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Oriente Medio y el vacío de poder
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JUAN GARCIA-NIETO TIANA
Máster International Politic en SOAS, Universidad de Londres. Vecino de Pedralbes
a región de Oriente Medio y África del Norte ha sido una de las más conflictivas y complejas de todo el mundo, tanto en el siglo XX como en el actual. Buena parte de su conflictividad se explica por la frecuente injerencia en la región de países externos, como Estados Unidos, el Reino Unido o Rusia, desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En particular, Oriente Medio ha sido visto por Estados Unidos como un punto estratégico de vital importancia para sus intereses políticos y económicos. A través de su despliegue militar en bases de países aliados y del apoyo económico a sus principales aliados, Estados Unidos ha tratado de evitar que ningún actor regional, especialmente Irán, se erija como el líder hegemónico de Oriente Medio, la posición que Estados Unidos ha ocupado al menos desde la década de 1990. El orden regional se ha caracterizado durante las últimas tres décadas por la posición preeminente de Washington, que no ha dudado en usar su incomparable fuerza militar para defender sus intereses, a menudo con nefastas consecuencias para los habitantes de la región, como demuestran las intervenciones en Iraq (2003) o Libia (2011).
Unidos en el mundo, Estados Unidos y sus aliados están virando su atención hacia el continente asiático y los océanos Índico y Pacífico, con el fin de contener a Pekín, desplazando a Oriente Medio como la región prioritaria. Ello se suma a que, en realidad, Oriente Medio ha perdido gran parte de su valor estratégico para Estados Unidos. Los principales motivos ofrecidos por los sucesivos gobiernos en la Casa Blanca para mantener a Oriente Medio en el área de influencia de EE. UU. han sido: garantizar la estabilidad de su aliado Israel (y también Arabia Saudí) y controlar el flujo de petróleo. Sin embargo, la situación en 2021 ha cambiado. En primer lugar, Israel es desde hace tiempo el país más poderoso en términos militares y tecnológicos de la región, y su existencia parece asegurada. Aunque Washington sigue destinando más de tres mil millones de dólares a Israel para mantener su posición de ventaja, la opinión en EE. UU. es que Israel ya puede desenvolverse por su cuenta en la región, y más tras el acercamiento del estado judío a los países árabes, examinado más adelante. En segundo lugar, desde 2019 EE. UU. produce más petróleo del que importa del extranjero. Es decir, aunque todavía importe mucho petróleo del Golfo Pérsico, ya no es plenamente dependiente de las importaciones debido a su producción doméstica, que va en aumento.
Dicho esto, Estados Unidos todavía posee unas 80.000 tropas a lo largo y ancho de Oriente Medio y mantiene buenas relaciones con sus tradicionales aliados como Israel, Egipto, Jordania y Arabia Saudí. Washington no se va a aislar ni va a renunciar completamente a su influencia en Oriente Medio. Pero su giro hacia Asia lleva irremediablemente a que su privilegiada posición en Oriente Medio esté en entredicho. La Soldados estadounidenses abandonan Iraq. tendencia parece clara: el vacío de poder Fuente: Pars Today que implica la desvinculación de Estados Unidos está siendo disputado por otros actores, tanto regionales como externos. Y al mismo Sin embargo, durante la última década los países de tiempo, ninguno de ellos tiene la capacidad de ser el la región han sido testigos de una reconfiguración actor dominante como lo fue Washington. La región de la política exterior de Washington. La progresiva presenta pues un escenario fragmentado, en el que retirada de tropas de Iraq, (estacionadas allí desde varios países con intereses contrapuestos coexisten la invasión de 2003 que depuso al régimen de Saddam frágilmente, y en el que ninguno destaca lo suficiente Hussein), empezada por Barack Obama, es un sobre los demás como para imponer su voluntad y ejemplo de ello. A medida que China es percibida suceder a Washington como potencia hegemónica. como la principal amenaza a la posición de Estados
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