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Patrimonio industrial en México

PATRIMONIAL

Patrimonio

INDUSTRIAL EN MÉXICO

José Ricardo Gómez Magaña*

Un objetivo fundamental de la educación patrimonial es valorar

y difundir el patrimonio cultural en cualquiera de sus modalidades. Los estudios sobre el patrimonio industrial son recientes –un área de trabajo apenas explorada– por lo que es importante introducirnos en ellos para reconocer y reconocernos en este patrimonio basado en lo que Werner Jaeger describe en su Paideia como “la comunicación de conocimientos y habilidades profesionales, cuyo conjunto, en la medida en que es transmisible, designaron los griegos con la palabra techné”.

Archivo fotográfico del Museo de la Casa de Moneda de México.

El patrimonio, en su acepción moderna, implica la apropiación colectiva, en forma de legado o bien común, de un conjunto selecto de vestigios y productos del pasado que pueden ser tanto materiales como ideales e intangibles, tanto naturales como culturales.1

Introducción

Hablar de patrimonio industrial pudiera parecer una cosa sencilla, sin embargo, es un concepto que, a pesar de haber surgido hace poco más de 50 años, sigue en construcción debido prin-

* Docente de la Academia de Arte y Patrimonio Cultural de la

Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Investigador, especialista en Patrimonio Industrial. Miembro del Comité

Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial. 1 Giménez, Gilberto, “Patrimonio e identidad frente a la globalización”, Cuadernos del patrimonio cultural y turismo, pp. 178-182. cipalmente a que esta vertiente del patrimonio cultural está compuesta por muchos elementos, tanto materiales como inmateriales, que son difíciles de entender como parte de la cultura.

Básicamente, podríamos decir que el patrimonio industrial se refiere a los restos de las industrias en el mundo, lo cual trae consigo muchas implicaciones y hasta dudas respecto a la importancia o la necesidad de preservar dichos restos, puesto que a la actividad industrial siempre está relacionada con aspectos de contaminación y destrucción del medio ambiente y daños a la salud de los trabajadores, entre otros.

www.ironbridge.org.uk

Imagen 1. Puente de Ironbridge, lugar donde se emplazó el primer museo histórico de la industria.

Sin embargo, la importancia histórica y cultural del trabajo industrial va mucho más allá de las connotaciones negativas que puedan llegar a tener las industrias y sus fábricas. En el presente trabajo hablaré de lo que es el patrimonio industrial y de sus antecedentes, enfocándome en el caso de México, y sobre cuál es la importancia de preservar dichos restos industriales como parte importante de nuestro patrimonio cultural.

Antecedentes del patrimonio industrial

La conciencia acerca del patrimonio industrial y la importancia de la herencia histórica que encierran los restos de actividades relacionadas con la industrialización de los procesos productivos surge en Ironbridge, Inglaterra, en 1950, a raíz de los primeros trabajos de arqueología industrial en esa zona, en donde posteriormente, en 1967, se conformaría el primer museo histórico e industrial, el Ironbridge George Museum. 2

Como tal, el concepto de patrimonio industrial surge a mediados del siglo XX cuando fue usado por primera vez en una publicación titulada El historiador amateur3, en la que básicamente se habla de la herencia de la Revolución Industrial en Inglaterra y de su importancia histórica, planteando además la necesidad de conservar, proteger y restaurar los restos industriales como una fuente de información primaria de la historia y como testimonio fiel del pasado industrial. La etapa de la industrialización de los procesos productivos conocida como Revolución Industrial comenzó a mediados del siglo XVIII en Inglaterra y se fue extendiendo, poco a poco, al resto del mundo, primero en los países cercanos a Gran Bretaña, como Francia y Alemania, y después a muchos otros, incluyendo, por supuesto, México. Este proceso ha tenido grandes impactos a nivel económico, político, social y cultural.

Básicamente, el proceso de industrialización consistió en el uso de nuevos materiales de la metalurgia, como el hierro, en la construcción de herramientas, máquinas y estructuras de gran tamaño y resistencia, lo cual trajo consigo el incremento de los niveles de producción, la intensificación del trabajo, el aumento en el comercio, el aumento en la eficacia de los transportes, la necesidad de mayor movilidad monetaria, el

2 Paralelamente a este museo, en 1978, se crea el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH por sus siglas en inglés) como una red mundial de especialistas del patrimonio industrial que, a partir de los años 80, se convirtió en un organismo consultor del World Heritage

Committee de el Internacional Council for Monuments and Sites (ICOMOS), de la UNESCO, una asociación encargada de la selección de monumentos, sitios y paisajes de la industria y de la industrialización para su inclusión en la Lista del Patrimonio

Mundial de la Humanidad. 3 Rix, Michael, “Industrial Archaeology”, The Amateur Historian,

Traducción de Litvak King, Jaime, Boletín núm. 2, p. 7.

desarrollo de nuevos sistemas de organización laboral, entre muchos otros efectos, incluyendo la acumulación de riqueza, con lo que se fueron modificando las relaciones sociales, laborales, comerciales y económicas.

Se puede decir que este proceso de industrialización es el que abre la puerta al capitalismo en su máxima expresión, que determina cómo está conformado el mundo actualmente desde el punto de vista económico ya que, por muchos años, los países industrializados han sido considerados países desarrollados y del primer mundo mientras que los países no industrializados, o con poca industria, se han considerado en vías de desarrollo o del tercer mundo.

Este importante proceso histórico ha dejado rastros, tanto materiales como inmateriales, de su impacto y del desarrollo de una cultura industrial que no sólo tiene que ver con los edificios, las máquinas o los procesos de producción, sino también con las formas de vida y las relaciones humanas, así como con el conocimiento especializado de diversos procesos industriales que son muestra de las habilidades que puede desarrollar el ser humano en su trabajo y en el aspecto tecnológico, y que nos pueden ayudar a entender a la sociedad del pasado y explicar algunas cosas sobre la sociedad del presente.

A estos rastros o evidencias se les conoce como patrimonio industrial, el cual, de acuerdo con la Carta de Nizhny Tagil (emitida en Rusia en el año 2003 tras la reunión de The International Committee for the Conservation of the Industrial Heritage) se define así:

Este patrimonio está constituido por los restos de la cultura industrial que poseen valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico o científico, ya sean edificios o maquinaria, molinos y fábricas, minas y sitios para procesar o refinar, almacenes y depósitos, lugares donde se genera, se transmite y se usa energía, los servicios funcionales en los procesos sociales y productivos –como los medios de transporte y toda su infraestructura– así como los sitios donde se desarrollan las actividades sociales relacionadas con la industria, la vivienda, el culto religioso o la educación. Comprende, en suma, los bienes generados en el desarrollo histórico por las actividades productivas y extractivas del hombre, así como aquellas expresiones relativas a la influencia de estas actividades en la sociedad. Con independencia de su estado de conservación, cobra especial importancia en su carácter de vehículo de transmisión de formas de ver y entender la vía: el patrimonio intangible. Es, por tanto, el patrimonio industrial testimonio de lo cotidiano y, sobremanera, memoria colectiva del trabajo y del lugar.4

Patrimonio industrial en México

La industrialización de algunos procesos productivos llega a México en las primeras décadas del siglo XIX, casi 100 años después de haber surgido en Inglaterra, y es recibida por muchos conflictos internos tras la guerra de Independencia; sin embargo, también se puede decir que encontró un campo idóneo para desarrollarse, puesto que el país estaba necesitado de recursos y quería echar a andar la máquina del progreso, y la industria prometía ayudar a alcanzarlo en poco tiempo.

La industrialización comienza a darse principalmente en las zonas mineras del país donde se implementa el uso de máquinas para la extracción y transporte de diversos minerales como el oro y la plata. Casi al mismo tiempo, los ferrocarriles, que son una de las más impor-

4 Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial. Fragmento extraído de: Álvarez Areces, Miguel Ángel, Arqueología industrial. El pasado por venir, pp. 112-113.

tantes representaciones de lo que fue la Revolución Industrial y son el símbolo por excelencia del progreso, comienzan a establecer una red de transporte al interior del territorio mexicano, con un gran impacto en la conformación geográfica, económica, política, social y cultural, que incluso hoy en día está presente en el país.

Es importante mencionar que durante estos primeros años de industrialización en México es cuando también comienza a desarrollarse el sistema bancario nacional debido, principalmente, a los flujos de dinero necesarios para la construcción de edificios en las minas y el transporte, lo cual nos habla de la importancia que ha tenido la industria en el país.

Actualmente, los restos de diversas actividades industriales en todo el país forman parte de nuestro patrimonio industrial que es necesario identificar, rescatar, conservar, proteger y difundir, no sólo como evidencia histórica de un pasado y un presente industriales, sino también como una parte importante de la cultura material del país; asimismo, esta evidencia nos puede ayudar a entender muchos elementos culturales que están presentes en nuestros días y que son derivados de las actividades relacionadas con la industria.

Sin embargo, explicar a la gente el concepto de patrimonio industrial y la importancia que tiene para la memoria histórica y cultural de México no es sencillo, puesto que los restos industriales son bienes muy difíciles de entender como bienes culturales, tal como nos dice Miguel Ángel Álvarez, presidente de Industria, Cultura y Naturaleza en España:

Hablar de conservación, rehabilitación y valorización del patrimonio industrial, versión actual del término arqueología industrial, no es tarea fácil, en primer lugar por el sentido del propio concepto, no muy comprendido aún. Las ruinas de Pompeya, las Pirámides o el Partenón, son asumibles por el ciudadano como parte de la historia universal; un castillete de una vieja mina de carbón, una fábrica de hilados y textiles, una usina o central hidroeléctrica, un puente de hierro, una locomotora de vapor de un viejo tren, una ferretería o un sistema hidráulico resultan más difíciles de entender como elementos o bienes patrimoniales de interés cultural.5

De manera breve, y sin entrar en muchos detalles, podemos decir que en México la preocupación e interés por la conservación y rescate del patrimonio industrial del país surge en los años 70 del siglo XX, pero es hasta los primeros años de la década de los 80 cuando se pudo llevar a cabo el primer proyecto de “Conservación del Patrimonio Industrial en México”, en una fábrica textil de Metepec, en el estado de Puebla, que hoy en día sigue habilitada como museo y centro cultural.

Después de este primer logro, durante la década de los años 80 se siguió trabajando de manera aislada y sin mucho éxito en la puesta en valor de diversos sitios industriales, y fue hasta el año de 1995 cuando se conformó uno de los esfuerzos más importantes para alcanzar el reconocimiento de la importancia de los bienes industriales como parte del patrimonio cultural del país, al crearse el Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial (CMCPI A.C.)6, a partir del esfuerzo de un grupo de investigadores de diversas instituciones académicas interesados en la conservación de este patrimonio y preocupados por la destrucción de los sitios, debido principalmente al descono-

5 Álvarez Areces, Miguel Ángel, Arqueología industrial. El pasado por venir, colección La herencia recuperada, p. 117. 6 El Comité Mexicano para la Conservación del Patrimonio Industrial, A.C. fue fundado en 1995 durante el Primer Coloquio

Latinoamericano para la Conservación del Patrimonio Industrial, celebrado en Cholula, Puebla, en 1995, y se constituyó legalmente como Asociación Civil el 23 de Marzo de 1996.

cimiento de su importancia histórica y cultural. Este Comité se conforma con los siguientes objetivos: a) Una permanente promoción del rescate y conservación de zonas industriales. b) La investigación arqueológica, histórica y social de los procesos industriales. c) Creación de una red nacional de investigadores e instituciones interesadas en el patrimonio industrial.

Hasta la fecha, el CMCPI ha trabajado de manera incesante durante casi 20 años en la investigación, rescate y sobre todo la protección de sitios industriales, a través de publicaciones, eventos, convenios con universidades, creación de redes interinstitucionales y diversas actividades enfocadas a la valoración del patrimonio industrial mexicano.

En la década pasada, el trabajo del Comité se vio reflejado en el trabajo y surgimiento de otras organizaciones que tienen el propósito de poner en valor el patrimonio industrial, así como el fomento de un mayor interés por parte de algunas instituciones educativas que han puesto más atención a ciertos temas relacionados con este patrimonio. Sin embargo, a pesar de que han transcurrido ya poco más de 30 años de trabajo en el tema en México y 20 años de la fundación del CMCPI, aún existe poco reconocimiento a la importancia y al valor histórico y cultural de los restos industriales.

Este desconocimiento ha propiciado la destrucción desmedida de lugares y objetos relacionados con este patrimonio, por lo que es necesario buscar nuevas formas de concientización, difusión y educación para que la gente reconozca la importancia y el valor cultural de estos bienes.

Muestra del patrimonio industrial en México

Como ya vimos anteriormente, el patrimonio industrial es muy amplio y necesita de mucho trabajo para su reconocimiento, por lo tanto, para poder entenderlo mejor, es importante clasificarlo de la siguiente forma:

Cuadro 1 Cuadro 1

Bienes muebles Tangible (material)

Bienes inmuebles PATRIMONIO INDUSTRIAL

Intangible (inmaterial)

Directo Indirecto

Fuente: elaborado por Ricardo Gómez.

Foto: Ricardo Gómez, 2012.

Imagen 2. La Constancia Mexicana, exfábrica textil, Puebla.

De acuerdo con la clasificación mostrada en el cuadro 1 tenemos, por un lado, el patrimonio industrial tangible, que está compuesto por los bienes industriales muebles y los bienes industriales inmuebles; y, por otro, el patrimonio industrial intangible que, a su vez, se divide en directo e indirecto. Para entender mejor esta clasificación se ofrecen a continuación algunos ejemplos.

Inmuebles industriales Los bienes industriales inmuebles se refieren a edificios, fábricas, haciendas, ingenios azucareros, estaciones de tren, construcciones, como chimeneas y puentes, viviendas obreras e incluso capillas o centros religiosos vinculados con el proceso productivo.

En la imagen 2, se observa un ejemplo de lo que es el patrimonio industrial inmueble. La foto es de la exfábrica textil “La Constancia Mexicana”, ubicada en la ciudad de Puebla, una de las más importantes del estado del mismo nombre y del país. En la imagen podemos apreciar una pequeña parte de lo que era esta fábrica: del lado izquierdo está lo que era la fachada y parte del puente que atravesaba el río; casi al centro tenemos la emblemática chimenea, también conocida como “chacuaco”. Es de resaltar la pequeña torre que se ve en el centro de la foto, ya que la forma hexagonal en que está construida es difícil de encontrar en otros edificios de México, y por sus características tiene una clara función defensiva en las instalaciones, a la usanza de los viejos castillos medievales de Europa.

Otro ejemplo de inmueble industrial es la mina “Dos Estrellas”, ubicada en Michoacán y considerada como una de las minas de oro más importantes en el país y en Latinoamérica por la cantidad de oro que se extrajo tan sólo entre 1899 y 1937. Allí se encuentra actualmente el Museo Tecnológico Minero del Siglo XIX, mismo que resguarda una parte muy importante del patrimonio industrial mexicano.

En las imágenes 3 y 4 se observa una panorámica de los talleres de la mina, las chimeneas de los hornos de fundición y la entrada a uno de los talleres de máquinas que aún se conservan en este lugar.

Muebles industriales En lo que se refiere a los bienes industriales muebles tenemos las máquinas, las herramientas, el material y equipo de trabajo, el mobiliario, los archivos, los documentos y los utensilios. Como un ejemplo, podemos observar en la imagen 5 unos anteojos y un letrero en madera con la letra, hecha a mano y el papel original, en el que se alcanza a leer lo siguiente:

Se previene a los obreros que trabajan en el esmeril que deben usar estos anteojos.

La casa no se hará responsable de los accidentes que sufran los que desobedezcan esta disposición.

Esa imagen fue tomada en el Museo Numismático Nacional, que es un museo insitu, ubicado en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México, en el que se puede observar cómo era el proceso de producción de monedas y medallas de la Casa de Moneda de México desde mediados del siglo XIX hasta 1992, año en que cierra la fábrica y se traslada parte del trabajo a la planta moderna de Legaria, en el Distrito Federal, y la mayor parte a la fábrica en San Luis Potosí.

El proceso de producción de monedas se puede apreciar gracias a que se conservan en funcionamiento, casi en su totalidad, las áreas de producción, incluyendo las máquinas de acuñación –bienes muebles–, de las cuales varias datan del siglo XIX. En la imagen 6 tenemos otro ejemplo de mueble industrial: una máquina utilizada en la industria textil que se encuentra en el área superior de producción de la exfábrica textil de “La Constancia Mexicana”, ya citada, en Puebla, y en donde está pendiente el proyecto de construir el Museo Textil. La máquina está en claro deterioro y requiere de un trabajo de restauración; es muy importante conservarla ya que es la única que existe en el lugar.

Foto: Ricardo Gómez, 2010. Foto: Ricardo Gómez, 201 0.

Imagen 3. Panorámica de los talleres en la mina de oro Las dos Imagen3PanorámicadelostalleresenlaminadeoroLasdos estrellas, Tlalpujahua, Michoacán.

Foto: Ricardo Gómez, 2010.

Imagen 4. Taller de máquinas en la mina Las dos estrellas, Tlalpujahua, Michoacán.

Foto: Ricardo Gómez, 2010. Foto: Ricardo Gómez , 2010.

Imagen 5. Anteojos para trabajar el esmeril. Museo NumismátiImagen 5 Anteojos para trabajar el esmeril Museo Numismáti co Nacional.

Imagen 6. Maquinaria textil de la exfábrica de la Constancia Mexicana, Puebla.

Foto: Ricardo Gómez, 2010.

Patrimonio industrial intangible La parte intangible del patrimonio industrial manifiesta la relación del hombre con su trabajo y con sus herramientas, ya sea de manera individual o colectiva, pero también representa las relaciones socio-culturales que surgen en torno a la actividad industrial y que nos permiten contextualizar esa parte tangible del patrimonio, ya que gracias al conocimiento y el saber de los trabajadores podemos entender el funcionamiento de las máquinas y los procesos de producción, es por eso que este aspecto se divide en intangible directo y en intangible indirecto.

Intangible directo Esta parte se refiere al conocimiento especializado y al saber relacionado directamente con la industria y los procesos productivos, los materiales, la técnica en el uso de las herramientas, la manipulación de las máquinas, así como la organización y la forma de relacionarse al interior de las fábricas, el vínculo de los obreros con su trabajo y con sus compañeros.

En la imagen 7 se observa a Esteban Jiménez Calyecac dando mantenimiento a una máquina de acuñación del siglo XIX, de origen francés, conocida popularmente como “la bailarina” por el movimiento que hace cuando funciona. De este tipo de máquina existen muy pocos ejemplares en todo el mundo. Ésta y otras máquinas del siglo XIX se encuentran todavía en funcionamiento en el Museo Numismático gracias al conocimiento de don Esteban que les da mantenimiento todo los días y quien, por cierto, cumplió 70 años de trabajo en la Casa de Moneda de México, experiencia que lo ha dotado de un saber único e invaluable sobre el proceso de producción numismática, e incluso se le ha llegado a considerar “patrimonio industrial vivo”.

Intangible indirecto Esta parte tiene que ver con las costumbres, las tradiciones, los ritos, la forma de vida, la forma de vestir, la alimentación, las creencias de la gente alrededor de una fábrica o una industria en particular, cosas que van más allá de los

Foto: Ricardo Gómez, 2012.

Imagen 7. Don Esteban dando mantenimiento a la máquina de acuñación. Museo Numismático Nacional.

procesos industriales en sí, e incluso de los propios trabajadores, alcanzando a sus familias y amigos, y cuya evidencia la podemos encontrar en las diversas regiones del país.

La imagen 8 es muy valiosa, ya que muestra cómo el trabajo industrial traspasa las paredes de la fábrica, para conformar un grupo social sólido que convive fuera del lugar de trabajo e involucra a las familias de los obreros en diversas actividades de ocio y recreación. En la foto se aprecia a un grupo de trabajadores que van con sus familias de peregrinación con un estandarte que dice: “Peregrinación de los trabajadores de la Casa de Moneda, 26 de noviembre de 1960.”

Como este ejemplo, podemos encontrar otros de convivencia fuera de las fábricas, como la conformación de equipos de fútbol o béisbol que juegan los fines de semana, las reuniones en las cantinas o pulquerías y las fiestas familiares, entre otras actividades que mantienen unidos a los grupos de trabajadores industriales, dándoles una identidad cultural propia y muy particular.

Este aspecto intangible del patrimonio industrial está relacionado de manera directa con los trabajadores de un determinado proceso productivo y corresponde a un espacio y un tiempo específicos, que concluyen con el cierre de una fábrica, una mina, una hacienda o una estación de ferrocarril, pues con el paso del tiempo se van implementando nuevas formas de producción y organización que desplazan las antiguas máquinas, los antiguos procesos y, por ende, también van desplazando las manos del ser humano que conoce y manipula esas máquinas.

Observaciones finales

En este trabajo sólo se ofrece una pequeña muestra del patrimonio industrial de México y destacamos la importancia que tiene su conservación. A lo largo y ancho de todo el territorio nacional existen un sin número de lugares, fábricas y restos de actividad industrial que es

Foto: Archivo fotográfico del Museo de la Casa de Moneda de México, 1960.

Imagen 8. Peregrinación a la antigua Villa de Guadalupe.

importante conservar y proteger como parte de nuestro patrimonio cultural.

Aún hace falta mucho trabajo en torno al rescate del patrimonio industrial; es necesario desarrollar metodologías de investigación acordes a los tiempos actuales y también formas de educación patrimonial en torno a este tema que provoquen que la gente se acerque a su patrimonio industrial, que lo conozca, que lo valore y, sobre todo, que lo entienda como un documento del pasado que nos da información sobre nuestro presente y nuestro futuro.

Fuentes consultadas:

ÁLVAREZ Areces, Miguel Ángel, Arqueología industrial.

El pasado por venir, colección La herencia recuperada,

Gijón, Asturias, España, CICEES, 2007. COLL-HURTADO, Atlántida, María Teresa Sánchez-Salazar y

Josefina Morales, La minería en México: geografía, historia, economía y medio ambiente, México, UNAM, Instituto de

Geografía, 2002. GIMÉNEZ, Gilberto, “Patrimonio e identidad frente a la globalización”, Revista Cuadernos del patrimonio cultural y turismo, núm. 13, Artículo 16, México, CONACULTA, 2005, pp. 178-182. GÓMEZ Pérez, Jorge Ramón, Arqueología industrial y museología, Boletín núm. 8, año 4, diciembre de 2004, CMCPI,

A.C., p. 25. MALPICA Uribe, Samuel Óscar y Andrés Sánchez Hernández, “La conservación del patrimonio industrial en México”. Resumen de la ponencia presentada en el VIII Encuentro de la Sociedad Mexicana de Conservadores del

Patrimonio Cultural, A.C., octubre 13 al 17, Ciudad de

México, Boletín núm. 2, abril de 1998, CMCPI. A.C., p. 10. RIX, Michael, “Industrial Archaeology”, The Amateur Historian, vol. 2, núm. 8, octubre-noviembre, 1955. Traducción de Jaime Litvak King, Boletín núm. 2, abril de 1998,

CMCPI, A.C., p. 7. SÁNCHEZ Hernández, Andrés Armando, Teorías de la conservación y patrimonio industrial, Boletín núm. 8, año 4, diciembre de 2004, CMCPI, A.C., p. 16.

Sitios web

www.ticcih.org www.ironbridge.org.uk www.conaculta.gob.mx sites.google.com/site/cmcpiac1995/boletines

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