1 minute read
Fritos
Probablemente los más populares en la ciudad son los boladillos. Pequeños buñuelos hechos con masa de freír y tropezones variados, que gozan del favor de los aficionados a las buenas tapas, siendo preferidos los de bacalao. Con todo el sentido, aunque no hay boladillo malo.
Advertisement
El almeriense también gusta de buenas empanadillas caseras, hechas como siempre se hicieron en esta tierra. Con una masa elástica a base de aceite, vino blanco y sal a la que se incorporaba harina de trigo. Después solo faltaba dejarla reposar un rato y sacar el rodillo a pasear para extenderla. Con la misma masa se hacen también los pasteles virgitanos, primos de la bastela marroquí, pero sin remilgos a la hora de añadir jamón o tocino al relleno de pollo. También se fríen con el beneplácito local los boquerones de ribazo de Tíjola (unas judías verdes cocidas, cortadas en tiras y rebozadas), habas con cebolleta, mero con vinagreta, patatas a lo pobre, patatas con tomate, revoltillo a base de huevo y salsa de tomate, sardinas rellenas de miga y tortas de bacalao.
Hay dos tortillas cuyos adeptos son mayoría en este lugar del mundo: la de ajetes y bacalao, tan cuaresmal, y la de guisantes con cebolleta. Aunque bien mirado, no es preciso elegir entre una y otra.
Hay dos tortillas cuyos adeptos son mayoría en este lugar del mundo: la de ajetes y bacalao, tan cuaresmal, y la de guisantes con cebolleta. Aunque bien mirado, no es preciso elegir entre una y otra.