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Técnicas de motivación a la lectura y escritura V

artistas

Y ARTESANOS

Técnicas de motivación a la lectura y escritura V

PERSONAJES QUE HABLAN

Carmen Gamiño

Conversar con alguien es colocar frente a él lo que

somos, lo que sentimos, es permitir que el otro nos abrace con su ser. En un diálogo abierto y franco no sólo entra en juego la palabra, es indispensable que acudan también la escucha, la mirada y los silencios. Todo ello, en conjunto, nos hace expandirnos, aprender, ser otros. Antes y después de una buena charla, no se puede ser el mismo; el pensamiento y el estado de ánimo no pueden permanecer igual…

si buscamos la palabra diálogo en algún diccionario, encontraremos un signifi cado Para averiguarlo, necesitamos construir una boca y, a partir de ella, el personaje que cada similar o igual a éste: conversación entre dos o quien desee. más personas; obra literaria en que se fi nge una Utilizaremos un pedazo de cartulina o de plática. Ambas defi niciones servirán para la ac- cualquier otro papel grueso, pero que pueda tividad que vamos a realizar, puesto que vamos doblarse. Tanto el tamaño como el color son a a dialogar y a transformar lo que ahí se diga en elección (mientras más pequeño sea el trozo un ejercicio literario. de papel, más pequeño será el personaje). Para

Pero no nos limitaremos a conversar entre talleres de una hora yo recomiendo que no sean personas. ¿Qué nos diría un árbol?, ¿o una mari- muy grandes (15 x 12 cm) a fi n de que dé tiempo posa o un tiburón? ¿Qué secretos le contaríamos de llevar a cabo el juego introductorio, la elaboa las margaritas o a una nube? ¿Qué más podrían ración del personaje y la charla fi nal. decirnos las aves o los gatos además de lo que Siguiendo la serie de fotos que se muestran ya sabemos de ellos? a continuación, primero se dobla el papel a la

mitad como una tarjeta y del lado del doblez se le hace un corte transversal. Mientras más pequeño sea éste, la boca del personaje será más pequeña, y viceversa (ver foto 1). Después, las puntas del centro se doblan hacia abajo formando dos triángulos. Se marcan muy bien; conviene doblarlas hacia un lado y hacia el otro para facilitar los pasos siguientes (ver foto 2), los cuales consisten en enderezar las puntas (ver foto 3), introducir los dedos índice y medio en el centro de la tarjeta y presionar los dos triángulos hacia el centro con los pulgares. Si observamos la tarjeta doblada, se verá como en la foto número 5; si la abrimos, podremos ver la boca formada (ver foto 6).

Al abrir y cerrar los extremos de la tarjeta, la boca se abre y se cierra diciéndonos algo; pero, ¿la boca de quién?; ¿qué nos dice?

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Con el papel doblado a la mitad, se hace un corte transversal. Las puntas del centro se doblan hacia abajo formando dos triángulos.

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Se enderezan las puntas.

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La tarjeta doblada. Presionar los dos tríángulos hacia el centro.

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La boca formada.

Coro sobre un árbol; este trabajo fue hecho por niños y adultos en conjunto, en diferentes etapas.

Por lo general, la primera idea que viene a la mente de grandes y de chicos es la de un pájaro o la de un pollito; no obstante, hay que hacer hincapié en que puede ser cualquier otra cosa: un zapato, una fl or, una niña, un perico, un animal fantástico, etc. Recomiendo llevar uno o dos ejemplos para provocar la imaginación visual, así como la estructuración de los diálogos. También es posible, en lugar de un corte transversal, hacer uno o dos o más. Así se obtiene un conjunto de animales o fl ores que comparten un espacio y que tal vez hablan al mismo tiempo o cantan a coro.

Los personajes pueden realizarse de cuerpo completo o sólo la cabeza, utilizando pedacería de papel, pintura vinílica, pintura vegetal sobre crayola, materia orgánica, o cualquier otra técnica que se desee. Dentro de lo que hemos llamado tarjeta, pero que también podemos denominar pequeño libro, debe escribirse el nombre del personaje, así como un globo como los que se utilizan en las historietas o cómics, que indican que el personaje está comunicando algo. Ese globo debe quedar vacío, ya que el personaje tendrá ideas infi nitas por compartir y si escribiéramos algo en el interior limitaríamos su expresión a una sola frase o palabra. En los espacios que quedan puede dibujarse el lugar en donde vive el personaje creado.

En la portada o parte exterior de la tarjeta debe pegarse un pedazo de papel para que la irregularidad que se formó al doblar los triángulos desaparezca. Asimismo, llevará como título el mundo o la historia en el que habita el personaje, y también podrá ser ilustrado y llenado de color. En lo que llamaremos contraportada, podría escribirse algo referente al personaje, alguna anécdota o su personalidad.

El duro, personaje realizado por un adulto.

Una vez terminado lo anterior, estamos listos para conversar. Conforme los niños van terminando y se acercan para mostrarme lo que hicieron, tomo la tarjeta con ambas manos, la coloco frente a ellos y comienzo a abrirla y a cerrarla lentamente.

- ¿Qué te está diciendo?

La primera respuesta suele ser una sonrisa. - ¿Qué más? - Hola. - ¿Y ahora? - ¿Cómo estás?

Parece ser que los personajes que crean los niños son muy educados, pues siempre comienzan saludando; son tímidos también, por lo menos al principio. Para ayudar al desenvolvimiento del mismo, los voy presentando al grupo: - Les presento al león Santiago, vive en la historia “Rugidos en la noche” y es muy enojón. ¿Qué les está diciendo? - ¡Qué tiene hambre y quiere comerse a una cebra! - ¡No está diciendo nada, está bostezando! - ¡Que no encuentra a su novia que se llama

Pancha! - Les presento ahora a la pájara Lola, que vive en el cuento llamado “Dentro del Sol”.

Parece que ella habla muy rápido: - ¿Qué nos dice? - ¡Que tiene calor! - ¡Que de vacaciones se va a ir a la Luna! - ¿Con quién te vas a ir a la Luna, Lola? - ¡Dice que se va a ir sola! - ¡No, dice que con sus hijitos! - ¿Tienes hijitos, Lola? - ¡Sí!

- ¡No! - ¿Ya se jaron que ahora está cantando?

Escuchen… - Laaaaaaarariiiiiiii, laaaaaaaaalaaaraaaaaa…

Las intervenciones grupales ayudan a compartir y disfrutar de los trabajos realizados y a estimular la imaginación y creatividad de los participantes, los cuales deben adentrarse paulatinamente en la personalidad y el modo de vivir de animales, personas, plantas u objetos a los que se les ha dado vida, para que las preguntas vayan teniendo más profundidad y sentido, y la conversación que se escriba como ejercicio literario, también.

Me gusta cerrar la sesión de trabajo pidiéndoles a los niños que coloquen su tarjeta o su pequeño libro cerca de su cama y que conversen con su conejo o con su árbol, o con su sol, antes de dormir o por las tardes, que ellos estarán ahí, a veces alegres, otras tristes como nos sucede a nosotros, pero siempre con la disposición de jugar, de compartir, de crear y, sobre todo, de escuchar y responder.

Ejercicios literarios

EJERCICIO LITERARIO I

Diálogo entre una niña y una fl or

Niña: ¿Cómo te llamas? Flor: María. Niña: Yo me llamo Ana. Flor: ¿Vas a la escuela? Niña: Sí. Flor: Yo también.

EJERCICIO LITERARIO II

Conversación entre un niño y un león

Niño: Hueles feo. León: Tú también y tienes mamá. Niño: Sí, pero me corta las uñas. ¿Tú tienes mamá? León: A nosotros nos dejan cuando cumplimos un año. Pero a veces la visito. Niño: ¿Quieres jugar luchitas? León: Mejor te como.

Estos ejercicios literarios pueden ir creciendo, de manera individual o por equipo, juntando diversos personajes. El tiempo es un factor fundamental para la construcción de los mismos y es posible saltar de las ideas en el papel a representaciones cortas y divertidas.

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