MICHAEL FREEMAN SOBRE …

EL AUTOR DE FOTOGRAFÍA MÁS VENDIDO DEL MUNDO MÁS DE 4 MILLONES DE EJEMPLARES


EL AUTOR DE FOTOGRAFÍA MÁS VENDIDO DEL MUNDO MÁS DE 4 MILLONES DE EJEMPLARES
Título original Michael Freeman On... Color & Tone
Edición Alison Starling, Richard Collins, Rachel Silverlight, Jeannie Stanley
Dirección de arte Ben Gardiner
Diseño Eoghan O’Brien
Documentación iconográfica Giulia Hetherington
Traducción Francisco Rosés Martínez Fotógrafo profesional Coordinación de la edición en lengua española Cristina Rodríguez Fischer
Primera edición en lengua española 2023
© 2023 Naturart, S.A. Editado por BLUME Carrer de les Alberes, 52, 2.o Vallvidrera
08017 Barcelona
Tel. 93 205 40 00 e-mail: info@blume.net
© 2023 Octopus Publishing Group, Londres
© 2023 del texto, de las fotografías y las ilustraciones
Michael Freeman
ISBN: 978-84-19785-15-2
Depósito legal: B. 9787-2023
Impreso en China
Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos, sin la debida autorización por escrito del editor.
Clase magistral de fotografía
Laverdad absoluta es una idea esencial en la ciencia cuando el propósito del trabajo es un resultado ideal, es decir, algo que se puede medir tal como es en realidad. El aprendizaje por software se basa en esto, y parece sencillo, pero con el color aparecen complicaciones porque el color existe en nuestras mentes, junto con la experiencia y las expectativas. Esto se remonta a los modelos y los espacios de color que se explican a partir de la página 36.
La apariencia del color cambia en función de lo que haya en el entorno. Sobre un fondo negro, este tulipán adquiere una gran intensidad, pero en la fotografía principal, el papel rasgado con los tres colores del tulipán se ha dispuesto deliberadamente para crear una mezcla de contraste y similitud al mismo tiempo. La organización en diagonal de amarillo y rojo extiende los colores de la flor, que contrastan intensamente con los colores contiguos. El rojo y el verde tienen un brillo similar, por lo que generan una vibración del tipo que vimos en las páginas 56-57.
Cuanto más oscura es la piel, más refleja los colores circundantes. En este retrato tomado en Cartagena, Colombia, los reflejos incluyen una dominante amarilla de la izquierda y un incremento de brillo procedente de la camiseta blanca.
Podemos medir la longitud de onda, el brillo y la pureza, pero esto no significa automáticamente que sepamos cómo una persona ve una superficie o una luz. Nuestro sistema de visión se adapta tan bien a las condiciones cambiantes que fácilmente anula la realidad. Hay numerosos ejemplos de esta afirmación en este libro. Aquí abordamos el color en fotografía, no el color como algo abstracto, por lo que la apariencia lo es todo.
Esto no quiere decir que necesitamos buscar la verdad del color solo en la mente, pero si quiere cumplir con sus expectativas cuando fotografíe el color, tiene que darse un equilibrio entre lo que se puede medir y lo que «queda» bien. Y es un equilibrio cambiante, por lo que no hay una fórmula simple. En cuanto a la medición, la mayor parte del tiempo en fotografía tratamos con luz reflejada, y el color de las cosas es una mezcla de las propiedades de las superficies y de la luz incidente. Un espectrofotómetro de reflectancia o un colorímetro, como el que se muestra aquí, se coloca sobre la superficie, emite su propia luz sobre la muestra y mide el color de la luz que se refleja. Si se utiliza con un paquete de cereales o un jabón o cualquier otra cosa, se obtienen los valores exactos que pretendía el fabricante. Sin embargo, su apariencia está influenciada por cosas como el entorno o el fondo, como se muestra en la fotografía del tulipán.
Cuanto más sabemos cuál debería ser el aspecto de un color (o mejor dicho, cuanto más creemos que sabemos), más útil es una medición como esta. Esto proporciona una base a los colores de la memoria (véase página 70), y el mejor ejemplo es la piel, de la que hablaremos más adelante en este mismo capítulo. Somos muy sensibles al color de la piel e inmediatamente percibimos cualquier desviación. Por ello existe una poderosa industria cosmética dedicada a la piel. No resulta sorprendente que el color y el tono de la piel se hayan medido hasta la saciedad (sí, con espectrofotómetros), ni que el retrato tenga una influencia evidente en cómo se realizan estas mediciones. El propósito menos obvio es conseguir que el color tenga la apariencia que nos gusta, lo cual es una cuestión muy diferente.
Un espectrofotómetro del tipo que se utiliza para medir colores como los de la piel.
La fotografía de alimentos se basa en el color por dos razones. Una es que el público tiene ideas claras y generalmente fijas sobre lo que está bien y lo que está mal acerca del color de los alimentos, y la otra es que en las imágenes de pequeño tamaño que se publican en las redes sociales, los acentos de color son un modo útil de captar la atención. La razón por la que la precisión es un problema es que fundamentalmente la gente es conservadora sobre lo que come, y el color es un reflejo de ello. Por muy llamativos que sean los envoltorios y los escenarios, la comida tiene un código de color predecible que sigue un patrón muy específico. Muy poco de lo que comemos es colorido. Sin profundizar mucho en los detalles, en Estados Unidos, por ejemplo, la mitad de la dieta diaria corresponde a cereales, granos y tubérculos; sobre un cuarto a carne, productos lácteos y huevos; y una pequeña fracción corresponde a fruta y vegetales. Por lo tanto, dominan los colores cálidos neutros, especialmente marrones y cremas. Los colores intensos y vivos están dispersos, y se encuentran principalmente en frutas y vegetales (por ejemplo, fresas, zanahorias, tomates y pimientos), con solo una o dos notables excepciones del mundo animal (yema de huevo, atún crudo, huevas de salmón, langosta hervida).
¿Por qué es esto importante en fotografía? Porque el color de los alimentos tiene asociaciones primarias. El marrón y otros rojos y amarillos desaturados quedan bien para carnes, pan y cereales para el desayuno, mientras que los blancos y los tonos crema son buenos para pescados y patatas, y los verdes para hojas. Pero estos colores no cruzan fronteras. Un acento de verde en la carne indica que está podrida, y marrón
El dim sum de calidad superior utiliza colores intensos que resultan más aceptables para porciones pequeñas que para platos principales.
Un tajine marroquí de pollo con arroz. Un entrante de pepinillos de colores y un bol de vivos colores compensa el color apagado del plato principal.
Sialgún tema fotográfico ha pasado de ser una especialidad a un fenómeno global, sin duda es la alimentación. Está entre los temas más publicados y vistos en Instagram.
en hojas de ensalada indica que están marchitas. Y el azul, por cierto, no es un color de alimentos. Un procesado agresivo puede arruinar una fotografía de alimentos solo por el color, pero aun así sigue existiendo demanda de colores intensos en la fotografía de alimentos.
Este es un dilema tan importante para el chef que diseña un plato como para el fotógrafo que lo fotografía. Hay tres posibles soluciones. Una es priorizar las verduras siempre que sea posible, como en un plato de acompañamiento, lo que coincide con el actual movimiento hacia comer menos carne. La segunda es, en general, decorar. Esto significa incorporar acentos de color (véase también página 112), como guindillas, berros y flores comestibles. Por este motivo existen las guarniciones, pero yo sostengo que la razón principal es el color. La tercera es que los alimentos no esenciales permiten una mayor experimentación con el color, en particular alimentos de «entretenimiento», como postres y pastelería, y cócteles (ampliando la definición para incluir bebidas). Incluso dim sum de calidad superior, como aquí.
Pato crujiente con arroz frito. Todos los colores se encuentran en la gama de marrones, que ayudan a crear una guarnición colorida (cebolla tierna picada), crucial para una buena presentación.
Alimentos en el círculo de color. Las verduras con hojas son claramente verdes, pero la mayoría (cereales, granos, tubérculos, productos lácteos y carnes) son muy desaturados, con dominancia de tonos cálidos. Los alimentos son limitados y específicos, pero principalmente entre amarillo y rojo. Muy pocos llegan tan lejos como el violeta (berenjena), y ninguno alcanza la zona entre azul brillante y azul verdoso.
El color en fotografía puede ser un tema y un objetivo por derecho propio, pues activa como ningún otro medio una respuesta emocional y estética. El color no solo se procesa en el ojo, sino también en la mente, y esto es lo que lo hace personal.
En esta completa guía, Michael Freeman adopta un enfoque completamente nuevo, meditado y práctico, hacia uno de los elementos clave de la fotografía. El color y el tono se consideran fundamentales para el proceso de creación de imágenes. Los fotógrafos se inspiran no solo en los grandes fotógrafos coloristas de la historia, como Paul Outerbridge y Ernst Haas, sino también en la nueva libertad que proporcionan los sensores digitales y el software de procesado contemporáneos.
Este libro celebra la nueva tendencia a disparar en color, recurriendo a la amplia experiencia de Freeman, tanto editorial como profesional, que ha adquirido a lo largo de una carrera que abarca dos eras del color, la analógica y la digital.
DE FORMA CLARA Y MEDITADA, EXPLICA CÓMO CONSEGUIR NO SOLO UN COLOR
ACEPTABLE, SINO UN COLOR PERFECTO, EN LÍNEA CON EL PROPIO GUSTO DE CADA FOTÓGRAFO.
OFRECE DETALLADOS CONSEJOS PARA AVANZAR CREATIVAMENTE A TRAVÉS DE UN USO MEDITADO DEL COLOR.
EXAMINA EL PAPEL DE LA PELÍCULA, QUE INCORPORA LOS ESTÁNDARES ESTÉTICOS QUE TODAVÍA HOY SIGUEN VIGENTES.
C008047
ISBN 978-84-19785-15-2