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EL QHAPAQ ÑAN EN LAS ESTRATEGIAS DE ARTICULACIÓN REGIONAL

LA IMPLEMENTACIÓN DEL MUSEO VIRTUAL DEL TAWANTINSUYU EN LA RED DE LOS MUSEOS DEL QHAPAQ ÑAN

La clasificación actual de caminos y ferrocarriles en la guía de criterios básicos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú están basados en la utilidad, la capacidad de carga y la afluencia vehicular en las carreteras.

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Estos criterios corresponden básicamente, en primer caso, a la demanda de IMDA (Índice Medio Diario Anual) expresado en la fórmula de número de vehículos/día, de las calzadas dividas por el número de carriles.

El segundo criterio es la clasificación por orografía, en otras palabras, el pendiente del terreno con respecto al trazo de la vía. Lo que en el registro del Qhapaq Ñan corresponde al tipo de emplazamiento en función a la superficie predominante del terreno por donde se ubica el camino, que determina finalmente la solución tecnología de la tipología del camino prehispánico.

En cambio, las carreteras modernas tienen trazos según el porcentaje de las pendientes transversales al eje de la vía, lo que en el mundo andino equivale a desafiar el paradigma de aquella otrora frase «en los andes, el espacio es dueño del tiempo».

El transporte terrestre fue uno de los grandes desafíos desde las primeras civilizaciones en la agreste geografía, la llama servía como animal de carga de los inkas y posteriormente las acémilas

Problemática

En una sociedad sin carretas y sin el uso de la rueda, además de su accidentada geografía, pero con alta necesidad de contar con los medios de comunicación rápida a largas distancias, los caminos del Qhapaq Ñan fueron las innovadas soluciones del pasado prehispánico que tienen cierta semejanza y hasta se usan analogías en el trazado de las vías con las especificaciones modernas de carreteras para automóviles, cada vez más renovados electrónicamente.

Sin embargo, la comprensión del Qhapaq Ñan, como una red vial de tránsito para personas y animales de carga, no se limita a un uso definido, tampoco a una especificación técnica estandarizada, sino que se sujetaba a los requerimientos de las poblaciones y los proyectos políticos de interconexión; es decir, el Qhapaq Ñan es el conjunto de aquel bagaje cultural de todo un proceso de civilización. La ambigüedad en su teorización radica en los conceptos tradicionales que se atribuían erróneamente, al darle usos muy restrictivos al camino en sus aspectos más formales, aislados de la ordenación del tiempo y espacio a través de esta vía.

Esto revela que la clasificación del Qhapaq Ñan debe obedecer a un sistema de infraestructuras físicas y complementos de funcionalidad con espacios de ocupación permanentes, usos restringidos, sagrados y los valores naturales que representan la comprensión cósmica del territorio. Esto también va combinado de una connotación simbólica religioso-andino, según la importancia de los pueblos y los requerimientos de uso de espacios, de ahí resulta la clasificación de los caminos mediante las pretensiones políticas, económicas, productivas y religiosas, a niveles locales y regionales y desde las poblaciones más sencillas hasta las más complejas es su estructura orgánica o los sistemas complejos orgánicos.

Planteamientos

Desde la utilidad e importancia del Qhapaq Ñan, los caminos y elementos arquitectónicos asociados, directos e indirectos, que integran esta red vial, deben ser entendidos no solo como una conexión de territorios, sino como un territorio articulado y organizado en la accidentada geografía dentro de un proyecto político andino evolucionado a lo largo de un proceso cultural, para cuyo funcionamiento fue indispensable una red de comunicación integral: caminos de diferentes tipologías constructivas, la valoración de los más importantes centros urbanos, los lugares religiosos y la evolución de las tecnologías empleadas en su construcción.

Para determinar la utilidad e importancia del Qhapaq Ñan, es necesario considerar los siguientes indicadores: 1. El crecimiento demográfico de las poblaciones 2. Abastecimiento de bienes básicos o nobles 3. El dominio y capacidad de fuerzas productivas 4. El desarrollo tecnológico 5. Los sistemas de comunicación y los códigos de información

Mediante estos indicadores de estructura social, la red vial se vuelve un complejo sistema de estrategias de articulación regional. Las propuestas anteriores tienen sustento en cuanto al crecimiento demográfico en una sociedad origine mayor demanda de necesidades y de servicios básicos insatisfechos que deben ser abastecidos, usando sus propias fuerzas productivas en la domesticación de plantas y la invención de la agricultura, la crianza de camélidos y el aprovechamientos de los subproductos, derivados de esta actividad, así como el acopio de bienes suntuosos, los mecanismos de distribución, hábitos de consumo y las técnicas de almacenamiento de alimentos.

A la izquierda, el camino prehispánico del tramo Vitkus-Choquequirao, sector Qollpapampa, con tipología de calzada elevada y a la derecha se observa la apacheta en el abra Chukuyto junto a las cruces de madera constituye un paso de peregrinación.

Esta articulación también ha permitido al hombre andino avanzar en el mejoramiento genético de animales y plantas a través de la transmisión de conocimientos, expresados en valores culturales inmateriales.

Estos descubrimientos y domesticaciones se realizan en un espacio territorial y en un tiempo determinado, muchas veces más perfeccionadas que las otras. En consecuencia, la articulación generó la ampliación de las fronteras de ocupación y la integración de poblaciones. En otros casos, el abastecimiento de bienes y servicios se realizan mediante las transacciones comerciales con otras poblaciones a través de la circulación de bienes portables de uno u otro lado, de forma continua y estacional.

La concepción del Qhapaq Ñan está referida a una red de infraestructura vial, cuyo fin es la transitabilidad peatonal y de animales. También es un medio de unificación de poblaciones mediante el transporte de productos para el intercambio en un mundo donde los valores se estimaban según la satisfacción de las necesidades individuales y colectivas. Es así que el intercambio se materializaba bajo ciertos requerimientos como las condiciones de negociación, cantidades y sus equivalencias.

Los estudios arqueológicos vienen demostrando que muchos bienes portables como la cerámica, recursos malacológicos, objetos metálicos manufacturados, bienes suntuosos, frutos y material orgánico se encuentran en áreas muy distintas de su origen y dominio de las culturas establecidas en un territorio.

Muchos de estos objetos portables pueden ser producto de intercambios comerciales, pero también ser resultados de requisas, apropiaciones, trofeos o saqueos a caravanas de comerciantes. En otros casos, son llevados como ofrendas y regalos suntuosos entre las clases dominantes, como mecanismo de afianzamiento y renovación de relaciones pacíficas, que no necesariamente indican la ocupación física de ciertos espacios territoriales, sino el contacto y socialización de distintas culturas en ocasiones muy favorables a su desarrollo y estructura social.

La consideración para la propuesta de intercambios comerciales entre las distintas culturas en la región andina, es también comprender el abastecimiento de productos exógenos a través de mecanismos de intercambio, el cual se da cuando existen demandas internas de la población de una u otra cultura y de los ascendentes de las mismas. Para este caso, recurren a ciertos mecanismos de transacción comercial mediante el acercamiento a otras poblaciones colindantes, que a la vez demanda cierto tipo de productos; es decir, que ya sea por una u otra parte, requieren abastecerse de algún producto exógeno para la subsistencia de su población o estructura social.

En el espacio andino, los mecanismos de intercambio se concretaban a través de los tratados de buenas relaciones, conformación de nuevas familias y parentescos espirituales o afianzamientos culturales. Por tanto, en las sociedades prehispánicas no monetarizadas (sin uso de moneda como medio de transacciones comercial) se recurría al mecanismo de transar entre productos, que en idioma quechua se llama «shalay».

Los intercambios de bienes de cualquier índole debían contemplar ciertas condiciones en los acuerdos preestablecidos, según la importancia y los escenarios condicionantes tales como:

1. Las relaciones pacíficas entre dos o más poblaciones 2. Equivalencias entre cantidades de productos 3. El uso de códigos de comunicación y dominio de la misma lengua 4. Demandas internas de productos o brecha de necesidades 5. Satisfacción y utilidad de productos requeridos

Tales aseveraciones corresponden a la máxima utilización del camino para fines de transporte por donde los bienes transportables circulaban acompañados de un conjunto de valores y conocimientos llevados por los que trajinaban. Su importancia se refiere a la posición social de los pueblos articulados, el valor jerárquico que poseían ciertos centros administrativos, también se añade la capacidad de dominio e influencia hacia los pueblos de menor rango, según su ideología y capacidad productiva.

Conclusión

Es difícil determinar a esta ancestral vía solo como un sistema de comunicación, ya que fue un instrumento de unificación de territorios y poblaciones, de conocimientos y tecnologías; del universo andino entre las realidades y los ideales. Los caminos del Qhapaq Ñan fueron los medios estratégicos en la conquista de los pueblos y en la diversidad de sus manifestaciones, por estos caminos llevaron su cultura y su influencia hacia las expansiones de su irradiación.

Bibliografía

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