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Un día

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Rutina

Rutina

Un día

Un día te despiertas y tu metro cuadrado ya no existe, es compartido con tu alrededor, y deja de ser un metro: ahora es una casa en donde sientes lo que siente el otro.

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Un día te despiertas y compartes el aliento, el desgaste, la alegría, la emoción, la angustia y la incertidumbre.

Un día te despiertas y no estás solo, tu rincón de soledad y cobijo, de profunda intimidad, es compartido. Ahora observas miradas por todas partes, caminas por tu casa y sientes el roce de los que te rodean.

Un día te despiertas y el desayuno por la mañana ya no es contra el tiempo, ya no corres a la micro, ya no llegas cansado a casa y te apuras en conciliar el sueño, el día ya no pasa de prisa. El tiempo ya no juega contigo como tu enemigo. Ahora las horas pasan lentas, algunas las disfrutas y otras parecen un tormento. Te das cuenta de que 24 horas al día dejan espacio para experimentar 24 emociones y sensaciones diferentes, de las cuales 25 serán compartidas.

La compañía en momentos parece ser molesta y las paredes generan la sensación de estar cada vez más cerca. Pero estás ahí, mirando a los ojos de los que te acompañan, aferrándote a lo mismo, que claramente es desconocido.

Y estas ahí, escuchado las versiones de millones de personas en todo el mundo, y te enfrentas a la realidad. No estás

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Historias confinadas

solo. Te das cuenta de que son muchos, son uno y miles, todos en lo mismo, una sola sintonía, un solo sentir y tu espacio se vuelve aún más pequeño, porque ahora lo compartes con el mundo.

Ahora tus frustraciones y rabias ya no son propias, son colectivas, son sociales y políticas. Por eso, con más fortaleza, te sitúas en ese rincón que ya nada entrega de intimidad para escribir, escribir lo que unos encima de otros leerán.

Y te levantas, sigues y rozas el cuerpo de los que están en tu casa, cruzas miradas y entiendes al mundo, y te sientes entendido, disfrutas, disfrutas cada segundo porque, por fin, el tiempo ya no corre, ahora tú llevas el ritmo.

Javiera Natalia Choppelo Arias

Cuando el aislamiento nos une | 83

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