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Imágenes para una procesión singular: La imaginería del Domingo de Ramos California
Cartagena Semana Santa 2019 Imágenes para una procesión singular: la imaginería del Domingo de Ramos californio
La procesión california del Domingo de Ramos es una procesión sin duda singular dentro de la Semana Santa de Cartagena por varias razones: su carácter netamente infantil, sus tercios de hebreos y el relato evangélico de los tronos o pasos que la integran, donde se recogen algunos de los pasajes más significativos de la vida pública de Cristo. Circunstancia, esta última, que le otorga a este cortejo californio una singularidad más allá del ámbito meramente local, al ser probablemente la única procesión española con esta peculiaridad.
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El hecho de incluir en el cortejo del Domingo de Ramos solamente escenas anteriores al ciclo pasionario se debió a la necesidad de tener que añadir nuevos tronos a la procesión a partir de comienzos de la década de 1980, debido al número de tercios de hebreos que se incorporaron en esa época1, y mantener a su vez el orden cronológico de la Semana Santa cartagenera, una de sus señas de identidad desde la segunda mitad del siglo XX. Hasta entonces, en la procesión sólo desfilaban dos pasos: La entrada de Jesús en Jerusalén, desde su creación en 19442, y La conversión de la mujer samaritana, desde 19633 .
El primitivo grupo de La entrada de Jesús en Jerusalén fue restaurado en Murcia, para su salida procesional, por el escultor Nicolás Martínez y lo componían las figuras de Jesús sobre la “burrica”, un hebreo portando un ramo de olivo y una hebrea arrodillada. Estas imágenes habían sido realizadas por Francisco Sánchez Araciel4, un escultor murciano, fallecido en 1918, autor también de la talla de San Ginés de la Jara que se entronizó en 1917 en la Catedral Antigua5, cuya obra, en su mayor parte de carácter religioso, tenía como referente la de Francisco Salzillo6. Poco sabemos sobre cómo pudo llegar este conjunto escultórico a la cofradía california, aunque cabe la posibilidad de que se tratase del mismo que la cofradía infantil de San Juan estrenó el Lunes Santo de 19147, cuyo destino una vez desaparecida la cofradía se desconoce. Tampoco se sabe qué pudo pasar con estas imágenes una vez que dejaron de ser utilizadas el Domingo de Ramos, si bien cabría plantear que pudieron ser vendidas a alguna cofradía foránea como ocurrió con el antiguo grupo de la Santa Cena.
La talla de Jesús fue prontamente sustituida por otra que Mariano Benlliure había realizado en 1947 para el grupo de la Santa Cena, cuyo rostro estaba inspirado en el de la Santa Faz de Alicante8. El cambio vino propiciado por el fallecimiento del escultor en noviembre de ese mismo año9, por lo que la cofradía decidió que el grupo de la Santa Cena fuese realizado en su totalidad por Juan García Talens, destinando la imagen de Benlliure al grupo de La entrada de Jesús en Jerusalén. Años más tarde, las figuras de los dos hebreos fueron también reemplazadas por otras de José Sánchez Lozano: la de la mujer arrodillada en 197010 y la del hebreo con un niño en brazos al año siguiente11; con lo que el grupo quedó configurado tal como sigue procesionando hoy en día.
El actual grupo de La conversión de la mujer samaritana, constituido por las figuras de Jesús y la mujer samaritana, fue realizado por el escultor José Sánchez Lozano en 194512, con el fin de sustituir el de Francisco Salzillo que había sido destruido en julio de 1936. El paso se había incorporado a la cofradía california en 177313 y abrió el cortejo californio del Prendimiento la noche del Miércoles Santo hasta 1962, ya que al año siguiente, como se comentó previamente, pasó al Domingo de Ramos con el pretexto de mantener el orden cronológico en los desfiles californios, aunque en realidad el cambio estuvo motivado por el estreno del trono de la Coronación de Espinas en 196314, coincidiendo con una época en la no se quería alargar en exceso la procesión del Prendimiento.
El trono de la Samaritana servía probablemente en el siglo XVIII de introducción al cortejo del Prendimiento
1 Huertas Amorós AJ. La procesión del Domingo de Ramos. El Flagelo. 2002; 12: 8-13. 2 El Noticiero (Cartagena), 28 de febrero de 1944: 1. 3 El Noticiero (Cartagena), 2 de marzo de 1963: 1. 4 El Noticiero (Cartagena), 15 de enero de 1944: 1. 5 El Porvenir (Cartagena), 17 de agosto de 1917: 1. 6 Melendreras Gimeno JL. La escultura del 98 en Murcia: impacto de la quiebra colonial. Anales de Historia Contemporánea. 1998; 14: 284-294. 7 La procesión de los Sanjuanistas. El Eco de Cartagena (Cartagena), 4 de abril de 1914: 1. 8 Las nuevas imágenes californias. El Noticiero (Cartagena), 31 de marzo de 1947: 1. 9 El Noticiero (Cartagena), 10 de noviembre de 1947: 1. 10 El Noticiero (Cartagena), 23 de marzo de 1970: 3. 11 El Noticiero (Cartagena), 27 de febrero de 1971: 3. 12 De procesiones. El Noticiero (Cartagena), 21 de febrero de 1945: 4. 13 Castellón C. Datos históricos de la cofradía california. El Noticiero (Cartagena), 26 de marzo de 1941: 3. 14 El Noticiero (Cartagena), 28 de marzo de 1963: 1.
propiamente dicho y tenía un hondo contenido simbólico al aludir al bautismo y a las obras de misericordia. Este paso constituye el precedente más antiguo de escenas no relacionadas con el ciclo sacro de la Pasión en la cofradía california y su incorporación a la procesión en una fecha tan temprana debió de ser “revolucionaria” en la época, pues hasta donde conocemos no hay constancia de este tipo de pasos en otras cofradías españolas durante el período de la Ilustración; aunque la escena representada debió gozar de una pronta popularidad en la diócesis, ya que en 1799 el escultor Roque López esculpió este mismo grupo, inspirado en el de los californios, para la archicofradía de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo de Murcia15 . Asimismo debía ser un paso carismático en la propia ciudad de Cartagena, como demuestra el hecho de que la cofradía infantil de San Juan lo incorporase a su procesión del Lunes Santo a comienzos del siglo XX16. Hoy en día la presencia de La Samaritana es habitual en la Semana Santa de los pueblos y ciudades de la diócesis cartagenera y su área de influencia.
La imaginería de estos dos pasos, que podríamos denominar “clásicos” del Domingo de Ramos californio, es un fiel reflejo de la escultura california del período de posguerra en el que Mariano Benlliure Gil y José Sánchez Lozano fueron los escultores encargados de reconstruir la mayor parte del patrimonio perdido17. Estos dos artistas, sin embargo, tenían conceptos muy diferentes a la hora de abordar la escultura, lo que sugiere que entre los cofrades californios de aquella época debieron convivir dos sensibilidades distintas al afrontar el reto de rehacer todo lo que había desaparecido en los inicios de la guerra. No obstante, a través de las imágenes
Trono de la Samaritana. Fotografía José Diego García Mercader
de Sánchez Lozano, en estos dos tronos del Domingo de Ramos encontramos la pervivencia de la estética de Francisco Salzillo tan arraigada en la cofradía california desde sus primeros momentos.
A partir de la década de 1980 y hasta mediados de los noventa, coincidiendo con el incremento de los tercios infantiles, se agregaron cinco nuevos tronos a la procesión: La unción de Jesús en Betania (1981), de Jesús Azcoytia; Jesús con los niños (1982), de Manuel Ardil Pagán; Jesús camino de Jerusalén, la mala acogida de los samaritanos (1992), de Antonio Labaña Serrano; Los milagros de Jesús, la curación del ciego (1993) y Las tentaciones de Jesús (1994), estos dos últimos de Juan José Quirós Illán18. Muchos de ellos desaparecieron pronto de la procesión, siendo sustituidos por obras de una mayor calidad. En la
15 Roque López-La mirada del discípulo- Región de Murcia Digital. https://www.regmurcia.com. Arte y cultura (última consulta 20 de febrero de 2019) 16 La procesión infantil. El Eco de Cartagena (Cartagena), 29 de marzo de 1912: 1. 17 Huertas Amorós AJ. Escultores californios. Cartagena Semana Santa 2017: 31-35. 18 Huertas Amorós AJ. La procesión del Domingo de Ramos. El Flagelo 2002; 12: 8-13. COFRADÍA CALIFORNIA
Trono de Jesús camino de Jerusalén. La mala acogida de los samaritanos. Fotografía José Diego García Mercader
actualidad sólo siguen desfilando dos de estos cinco tronos: Jesús camino de Jerusalén, la mala acogida de los samaritanos y Los milagros de Jesús, la curación del ciego. Probablemente, el hecho de que la mayoría de estos pasos fuesen obra de artífices locales, por entonces noveles y con escaso dominio de la técnica escultórica, podría explicar el pobre resultado de estas composiciones que tan poco éxito alcanzaron. Además, los autores de estos tronos hubieron de enfrentarse al reto añadido de tener que configurar unas escenas para las que carecían de referentes apropiados, ya que no suelen representarse como pasos procesionales. Sólo en el caso de La unción de Jesús en Betania podríamos encontrar un precedente cercano en el grupo de Jesús en casa de Lázaro de la cofradía de los coloraos de Murcia, realizado en 1910 por Francisco Sánchez Araciel, y que, tras su destrucción en la Guerra Civil, se había reincorporado en 1985 de la mano, en esta ocasión, del escultor murciano José Antonio Hernández Navarro19 .
El impulso definitivo para completar el discurso narrativo del Domingo de Ramos californio se produjo en los primeros años del siglo XXI. Tras el fracaso de buena parte de los encargos realizados en las dos décadas anteriores, los cofrades optaron por un escultor ya consagrado en la Región y conocido en la propia cofradía. Así, José Hernández Navarro será el autor de varios de los tronos realizados en ese momento: La unción de Jesús en Betania (2002) y Jesús con los niños (2004), que sustituían a otros dos desechados, y El bautismo de Jesús (2005) y La imposición del Primado (2007)20, estos dos de nueva creación. En estas obras de Hernández Navarro podemos apreciar la evolución experimentada por el artista coincidiendo con los primeros años del nuevo siglo. De manera que, en los dos primeros son perceptibles aún los rasgos que definen la época más clasicista del artista murciano, claramente deudora de la escultura de la Antigüedad grecorromana, mientras que en los dos últimos, por el contrario, encontramos un canon mucho más estilizado y esbelto que acerca sus figuras a los postulados estéticos del mundo gótico. La procesión se completó en esos mismos años con otras dos obras: El sermón de la montaña (2004), de Luis Enrique González Rey, escultor gaditano autor también de los relieves de la capilla del Prendimiento, y La elección de los Zebedeos (2007), obra del cartagenero Juan José Quirós Illán21 .
Además de las imágenes que configuran los pasos propiamente dichos, al analizar la escultura en la procesión del Domingo de Ramos habría que mencionar también las figuras y
19 Historia de la Archicofradía de la Preciosísima Sangre; en www.coloraos.com (última consulta 3 de marzo de 2019) 20 Huertas Amorós AJ. Los californios: tres siglos de historia cofrade. Murcia 2014: 49-50. 21 Ibidem.
Trono de la Samaritana saliendo de la iglesia. Foto: José Barros.
los relieves que decoran algunos de los tronos que desfilan en este cortejo californio; y en especial la ornamentación escultórica del trono de la Samaritana, obra del valenciano Aurelio Ureña, estrenado en el año 193122, que destaca tanto por su calidad como por su profunda simbología.
Ureña dispone en el frente del trono de la Samaritana una figura femenina alada que ocupa todo el cuerpo y apoya su mano izquierda sobre una cartela con las armas de la cofradía california: la linterna sorda sobre dos áncoras cruzadas y una corona real rematando el conjunto. Posiblemente, se trate de una representación alegórica de la propia cofradía. No hay que olvidar que cuando se concibió este trono encabezaba el cortejo californio del Miércoles Santo. Opuesta a esta figura, en el la cara posterior y de las mismas dimensiones, se representa una alegoría de la caridad: una matrona con dos niños, uno en brazos y el otro en pie a su lado. En las caras laterales se colocan sendos bajorrelieves, en color marfil, donde se representan dos escenas del Nuevo Testamento: La resurrección de la hija de Jairo y el episodio de la mujer adúltera, en clara alusión al poder salvífico del agua y del bautismo que nos redime de nuestros pecados y nos abre las puertas de la vida eterna. La decoración del trono se complementa con cuatro figuras policromadas de ángeles ubicados en las esquinas del trono.
Otros tronos californios del Domingo de Ramos que también poseen una decoración figurada, aunque no de la entidad del de la Samaritana, son el de La unción de Jesús en Betania y el del Sermón de la montaña. Gonzales Rey realiza para ambos una serie de altorrelieves, en algunos casos figuras de bulto redondo, que sirven de adorno y ayudan a reforzar también el significado del pasaje evangélico que se procesiona en ellos. Así, en el de La unción de Jesús en Betania se dispone en la parte posterior un relieve donde se representa el momento del entierro de Cristo, dado que la unción en Betania es una prefiguración de la muerte del Redentor. A los lados aparece la escena de la Santa Cena, en el momento en el que Jesús anuncia que será traicionado por uno de los discípulos, y la del Prendimiento, cuando Judas lo entrega con un beso. Ambas aluden al protagonismo de Judas en la escena de la unción en Betania, por una parte, cuando le recrimina a María el dispendio que ha hecho al adquirir el perfume para ungirlo, y a su papel, por otro lado, en el momento del Prendimiento, auténtico epicentro de la Pasión california. Por su parte, los cuatro relieves que decoran el trono del Sermón de la montaña representan otras tantas bienaventuranzas.
La imaginería del Domingo de Ramos californio constituye un conjunto ecléctico y heterogéneo tanto en el estilo como en la calidad artística, ya que es una procesión que ha ido evolucionando profundamente a lo largo de sus setenta y cinco años de historia. De manera que la actual nada tiene que ver con la que se concibió en 1944. El cambio experimentado por la misma en estos años, junto a la necesidad de tener que adaptarse a la tradición cartagenera de mantener la cronología del Evangelio a lo largo del ciclo de la Semana Santa, han terminado por configurar, sin embargo, una procesión dotada de una acusada personalidad donde se narra la vida pública de Cristo y constituye una auténtica catequesis en la calle, en unos tiempos donde el desconocimiento de los textos sagrados es cada vez mayor en la sociedad española. Una razón más que suficiente para que los cofrades californios reivindiquemos con legítimo orgullo nuestra procesión de Domingo de Ramos.