaça donde se tomaua el camino para chinchaysuyu: haciase en ella sacrificio uniuersal por los caminantes, y por que aquel camino estuuiese siempre entero, y no se derrumbase, y cayese. 2

La salida del camino inka Qhapaq Ñan, troncal hacia el Antisuyu, es referida por primera vez –—aunque trocada— como «(...) un bohio questa aparte del cementerio [hoy capilla y calle el Triunfo] por linderos la calle de Collao e de la otra parte la Plaça e la posada del alcalde Beltrán de Castro». 3

1 EL SISTEMA VIAL EN EL CENTRO DEL IMPERIO INKA. OCTAVIO FERNÁNDEZ CARRASCO, 2001.

Pedro de Cieza de León, Crónica del Perú. Segunda Parte, 1553/1986: 42. Lima. Confirmando así a Miguel de Estete 1535, Damián de la Bandera 1557, Santillán 1563 etc. Polo de Ondegardo, 1559, en John H. Rowe, «Una relación de los adoratorios del antiguo Cuzco», En Histórica, Vol. V, Núm. 2, diciembre de 1981: 227. Lima. En: Libro Primero de Cabildos de la Ciudad del Cuzco, trascrita por Raúl Rivera Serna,1534-5/1965:469. Lima.

Los caminos, además de ser una infraestructura de comunicación y transporte, tuvieron también otros roles y funciones como: parámetros jerarquizantes de la organización espacial, social, política y religiosa del Cusco y otros ámbitos del Tawantinsuyu. Los cuatro caminos, que salen de la plaza del Cusco, dividían la ciudad en dos sectores concordantes con los principios de dualidad andina: Hanan Qosqo y Hurin Qosqo; a su vez, los otros dos caminos delimitaban cada sector en subsectores: lloq’e y paña. Según esta organización espacial, las panakas, ayllus reales y de privilegio del valle en la región, palacios, templos, adoratorios, infraestructura de producción, almacenes, entre otros estuvieron distribuidos por importancia y jerarquía.

La cita temprana siguiente, a pesar de su visión occidental, grafica a Cusco como centro de un sistema social planificado y jerarquizado; territorio integrado por una estructura política centralizada y una economía convergente —evidentemente redistributiva—, donde el rol y función del Qhapaq Ñan fue crucial:

Esta ciudad del Cuzco era la cabecera de todos aquellos reinos donde ordinariamente residían los príncipes; venían a dar en ella y a juntarse en cruz cuatro caminos, de cuatro reinos o provincias, bien grandes, que a ellos eran sujetos, que eran Chinchasuyo, Collasuyo, Antisuyo y Condesuyo; éstos llevaban allí los tributos a los príncipes y allí estaba la silla imperial (…) el camino (…) es uno de los mayores edificios que se han visto en el mundo. 4

La misma fuente precisa que todo lo estructurado, integrado territorial y políticamente, en el Tawantinsuyu, se logró en menos de un siglo:

Es de saber que esta tierra, a la cuenta de los más ancianos, no había noventa años que era sujeta a príncipe; y daban por memoria y nombraban todos los príncipes que había habido; y aunque no tienen escrituras, por ciertas cuerdas y nudos recuerdan a la memoria las cosas pasadas aunque lo más principal de acordarse es por los cantares que tienen, (…) que si faltase la escritura, por aquellos cantares tendríamos memoria de los pasados que hicieron hazañas señaladas. 5

4 5 «MAPA MUNDI» DEL TAWANTINSUYU, CUSCO ES EL CENTRO DE TAL UNIVERSO. FELIPE GUAMÁN POMA DE AYALA, 1615.

Miguel de Estete, Noticia del Perú, 1535-1938: 243-244. París. Miguel de Estete, Noticia del Perú, 1535-1938: 242. París.

Esta extensa red vial jerarquizada y con más de 60,000 kilómetros, para articular dinámicamente un territorio diverso de casi 3 millones de kilómetros cuadrados —más de 36 grados se superficie territorial y más de 5,000 kilómetros de longitud de camino entre Pasto y Maule— posibilitó una integración social, económica, política y cultural eficiente. A mediados del siglo XVI, algunos clérigos cristianos llegaron a contabilizar más de 700 lenguas que, evidentemente, correspondían a igual número de etnias y naciones andinas. Hubo caminos especializados: administrativos, políticos, económicos, religiosos y simbólicos. Por esta red vial circularon productos y artículos de lo más variado; hombres, animales, dioses, sentimientos, valores, anhelos, saberes, proyectos, visiones, etc. Este extenso, heterogéneo y complicado territorio, a la vez, maravilloso y fascinante escenario andino, fue articulado y vertebrado, tanto longitudinal como transversalmente con sus diferentes etnias, naciones, grupos socioculturales y diversos ecosistemas, por primera vez, en una escala territorial extensa como el Tawantinsuyu o el «Mundo de las cuatro regiones».

La complejidad del Sistema Vial Inka refleja los logros, el nivel de desarrollo sociocultural y tecnológico, los conocimientos y la estrategia geopolítica del Estado inka, puesto que el Qhapaq Ñan, no solo fue una infraestructura de comunicación, sino que encarnó muchos aspectos, una cosmovisión totalizante con la intención de expresar la interacción de los tejidos social, cultural y medioambiental.

PLANO DE LA CIUDAD DEL CUSCO, DURANTE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XVIII. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

Los caminos Qhapaq Ñan, «camino del gran señor» o «camino del Inka», según fuentes independientes tempranas, adoptó el nombre de los emperadores que promovieron su construcción:

«El camino real al Chinchaysuyo se conoce como camino de “Guaynacaba”». 6 Cieza de León confirma a Fernández de Oviedo:

(…) yo he visto junto a Vilcas tres o cuatro caminos; y aún una vez me perdí por el uno, creyendo que iba por el que agora se usa; y a éstos llaman, al uno camino del Inca Yupanqui [Pachakuti] y al otro de Tupac Inca; y el que agora se usa y se usará para siempre es el que mandó hacer Huaina Capac, que llegó acerca del río de Angasmayo al Norte y al Sur mucho delante de lo que agora llamamos Chile; caminos tan largos, que había de una parte a otra más de mil y doscientas leguas. 7

Por su parte, Damián de la Bandera ratifica a los anteriores:

El camino real que llaman de Guainacaba, que es partiendo de Quito por la sierra para ir al Cuzco y Charcas, divide las poblaciones desta provincia, el cual entra por medio de la plaza desta ciudad. 8 En todo el Tawantinsuyu, como política de los cusqueños, en correlación con el principio de reciprocidad entre Estado Inca y la sociedad civil, el vínculo de los caminos y las plazas que fueron nombradas Hauk’aypata en todo este territorio fue crucial.

Cuando irrumpen los europeos, se impresionan por la infraestructura y funcionamiento del sistema vial inka. Los primeros cronistas y posteriores dejaron percepciones variadas sobre la extraordinaria infraestructura, su organización eficiente y dinámica del camino Inka; la seguridad y rapidez del flujo de hombres, bienes y dioses, además dan cuenta sobre la monumentalidad y calidad de los mismos; la valoran, aunque con visiones eurocentristas comparándolas con los caminos romanos y otros de Europa, como la carta dirigida al monarca español Carlos V, el 10 de octubre de 1533:

Los yndios de las prouincias del peru es gente muy diestra en hacer e abrir caminos e calzadas e fortalezas y otros edificios de piedra e tapicería e de sacar agua e acequia tanto que visto que los edificios dizen que nos hacen mucha ventaja a nosotros mucho convenia al servicio de vuestra magestad y al bien de esta tierra (…) 9

6 7 8

9 LOCALIZACIÓN DE LOS SUYUS DEL IMPERIO INKA. MAPA DE SUDAMÉRICA 1775. REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA.

Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia General y Natural de las Indias. [1535-1555] 1959. Biblioteca de Autores Españoles N° 121, Tomo V. P. 44. Madrid. Pedro de Cieza de León El Señorío de los Incas. Instituto de Estudios Peruanos. Lima, 1967 [1553]. Capítulo XV. P. 48. De la Bandera, Damián. «Relación general de la disposición y calidad de la provincia de Guamanga, llamada San Joan de la Frontera, y de la vivienda y costumbres de los naturales della. Año de 1557». En: Relaciones Geográficas de Indias. Perú. Tomo I, (tomo 183), Biblioteca de Autores Españoles, 1965, p. 177. Madrid. Carta al Rey Carlos V desde Panamá, por el Licenciado Espinoza, 10 de octubre de 1533. En: Cartas del Perú (1524 – 1543). Publicado por Raúl Porras Barrenechea, 1959, p. 72. Lima.

La invasión, no solo significó la desestructuración social, económica y cultural en esta parte del continente, sino también la desconfiguración territorial y del paisaje cultural andino, es decir, su cosmovisión. La imposición de lógicas y racionalidades occidentales ajenas impactó negativamente no solo en la articulación e integración social y económica, sino y, fundamentalmente, en las mentalidades, en lo ideológico y religioso. Precisamente, las políticas de «reducción» y de «extirpación de idolatrías», promovidas e implementadas por el Estado colonial, consolidaron esta visión y praxis. Por lo tanto, la desestructuración del sistema social y político inka, devino en el deterioro, destrucción y abandono de gran parte del sistema vial. El objetivo inicial de los europeos fue obtener de cualquier forma los metales preciosos a través de la explotación inhumana y esclavitud, incluso utilizaron el genocidio para lograr su cometido. De igual forma, no les interesó conservar los sistemas viales, productivos y otros que eran importantes para el funcionamiento del sistema social andino. Por los caminos Inka empezaron a circular animales ajenos, bienes, servicios, mercancías dentro de la lógica y racionalidad de un sistema capitalista emergente. Asimismo, fluyeron miseria, humillaciones, maltratos, desesperanza; como también, en un rincón de los Andes como la región de Vilcabamba, la esperanza de restituir el Imperio cusqueño, por la «Ruta de Manko Inka», liderado por el joven Manko junto a sus hijos, resistiendo a los occidentales por casi cuatro décadas.

Durante la colonia se modificaron los sistemas de manejo y administración de los caminos, puentes y tambos para el servicio, circulación de mercancías y viajeros insertos en un sistema económico, social y cultural no andino o diferente, que respondía a otras visiones y lógicas; sin embargo, los administradores coloniales se dieron cuenta que para evitar el caos en la gestión de los caminos y la circulación anárquica de los ibéricos, en la primera década de su permanencia en los Andes, consideraron crucial restituir el sistema de gestión vial Inka:

Otro si Por quanto Guaynacaba Señor que fue de estos Reynos y los otros que fueron tenian repartido, y ordenado toda la tierra Pueblos, Aldeas y lugares de los Indios naturales que havian de servir en los dichos Caminos en cada uno de los Tambos y porque ahora no se podria ordenar en otra manera mejor de como los dichos señores lo tenian proveido y ordenado y porque assi conviene que se haga al presente porque de otra manera no podrian estar los dichos Tambos hechos poblados y proveidos como de suso ba ordenado y proveido mando que lo suso dicho que en tiempo de los otros Señores se guardaba se guarde y cumpla de aqui adelante (…) 10

Al descubrirse las minas de plata en Potosí, el eje Chinchaysuyu y, sobre todo, Qollasuyu adquirió mayor importancia para el tráfico de metales y mercancías asociada a la explotación minera, lugar por donde circulaban la plata, coca, alimentos y servicios. Esto significó un proceso de flujo intenso de recuas, mulas y otros animales mayores occidentales, como andinos, para el transporte de los mismos, lo que deterioró los caminos Inka. Es así que Potosí concentró una población explosiva en torno a dicha mina y fue el mayor centro cosmopolita del «Nuevo Mundo» en la segunda mitad del siglo XVI.

Durante la colonia se implementaron frágiles e ineficientes sistemas de control y mantenimiento del sistema vial existente. El aporte occidental en la colonia y república fue exiguo al Sistema Vial Andino, ya que se construyeron algunos puentes de arco de medio punto, de cal y canto sobre los ríos Watanay, Vilcanota, Apurímac, Pachachaka y otros. Posteriormente, se instalaron garitas de control en lugares estratégicos en torno a las ciudades principales como el Cusco.

10 Baca de Castro, Cristóbal, «Ordenanzas de tambos distancias de unos a otros, modo de cargar los indios y obligaciones de las justicias respectivas hechas en la ciudad del Cuzco en 31 de mayo de 1543». Revista Histórica 3 (4) pp. 427-492. Lima. (QÑ 2018: P. 85-86 [fol. 21 r / 62 r]).

PLANO DE LA ARMADURA PARA EL PUENTE DE APURIMAQ. ARCHIVO GENERAL DE INDIAS, 1619

No obstante, la mayoría de los caminos y sus componentes, como los sistemas de tambos, control de puentes y chaskis, se utilizaron soslayando su mantenimiento. Esto modificó y mercantilizó los servicios y tráfico de los caminos administrados por los cabildos y posteriormente por particulares. Asimismo, los caminos de la región sur fueron los medios por los cuales se organizaron y circularon corrientes y luchas emancipadoras e independistas.

La república retomó gran parte de lo implementado por la Colonia sin cambios significativos; continuaron otra forma de explotación y marginación criolla que aún se mantiene. Los caminos van dando paso a la implementación de nuevas vías de comunicación, que en la mayoría de los casos se construyeron superponiéndose a las antiguas, lo que significó poner en riesgo su permanencia y la posibilidad de transmitir a las generaciones venideras que legítimamente tienen el derecho de apreciarla, disfrutarla y valorarla. Se continuó usando los caminos, algunos sistemas como el de

CAMINO DEL QOLLASUYU Y EL «FUERTE DE SICUANY» O CARLOS III, ARCHIVO GENERAL DE INDIAS, 1781

los tambos, puentes; el tráfico del camino se fue modificando, los chaskis fueron desapareciendo a 1814, —desde la colonia— esta función estratégica estuvo con- centrada en los cañaris o «chasqueros».

Con la introducción de los trenes a vapor entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, algunos caminos fueron destruidos y otros se superpusieron por tramos, como el caso de los caminos de Cusco-Machupicchu-Santa Ana (Quillabamba) y Cusco-Si- cuani-Puno. De igual forma, con la aparición de los vehículos motorizados, hasta finales del siglo XX, los caminos corrieron la misma suerte. El fenómeno urbano, la construcción de infraestructura de servicios por gobiernos locales y central, además de empresas privadas, impactan negativamente los caminos Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino, en el ámbito de lo que fue el Tawantinsuyu.

Es importante señalar que, en tiempo de los Inkas hubo una política de Estado real en cuanto a la infraestructura vial de comunicación e integración; en consecuencia, lo que hoy se registra en la región del Cusco es 13,000 kilómetros de caminos que corresponden al 55 % de territorio cusqueño. Es probable, que una vez concluida su identificación y registro en toda la región, se aproxime a los 23,000 kilómetros de caminos, que hoy, es la cantidad de kilómetros de carreteras nacionales construidos en todo el país.

Hoy, Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú nos hallamos en un cami- no fructífero de hermandad, restituyendo el principio de reciprocidad mediante el cual se desarrolló el «Mundo Andino», asumimos retos y desafíos en un escenario actual de cambios y transformaciones rápidas en un contexto continental y mundial diferente. Es así que iniciamos la integración como hace más de cinco siglos, sobre la plataforma del Qhapaq Ñan, Sistema Vial Andino, cuyo primer paso fue lograr el reconocimiento e inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial por la UNESCO, el 21 y 25 de junio de 2014, en la categoría de Itinerario Cultural, transfronterizo y seriado, por sus atributos, condiciones de autenticidad e integridad, que constituyen los Valores Universales Excepcionales; cuyo artífice fue el hombre andino. Es en ese contexto y de cara al Bicentenario que se aspira implementar y lanzar, primero, el Museo Virtual del Tawantinsuyu y, posteriormente, el edificio físico, que es un anhe- lo de casi un siglo, con sede en el Cusco, el cual será el mayor exponente de los logros y conquistas de la sociedad andina. En ese sentido, plantea también ser un centro de reflexión sobre nuestro pasado, presente y futuro, como corresponde a la antigua ciudad capital del Mundo Tawantinsuyano, Capital Arqueológica de Sudamérica y hoy Capital Histórica del Perú.

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