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Saludo del Alcalde

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Puebla de Yeltes

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JUAN TOMÁS MUÑOZ GARZÓN

Estamos inmersos en un año emblemático por muchas circunstancias. Suele haber fechas que marcan perspectivas vitales, citas que impregnan fácilmente el devenir de lo más cercano, con una trayectoria que en principio se presupone incuestionable y, sin embargo, cuenta con un mayor recorrido; efemérides que cualquier escudriñador de la historia, de cualquier episodio sustancial, básico o interesado, capitalizado en virtud de puntuales intereses, pretenda recuperar y realzar en un determinado momento. Estamos en uno de esos escenarios, además coincidente con determinadas sinergias que hacen de 2019, y no tengo la menor duda, un año que será recordado por todos, porque unos y otros, próximos o lejanos, acabaremos por depositar en este panorama anual evocaciones –tal vez añoranzas-, momentos imperecederos en la memoria individual, sin menosprecio de la colectiva, que marcarán nuestra existencia y que, quién sabe, tal vez trasciendan de nuestro recorrido vital.

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Ciudad Rodrigo, como todos saben, conmemora este año diversos acontecimientos con proyección temporal. El primero, principal para quienes estamos al frente de la representación municipal, es sin duda el 75 aniversario de la declaración del casco histórico de Ciudad Rodrigo como Conjunto Monumental, figura trocada con la acomodación legislativa a Bien de Interés Cultural. Una conmemoración en la que estaremos inmersos a partir de finales de marzo, periodo en el que se publicó el decreto que nos confiere esa distinción, marchamo que ha dado prestancia a nuestra ciudad y que servirá como acicate para abordar una programación que realce dicha efeméride.

Pero es que, además, Ciudad Rodrigo, en sus diversas y complementarias vertientes, será también escenario de otras celebraciones, de otras conmemoraciones que tienen que ver con la historia y las tradiciones rodericenses. Sin profundizar, porque habrá tiempo para ello en los distintos escenarios conmemorativos, hay que recordar que en 2019 se celebrará el 250 aniversario de la fundación del seminario san Cayetano, un referente en el ámbito formativo, por tanto cultural, de nuestra ciudad; que este mismo año se cumplen 130 de la declaración de la Catedral civitatense, advocada a Nuestra Señora de la Asunción, como Monumento Nacional; o que, por no cerrar esta nómina ajena a los capítulos propios del antruejo que nos ocupa, celebraremos 40 años de la primera edición de la popular Fiesta de la Charrada.

Sin menoscabo de la relevancia de estas efemérides, de esas conmemoraciones que, sin duda tendrán su propio escenario y su programación específica, quisiera también recordar

que 2019 supone la celebración de dos hitos carnavalescos, tal vez con distinta proyección y cometidos, pero ambos valorados en su justa medida por los mirobrigenses. Por un lado, este año celebraremos todos que la murga Las III Columnas sigue con nosotros después de 75 años, con su habitual gracejo, su ironía y su sátira consustanciales a su esencia. Una efeméride que supondrá la edición de la segunda parte de sus memorias, que serán presentadas antes de que el Carnaval cobre protagonismo específico en su programación taurina. Tres tercios de siglo que, en distintas perspectivas, suponen una verdadera historia de nuestra ciudad, de nuestras costumbres, también de nuestras miserias más mundanas, y que hemos querido –Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo y Centro de Estudios Mirobrigenses- que pueda estar al alcance de todos con la publicación que, fundamentalmente, también servirá para ensalzar la memoria del añorado Joaquín Fiz Plaza, a cuyos familiares y amigos agradezco las facilidades para que su trabajo vea la luz en los próximos días.

Además, hay que recordar que esta publicación también cumple este año sus 40 números. Ya lo recordaba en el saludo, en la bienvenida protocolaria de la pasada edición del Libro de Carnaval, en donde realzaba la decisión de Interpeñas y su visión, su perspectiva en tantos aspectos para mejorar nuestro antruejo. Afirmaba, y quiero recordarlo, que en aquel primer Libro de Carnaval, el del antruejo de 1980, afirmaban sus responsables que “ha sido nuestro deseo que esta publicación se llegue a institucionalizar, de modo que se convierta en uno de los mejores pregoneros de nuestro Carnaval para aquellos que no lo conocen, y en una correcta fuente de información para cuantos lo vivimos y deseamos que perdure por mucho tiempo. Deseos que se han cumplido para orgullo de sus promotores y primeros colaboradores, muchos de ellos lamentablemente ya desaparecidos. Para todos ellos, para sus familiares, mi afecto y consideración, algo que creo todos compartimos”.

Como debemos compartir la ilusión de contar de nuevo con una nómina, con unos protagonistas de excepción en el preámbulo y desarrollo de nuestras carnestolendas, en donde Juan José Alfonso Pinto, como Pregonero Mayor, ejercerá de maestro de ceremonias para dar el aldabonazo a nuestras fiestas más señeras, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados en sus andanzas televisivas. Para él, para todos los pregoneros, para cuantos hacen que el Carnaval del Toro se engrandezca cada año, mi reconocimiento y felicitación, que creo que son de todos.

Por último y como reitero cada año, recordar que esta publicación es fruto del trabajo y dedicación entusiasta de un equipo humano al que, como no podía ser de otra forma, quiero felicitar, al tiempo que agradezco la reiterada predisposición de colaboradores y anunciantes que permiten que este libro-programa del Carnaval del Toro de 2019 esté en sus manos para deleite también de todos.

Solo me resta invitarles a que, como es norma, disfruten de cuantas actividades están programadas y ejerzan, como saben hacerlo, de anfitriones, y en su momento, como embajadores de Ciudad Rodrigo y sus tradiciones, algo que no dudo lo hacen cuando la oportunidad se les brinda.

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