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Deortegas, Aoves de Yecla, Murcia

Deortegas, Aove de Yecla, Murcia

“Todas nuestras plantaciones siguen el sistema de cultivo ecológico, estamos convencidos de que este es el camino para el futuro de nuestra tierra”

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Deortegas es una familia con una profunda tradición olivarera ¿Puedes contar brevemente su historia, sus comienzos, vuestros retos?

Nuestra familia se ha dedicado al cultivo de la tierra desde hace varias generaciones. Nuestras fincas están ubicadas en Yecla, en el altiplano murciano, con una altitud de 600 m sobre el nivel del mar y es una zona, en su mayoría, de cultivo de secano por lo que las plantaciones de olivo han sido durante siglos uno de los cultivos autóctonos de la zona, junto con la vid, el almendro y los cereales. Desde el año 1994 nos vinculamos al cultivo del olivo, progresivamente fuimos haciendo plantaciones de distintas variedades de olivo. Siempre ha sido la variedad Cornicabra la autóctona de esta zona, en los últimos años se ha apostado por otras variedades que se han adaptado perfectamente a nuestro entorno. Concretamente en nuestras fincas tenemos; además de cornicabra, picual, arbequina, hojiblanca y frantoio. Esta última variedad de la toscana italiana ha sido nuestra apuesta más reciente, y estamos muy satisfechos con los resultados.

En el año 2008 decidimos montar nuestra propia almazara y sacar nuestra marca de aceite. Rápidamente nos pusimos de acuerdo con el nombre de la marca ya que tanto Marcelo, mi marido, como yo tenemos como primer apellido Ortega, nuestras hijas se apellidan Ortega Ortega, con lo cual decidimos utilizar nuestro apellido para nombrar nuestro aceite “Deortegas”. Nosotros solo elaboramos el aceite de nuestros propios olivos. Tenemos tres fincas con una plantación de unos 33.000 olivos en total, todos en ecológico y con marco de plantación 8 x 8.

La apuesta por el cultivo ecológico la hicimos hace más o menos 35 años. Teníamos muy claro que, como agricultores que somos, vivimos de la tierra y hay que protegerla; por ello, desde el principio, todas nuestras plantaciones de olivos están plantadas en el sistema de cultivo ecológico, del cual nos sentimos orgullosos, estamos convencidos de que este es el camino para el futuro de nuestra tierra.

Toda nuestra historia en este mundo del olivar y el aceite ha sido un reto; cuando decidimos elaborar el aceite de nuestros propios olivos, teníamos claro que debía ser el mejor aceite, un virgen extra ecológico que sorprendiera. Yo, que vengo del mundo del diseño, sabía por experiencia que había que vestirlo bien y presentarlo en sociedad con todos los honores, y así lo hicimos.

Una marca nueva de aceite lo tiene muy difícil para hacerse un hueco en el mercado; pero nosotros, poco a poco, manteniendo la excelencia en la calidad que nos diferencia y con mucho trabajo, hemos conseguido posicionarnos a nivel nacional, y, sobre todo, a nivel internacional, ya que es donde los productos ecológicos tienen una gran aceptación.

¿Cuál es el secreto para llevar tantos años vuestra empresa?

Almazara Deortegas inició su andadura en 2008. Han sido trece años muy intensos, donde cada campaña ha supuesto un reto. Hemos cuidado nuestros olivos cada año para que nos dieran el mejor fruto y transformarlo en ese oro líquido que nos caracteriza.

Defendemos por encima de todo la calidad del producto. En nuestro proceso de elaboración lo más importante es que la aceituna llegue sana y en perfecto estado, la recolección la empezamos a mediados de octubre, según el orden de maduración de cada variedad. Se procesa unas horas después de la recogida, con extracción en frío, y el resultado es un zumo de aceituna ecológico que cada año nos sorprende.

Desde hace poco tiempo muchas almazaras industriales tienen como objetivo la exportación ¿Tiene Deortegas una vocación Internacional? ¿En qué mercados se encuentran? Puede Hablarnos brevemente de su presencia, de la dificultad o facilidad para exportar.

Desde el primer momento teníamos muy claro que con un AOVE de alta calidad y ecológico nos debíamos dirigir al mercado internacional, y el primer departamento que se creó en la empresa fue el de exportación. Empezamos asistiendo a ferias internacionales de productos ecológicos europeas como Biofach,

Natexpo etc., nos apoyamos también en organismos oficiales como ICEX o INFO asistiendo a encuentros, misiones comerciales, presentaciones de producto, etc. Y poco a poco fuimos introduciendo nuestra marca en Europa, poniendo en valor nuestro virgen extra ecológico, con nuestra historia como familia, nuestra diferenciación por ser nosotros mismos los productores y con nuestra filosofía de empresa sostenible, se fueron abriendo mercados en Alemania, Francia, Holanda, Dinamarca etc.

Exportamos también a muchos países asiáticos, Japón, Corea, Taiwán, Kuwait, Arabia Saudí etc. y otros como Canadá y Rusia.

Nuestra producción la vendemos envasada en su totalidad y podemos sentirnos orgullosos de la gran acogida que nuestro producto tiene en estos mercados. Las dificultades para exportar a estos países, cuando ya tienes el cliente, consisten en dominar el tema de toda la documentación que cada país exige para la entrada del producto. Para ello tenemos nuestro departamento de exportación, con personal formado y preparado para solucionar estos temas burocráticos.

Su decidida apuesta por los aoves ecológicos es la estrella de su empresa ¿Valora el consumidor español el aove ecológico?

Como ya he comentado anteriormente, todos nuestros olivos están plantados desde sus inicios en ecológico, nunca han tenido en sus hojas ni en sus frutos ningún producto químico. Esta es una diferenciación importante a la hora de dirigirnos a los mercados internacionales, ya que cada vez más el consumidor apuesta por una comida más sana, sin residuos químicos. La salud en estos momentos es un factor prioritario para la mayoría de los consumidores y en todos los países a los que nosotros exportamos valoran mucho este tipo de productos, consumen el aceite como

una medicina, tienen muy asumido los beneficios que aporta la dieta mediterránea, cuyo principal componente es el aceite de oliva, si es virgen extra y es ecológico pues todavía mejor.

Esta cultura de “ecológicos” ha costado mucho que entrara en España. Hasta hace muy poco consumir productos ecológicos era solo de una minoría, que en muchos casos eran considerados como “raros” y siempre con el tópico de que son muy caros, pero ya parece que se abre un hueco en los lineales de algunos supermercados y también las pequeñas tiendas de productos ecológicos, donde puedes encontrar de todo.

Cualquier producto donde aparezca el sello de ecológico, podemos tener la tranquilidad de que ha sido controlado por los organismos correspondientes, tanto en la procedencia de los componentes de ese alimento, como en el proceso de elaboración. Noso-

tros tenemos que demostrar que cumplimos con las normas de ecológico, cosa que no ocurre con los productos convencionales que no tiene que demostrar nada, entran en los mercados procedentes de otros países y en muy pocas ocasiones se puede justificar que ha pasado los controles mínimos exigidos.

Nosotros, como consumidores y productores de productos ecológicos, tenemos muy claro que “la salud nos la comemos”. Cuando procedes de una familia dedicada a la agricultura, con lo ingrato que es este trabajo, frío, calor, lluvia, sequía, pedrisco, buena o mala floración, precios de ruina y tanto esfuerzo, al final creo que empiezas a formar parte de un mundo diferente, donde lo importante es la pasión con la que realizas ese trabajo. arar, abonar, podar... Recoger el fruto y elaborarlo y disfrutaba mucho de ese momento en el que ves salir ese chorro verde intenso con esos aromas que te envuelven y esos sabores auténticos

que explosionan en boca. Todo eso compensa el esfuerzo.

En nuestro caso, esos trabajos los realiza mi marido, mi hijo, yo misma y nuestra gente que son nuestra familia, no es una gran empresa donde el jefe manda y exige, ni es una cooperativa; en nuestro empresa eso no existe, todo el esfuerzo y también todas las satisfacciones las vivimos con mucha intensidad porque es a lo que nos dedicamos, y porque la supervivencia económica de nuestra familia y de nuestra empresa pasa por conseguir esa excelencia que tantas veces nos ha sido reconocida en tantos premios nacionales e internacionales, que nuestros vírgenes extra ecológicos han cosechado. Esa satisfacción es mucho mayor cuando sabes lo que cuesta conseguir llegar donde estamos y que la marca Deortegas sea considerada una marca de prestigio en todos los mercados a lo que nos dirigimos.

Renovarse o morir. ¿Qué retos se plantea para corto y largo plazo?

Los retos que nos planteamos a corto plazo están siempre enfocados a cómo mejorar nuestro proceso productivo, nuestra disponibilidad económica es limitada puesto que somos agricultores y con mucho esfuerzo hemos conseguido llegar donde estamos. Cada año vamos incorporando o renovando maquinaria para tener los últimos avances tecnológicos que nos permitan, si cabe, mejorar en la obtención de ese zumo de aceituna que tanto enamora.

El olivar y su cultura son emociones y sensaciones, les inspira la tierra y el amor por el producto ¿Con qué sueñan y qué les enamora desde el punto de vista de productores y almazareros?

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