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Evaluación externa y desempeño del grupo escolar
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NOSOTROS
Evaluación externa y desempeño del grupo escolar
UN EJEMPLO PRÁCTICO EN LA CLASE DE BALLET
Julieta Fierro Alejandro Mísquez
Este artículo es sobre evaluación. Discutiremos cómo ésta depende de con quién se compare lo que se quiera califi car. Asimismo, mediante el ejemplo con una clase de ballet, señalaremos estrategias para que nuestros estudiantes tengan éxito en un certamen que requiera enfrentarse a otro grupo del mismo nivel.
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el desempeño de un equipo frente a otro depende del estándar de comparación. Si nuestro grupo siente que va a competir ante uno mal preparado, tiende a irle bien. Si considera que el rival es espléndido, su desempeño será malo. A nivel estadístico, lo mismo sucede cuando se enfrentan equipos de cualquier tipo, incluidos los de futbol; éstos se sienten de antemano derrotados o vencedores y cumplen con sus expectativas de fracaso o de triunfo al margen de las capacidades reales del rival.
Las estrategias que puede emplear el docente para garantizar un buen desempeño de su grupo son practicar lo conocido, fomentar las cualidades individuales y hacer énfasis en las fortalezas del grupo.
Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo.
En el ballet (así como en la escuela) es importante pensar en equipo, como un conjunto de personas que debe cooperar para alcanzar el éxito.
En este texto se comentará lo útil que llega a ser la opinión de un evaluador externo, pues logra mirar de manera fresca nuestro trabajo y descubrir formas inmediatas y sencillas de mejorar sustancialmente el aprendizaje y desempeño de nuestro grupo. Emplearemos ejemplos tanto de la escuela formal como de la danza, de manera similar a otros artículos aparecidos en esta revista.1
Cabe señalar que cada vez es más importante saber trabajar en equipo, de tal manera que este texto pone énfasis en el grupo como un conjunto de personas que debe cooperar, y resalta el hecho de que el éxito depende del trabajo articulado.
Punto de partida
Ante todo, vale la pena destacar que no existe una evaluación perfecta; a continuación daremos un ejemplo. Se mostraron imágenes de rostros bellos a un grupo signifi cativo de personas. Eligieron dos que les parecieron igualmente hermosos. A continuación se replicó la imagen de uno de los rostros
1 “Leer y bailar”, Irma Montero y Julieta Fierro, Correo del Maestro, año 10, núm. 117, febrero de 2006, pp. 5-15; “Danza, poesía y más”, Julieta Fierro y Alejandro Mísquez, Correo del Maestro, año 11, núm. 129, febrero de 2007, pp. 5-14. “Diccionario y evaluación”, Alejandro Mísquez y Julieta Fierro, Correo del Maestro, año 12, núm. 137, octubre de 2007, pp. 5-11.
Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo.
La calidad no sólo depende de los alumnos sino del estado emocional del profesor y de la experiencia que haya integrado a lo largo de su práctica docente.
y se le afeó un poco (agregando asimetrías, defectos en la piel, aspecto de cansancio, opacidad en los ojos). Cuando las mismas personas volvieron a ver los tres rostros juntos, es decir, el afeado y los igualmente hermosos, consideraron que era más bella la persona que se había afeado, antes del retoque. El motivo es que nuestra mente tiende a comparar objetos semejantes y es muy hábil descubriendo errores. Notamos errores de manera automática. Tendemos a atribuir cualidades especiales a un rostro comparándolo con uno igual con defectos. En otras palabras, nuestra evaluación depende de nuestro mecanismo de comparación.
Cualquier docente al tanto de las difi cultades de la evaluación sabe que cada grupo escolar es distinto. La calidad no sólo depende de los alumnos sino del estado emocional del profesor y de la experiencia que haya integrado a lo largo de su práctica docente.
Otro factor bien conocido es que aun cuando todo el grupo trabaje bien para lograr un objetivo, puede tener alguna falla que no le permitirá alcanzar la evaluación ideal. Es posible que el docente no logre detectar y solucionar el defecto, porque si lo conociera, emplearía una estrategia para remediarlo. Por eso se sugiere platicar con los colegas y mostrarles lo que hacemos, así como escuchar sus problemas y cómo los ha resuelto, y sobre todo qué es lo que haría en el caso de estar frente a nuestro grupo.
Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo.
Si un grupo de danza concursa contra otro que considera superior, suele actuar con actitud de derrota; en cambio, si considera que su rival es malo, su desempeño es mejor.
Desempeño entre grupos similares frente a un mismo examen
Se han llevado a cabo múltiples experimentos que muestran que en competencias de un equipo contra otro, la información sobre el rival afecta el desempeño. Reiterando lo que mencionamos en la introducción, si un grupo de danza concursa contra otro que considera superior, suele actuar con actitud de derrota; en cambio, si considera que su rival es malo, su desempeño es mejor. Es decir, el equipo cumple con su prejuicio al margen de su habilidad.
Esto mismo sucede en el aula. Si se aplica una prueba internacional a un grupo de alumnos mexicanos, y éstos han escuchado que van a salir mal evaluados en matemáticas y español comparados con los niños argentinos y españoles, en efecto les va peor que si saben que la prueba sólo se aplica en los países centroamericanos y en México.
¿Qué se puede hacer al respecto?
Los docentes queremos que nuestros alumnos sean exitosos; sin embargo, sabemos que es más posible que fracasen si se sienten inferiores. Para ello, proponemos la puesta en práctica de varias estrategias.
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Ejercitar a nuestros estudiantes en las cuestiones
q que pueden hacer de manera automática. Por ejemplo, leer sin difi cultad. Lo que requieren es práctica; si ensayan todos los días la lectura, aunque sea sencilla, aprenderán a leer con soltura. Nos referimos a leer como comprender un texto y ser capaz de resumirlo con nuestras palabras. (Cabe señalar que si saben leer bien, incluso en temas como física o química, les irá mejor, ya que comprenderán mejor los enunciados de los problemas.)
En el caso de la danza, el docente debe ensayar una y otra vez los pasos que sean sencillos para los estudiantes de tal manera que durante la función se concentren en la interpretación y no estén preocupados por cada paso individual. Si ensayan con cuidado una sección difícil, confi arán en sus habilidades.
Es decir, se debe mecanizar lo básico, de tal manera que no interfi era con lo que requiere capacidades de refl exión en el momento clave.
stainmainter.wordpress.com
fi sicaymatematicavirtuales.blogspot.com Encontrar aspectos en los que nuestros alumnos sean superiores a los supuestos rivales. Por ejemplo, en el caso de física, tal vez no comprenden las teorías por lo difícil que es manejar conceptos abstractos, pero si son buenos en el laboratorio –y lo saben–, esta habilidad les ayudará a competir con actitud de ventaja. Si se trata de un baile de fi n de cursos, tal vez no tengan virtudes atléticas, pero transmitirán el entusiasmo necesario para contagiar a los evaluadores.
El docente debe pulir las cualidades de sus alumnos y aprovecharlas.
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3 Trabajar con cada alumno a nivel individual, de tal manera que cobre conciencia y ponga de manifi esto sus habilidades personales y así “jale” al grupo a superarse. Hay alumnos que serán mejores para saltar, girar, etcétera. Así, en la clase de biología habrá chicos que son buenos observando, otros escribiendo, otros más encontrando información o dibujando; si se potencia la capacidad individual, ésta redituará en un buen desempeño del grupo en su conjunto.
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Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo.
El evualuador externo analiza los proyectos y, al no ser parte de ellos, es capaz de descubrir con gran facilidad los errores.
Evaluador externo
En los grandes proyectos de cualquier tipo se acude a evaluadores externos. Éstos analizan los proyectos y, al no ser parte de ellos, son capaces de descubrir con gran facilidad los errores. Algo similar sucede con un corrector de estilo. El autor de cualquier texto deja de ver las fallas por concentrarse en el contenido; en cambio, un lector externo las detecta de un vistazo.
Nuestra habilidad para descubrir defectos viene de nuestros ancestros cazadores recolectores; cuando se ubicaban en un sitio nuevo, por ejemplo una cueva, debían garantizar su seguridad, acceso a agua y leña; de otra manera, ponían en riesgo a su comunidad.
Es importante, pues, que el docente consiga un evaluador externo que observe el desempeño de su grupo escolar, detecte las fallas y proponga cómo corregirlas.
Trataremos como ejemplo un evaluador de una representación de ballet.
El evaluador observa con cuidado dos veces consecutivas la interpretación y anota lo que le “brinca”. Al terminar, se dirige a los bailarines y les explica las fallas que observó: errores de colocación, de sincronía, de pasos, de miradas; luego sugiere cómo corregirlas y permite que los bailarines las ensayen. Ve de nuevo la interpretación, hace énfasis en lo que se superó y vuelve a marcar los errores y la manera de corregirlos. Durante todo este tiempo el profesor de
danza se mantiene callado, observa lo que sucede y toma nota de los errores de sus alumnos. Como el lector podrá imaginar, es muy importante escoger a un buen evaluador externo. No debe ser una persona que descalifi que, ni tampoco que Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo. apruebe nuestro trabajo sin mayor consideración, esto no nos sirve. Debe ser alguien que se tome la tarea en serio y señale las fallas de manera constructiva. Por ejemplo, en el caso de un texto, no debe ser alguien que reescriba lo narrado modifi cando el sentido y las ideas, y tampoco alguien que lea sin cuidado y apruebe el texto sólo para cumplir con el trámite; sobre todo si el escrito tiene fallas evidentes.
Si el docente confía en el evaluador externo, trans- El profesor de danza observa lo que sucede y toma nota mitirá esta cualidad tan importante a sus estudiantes de los errores de sus alumnos. y éstos aceptarán con gusto sus comentarios. Sobre todo si se ponen en práctica las sugerencias de inmediato, pues notan la mejora y aprecian la evaluación; entonces ésta se convierte en una herramienta en lugar de ser un castigo donde se juzga con severidad.
Si el evaluador externo señala errores y ofrece soluciones, los estudiantes sentirán que los tomaron en cuenta, que son valiosos y que mejorarán su desempeño como grupo.
Se debe buscar con cautela a un evaluador para que nos ayude con nuestro grupo y al que ayudemos nosotros con el suyo, de manera honesta y con el interés de la reciprocidad. Comprendemos que es difícil aceptar la crítica, pero si ésta propone soluciones factibles, se convierte en una gran herramienta que nos permitirá avanzar mucho más rápido para alcanzar nuestra meta y la de nuestros alumnos.
Ejemplo práctico: una representación de ballet
A continuación se describirá un ejercicio en el que se pone de manifi esto lo señalado: mecanizar las habilidades de los alumnos, fomentar sus cualidades, trabajar con las habilidades particulares y consultar a un evaluador externo. Este ejemplo se puede emplear con cualquier tipo de grupo; la ventaja de utilizar la danza es que es posible comprender el sistema con cierta perspectiva.
Actividad
Supongamos que en una academia de ballet los diferentes grupos presentarán una función. Antes de ella, habrá un ensayo general y si el director del plantel desaprueba alguna de las danzas, el o los grupos no intervendrán en la función. Habrá grupos de todos los niveles, es decir, alumnos avanzados, medios y principiantes. ¿Qué puede hacer un docente antes del ensayo general?: practicar. Esto signifi ca ensayar las veces que sea necesario hasta que sus alumnos mecanicen la coreografía y memoricen los movimientos de tal manera que esta habilidad les permita estar tranquilos durante la presentación.
El docente debe hablar con cada uno de sus bailarines, señalarle sus fallas y ponerle ejercicios sencillos que le ayuden a superarlas. Algo muy importante también es resaltar sus cualidades y que las ensaye de tal manera que esa ventaja haga brillar al grupo en su conjunto.
El profesor debe intercambiar opiniones con sus estudiantes y mencionar que cada nivel es importante y, aunque haya bailarines muy avanzados, el estándar de comparación son ellos y sobre todo las habilidades de su nivel, el cual, en principio, dominan.
El instructor debe invitar a un evaluador externo antes del ensayo general. El colega detectará las fallas de un vistazo. Cada docente tiene experiencia distinta, así que si el evaluador sugiere un método alterno para resolver una difi cultad, habrá colaborado a largo plazo con el profesor y sus estudiantes.
Se ha visto que un poco de miedo ayuda a aprender, pero si es demasiado, nos puede paralizar. Por ejemplo, un niño que está empezando a caminar siente miedo y le da satisfacción vencerlo cuando logra sus primeros pasos. Así que el evaluador externo podrá producir algo de temor en los alumnos, y este temor debemos aprovecharlo para que escuchen y aprendan. A los estudiantes les gustan los retos y hacer frente al evaluador los fortalecerá. La novedad también fomenta el aprendizaje. Por estas razones, la presencia
Foto: Julieta Fierro y Leticia Anzaldo.
Antes de un ensayo general se debe practicar. Esto signifi ca ensayar las veces que sea necesario hasta que los alumnos mecanicen la coreografía.
del evaluador externo ayudará a aprender, refl exionar, corregir, emocionarse, escuchar y practicar.
El evaluador externo puede hacer énfasis en que cada individuo tiene su vida personal, pero en el momento de participar en una función es un bailarín y se debe entregar a eso, al margen de lo que haga en el exterior. Es decir, que su obligación es concentrarse en bailar cuando está interpretando y en ser parte de un grupo. Nuestros alumnos tienen que ser alumnos en el aula y mostrar que pueden hacerse de nuevas habilidades.
Conclusión
Los exámenes suelen ser momentos de estrés para docentes y alumnos. El profesor quiere que sus alumnos sean evaluados con justicia y que refl ejen el esfuerzo invertido. A los estudiantes les gusta triunfar.
Existen varias estrategias que el docente puede emplear para que sus alumnos sean bien evaluados: trabajar de manera sistemática y repetida sobre los aspectos que les den agilidad; hablar con cada uno de manera individual para que supere sus fallas y se entrene en sus habilidades; mencionar las fortalezas de su grupo y evitar comentarios en el sentido de que otros grupos son muy superiores al propio y, fi nalmente, invitar a un evaluador externo a trabajar unas cuantas horas con los estudiantes, de tal manera que sientan que fue un privilegio practicar con él.