5 minute read

Antimanual para lectores y promotores del libro y la lectura, DE JUAN DOMINGO ARGÜELLES

abriendo

LIBROS

Antimanual para lectores y promotores del libro y la lectura.

LA UTOPÍA Y EL IMPERATIVO DE LEER, DE JUAN DOMINGO ARGÜELLES

Celeste Flores

Nuevamente nos cautiva un “antimanual”.1 Con la

lectura de esta obra descubriremos qué es lo que propone Juan Domingo Argüelles con su obra Antimanual para lectores y promotores del libro y la lectura. La utopía y el imperativo de leer. El autor es poeta, crítico, ensayista y editor, por lo cual la edición de esta obra está muy cuidada.

¿Cuál es la intención explícita de este antimanual?

El título prende instantáneamente la atención por su nombre paradógico. Pareciera una idea descabellada y contradictoria el hecho de escribir un antimanual para lectores y mediadores de la lectura. En realidad es lo contrario; es decir, que en vez de alejarnos del tema, nos abre un nuevo y sorprendente telón sobre las ideas preconcebidas en cuanto a la promoción y el fomento de la lectura.

La idea central en este libro es la promoción lectora sin exigencias o intolerancia, derribar el concepto de leer por obligación y mostrar que es muy fácil convertir la actividad lectora en lo que debe ser: un deleite habitual.

Tanto el prólogo como en el epílogo refl ejan las intenciones concretas de esta obra que pro-

1 En el número 81 de la revista Correo del Maestro del mes de febrero de 2003, en esta misma sección, Abriendo Libros,

Darío G. Barriera, profesor de la Universidad de Rosario, en

Argentina, reseñó o mejor dicho: “antirreseñó” el título Antimanual del Mal Historiador del investigador mexicano Carlos

Antonio Aguirre Rojas.

mueve el diálogo y el debate; la serena y sensata discusión sobre diferentes pero efectivas y bien sustentadas alternativas para lograr resultados reales, no quiméricos.

Juan Domingo expone argumentos cimentados para expeler dogmas, fundamentalismos o mitos que se han suscitado en torno a las técnicas, y diversas estrategias fallidas para lograr atraer a los lectores hacia un encuentro placentero con la lectura. No agrede a quienes no quieren leer porque se les ha impuesto la lectura como tarea obligatoria. Se dirige sin críticas o regañinas hacia las personas que no son lectores; no subestima el hecho de que por la razón que sea, no lean asiduamente o nunca lo hagan. Como lector insaciable y tenaz promotor del libro y la lectura, ofrece una extensa pero diligente obra de 436 páginas muy estructuradas, lo cual facilita su lectura.

El índice general agrupa los temas en una ordenada y didáctica secuencia de capítulos, subcapítulos y títulos. Es recomendable analizar este índice con atención antes de iniciar la lectura. Argüelles mantiene un orden coherente y sugestivo. Termina la obra de la siguiente manera: “Apéndice (y fi n del rollo)”. Con el uso del lenguaje coloquial sin duda pretende que nos acerquemos a su obra sin prejuicios obsoletos y demasiado ortodoxos.

De manera formal y metódica, presenta los subcapítulos de la siguiente manera: Entrada en materia; El problema; Quizá quieras leer… y El libro: elogio y vituperio. En este último apartado, presenta de manera continua sentencias, pensamientos, aforismos y epigramas librescos de escritores y promotores de lectura muy reconocidos. Por ejemplo:

Los únicos libros que un niño leerá por su cuenta serán los que genuinamente le interesen.

FELIPE GARRIDO (p. 149)

www.ucol.mx

Juan Domingo Argüelles.

Los mejores libros son aquellos cuyos lectores creen que ellos también pudieron haberlos escrito.

BLAISE PASCAL (p. 241)

El antimanual también contiene una extensa bibliografía en la que cita obras de los más destacados promotores de lectura como Daniel Pennac y sus derechos imprescriptibles del lector en el libro Como una novela, y La gramática de la fantasía, de Gianni Rodari.

Otro aspecto relevante de esta obra es el amplio índice analítico donde se encuentran los nombres de los autores citados, así como la referencia de las páginas en las que se tocan temas concretos como: amor por la lectura, en las páginas 68 y 69; campañas y programas de lectura, pp. 32, 66-69, 117 y varias más; conductas lectoras, p. 360; enseñar a leer, pp. 68, 178; escalafón y currículo, p. 205; experiencia de la lectura (la), pp. 231-234. En la letra “l” podemos darnos gusto con los siguientes temas: lector atento, lector

www.elespejopintado.wordpress.com

Debemos partir desde el conocimiento de los intereses de los lectores y aprovechar sus inquietudes.

cómplice, lector conformista, lector dócil, lector escéptico, lector resentido, lector sumiso, lectura silenciosa, etc. En torno al “placer de leer” se refi eren bastantes páginas que se abocan a este tema.

Asimismo, el libro que hoy nos ocupa, ya que sin lugar a dudas muchos de nosotros estábamos esperando un título no convencional sobre promoción lectora (dicho con todo respeto hacia nuestros compañeros y amigos que discrepan con nuestros conceptos), como el defender que la función primordial de los mediadores debe ser fascinar a los lectores novatos de manera que no perciban explícitamente nuestra intervención; que no existan resúmenes obligatorios, califi cación, recompensa o reprimenda, ni el sometimiento a evaluaciones por tal actividad ya que el exceso de estas prácticas entorpece el auténtico placer de leer. Debemos partir desde el conocimiento de los intereses de los lectores y aprovechar sus inquietudes, indagar de la mano con ellos, sobre los temas de su interés, para facilitarles la lectura sin demasiada parafernalia de estrategias ruidosas, colmadas de globos, disfraces, panderos, maracas y serpentinas. Éstos son usos de los que muchos promotores abusan y ante los cuales otros mediadores reaccionamos con escepticismo porque consideramos que el hábito de la lectura es una habilidad que puede ser inducida de manera muy sencilla, tenaz y tolerante.

La lectura del antimanual nos dará ideas clave para convertir la probabilidad de formar lectores en una posibilidad muy concreta en cuanto a logros, una vez que extirpemos la rígida y engorrosa posición de imponer criterios, a fi n de re-presentar la lectura como una experiencia libre, espontánea y sabrosa. En pocas palabras: no es una obligación el vivir para leer, sino leer para vivir mejor.

Reseña del libro: Antimanual para lectores y promotores del

libro y la lectura. La utopía y el imperativo de leer, de Juan Domingo Argüelles, Océano, México, 2008, 436 pp.

This article is from: