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QHAPAQ ÑAN Y APU PACHATUSAN: CAMBIOS Y CONTINUIDAD EN EL USO DEL CAMINO RITUAL

El presenta artículo describe los cambios y la continuidad del uso ritual del camino hacia el apu Pachatusan que articula el Antisuyu con el Qollasuyu. Se detallan aspectos sobre el uso y funcionalidad de este, asociados a rituales andino-católicos como las peregrinaciones que se realizan durante todo el año, tradiciones orales, mitos, leyendas y medicina ancestral, conservadas en la memoria colectiva y que han llegado hasta nuestros días, transmitidas de generación en generación, hoy relatadas por los pobladores locales. Este trabajo es producto de la investigación etnográfica, dirigida por el Proyecto Qhapaq Ñan referida a, «Los apus que rodean al valle del Cusco».

Vista panorámica del apu Pachatusan, cubierto de nieve

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El apu Pachatusan: Cerro ubicado al este de la ciudad del Cusco, su extensión comprende los distritos de Oropesa, provincia de Quispicanchis, San Salvador de la provincia de Calca y los distritos de San Jerónimo y Saylla de la provincia del Cusco. Tiene una altitud de 4,842 m s. n. m., siendo el más elevado del valle cusqueño.

Etimológicamente, el término Pachatusan significa «Puntal de la tierra», que interpretado es «el principio que da soporte al tiempo, espacio y la eternidad». Flores (2013) sustenta que para el mundo andino es el «elemento que sostiene el mundo». Por otro lado, el término pacha no solo se refiere a la Madre Tierra, sino también a los cerros y apus; asimismo, el término tusay significa apuntalar o dar soporte, por lo mismo, el apu Pachatusan es definido como el elemento que soporta la permanencia del tiempo y del espacio en el infinito.

Para acceder a la parte más alta de este cerro se parte en un vehículo desde la plaza de armas del pueblo de San Jerónimo hacia la comunidad de Huaccoto (Waqoto), de allí se continua por el camino herradura hasta llegar al abra Atasqhasa, sector donde se bifurca, uno al este que nos conduce al apu Pachatusan y el otro hacia el noreste con dirección al Santuario del Señor de Huanca.

En el pensamiento popular cusqueño, el apu Pachatusan está relacionado directamente con la imagen del Niño Jesús, quien lleva al mundo en la mano y está sentado en el hombro de San Cristóbal. Para los habitantes del distrito de San Salvador, Calca, está personificado en la imagen cristiana del Señor de Huanca, creencia vinculada al sincretismo andino donde los apus también son deidades milagrosas, protectoras, sanadoras y castigadoras.

La montaña dual sería nada menos que el apu Pachatusan y Wanakauri. Esta montaña presenta un perfil muy particular es cóndor y puma que podremos apreciar. (Profesor Zuniga: 2020).

Los pobladores de las comunidades del distrito de San Jerónimo (Cusco) consideran al apu Pachatusan como un ser sobrenatural, espíritu que habita en las entrañas del cerro, cuyo comportamiento es muy parecido al de los hombres; es decir, tiene deseo y necesidad de alimentarse, beber, dar y recibir afecto, respeto, pero tiene cólera y castiga. Es también símbolo de la vida ideal, es venturoso, poderoso, hace milagros, se especializa en el arte de la sanación y el pastoreo; por ello es muy respetado y temido. Actualmente, para el inicio de cualquier actividad agrícola, caminata, viaje de carácter religioso o cualquier acción de otra índole, se debe t’inkar al apu, esto es asperjar con las puntas de los dedos cualquier líquido a manera de bendición, puede ser chicha u otra bebida, asimismo se le ofrece hojas de coca pidiendo permiso y deseando que la actividad del día salga del todo bien.

Abra Atasqhasa hay tres cruces, ubicado estratégicamente pues todos los que hacen peregrinaje se detienen y rezan de rodillas. También en la cima del Pachatusan se encuentran varias ofrendas, refieren que le gusta las frutas

Por su parte, los paqos o curanderos del Cusco, San Jerónimo, Huasao, Oropesa y San Salvador tienen permanentemente viajes hacia el apu Pachatusan en el mes de agosto para realizar rituales de purificación y limpieza de las energías negativas acumuladas durante el año, renovar los poderes y la energía desgastada. Es un tiempo para realizar ofrendas a la madre tierra y al apu, combinando elementos andinos y oraciones católicas con la libación de bebidas alcohólicas.

El Qhapaq Ñan, Camino de los Apus o Camino de Peregrinación: Camino prehispánico de 48 kilómetros de longitud que se inicia en la Plaza de armas del pueblo de San Jerónimo, asciende por las faldas del Pachatusan hasta la comunidad campesina de Huacoto, de allí continúa hasta llegar al abra de Ataskhasa, lugar donde se realiza un descanso obligado después de una caminata de cuatro horas. En este sector se encuentran plantadas tres cruces de madera que son guardianes y protectores de los caminantes, que a su vez personifican al apu Pachatusan a quien le rinden culto. En el lugar también se construyen pequeñas casitas y edificios de piedra pirqada con la intención de materializar sus peticiones como: carros, animales, televisores, tiendas, negocios, entre otros y las bautizan con el nombre de intención, según el parecido de las piedras; así también, encienden velas para pedir la cura de algún tipo de mal.

Sitio Arqueológico Rakayrakaynniyoq, ubicado en el abra de Ataskhasa, considerado como Waka y/o o Usno donde realizan rituales al apu Pachatusan y al Señor de Huanca

Por el abra hacia a la cuenca del Vilcanota, jurisdicción del distrito de San Salvador, provincia de Calca, se encuentra el sitio arqueológico denominado Rakayrakaynniyoq, conocido localmente como «las casas de los inkas». Es utilizado como un mirador desde donde se aprecia gran parte del Valle Sagrado de los Inkas. Para otros es una huaca a manera de usnu donde se efectúa una serie de rituales, cuyas ofrendas serán entregadas a las profundidades del apu y madre tierra a través de los socavones de una antigua mina que existe en la zona.

Feligrés elaborando su casa en piedras y miniatura señor de Huanca

Siguiendo con el descenso, después de unas dos horas de camino aproximadamente, se llega a la plaza de los manantes de agua que salen de las entrañas del Pachatusan. Según la creencia popular, estas aguas tienen poderes para sanar cualquier enfermedad y son utilizadas para realizar los baños de purificación y limpieza antes de ingresar al santuario del Señor de Huanca, que está ubicado en el sector conocido como Huanca pampa, palabra quechua que alude a una gran piedra en la explanada, de allí el nombre de la pintura sobre la piedra que representa a Jesús martirizado en casa de Poncio Pilatos. En el lugar dejarán encendidas las velas, que fueron previamente pasadas por el cuerpo, y las piedras que han trasportado desde sus lugares de origen, o las que han sido recogidas durante el viaje como lo hacían los inkas, con la creencia de que a través de estos rituales, el peregrino pueda hallar esperanza a sus problemas, renovar la fe y encontrar la redención.

Camino ritual donde está ubicado una cruz, feligreses rezan de rodillas se puede apreciar la calzada del Qhapaq Ñan sector Huaccoto – San Jerónimo.

Muchos peregrinos que suben desde el pueblo de San Salvador hacia el santuario, también realizan algunos ritos, como el de sacar un pedacito de piedra que se halla a unos metros del camino, al que la tradición popular la denomina «puerta del cielo» para unos, y para otros es un amuleto que simboliza la prosperidad, especialmente para quienes tienen animales porque tiene el poder de procrearlos en abundancia. Posteriormente, en la subida se irán construyendo las casitas en miniatura con piedras pequeñas para simbolizar las cosas que deseen y, obligadamente, antes de ingresar se debe realizar un baño de purificación y limpieza de los pecados para luego recién postrarse a los pies del redentor.

Por la descripción etnográfica del camino, uno puede inferir la razón por la que se le denomina también el camino de los apus, camino sagrado, camino de peregrinaje, camino de los viejos, camino a la casa de los inkas, camino de sanación y camino de los pacos.

Cambio y continuidad del Qhapaq Ñan: Los comuneros de Huaccoto y algunos peregrinos refieren que desde hace unos años se ha construido una trocha carrozable que rompe con la tradición de purgar los pecados a través del sacrificio de caminar por horas e interactuar con la población local mediante la compra de alimentos y bebidas calientes, acción que genera un ingreso temporal para Huaccoto. Sin embargo, con la construcción de esta moderna vía se ha distanciado el sentido religioso, pues ya no se hace el peregrinaje con fe, ya no se tiene ese acontecimiento místico, ahora es más un viaje que se hace por costumbre. Esta ruta del Qhapaq Ñan, desde tiempos muy antiguos, sirvió para conectar paisajes sagrados, así como los mundos de ukhu pacha, kay pacha y hanan pacha para ser parte del universo; conecta los tiempos pasados con el presente, como experiencia colectiva y fue un factor de cohesión entre los peregrinos y sus historias de vida. Pero para las personas de más de 40 años y que aún siguen realizando su peregrinaje a pie, es una ruta en la que el peregrino tiene una íntima relación y comunión con su apu, y con el dios cristiano, en un intento por encontrar la esperanza a sus pesares y redimirse consigo mismo, con la familia y sociedad.

Manifestaciones de la cultura inmaterial asociado al

Pachatusan: Para los habitantes de Huaccoto, centro poblado de San Jerónimo, comunidad de Pillao Matao, Punacancha, Kircas, Huaccoto, del distrito de San Sebastián, es muy importante recorrer anualmente el apu Pachatusan y visitar al puma, el cóndor, sus lagunas y recoger especialmente en Semana Santa las flores del Phallcha, la cual se le atribuye el uso de medicina tradicional para aliviar males del pulmón, tos y también para realizar emplastos y otros; así también sirve como amuleto en la decoración de la cruz de Semana Santa y en ritos ganaderos durante la celebración del carnaval.

Sistema de Qochas en las faldas del Pachatusan, aguas que abastecen al sitio arqueológico de Tipón.

Jeronimianos y oropesinos, durante la celebración del viernes santo, acostumbran subir por las faldas del Pachatusan a recoger plantas medicinales las que, según las creencias populares, están benditas con la sangre de Cristo, por tanto, tienen más poder de sanación, entre estas se tiene la flor de Phallcha (Gentiana luteomarginata), popusa, turpa, sapanqhari, ayaqsapatilla, margaritas, que son las plantas más cotizadas por hallarse en la zona, cuya vegetación es muy escasa.

Flores que adornan los caminos y cubren al Pachatusan: Phallcha, Thurpay, Puka Quisa

Don Basilides Zuniga (2019), altomisayoq muy reconocido en San Jerónimo, y otros habitantes de Huaccoto comentan que el apu Pachatusan es un cóndor que personifica a un abogado que dicta leyes, por esto cada 22 de junio, Solsticio de invierno, le presentan ofrendas y se le pide justicia, a manera de ejemplo de la rica tradición oral sobre el apu:

JUEZ PACHATUSAN. (Relato recopilado en las comunidades de Huaccoto, Pillao Matao, San jerónimo y San Sebastián, Escalante 2019)

Hace muchos años existía un litigio sobre el linderaje entre San Salvador y Huaccoto, ya cansados de poner cuotas y tramitar días, meses, años; un día la junta directiva de Huaccoto se reúne con los ancianos de la comunidad y les preguntan ¿qué podemos hacer?, estamos muy cansados y el juicio no se termina, y los ancianos responden sabiamente: ustedes se han olvidado de ofrendar a nuestros apus, de pedir permiso para recorrer los caminos que ahora se están malogrando porque nuestro peso, nuestro aliento, nuestros bolos (hach’us) de coca, son los que mantienen vivo ahora todo está olvidado; así que, acudiremos a nuestro juez Pachatusan donde vive el cóndor, el puma y la serpiente llevándole ofrendas como frutas que son sus favoritos; iremos con toda nuestra fe, le contaremos todos nuestros problemas aunque él ya lo sabe, pero quiere oír de sus hijos. Así que fueron muy de madrugada donde el apu, hasta llorando le pidieron perdón por el olvido y se comprometieron a no olvidarse de él porque es parte de la comunidad. Por la noche el presidente soñó que estaban reunidos en la mesa del apu Pachatusan, encabezado por el apu Wanakauri, Senk’a, Picol, y todos los jueces con sus cuellos blancos que dictaban la sentencia que era favorable para la comunidad.

Según los relatos orales de la comunidad de Huaccoto, esta planicie sería la mesa donde juzgan; Huanakauri, Senk’a, Pachatusan, que es abogado, título otorgado por la memoria colectiva y oralidad de los informantes.

YAVIRCA AMARO: «(…) la referencia legendaria sobre haber salido del cerro de Pachatusan, no lejos del Cusco, una Yavirca Amaro “muy fiera bestia, media legua de largo y grueso de dos brazas y media y con orejas y colmillos y barbas”. Dicho monstruo se dirige a Yuncay pampa y Senca, y de allí pasa a la laguna de Guiuipay. De la cumbre de Ausancata (Ausangati) salen, asimismo, dos sacacas de fuego y toman dirección hacia Putina en Arequipa, y en una de ellas se desvía hacia Huamanca, donde están tres o cuatro cerros muy altos cubiertos de nieve». (Relato sobre Pachatusan encontrado en las crónicas de Santa Cruz Pachacuti).

Valcárcel (1985) interpreta que los animales mencionados por Santa Cruz además tienen alas, orejas y colas, además de cuatro pies y encima de las espaldas muchas espinas como de pescado; y desde lejos dicen que les parecía todo fuego.

Conclusiones

El apu Pachatusan sigue vigente y con mayor presencia en los rituales, mesadas y sesiones de sanación andino-católicos en la ciudad del Cusco y sus alrededores, puesto que es una de las deidades tutelares de la tradición oral de la colectividad local.

Para el cusqueño nato, Pachatusan es el atlas andino que intermedia entre los hombres y el Todopoderoso, pone orden e imparte justicia cuando se le solicita, así como da calma y esperanza a quienes se sienten afligidos.

A pesar de que el Qhapaq Ñan ha perdido parte del significado y el valor que los peregrinos de antaño le tenían al recorrer a pie, para los comuneros de Huaccoto es un medio para conectar con las poblaciones de San Jerónimo, San Salvador, Tipon y Cusco.

Según los relatos orales de la comunidad de Huaccoto, esta planicie sería la mesa donde Pachatusan juzga. Se le otorgó el título de abogado, gracias a la memoria colectiva y oralidad de los informantes.

Recorrer este camino ritual y llegar al apu o a los pies del señor de Huanca, es encontrarse con una de las deidades más poderosas que custodia el valle del Cusco. Los peregrinos le piden salud, abundancia, prosperidad, sanación, castigo, entre otros.

Vista general del Qhapaq Ñan, camino ritual, señalizado para los peregrinos que van al santuario del Señor de Huanca y apu Pachatusan.

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