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Crisis actual de la modernidad tardía
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Ya definí yo lo moderno como la contradicción fisiológica con uno mismo. Friedrich Nietzsche, El ocaso de los ídolos
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Ya con una profunda y extensa obra filosófica y sociológica, Andreas Reckwitz (1970, Witten, Alemania) y Hartmut Rosa (1965, Lörrach, Alemania), son actualmente dos de los científicos sociales más eminentes de Europa, con su investigación sobre el desarrollo y crisis multidimensional de la Modernidad Tardía Contemporánea.
En la primera parte de la obra, Andreas Reckwitz presenta su propuesta teórica como un ensamble de prácticas reflexivas que pone a prueba un conjunto de conceptos, categorías e información empírica recopilada en el decurso de la investigación social, confrontando diversas perspectivas interpretativas de la realidad social. En este sentido, establece una teoría de la sociedad como una constelación de herramientas que permite analizar el cambio social y las interconexiones globales, desde las antiguas sociedades hasta la actualidad, diseñando sistemáticos contrastes entre diversos tipos de sociedad.
Desde su perspectiva, Reckwitz considera que: “La teoría de la sociedad se encuentra en una relación doble con el análisis empírico. Por un lado, se apoya en la investigación y la experiencia empírica; para obtener un anclaje en el mundo depende de observaciones e investigaciones acerca de transformaciones concretas de estructuras económicas o sistemas políticos, relaciones familiares o corrientes culturales. Una buena teoría de la sociedad debe reprocesar exhaustivamente el conocimiento existente acerca de diferentes aspectos parciales de la sociedad; por ejemplo, acerca de cuestiones económicas, políticas, culturales, etc. La teoría de la sociedad, entonces, reúne investigaciones y observaciones provenientes de diferentes dimensiones de la sociedad que generalmente son tratadas por la investigación empírica de manera completamente separada; las pone en relación unas con otras y elabora a partir de ello una síntesis que hace visible el nexo entre diferentes fenómenos y estructuras particulares. En cierto modo, la teoría de la sociedad reconoce el bosque donde en general sólo se ven árboles. Respecto de la Modernidad, puede esperarse idealmente que la teoría de la sociedad —para obtener una visión de conjunto— se exprese acerca de las estructuras y transformaciones de la economía, el Estado y la política, la estructura social (el entramado de grupos sociales), la cultura (los sistemas de ideas y órdenes de conocimiento) y las tecnologías. También puede esperarse que se ocupe de la relación entre la sociedad y los individuos, es decir, de las formas sociales de subjetivación y, con ellas, de las prácticas típicas de la conducción de vida”. No obstante, la teoría de la sociedad no sólo descansa en la investigación empírica, sino que también permite orientar investigaciones empíricas, a través de sus hipótesis explicativas, así como conceptos y categorías fundamentales, en un contexto macrosociológico más extenso que guíe investigaciones específicas. De esta forma, la teoría de la sociedad alumbra teóricamente nuevas indagaciones empíricas y promueve futuras investigaciones, por medio de un programa de investigación científico empírico como una herramienta heurística.
También la teoría de la sociedad, para ser fructífera, requiere una perspectiva interdisciplinaria que integre los aportes de la antropología social y cultural, la economía, la ciencia política, la psicología social, la ciencia de la cultura, las disciplinas históricas (historia de la literatura y el arte), entre otras. Además, en Reckwitz, la comprensión de la teoría de la sociedad como caja de herramientas o toolkits interpretativos, es fundamental por sus alcances en la investigación empírica. La validez de una teoría social-como-herramienta se delimita no sólo por lo que sabe, sino por lo que puede saber. En este sentido, “la praxis de esta teoría tiene siempre el carácter de un experimento en el que se refinan y ponen a prueba los conceptos y las conexiones teóricas a través de un diálogo con los objetos. […] En estos contextos experimentales, se modifican a modo de prueba herramientas conceptuales y se recurre a diferentes materiales empíricos para que la teoría permanezca ‘ en flujo’. […] Se espera de ellas flexibilidad analítica y maniobrabilidad. Las herramientas son buenas cuando confirman su utilidad en las más diferentes situaciones y ayudan a generar ideas interesantes en constelaciones totalmente nuevas”.
El núcleo del paradigma de la teoría de las prácticas sociales en Andreas Reckwitz se constituye en la premisa de que “el mundo social se compone de ensambles de prácticas que constantemente se reproducen y modifican a sí mismas. Las prácticas son actividades que se repiten en el tiempo y se extienden en el espacio, siendo portadas tanto por actores humanos en su corporalidad como por entidades inorgánicas u orgánicas, es decir, por artefactos. Estas prácticas, constantemente en devenir procesual, presuponen órdenes de conocimiento, esto es, órdenes culturales de lo pensable y lo decible; los mismos son procesados discursivamente, están incorporados en los actores humanos y posibilitan la organización significativa de la realidad”.
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En su perspectiva praxeológica, Reckwitz contribuye al análisis del doing singularity en la lógica social de las particularidades que devienen singula- res dado el contexto de una determinada forma de configuración de prácticas sociales. Esto ocurre en cinco elementos de la sociedad: 1)- “bajo la lógica de lo singular, las cosas y objetos son percibidos como no intercambiables (ya sea como obras de arte, fórmulas religiosas o mundos de marcas); 2)- los sujetos son visibles en su individualidad única, la cual es además valorada positivamente e incluso deseada (ya sea en los otros amados, estrellas o líderes carismáticos); 3)- los espacios son valorados en su carácter único (sean ciudades, paisajes o construcciones arquitectónicas extraordinarias); 4)- las unidades temporales se convierten debido a la singularización en acontecimientos, eventos y momentos especiales; 5)- también los colectivos se singularizan en virtud de algunas de sus características, convirtiéndose en comunidades (pequeñas o grandes) con una identidad propia”.
El sociólogo Andreas Reckwitz establece tres periodos fundamentales de la Modernidad. El primero es la Modernidad burguesa que se origina en Europa donde se desplaza la economía agraria feudal, pasando del capitalismo comercial al industrial. Asciende la clase burguesa como nueva clase hegemónica y tiene al proletariado industrial urbano como contraposición social. Se generan las revoluciones científico-tecnológicas en la temprana etapa de industrialización. Se configura el Estado nacional burgués conformando democracias parlamentarias con la dirección política hegemónica de la burguesía, desarrollando una estatalidad liberal defensiva, hacia el interior, y una expansión imperialista, a través del colonialismo, al exterior. Asimismo, se establece una cultura de la autonomía, autorresponsabilidad y autoconducción soberana que se fortalece con un autodisciplinamiento, sustentado en una cultura del racionalismo moral e individualista.
La Modernidad industrial u organizada se consolida apartir de la década de 1920, desarrollándose durante sesenta años basada en una economía industrial. Se estructura como un capitalismo organizado cimentado en una economía de las corporaciones burocráticas y un patrón económico del fordismo que integra la producción con el consumo de masas. Las democracias parlamentarias burguesas se reconvierten en democracias de masas con partidos de masas. El Estado se erige como un instituto rector de la economía y la sociedad consolidándose como un Estado de Bienestar.
Reckwitz sitúa desde la década de 1970 un periodo del nuevo presente denominado al inicio “alta modernidad” y actualmente como Modernidad Tardía o tardomodernidad (Spätmoderne), donde se han generado nuevas estructuras societales, integradas por procesos de postindustrialización, digitalización liberalización y globalización que provocan cambios sustanciales en los procesos contemporáneos de individualización, racionalización, secularización y diferenciación funcional.
A lo largo de su historia la Modernidad es fundamentalmente una sociedad en constante revisión y, por ende, transcurre en crisis continuas, donde sus déficits y contradicciones en diversas etapas desembocan en procesos de transformación y cambio estructural. Los ciclos de ascenso y descenso de crisis son consustanciales a su naturaleza social.
El autor detecta tres momentos de crisis en la Modernidad Tardía: 1)- Una crisis de reconocimiento social en la expansión de los mercados de singularidad en distintas dimensiones de la sociedad. Como un modelo de expectativas sociales a través de tensiones de competitividad que deviene en profundas asimetrías, entre los actores que son valorados como singulares en los mercados de reconocimiento y los actores que son excluidos, generando una aguda polarización entre triunfadores y perdedores; 2)- Una crisis de la autorrealización del sujeto que impacta en el centro de la cultura de la Modernidad Tardía, en “la medida en que la cultura tardomoderna espera de sus sujetos ya no primariamente que cumplan con sus deberes sociales y sigan su conciencia moral, sino que realicen la particularidad de sus existencias, los somete a una presión expectacional interna que, en casos extremos, produce enfermedades de incapacitación”, patologías sociales como el “sí mismo agotado”, en Alain Ehrenberg o la sociedad del “Burnout”, en Byung-Chul Han; 3)- Una crisis de lo político donde ocurre una erosión del espacio público general ante una diversidad de microespacios públicos. En el marco de un mercado económico global de singularidades, el Estado de Bienestar reduce su capacidad de conducción social ante la dinámica de particularidades.
Finalmente, Andreas Reckwitz asume la teoría de la sociedad como una analítica crítica en la exploración de la dialéctica de aperturas y clausuras de contingencia de la Modernidad en sus diversas fases. En el camino de la tarea científica el investigador siempre vislumbra “una llave para la comprensión de la sociedad o busca inspiración para el propio pensamiento o la propia investigación. Se busca un nuevo punto de vista, una nueva perspectiva, que haga aparecer las cosas bajo una luz diferente. En la actitud experimental uno no quiere defenderse de algo, sino conocer algo; uno no va contra la teoría, sino que se abre a las posibilidades de pensamiento que ella ofrece para así penetrar mejor en los fenómenos sociales. La teoría es entendida como una invitación a un experimento intelectual, a una suerte de disposición experimental para entender la realidad”.
Por su parte, Hartmut Rosa bosqueja una teoría sistemática de la sociedad moderna, como un Best Account, en el sentido de una exploración de nuestros horizontes de sentido y autointerpretación, a través de un proceso, no sólo de entendimiento, sino también de cambio social.
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Desde una perspectiva interdisciplinaria Rosa recupera la concepción de una teoría de la sociedad en el análisis de su complexión sociocultural y su situación histórica, tal como lo señala Max Horkheimer (1895-1973) en su discurso inaugural, al asumir la dirección del Instituto de Investigación Social de Frankfurt, en 1931, cuando afirma que lo que se pretende es: “organizar una serie de investigaciones estimuladas por cuestiones filosóficas en las cuales participen filósofos, sociólogos, economistas, historiadores y psicólogos unidos en una comunidad de trabajo para realizar juntos […] lo que todos los investigadores verdaderos han hecho siempre: abordar las grandes preguntas filosóficas a través de los nuevos métodos científicos más refinados para revisarlas y transformarlas, para desarrollar nuevos métodos de análisis, pero sin perder jamás de vista la generalidad a la que apuntan esas preguntas. De este modo, las cuestiones filosóficas ya no podrán responderse simplemente con un ‘sí’ o con un ‘no’, sino que deberán ser integradas dialécticamente a los procesos de investigación empírica”
Hartmut Rosa, en su teoría crítica de la sociedad, analiza fundamentalmente los elementos estructurales y culturales de la Modernidad a partir de cuatro vectores. El primero se observa en la estabilidad dinámica como elemento constitutivo de la sociedad moderna y sus instituciones, en el cual su estructura sólo puede sostenerse en modo del incremento, a partir del crecimiento económico, la aceleración tecnológica y la innovación cultural como constantes para su reproducción institucional. El segundo aparece con el incremento del alcance de mundo, cuando las interconexiones humanas con el mundo social son constreñidas por corrientes de atracción y rechazo, por tendencias del deseo y el temor, produciendo actores anhelantes y recelosos, así como segmentos del mundo atractivos y hostiles. El tercer problema fundamental de la sociedad moderna es el del aumento escalatorio del desarrollo económico, que conlleva una desestabilización dinámica y una desincronización que genera paulatinamente una crisis económica, política, psicológica y ecológica, dado que con la determinación del incremento se reducen los espacios libres y los márgenes de maniobra, y los ecosistemas naturales, la psique humana, la política democrática y el sistema económico son erosionados y quebrantados por una superposición progresiva. El cuarto es la alienación y el silenciamiento del mundo cuando la disponibilidad económica, política, tecnológica y científica se hace indisponible para los individuos de forma externa e interna. de la Fundación Volkswagen. En 2019, recibió el Premio Gottfried Wilhelm Leibniz de la Fundación Alemana de Investigación y en 2021 se le otorgó la Medalla de la Academia de Ciencias de Heidelberg. En su abundante obra Andreas Reckwitz ha publicado: Estructura: Sobre el análisis científico social de las reglas y regularidades, 1997; La transformación de las teorías culturales. Desarrollo de un programa teórico, 2000; El Sujeto híbrido. Una teoría de las culturas del sujeto desde la modernidad burguesa hasta la posmodernidad, 2006; Fronteras difusas: perspectivas sobre la Sociología Cultural, 2008; La invención de la creatividad. Sociedad moderna y la cultur a de lo nuevo, Polity, Cambridge, 2017; La Sociedad de las Singularidades. Sobre el cambio estructural de la modernidad, Polity, Cambridge, 2020; El fin de las ilusiones. Política, Economía y Cultura en la Modernidad Tardía, Polity, Cambridge, 2021.
Sin embargo, el autor plantea varias alternativas cuando las personas mantienen estables ejes de resonancia en cuatro dimensiones: 1)- Ejes sociales de resonancia al existir relaciones responsivas con los otros individuos; 2)- Ejes materiales de resonancia, a través de relaciones responsivas con aspectos materiales del mundo; 3)- Ejes existenciales de resonancia, al establecerse una sensación de relación responsiva con el conjunto del mundo, por medio de actividades artísticas, religiosas o de comunión con la naturaleza; 4)- El eje subjetivo [Selbstachse], al establecer resonancia con lo otro indisponible en nuestras emociones, sentimientos, corporalidad o propia historia de vida.
Hartmut Rosa nació el 15 de agosto de 1965 (57 años), en Lörrach, Alemania. Es sociólogo y filósofo de la cuarta generación de la Escuela de Frankfurt, cuya investigación se orienta a la Sociología del Tiempo y a las Relaciones de Resonancia en la Modernidad Tardía. Es catedrático en el Instituto de Sociología de la Universidad Friedrich-Schiller de Jena y director del Max Weber Center for Advanced Cultural and Social Studies de la Universidad de Erfurt. Ha sido profesor visitante en la New School for Social Research de Nueva York.
“Reckwitz presenta su propuesta teórica como un ensamble de prácticas reflexivas que pone a prueba un conjunto de conceptos, categorías e información empírica recopilada en el decurso de la investigación social”
Andreas Reckwitz nació el 18 de marzo de 1970 (52 años), en Witten, Alemania. Estudió Filosofía, Ciencia Política y Sociología en las Universidades de Hamburgo y Cambridge, donde se graduó en 1994, bajo la dirección del célebre sociólogo británico Anthony Giddens (1938, Londres, Inglaterra). En 2005 fue profesor titular de Sociología General y Sociología de la Cultura en la Universidad de Constanza. De 2010 a 2020 fue profesor de Sociología de la Cultura en la Universidad Europea Viadrina, en Frankfurt (Oder), Brandeburgo. En 2020 obtiene las cátedras de Sociología General y Sociología de la Cultura en la Universidad Humboldt de Berlín. Ha sido invitado a estancias de investigación en las universidades de Berkeley, Viena, Heidelberg, Bielefeld, Friburgo y Londres (LSE).
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A partir de 2011 Reckwitz es miembro del Consejo Asesor de “Ciencia y Actualidad” del Instituto Goethe. En 2015 obtuvo la beca “Opus Magnum” fernamancillas@yahoo.com *Profesor-Investigador de la Universidad de Sonora
Entre otras distinciones, ha recibido el Premio Tractatus en 2016, el Premio Erich Fromm en 2018, la Medalla Werner Heisenberg, por la Fundación Alexander von Humboldt en 2020 y el Thuringian Research Prize, en 2021. Asimismo, desde 2020 es miembro de la Academia Europea de Ciencias. De su prolífica obra, se encuentra traducida al español: Alienación y aceleración. Hacia una teoría crítica de la temporalidad en la modernidad tardía, Katz, 2016; Remedio a la aceleración. Ensayos sobre la resonancia, NED, 2019; Resonancia. Una sociología de la relación con el mundo, Katz, 2020; y Lo indisponible, Barcelona, Ed. Herder, 2021.
La versión en inglés de la presente edición: Late Modernity in Crisis, por Polity Press, Cambridge, se encuentra programada para el 7 de agosto de 2023, siendo traducida primero del alemán al español: Andreas Reckwitz y Hartmut Rosa, Tardomodernidad en crisis, Madrid, 2022, 301 páginas.