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Horneando una crisis

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Rutina

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Horneando una crisis

Diferente a lo que estoy acostumbrada, en este tiempo he adoptado la práctica de siempre rescatar lo positivo de las situaciones, esas situaciones que te hacen volver a cuestionarte momentos, respuestas, decisiones, actitudes. Hoy es uno de esos días en que, aunque se vuelve imposible, trato de ver el lado positivo —creo que debería ser obligación para todos—. Durante esta cuarentena he pasado por miles de emociones, he hecho y desecho cosas, pero lo he logrado superar sumergiéndome en la cocina, explorando ese espacio que consideraba lejano a mi rutina, un nuevo hobby que distrae mis pensamientos de lo que sucede afuera.

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Hoy quiero darles una receta, un tanto única, un tanto especial. Es la mezcla perfecta entre caos y malas decisiones, una especie de mala combinación astral, como cuando te dicen que libra y capricornio no compatibilizan, pero sucede igual.

Ingredientes: - 1 taza de estudiante recién egresada y cesante. - 1 taza de pandemia mundial. - ½ taza de madre sin poder trabajar. - ½ taza de hermano con contrato suspendido. - ½ taza de padre en cuarentena por edad. - 1 ½ taza de Ministro incompetente.

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Historias confinadas

- 30 grs de pánico colectivo. - 2 cucharaditas de crisis económica. - 10 grs de dignidad. - 5 gotitas de paciencia (a gusto).

*En estos tiempos es importante mantener la limpieza, sugiero mucho cloro, jabón y papel higiénico.

Preparación: Mezclar todos los ingredientes en un bowl y manos a la masa. Si falta humedad se puede agregar el aumento de gastos básicos.

Finalmente, espolvorear declaraciones del presidente y sus ministros. Y listo, puede estar en 14 días o 28 días o 4 meses, va a depender del tipo de horno.

Al degustar esta preparación experimentarán una montaña rusa de emociones y sensaciones, en las cuales la desigualdad social será protagonista principal.

Sin olvidar todas las personas que sufren y han sufrido por esta pandemia, no todo ha sido tan malo para mí. Existe una parte buena de este horneado y es la unión que he logrado con mi familia, a esa que veía ocasionalmente una comida al día o simplemente dos horas en la noche antes de dormir. Ahora por obligación debemos estar juntos, compartir espacios, caracteres, discusiones, malos y buenos días, pero al final del día juntos refugiarnos de esta indeseable situación.

Linda Tamara Morales Valverde

Cuando el aislamiento nos une | 117

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