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Juan Luis Ávila, la voz del Agricultor
from Almazara Infolea nº1
by editorialmic
Juan Luis Ávila, Secretario Provincial de COAG “No tiene sentido que nosotros seamos los que mantengamos el sistema, el coste de toda la cadena alimentaria”
El gran reto que tiene actualmente el campo español es que se cumpla la ley de la cadena y los costes de producción del agricultor sean reconocidos. Con esa premisa, que resulta tan obvia como razonable, el sector olivarero se sitúa en un escenario de estabilidad con una cierta rentabilidad de precios.
Se está produciendo un incremento de los costes de producción (fertilizantes + 100 %), gasóleo (+ 50 %), Energía (+ 300 %). ¿Puede provocar ese incremento de precios recortes en la producción del campo de alimentos? ¿Creen desde COAG que eso se traducirá en unos mejores precios pagados a los agricultores por parte de las principales cadenas de distribución?
Puede suponer una pérdida de cosecha, ya que, los agricultores están respondiendo a este aumento de los costes dejando de comprar esos productos, y esa reducción del abonado, del tratamiento fitosanitario, y del cuidado que tiene el campo, puede suponer al final una reducción de la cosecha.
Siempre que se han producido situaciones de este tipo el que ha soportado los sobrecostes ha sido el agricultor y lo que nos queda ahora por ver es si todo ese proceso de movilizaciones que hicimos en su momento y lo que fuimos capaces de transmitir a todo el mundo, tanto a nivel político como de la sociedad, tiene o no tiene recorrido. Lo que no tiene sentido es que todo recaiga en el agricultor. No tiene sentido que nosotros seamos los que mantengamos el sistema, el coste de toda la cadena alimentaria.
¿Responde la reforma de la PAC a la realidad económica y social del campo español?
No. Justamente responde a lo contrario. La reforma de la PAC está hecha y concebida como un reparto territorial, una política territorial, con la propuesta que hay a fecha de hoy.
El fondo de la cuestión es la soberanía alimentaria y si lo que estamos haciendo es retirar el apoyo a la agricultura más productiva y dándoselo a la menos productiva, lo que nos está llevando es a una reducción de las producciones y de la cantidad de alimentos.
Con políticas como las actuales se aprovechan para traer producciones de otros países con unos costes de producción más bajos y un control de calidad que en nada tiene que ver con el nuestro.
En la coyuntura actual de precios, al precio del aceite de oliva que se paga al agricultor y con los aforos previstos para la próxima campaña 2021/22, con una bajada significativa. ¿Está bien remunerado el olivarero?
Lo que hay es cierta rentabilidad de precios. Frente a lo que había en los últimos años con una pérdida de rentabilidad permanente este precio nos sitúa en un escenario que nos da estabilidad. Lo que está quedando claro y es destacable, es que una situación como la actual se puede mantener y es perfectamente posible. Con este escenario de precios hemos vendido más aceite que nunca en la historia.
Y la constante presión a la que nos tienen sometidos la industria y la distribución es por otra cosa, que tiene más que ver con la especulación y no porque el aceite se encuentre a unos precios razonables.
¿Desde el punto de vista de COAG, es necesaria la concentración en la oferta, en la producción, para tener el agricultor más fuerza frente a la gran distribución?
Sí. Es necesaria la concentración y tiene muchos resultados positivos para el sector. Lo que no podemos hacer es engañar a la gente diciéndole que la concentración es la panacea y que con eso se resuelve todo. Es una de las medidas que nos puede ayudar en la situación que tenemos, pero hay otras muchas que se acompañan con esta.
«Que se reconozcan nuestros costes de producción y que se aplique la Ley de la Cadena. En nuestro sector, el del olivar, es perfectamente aplicable»
¿Cuáles son los retos que tiene el campo español?
Que se cumpla la ley de la cadena, ese es el gran reto que tiene ahora mismo el campo español y que seamos capaces de que al menos nuestros costes de producción sean reconocidos. No estamos pidiendo nada del otro mundo, que se cumplan las leyes que están aprobadas.
¿Qué estrategias tiene marcado COAG para los próximos años para el sector del olivar?
Desde COAG tenemos varios retos por delante. Uno de ellos es enfrentarnos desde la provincia de Jaén, con la IGP, a una diferenciación de nuestros aceites y que se reconozca su calidad. Esto es importante, ya que por primera vez tenemos una herramienta que nos puede servir en este sentido.
Que se reconozcan nuestros costes de producción y que se aplique la Ley de la Cadena. En nuestro sector, el del olivar, es perfectamente aplicable. Lo que hace falta es voluntad desde el propio sector para aplicarla, porque lo que no puede ser es que nos hayamos pasado años luchando por ella y que ahora no le demos la importancia que tiene.