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Educación: Cura y enfermedad

La educación como única cura. La educación como enfermedad en este país. Paradoja. En diferentes escenarios, circunstancias y contextos, la educación podría ser la solución para la mayoría de los problemas que aquejan a la sociedad mexicana.

Por ejemplo: la corrupción; si los encargados de manejar el dinero de este país entendieran que son recursos del y para el pueblo, si dimensionaran el peso que tienen para formar a México, tal vez, solo tal vez, no robarían. Los feminicidios; si desde la niñez se inculcara el respeto a las mujeres, a sus cuerpas y a su individualidad, no habría cifras tan alarmantes de violencia de género. El bullying o acoso escolar; si se pudiera infundir en la niñez empatía por el otro, por las diferencias y las disidencias, el valor de cada individuo, probablemente no tendríamos niños abusados. Así muchos casos más.

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Todo esto nos lleva a una utopía, a un país de ensueño que por desgracia no veremos pronto, no hasta que la educación sea el objetivo principal del Estado y de los ciudadanos mexicanos. Hasta que se dejen de vender las plazas para los docentes por parte del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (snte) y dentro la propia Secretaría de Educación Pública (sep) a quienes puedan pagarla y existan mecanismos que vigilen que no sucedan actos de corrupción que permitan que esos puestos se otorguen a profesionales preparados para educar y administrar los recursos humanos, técnicos y materiales destinados para instruir y formar a las juventudes mexicanas. Hasta que el dinero no se desvíe al bolsillo de los políticos corruptos como el de la “Maestra”, Elba Esther Gordillo, señalada en 2013 por la revista Forbes como una de las “10 personas más corruptas en México” 1 , por mencionar solo algún funcionario. Hasta que los programas educativos cumplan su propósito de forma honesta. Hasta que se garantice el pago de prestaciones al personal docente, administrativo y de apoyo. Hasta que entendamos que también es nuestro deber exigir educación óptima para todos, pero sobre todo para los más necesitados, involucrarnos en la política para conocer qué se hace por este sector. La educación por su contenido: físico, emocional, intelectual, social, cultural y estético es lo único que podrá salvar a nuestra patria tan dañada, tan corrompida por TODOS.

COVID VERSUS PROGRESO

La pandemia que azotó a todo el mundo, el covid-19, obligó a la sociedad al confinamiento y con eso a descubrir nuevas formas de vida. Dañó la economía, la salud y la forma en que se ocupa y se piensa el espacio público; pero uno de los sectores más afectados, sin duda, fue el de la educación. Para evitar el contagio, alumnos de todos niveles educativos y sociales, no han regresado a las aulas a tomar clases presenciales; el aprendizaje se trasladó a casa, a la interfaz 2 . Se apostó por sistema de tic [tecnologías de la información y comunicación] que comprende a la teleeducación, si bien esta no es nueva en México, la capacidad de las redes de telecomunicaciones para soportar el incremento de tráfico que ha surgido a raíz del confinamiento se ha probado insuficiente y no es incluyente. Además, hay hogares en los que no solo se utiliza la Internet como una herramienta de educación a distancia, sino también para laborar, asimismo, hay que considerar los lapsos de convivencia y ocio con consumo de plataformas de entretenimiento o comunicación que requieren mayor ancho de banda si se basan en video. Por supuesto, un tema nodal es la falta de conectividad universal y sus altos costos…

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