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Variedad en la actividad docente
E INCERTIDUMBRES
Variedad en la
ACTIVIDAD DOCENTE
Julieta Fierro Andrés Arámbula


E En este artículo haremos un análisis de dos tipos de dictado de clases, una de lectura y otra de baile. En ellas se emplean dos formas diferentes se de impartirlas. Se contrastará una en la que el mismo contenido se repite de varias veces por semana y otra en la que se cambia en cada sesión. La lecva tura y el ballet son las líneas centrales de esta refl exión didáctica, y segutu ramente sus conclusiones serán aplicables a otras ramas de la enseñanza. ra La diversidad de materias, así como la diversidad de maestros, son piezas La clave para que los alumnos encuentren cuál sistema es el adecuado para cl lo que deseen aprender. lo
Introducción
Los docentes quisiéramos que existiera un método único de impartir clase que nos garantice el éxito de nuestra actividad. Como la experiencia muestra, esto es imposible, no sólo cada alumno es distinto sino también cada grupo. Las personas aprenden a su manera ya que sus cerebros son únicos, somos una especie en evolución, basta con compararnos con la imagen de un ser humano prehistórico. Cada conjunto de estudiantes tiene una dinámica propia, por lo cual nunca seremos el docente ideal para todos. Sin embargo, debemos impartir lo que a nosotros y a nuestros evaluadores nos parezca acertado. Si todos los docentes enseñamos con nuestra pedagogía personal, al cabo de los años los alumnos tendrán una buena educación, porque conocerán distintos enfoques para aprender y aplicarán el que les funcione mejor; además serán capaces de desarrollar sus propias estrategias una vez que conozcan cómo aprenden.
En la ciencia se estila tomar el caso extremo de una situación para poder enfocar en lo esencial. O bien se simplifi ca el conocimiento hasta que quede claro y después se va complicando.


Por ejemplo, si se quiere analizar la trayectoria de un conjunto de aves, primero se supone que forman un punto en movimiento. Posteriormente se va complicando la situación, reduciendo la parvada a una nube plana, después como si fuera tridimensional y así, hasta comprender la totalidad dentro de su complejidad.
Como mencionamos, comentaremos de manera simplifi cada dos técnicas radicalmente distintas de impartir clase de lectura y de ballet, una con mayor cantidad de repetición que la otra. La idea es discernir con claridad la ventaja de cada una.
Es evidente que uno de los problemas más grandes de la educación en México es el de la lectura. Es multifactorial y, entre otras razones, se debe a la falta de ejemplo de maestros y padres que los niños puedan imitar. Asimismo, hay que considerar la falta de tiempo en la escuela para que los alumnos ejerzan la lectura. Por otro lado, las madres trabajadoras dentro y fuera del hogar carecen de espacios para pulir la lectura de sus hijos y se enfrentan a los costos elevados de los libros más atractivos y estimulantes. Además, por desgracia el amor por los libros no suele tener prestigio social.
Así como para leer se necesita aprender letras, sílabas, palabras, oraciones, párrafos y el texto completo, en danza clásica es necesario aprender posiciones, posturas, pasos, transiciones, combinaciones y variaciones.
Toma varios años aprender a leer en una lengua extranjera aunque emplee el mismo alfabeto que el español. La pronunciación y la acentuación son distintas, lo mismo que el orden de las palabras y la ortografía. Además, existen giros idiomáticos que no se pueden comprender si se traducen palabra por palabra. Bailar ballet se asemeja a leer con soltura, los movimientos son distintos a los de la vida cotidiana, y para aprender también se precisan varios años.

Foto: Juan Carlos Yustis.

Clase con repetición
Todos hemos escuchado a una mamá con un pequeño que apenas está aprendiendo a hablar. Lo está corrigiendo continuamente, oímos una y otra vez: “… no mijito, se dice…” Esto nos recuerda que hablar requiere experimentación, práctica y memoria. No sale bien a la primera. Ésta es una de las razones por las cuales es difícil aprender bien una lengua extranjera: no tenemos a una mamá que nos corrija y que con paciencia nos repita la palabra y nos lo haga volver a decirla hasta que salga bien. Un problema al que se enfrentan las educadoras contemporáneas es que 21% de los hogares está liderado por una madre soltera, que no tiene tiempo de enseñarle a su hijo a hablar, así que ahora las docentes de preescolar se tienen que ocupar también de esta labor fundamental.
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Refectorio antiguo (comedor de los monjes en los monasterios). Las mesas estaban alineadas a lo largo de las paredes. Las comidas se desarrollaban en silencio, roto tan sólo por las lecturas de la Biblia realizadas desde un púlpito.


Los bebés se pasan meses balbuceando, haciendo experimentos con su voz hasta que descubren maravillados el poder de algunos sonidos como mamá y más tarde el contundente no. Practican una y otra vez, emplean meses en aprender las nuevas palabras y casi un año después surgen las oraciones. ¡Aprender requiere práctica y calidad!
Si un docente de lectura hace que los alumnos repitan los mismos textos una y otra vez, por ejemplo aprenderse poemas de memoria, llegará el momento en que los jóvenes tengan buena dicción y aumenten su vocabulario y su comprensión de lectura.
Cuando se redactaron los primeros textos de la historia eran para leerse en voz alta, ya que muy pocas personas eran letradas. Durante la Edad Media, mientras los monjes comían, uno de ellos leía. Incluso San Agustín leía en voz alta, aunque estuviera solo en el claustro. Cervantes escribió el Quijote para leerse en grupo, para reír y comentar entre varios. Tomó siglos descubrir que se podía leer en voz baja. Así que si los alumnos leen en voz alta, no sólo mejorarán su dicción sino que formarán lazos con sus compañeros. Para que los alumnos reiteren la lectura se puede utilizar el teatro. Así leen obras en voz alta y si rotan los papeles, irán memorizando las partes, y esto les ayudará a leer con seguridad y buen ritmo. Uno podría pensar que la lectura en voz alta no es necesaria. Sin embargo, en cualquier momento podemos tener un compromiso donde se nos pida que leamos; nos sentiremos más cómodos si recordamos las clases de lectura en la escuela y cómo ayudó haber leído el texto varias veces, cuidando la corrección y la entonación. Leer de manera precisa permite comunicar, y sabemos que muchos de
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Lectura en grupo.
los problemas de la vida se reducen a falta de comunicación efectiva.
En la técnica de repetición, el docente de ballet pone en cada clase los mismos ejercicios. Esto tiene la ventaja de que al cabo de las semanas los pasos son limpios, el alumno se ve erguido, guarda el equilibrio, su cuerpo luce armonioso. Sin embargo, domina un número pequeño de pasos.
El curso con repetición da seguridad al estudiante. Poco a poco va dominando la materia y se siente cada vez más confortable con la disciplina, porque aprende a automatizar. De esa manera, cuando aumente el grado de difi cultad no tiene que cuidar todo, sino sólo lo nuevo, puesto que lo practicado le saldrá natural.
Cualquier profesor sabe que la educación de calidad exige reiteración, y por eso hay sistemas de enseñanza que hacen de esta cualidad un requisito constante.
Clase variada
A continuación contrastaremos la clase reiterativa con la variada, tanto en lengua como en danza.
Se puede enseñar a leer en voz alta utilizando una gran variedad de textos. Si en cada clase el docente presenta lecturas nuevas, el alumno tendrá mayor difi cultad, porque no sólo se enfrentará a palabras desconocidas sino que le costará más trabajo entender un párrafo; sabemos, por ejemplo, que cada autor tiene un estilo propio. Además, los alumnos que escuchan se desesperarán si quien lee lo hace con tropiezos cada vez que se enfrenta a nuevas palabras. No obstante, la curiosidad de una nueva historia, por ejemplo, favorece que los alumnos prosigan con interés, sobre todo si el docente elige textos modernos, que tengan que ver con la realidad y sus problemas, en los que haya sentido del humor,

Foto: Juan Carlos Yustis.
Una manera de elegir al azar a los estudiantes es mediante bolas de lotería o bingo.
ingenio y sorpresas. La curiosidad es un motor importante para la educación, pues nos permite indagar, comparar y tomar mejores decisiones. A los niños les gustan los retos. Si la lectura es difícil, es posible que se equivoquen. Pero si el docente es hábil y permite la risa en el salón, cuando los alumnos dominen esa lectura compleja y retadora, notará las caras de triunfo de los audaces lectores.
Una manera de detectar que los alumnos realmente aprendan durante la clase variada es que el profesor solicite a los estudiantes que expliquen el texto a sus compañeros, con sus propias palabras, o bien, manifi esten sus dudas en voz alta. Escuchando la dudas de otros, los demás perciben las propias. Para que este sistema funcione bien, el profesor deberá elegir al azar a los pupilos, que nadie sepa cuándo será su turno y para que todos estén atentos. Nosotros solemos asignar un número a cada alumno y utilizamos una bola de bingo o de lotería para elegir al participante, como forma de ponerle emoción; en realidad, una bolsa con fi chas numeradas es sufi ciente. Así todos los estudiantes están al pendiente, harán un esfuerzo por comprender, escucharán con mayor atención a sus compañeros.
En la danza, demasiada variedad evita que el alumno domine ciertos movimientos en el primer intento, y su trabajo se verá sucio. Pero el entusiasmo de la belleza del ejercicio será una motivación para continuar. El bailarín desea saber cómo debe abordar determinado paso que luce mucho y se ve complicado, se esforzará por poner atención. Si cada clase de ballet es distinta, los alumnos deben estar concentrados pues no sólo están tratando de memorizar los movimientos sino de hacerlos con pulcritud.
Es relativamente sencillo evaluar la danza debido a que el docente tiene la visión completa del grupo y, además, los alumnos se miran al espejo y se comparan con sus compañeros. Para el ballet los retos son importantes, todos quieren bailar tan lindo como algún compañero agraciado, o poder dominar un giro; cuando esto se logra, nos sentimos muy bien. Al contrario de lo que se piensa, los juegos de guerra en internet no necesariamente propician la violencia. Se ha descubierto que lo que les gusta a los usuarios es la sensación de triunfo. Así que actividades retadoras son herramientas ideales para el docente.
Para el profesor es interesante preparar clases distintas cada vez. Al inicio parece difícil porque siente que debe empezar de cero. Sin embargo, con práctica logrará innovar y gozar con sus creaciones.
Todos los docentes estamos confrontados con la triste realidad; no podemos aprender por nuestros estudiantes, somos meramente facilitadores. Por eso dejamos tareas. Una de las funciones de la tarea es que los alumnos practiquen lo aprendido. Cuando la tarea se convierte en
Foto: Juan Carlos Yustis.

La danza es para todos. En esta foto están en los extremos dos alumnos: José Luis y Paulina, y en centro los autores, Julieta y Andrés (profesor de ballet y primer bailarín del Taller Coreográ co de la UNAM).
un acto de voluntad, habremos triunfado como maestros. El premio de saber leer bien es leer; el de bailar, bailar.
Conclusión
Se han hecho estudios sobre lo que se conoce como “la mente experta”. Un ejemplo es el ajedrecista que logra jugar varias partidas simultáneas. Podríamos imaginar que se debe al talento del jugador, porque es capaz de analizar con gran velocidad una nueva estrategia. En realidad, el ganador de estos torneos múltiples ha jugado tantas partidas que con sólo echar una mirada sabe qué pieza mover, y esto lo logra de manera automática. También hay expertos cirujanos que a fuerza de efectuar operaciones en centenares de ocasiones, y resolver los problemas que ello conlleva, terminan por tomar decisiones acertadas a gran velocidad. Si queremos que nuestros estudiantes se vuelvan expertos en una materia se requiere reiteración y confrontamiento con lo nuevo, es decir, experiencia.
Como el lector habrá adivinado, se debe hacer un esfuerzo por conocer a nuestros alumnos, sus habilidades previas e intereses, y una vez descubiertas, elegir el sistema de enseñanza oportuno. Un buen docente tendrá sufi ciente experiencia para lograrlo, será una mente experta.