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Malditos jóvenes. La generación del “75” nacida en los ochenta. Por Sergio Olvidado

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Puebla de Yeltes

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malditos jóvenes

La generación del “75” nacida en los ochenta

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Sergio Olvidado

Recientemente, Ciudad Rodrigo, ha tenido la suerte, o la desgracia, de contar con una frondosa generación de jóvenes que se han querido volcar en su pueblo. No han apostado por Madrid, Valladolid o tan si quiera Salamanca. Han decidido inmolarse a la creatividad cultural, artística e, incluso, empresarial en su ciudad. Y, aunque esto supone una auténtica barbaridad y, a ojos del buen moderno, un suicidio prematuro, estos “locos” han visto durante los últimos años alcanzar sus objetivos mientras poca gente, o nadie, había reparado en su talento.

Gran parte de estas confluencias se alcanzarán, seguramente, en el presente 2019, cuando se celebran numerosas efemérides siendo, sin duda, la más renombrada El 75 Aniversario de la declaración de Ciudad Rodrigo como Conjunto Histórico-Artístico.

El resurgir de Ciudad Rodrigo en el panorama cultural ha sido palpable, cuantificable y demostrable. Una tierra que, hasta no hace mucho, no dejaba de ser un páramo yermo, donde parecía que lo único que podía crecer era lo apegado a la producción primaria y con tan sólo el faro guía de la Feria de Teatro de Castilla y León, como pilar fehaciente de una programación cultural sólida y exitosa. En ella, unos jóvenes, y no tan jóvenes, en estos últimos años, han buscado la forma de sacar petróleo de donde nada había y lo han conseguido con creces. Ahora, el manantial es débil, pero constante, y amenaza con secarse si en el futuro no se le aprecia y se le mima.

Pablo Moreno tuvo su visión cinematográfica de este “Rodriwood” y asentó las bases de un festival de cine, el Ficee, al que ya se le queda pequeño el globo. Además, no solo trae sus películas y hace que Ciudad Rodrigo sea la musa principal, sino que ayuda a otras productoras a invertir y apostar por la ciudad.

Rodericus, formaron una asociación para evocar tiempos pasados del Medievo y, poco a poco, con el apoyo del Ayuntamiento, consiguieron sacar adelante una Feria Medieval que se consolida ya, como una cita ineludible.

Los jóvenes, por su parte, se han asociado y están demostrando que “juventud” no es sinónimo de pereza y pasotismo. Al contrario, han revitalizado un cadáver que flotaba en el río Águeda: La Concha, convirtiéndolo en un edificio vivo, que aporta vitalidad al conjunto social y cultural. Allí se gesta el Farinato Sound Festival, la reciente convención Comic Conan, así como infinitas propuestas para la juventud gracias a Croma y los veteranos, pero jóvenes, Scouts. Ellos son los culpables de la Semana para la Juventud que cuajó una programación exitosa para todos los públicos.

Y, se me permita la vanidad de mencionar, siendo miembro de esta generación de “locos”, mis humildes aportaciones. La Ruta de los Malditos, que suma cada mes cientos de seguidores y ofrece un acto cultural que gusta a niños y ancianos; el Combate Nacional de Monólogos que cada invierno da calor a mirobrigenses y forasteros; así como la gala solidaria Santa Risa para la Semana Santa.

Por culpa de estos locos inquietos, Ciudad Rodrigo es nombrada entre dibujantes de comic de primer orden, miembros afamados del cine, amantes de la historia medieval, cómicos y comediantes televisivos. ¡Malditos jóvenes!

Sirva esto de muestra, de lo que es un germen que puede brotar en una robusta industria cultural o, por el contrario, puede secarse y desaparecer. Todo depende, siempre, de los mismos. Aquellos ciudadanos que, mediante votación popular, asumen un puesto organizativo. Ellos tienen en su mano el agua y los alicientes para que estas raíces arraiguen. Por el momento, el cultivo está medianamente sano y eclosionan las primeras, pero débiles, flores. Aunque, hay que seguir trabajándo para que no se mustien, ya que la cultura siempre está enferma y expuesta a infecciones.

62 En 2019, estos y otros actos se verán enmarcados en una gran fiesta que conmemorará nuestro 75 Aniversario como Conjunto Histórico Artístico. Este debería ser el año en el que la programación cultural mirobrigense saque pecho y muestre de lo que es capaz. Para ello, el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo ha confiado en la mejor arma que han tenido estos últimos años, su juventud, y ha puesto en marcha una iniciativa educativa que, a su vez, gestione el gran año de la cultura local. Todas las generaciones han dicho alguna vez eso de “los jóvenes de ahora no saben nada”, olvidando que, alguna vez, a ellos también se les dijo por sus antecesores. Yo mismo lo diré en un futuro, es ley de vida. No hay que tenerlo muy en cuenta pues debemos alabar y contar con los “no tan jóvenes”, ya que los proyectos que no tienen presente el pasado están abocados al fracaso. Escuchemos a nuestros mayores y trabajemos activamente con ellas y ellos. El afamado Real Madrid optó por sus “Zidanes y Pavones”, aludiendo a que su plantilla estaba compuesta por miembros de la cantera y viejas glorias. Esa es la formula exacta del éxito: contar con los más jóvenes para tirar del carro y con los veteranos para impulsar el vehículo y aconsejar sobre su dirección. Ciudad Rodrigo se merece una cultura a la misma altura que sus monumentos cosa que es muy difícil. Se han hecho cosas mal y bien. Debemos olvidar rencillas, aburridos politiqueos y rivalidades empresariales e intentar remar todos para el mismo lado para que jóvenes y no tan jóvenes alcancen su cenit en el “75”. ¡Malditos jóvenes! O, mejor, ¡Benditos Farinatos!

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