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Resumen Carnaval 2018. Por Silvia García Rojo
RESUMEN DEL CARNAVAL DEL TORO 2018
Silvia García Rojo Corresponsal de El Norte de Castilla
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PRE CARNAVAL
Prácticamente un mes antes de la fecha oficial de inicio de las fiestas grandes de Miróbriga, las citas comienzan a sucederse y son las tientas del Bolsín Taurino las primeras en salir al paso. Posteriormente será el turno para los pregones que proponen las asociaciones o agrupaciones para dar mayor empaque a la fiesta.
El primero de los pregones de ese preCarnaval lo pronunció el director mirobrigense, Pablo Moreno, para la Asociación Carnavaldeltoro.es.
El rejoneador Alipio Martín hizo lo propio para la peña El Caballo, recogiendo sus vivencias más personales en Miróbriga. También el mundo del caballo y la defensa de la tauromaquia fueron las máximas del pregón de Fernando Sánchez-Arjona para la Asociación Charra del Caballo.
Los festejos populares y más concretamente las vivencias de Ángel Rico, con 1.800 encierros a sus espaldas, fueron el hilo conductor del pregón de los Amigos del Alguacilillo.
La periodista Silvia García Rojo pregonó para el Centro Cultural y Recreativo El Porvenir y Adoración Cañamero para la peña Puerta del Desencierro.
La Residencia Mixta Provincial, dependiente de la Diputación de Salamanca, comenzó su particular Carnaval con la presentación de la reina y damas y sus acompañantes. El pregonero fue el doctor Jesús Cuadrado.
El novillero francés Rafael Laurent, El Rafi, se proclama triunfador de la edición número 62 del Bolsín Taurino Mirobrigense que pregonó Gonzalo Santonja. Ese mismo día, el conocido como “jueves de compadres”, la actriz Poppy Vegas pronunció el pregón para las Casetas de la plaza del Buen Alcalde. La Virgen de la Salud llega a la enfermería de la plaza; la alguacililla realiza la prueba del caballo y los alumnos de la Escuela de Música salen a la calle para anunciar que ya llega el Carnaval.
VIERNES
CAMPANAZO
Hay una generación de mirobrigenses que no entienden el Carnaval sin el Campanazo. Son esos jóvenes que ahora rondan los 30 y que han crecido, festivamente hablando, al ritmo de esta celebración.
El Campanazo supone el inicio oficial de la fiesta. Alrededor de 10.000 personas se dieron cita en la plaza Mayor (no entran más) para escuchar los primeros toques de la campana del Ayuntamiento, esa que tañe cada vez que los toros están en las calles.
La edición de este año, por ser la décima, fue un tanto significativa y experimentó cierta remodelación con respecto a citas pasadas. Así, se aumentó en 1.000 el número de pañuelos color farinato, hasta llegar a los 8.000, el mayor número hasta el momento. También este año la quedada general cambió de zona y se partió desde Los Pinos, con el objetivo de evitar
problemas con el tráfico como los surgidos en la pasada edición en el Árbol Gordo.
Pero antes de formarse el alboroto en la plaza y la locura generalizada, hubo mucho más. Una disco móvil, otra de las novedades de este año, comenzó a mover desde las 16:00 horas a los más madrugadores. Aproximadamente una hora después, las charangas mirobrigenses tomaron el testigo y pusieron rumbo a la plaza, con cientos de almas detrás coreando las canciones más populares de la fiesta local.
En esta ocasión, el Campanazo lo dio el Bolsín Taurino Mirobrigense, entidad reconocida como el Reloj Suelto por los promotores del Campanazo, la asociación Carnavaldeltoro.es. En concreto, fue Andrés Sevillano, presidente del Bolsín Taurino, el encargado de hacer sonar esa campana.
La periodista Rebeca Jerez, un año más, animó a la concurrencia y desde la parte más alta de la casa consistorial inició la cuenta atrás que marcaba el inicio de la fiesta.
Por último, el bullir de gente dio paso a un rato de espera hasta que los bueyes de la ganadería de Celador Zurdo pisaron las calles de Ciudad Rodrigo para emprender el camino hacia los toriles de la plaza Mayor y así aprender esa ruta para los días venideros. En ese encierro de mansos, que tuvo una duración de 15 minutos, no se registraron heridos.
Mención especial merece el dispositivo de Cruz Roja que durante todos esos días contó con 70 voluntarios y 11 vehículos. En la enfermería de la plaza de toros, de nuevo el equipo del doctor Enrique Crespo.
PREGÓN MAYOR
La primera vez que Denis Rafter llegó a Ciudad Rodrigo lo hizo de la mano de la entonces directora de la Feria de Teatro de Castilla y León, Rosa María García Cano, tal y como se encargó de recordar él mismo en su pregón de apertura del Carnaval del Toro. Perfectamente han podido pasar 15 años desde aquel momento en el que quien más, quien menos, se quedaba admirado de ese ‘guiri’ que con su inseparable sombrero recorría cada rincón de Miróbriga. Lo de ‘guiri’ con todo el cariño, pues en aquella época Denis Rafter participaba en un espacio radiofónico de calado nacional que llevaba por nombre: Tertulia de guiris.
A partir de ese instante, la relación del irlandés con Ciudad Rodrigo fue a más. Prácticamente se le ha visto cada mes de agosto en la feria, pero también en otros proyectos. Esa vinculación ha propiciado que el director sea una persona querida y respetada por los vecinos y que el alcalde, Juan Tomás Muñoz, se decidiera por él para inaugurar institucionalmente el antruejo.
Rafter habló de «pasión» por Ciudad Rodrigo, «los sentimientos que surgen en mi corazón cuando pienso en todos los encuentros y momentos artísticos y humanos que he
vivido aquí durante varios años. Porque vuestra ciudad me inspira y ha nutrido las semillas de mi creatividad». 70 voluntarios y 11 vehículos en el dispositivo de Cruz Roja.
SÁBADO
TORO DEL ANTRUEJO
Las crónicas del Toro del Antruejo se repiten, prácticamente, año tras año. El patrón es siempre el mismo. Toros más o menos bravos, con más o menos fuerza o kilos a los que el público que se da cita se echa encima y ya está todo visto o, mejor dicho, ya no hay nada más que ver.
Algo así es lo que pasó durante la pasada edición. El animal de la ganadería de Toros de Orive y de nombre Jabalito salió de los toriles de san Pelayo a las 11:00 horas y durante casi media hora permaneció en la zona de los Pinos, en concreto, en la parte en la que se sintió más cómodo, sobre la hierba.
El toro fue muy noble, eso nadie lo puede negar, le faltó algo de fuelle, de fuerza, pero Jabalito hubiera dado mucho más de sí, si no fuera por esa afluencia masiva de público por lo que de ahí esa expresión de que el aficionado pudo con el toro. La otra afirmación que también se puede hacer es que el toro no se lució como merecía, no se le ofreció esa posibilidad.
Claro está que la afluencia no se puede limitar y que todo el mundo quiere tener su momento, por lo que es algo que tiene una difícil solución de cara a citas venideras.
De cara al 2019 cambia el recorrido y por primera vez, el toro alcanzará la plaza.
ENCIERRO
El primero de los encierros urbanos del Carnaval de Ciudad Rodrigo se desarrolló de manera contraria a lo que dice la famosa canción de Luis Fonsi, por lo tanto fue “rapi-di-to” y en apenas 10 minutos todo el ganado estaba en los toriles de la plaza Mayor ante la atenta mirada del numeroso público que guardaba su asiento desde bien pronto. Es verdad que el tiempo permitió según que excesos, y con el miedo en el cuerpo ante la anunciada nieve, la cosa no fue para tanto y se pudo aguantar esa espera que va asociada a la palabra Carnaval. Los tres toros de la ganadería sevillana de Aguadulce, los únicos que se corrieron que no procedían de tierras salmantinas, destacaron por sus kilos y uno de ellos por su capa ensabanada, un pelo que transmitía uno de los sementales antiguos de Núñez, de nombre Fiscal. Durante casi todo el recorrido los toros hicieron la guerra por su cuenta y en la plaza entraron de uno en uno, aunque a poca distancia los dos primeros. Los mansos de Celador Zurdo se encargaron de acompañar a esos animales. El susto se produjo en la subida al Registro sin mayores consecuencias. Uno de los mozos tropezó y uno de los de Aguadulce le pasó por encima. Es más, el parte de enfermería no reflejaba ninguna atención hasta ese momento. De hecho, hasta esa hora, por la enfermería de los bajos del Ayuntamiento habían pasado tan solo dos personas debido a las heridas causadas por lo toros de la capea nocturna. En concreto, el ganado del Canario hirió con
pronóstico leve a un varón de 27 años natural de Michigan, Estados Unidos; y a un hombre de 57 años, natural de Suecia, que también salió andando por su propio pie de la enfermería.
FESTIVAL
“Las fechas le bailan pero hacía como siete u ocho años que no veníamos al Carnaval de Ciudad Rodrigo”, comentaba José Manuel Sánchez, uno de los propietarios de la ganadería de los Hermanos Sánchez Herrero de El Bodón. Y la verdad es que no se habían anunciado durante ese tiempo ni en las calles para los encierros ni en los festivales. En este 2018, sus animales fueron elegidos para el festival del sábado por la tarde pero a pesar de acudir como ganaderos, la familia al completo no abandonó su balcón del bar Ángel para ver el festejo como hacen cada Carnaval. José Manuel reconoce que “había ganas de volver a Ciudad Rodrigo, nos apetecía, somos como de casa y siempre gusta”. La responsabilidad es siempre la misma, “máxima”, y allá donde acuden siempre llevan lo mejor, pues tal y como se pudo apreciar en Ciudad Rodrigo la calidad de los animales y la presentación era extraordinaria. El ganadero se muestra sincero y resume el festejo, en lo que a los toros se refiere como “tres de cuatro”, es decir, de los cuatro novillos que lidiaron Curro Díaz, Manuel Escribano, Juan del Álamo y el novillero Antonio Grande, le gustaron especialmente tres. El primero de los animales se veía que había salido castigado de los toriles, la sangre delataba, pero una vez que estuvo en la plaza fue a más, para arriba, y Curro Díaz también estuvo muy bien. El segundo novillo también fue bueno, no se cansó de embestir a pesar de que no se le hicieron las cosas todo lo bien que se cabía esperar o, al menos, esa es la impresión que quedó entre el respetable. El mejor novillo fue el de Juan del Álamo, y el de Ciudad Rodrigo estuvo igualmente bien. El ganadero matiza que “teníamos muy claro la corrida que queríamos traer a Ciudad Rodrigo” y desde luego en cuanto a kilos y calidad, nada se puede discutir.
DESFILE DE DISFRACES
El desfile de disfraces del Carnaval del Toro fue bastante multitudinario y hasta 29 participantes, en grupos más o menos numerosos, pasaron por el coso taurino mostrando sus creaciones. Lo cierto es que la imaginación es una fuente inagotable y muchos de los grupos habituales volvieron a sorprender un año más como los miembros de la churrería, el Carnaval de Venecia o los chinos con su particular dragón que conquistó a la plaza. El dragón no se perdió ni un solo detalle de la plaza.
DOMINGO
ENCIERRO A CABALLO
Seguro que el encierro a caballo del Domingo de Carnaval está cargado de nombres propios y de tantas versiones sobre lo visto y vivido como personas vieron el recorrido. Bueno, quizás no tantas porque de nuevo, un año más, la cita fue multitudinaria y miles de personas esperaban en las “agujas” y donde buenamente podían para ver a jinetes y caballos dirigirse hacia la plaza de toros.
En esta ocasión, el organizador fue Francis Cuesta, una persona que puso toda la carne en el asador para que el desarrollo de este encierro fuera perfecto pues nunca es sencillo. Y superó el examen con nota alta.
Tampoco sería justo no mencionar a Juan Luis Montero, una persona que sabe lo que supone esta cita ya que ha sido el máximo responsable durante varios años y que en esta ocasión también se la jugó para que todo saliera a la perfección. Montero sujetó, en una apretada carrera, al único novillo que se dio la vuelta nada más pisar el asfalto y también fue el único de los que más insistió para finalmente conseguir sacarlo al recorrido.
Entre los nombres propios, los de todos esos jinetes que se arrimaron y arroparon a la manada y el de los corredores que también contribuyeron a que ese novillo suelto saliera del prado citando al novillo con sus chaquetas.
Pero en las crónicas hay que ser igualmente justo y si el año pasado todos los dedos apuntaron hacia Cristian González porque los toros a penas tenían kilos y seguramente no fueran lo que el Carnaval se merecía; este año se habían cuidado esos detalles, se rectificó aquello a lo que había que dar un giro.
En lo que al desarrollo en sí del encierro se refiere, los toros de Emilio Galán Trilla atravesaron el prado y tan solo uno de ellos se volvió. Eso sí, completó algo del recorrido aunque no pasó más allá de los toriles de la calle Duero.
El resto de los animales alcanzaron la plaza Mayor y por el camino, algo más que un susto para un caballo que resultó alcanzado por uno de los novillos.
CAPEA
Con los tablados a tope y el tiempo aceptable para pasar unos buenos días de Carnaval, los encargados de mover la fiesta, una vez que concluyó el encierro a caballo, fueron los maletillas y recortadores que tanto en la capea de la mañana como en la de la tarde, consiguieron arrancar los aplausos del público por sus destacadas actuaciones.
Parece que se ha conseguido ese respeto, reclamado en ocasiones tanto por unos como por otros y recortadores y maletillas esperaron su turno para poder ejecutar su faena.
Se vio a Cristian Moras, campeón del concurso de cortes organizado el sábado por la noche en esta misma localidad; y también a Eusebio Sacristán Use, que llamó la atención de muchas personas con esos ajustados saltos con las manos en los bolsillos.
Pero si el Carnaval había estado tranquilo hasta el momento en lo que a enfermería se refiere, tuvo lugar la primera de las cogidas de consideración. En concreto, según el parte facilitado por los responsables de la enfermería de la plaza, un joven de 20 años y natural de Soria tuvo que ser operado tras ser corneado a los pocos minutos de dar comienzo la capea matutina. La herida por asta de toro se produjo en el muslo derecho y tras esa primera actuación del equipo del doctor, Enrique Crespo, fue trasladado al Complejo Hospitalario de Salamanca. Su pronóstico era menos grave.
En el parte de enfermería se reflejaban otras actuaciones, como la atención recibida por una vecina de Ciudad Rodrigo tras recibir un garrochazo en la mano izquierda al paso de un caballista.
Hacia las 13:30 horas fue atendido un vecino de El Bodón, de 48 años de edad, a causa de un varetazo. Fue trasladado al centro de especialidades para realizar más pruebas. Su pronóstico era reservado.
También otro joven de 25 años recibió un varetazo y se siguió el mismo proceso que en el caso anterior.
Por último, una mujer de 68 años entró en esa enfermería con una fractura de húmero y fue trasladada a Salamanca con pronóstico grave. Por supuesto, a todas esas intervenciones hay que añadir el largo listado de Cruz Roja que por ejemplo, tuvo que acudir a atender a un hombre que se cayó, en una mala postura, desde una de las agujas cuando veía el encierro a caballo.
En total, Cruz Roja atendió a 15 personas. Llaman la atención los lugares de procedencia, ya que algunas de esas personas habían llegado desde Pamplona, Sevilla o Castellón y otras de lugares más próximos como Valladolid o Segovia.
BOLSÍN TAURINO
La primera de las tardes del Bolsín Taurino contó con la presencia del triunfador, El Rafi; el novillero salmantino Pablo Jaramillo, que entró en sustitución de Jorge Molina, y Curro Marciel. Cada uno de los novilleros consiguió cortar una oreja a los novillos de los Herederos
de Manuel Santos Alcalde. De los tres animales, muy bien presentados, el que ofreció un mayor juego y más posibilidades fue el primero.
LUNES
ENCIERRO
Quizá fue el frío, quizá fueron los toros o quizá, simplemente, era lunes pero lo cierto es que la jornada del lunes en Ciudad Rodrigo se vivió con cierto desencanto, con esa especie de sí pero no, esa sensación de no convencer nada de lo que se estaba viendo.
Al igual que sucediera el pasado Carnaval, la comisión que preside el concejal de Festejos, Cristian González, eligió para el lunes un encierro de la ganadería de Alberto Mateos que no consiguió alcanzar el recuerdo que se tenía del año anterior.
Fue una de las ganaderías que sonó desde el principio para estar en el Carnaval y siempre las dudas venían provocadas, al parecer, porque no se conseguía igualar el encierro, no todos los toros convencían de la misma manera.
Pero dicho esto, y volviendo a lo que de verdad importa, el encierro fue demasiado largo, y hasta las 12:03 horas, no se logró encerrar en los toriles de la plaza a los cinco toros que completaron el recorrido. El sexto de los animales no consiguió superar la avenida Conde Foxá y a la altura del videoclub tuvo que ser subido al camión y trasladado a los chiqueros, una imagen que recordó a tiempos pasados.
Ya desde el primer momento, el grupo se rompió y los animales fueron completando el trayecto de uno en uno. Tampoco los bueyes de Celador Zurdo se mantuvieron unidos como se había visto en las jornadas previas.
Transcurridos poco más de 10 minutos, cuatro de los de Alberto Mateos completaron el recorrido pero la broma vino después, con el último de los astados, que no llegó a la plaza hasta las 11:30 horas y que permaneció 33 minutos más hasta que se decidió a entrar en los toriles. Ese toro colorado fue tentado en numerosas ocasiones pero al final, un recortador, capote en mano, consiguió que entrara en su destino.
El encierro no registró mayores incidencias y la enfermería del doctor Enrique Crespo estuvo de lo más tranquila durante ese festejo.
Cuando la gente comentaba en tertulias ese encierro, algo muy propio del Carnaval, la sensación generalizada era de que los toros tenían kilos pero habían andado justos de manos, cayendo en muchas ocasiones. Tampoco contribuyó la presencia de alguno de ellos.
Pero a pesar de todas esas circunstancias, sí que se puede resaltar que la presencia de público volvió a ser masiva, y las agujas que se colocan a lo largo de todo el recorrido estaban repletas de gente.
Es cierto que el domingo es el día más multitudinario pero hace años que el personal sigue aguantando hasta el último instante y eso se nota además en los tendidos que estuvieron llenos durante la mañana y registraron una muy buena entrada en el festejo de la tarde.
En lo que a las atenciones de Cruz Roja se refiere, según el parte remitido se hicieron cargo de ocho personas que presentaban desde abrasiones en la mano hasta contusiones por caída. La persona más joven atendida fue el novillero de 16 años, Sebastián Caricol, herido tras recibir un golpe en la cabeza cuando toreaba a su novillo de los Herederos de Manuel Santos Alcalde; la más mayor, un varón de 75 años que cayó en la vía pública.
En lo que al desencierro se refiere, dos toros se encaminaron hacia san Pelayo, no se quiso arriesgar con el resto de animales. En primer lugar, salieron los bueyes de Celador Zurdo y los dos toros permanecieron varios minutos más hasta que tomaron la calle Madrid.
La capea de por la tarde, estuvo igualmente fría, como el día, aunque hay algo que se ha dejado claro de manera definitiva en este Carnaval y es que los recortadores y los maletillas pueden convivir en perfecta armonía en la plaza.
Unas veces unos y otras veces otros, se están pasando el testigo sin mayores inconvenientes. De hecho, los maletillas son poco más o menos los mismos y se vienen arriba cada vez que el respetable aclama sus pases.
Además del novillero Sebastián Caricol, otro varón de 26 años de edad tuvo que se atendido en la enfermería que dirige el doctor Enrique Crespo. En concreto, el joven
recibió dos varetazos, uno en la espalda y otro en la cara anterior del muslo derecho. Su pronóstico era leve según el parte.
EXHIBICIÓN
Seguramente los momentos más emocionantes del día se vivieron durante la exhibición de recortes que por segundo año consecutivo organizaron desde Arte Charro y que contó con la colaboración del Ayuntamiento y de los montadores de los tablados. En concreto, fueron esos constructores los que donaron el novillo de Sánchez Herrero con el que disfrutó el público y los propios participantes.
David Sousa, Manuel Gómez, Sergio Gonzalo, Eusebio Sacristán, Use, Pipe Martín y Ángel Santos fueron los protagonistas con sus saltos de garrocha, quiebros o saltos a cuerpo limpio. Todos ellos, muy ovacionados por el público y todos ellos con estilos muy diferentes por lo que siempre es interesante comprobar todas las posibilidades que ofrece este mundo del recorte. Parece que esta idea para el lunes, que suele ser un día más soso, ha llegado para quedarse pues en los tendidos se ve más gente, quizás atraído por el espectáculo. El Ayuntamiento valorará con los montadores la iniciativa después del Carnaval.
BOLSÍN TAURINO
La segunda de las tardes del Bolsín Taurino no dejó de sumar sobresaltos, de hecho, las cosas se torcieron casi desde el principio pues el segundo clasificado, que debería haber actuado el domingo, sufrió un accidente cuando se dirigía hacia Ciudad Rodrigo. El lunes,, Sebastián Caricol, que entró en la cita debido a esas circunstancias, tuvo la mala suerte de
ser alcanzando por uno de los novillos de Santos Alcalde. El parte de la enfermería reflejaba un traumatismo cráneo encenfálico tras ser golpeado en la cabeza por el cuerno del animal. Finalmente fue trasladado a Salamanca.
CARROZAS
Suelen ser pocas pero lo cierto es que el jurado lo debe de tener muy difícil a la hora de decantarse por una de las carrozas que participan en este desfile Carnavalero. El nivel de las creaciones e incluso la puesta en escena no defraudan y se pudo ver en la plaza a un equipo de fuerzas especiales de lo más logrado o los monumentos más reconocidos de Ciudad Rodrigo como son Las Tres Columnas o la Catedral. Completaron el desfile un carro de chucherías y el grupo de la India.
MARTES
TORO DEL AGUARDIENTE
Hablar del frío es uno de esos temas recurrentes tanto en el ascensor como a la hora de escribir una crónica, pero lo cierto es que el Martes de Carnaval en Ciudad Rodrigo, hacía frío, mucho, y cuando Nicolás, El Toro del Aguardiente de 2018 saltó a la plaza, los termómetros apuntaban el signo negativo.
Dicho esto, el madrugón, a pesar de contar con las fuerzas ya justas después de tantos días de fiesta y esa temperatura referida, mereció la pena porque el animal de la ganadería de El Canario no dejó de dar juego hasta que volvió de vuelta a los chiqueros poco más de una hora después.
Pero antes de abordar algunas cuestiones concretas sobre el propio festejo, conviene aclarar otras particularidades, como que el verdadero nombre del morlaco era Capuchino y que simplemente fue rebautizado como homenaje a Nicolás Calvo, que fue corneado el pasado año por otro Toro del Aguardiente. La cogida se produjo nada más pisar el morlaco el albero y la herida fue muy grave. El hombre tardó varios meses en recuperarse del todo y de nuevo, tras la celebración del festejo, volvió a encontrarse con el equipo médico que le operó en la plaza, encabezado por el doctor Enrique Crespo. El momento fue de festejo. También los facultativos comprobaron, en la enfermería, el estado general del que fuera su paciente y que la operación de hace un año fue «un gran éxito», informó el propio Nicolás Calvo.
Por otra parte, hay que recordar que este animal, junto con el Toro del Antruejo que dona la asociación Carnavaldeltoro.es, son los únicos que no compra el Ayuntamiento. En este caso lo hicieron un grupo de amigos que se hacen llamar Cordero de Válvula, cuya traducción viene a ser algo así como «comer cordero por la cara».
Volviendo a Nicolás, el animal salió con fuerza de los toriles, acudiendo a los cites de los mozos y a los pocos minutos abandonó la arena para encaminarse hacia el Registro donde permaneció un tiempo considerable. El animal, tras varias incursiones, regresó a la plaza de manera definitiva hacia las 10:03 horas.
Precisamente, el animal fue elegido por el jurado como el Toro más bravo del Carnaval.
ENCIERRO
La fecha seguramente pasó desapercibida incluso para el más supersticioso, y eso que en el mundo del toro hay muchos, porque cuando uno está de Carnaval pierde la noción del tiempo y no hay martes y trece al que merezca la pena tenerle respeto.
Los que merecieron mucho respeto fueron los toros de Hermanos Cambronell, por tercer año consecutivo los elegidos para cerrar el Carnaval.
En los tendidos se escuchaba la palabra «torazos», pues algún cinqueño iba sobrado y, gustando más o menos porque siempre hay favoritos, todos contaban con una buena presencia.
El último encierro fue muy rápido. En apenas cuatro minutos, cuatro de los toros estaban en la plaza y la corrida al completo llegó a los chiqueros del coso mirobrigense en 10 minutos. Eso sí, uno de esos toros que se quedaron más rezagados sirvió para el divertimento general en el Registro.
Después de entretener el rato con la música de las charangas, llegó el momento de la capea con instantáneas similares a los de días anteriores: un rato de toro para recortadores y otro para maletillas. El asunto sigue creando cierta polémica y parece que hay quien trata de organizar el tema a conveniencia. Incluso hay ocasiones en las que se oyen silbidos en los
tablados por lo que, aunque se ha ido a mejor y se han equilibrado los momentos de unos y otros, habrá que seguir pensando en este asunto.
Pero mención especial merece uno de los momentos vividos en esa capea, cuando después de soltarse tres toros de Cambronell se dio paso a uno de los bueyes de Celador Zurdo como si de un novillo se tratase. El animal ya había demostrado en más de una ocasión que le iba la marcha y que no rechazaba ni un solo quite y así dejó constancia cuando fue recortado por los mejores, como Cristian Moras, entre ellos, o saltado por Eusebio Sacristán Use.
Tampoco se trata de decir que esa es la imagen del Carnaval, ni mucho menos. Simplemente se vivió como algo divertido y así lo entendió el público, que aplaudió de manera generalizada al animal. Es más, para regresar a los toriles tuvieron que tirar de otros cabestros para recogerlo y fue este berrendo en negro el que dio una buena paliza a un mozo, sin mayores consecuencias.
Después se decidió que otro toro saltara al ruedo para continuar instantes después con el desencierro, que se extendió más de lo deseado (30 minutos), tras quedarse dos de los toros en la zona de los Pinos.
En ese desencierro resultó herido un hombre de Collado Villalba de 38 años de edad, que sufrió una brecha en la frente, rotura abierta de huesos internos de la nariz y erosión en su rodilla derecha tras ser arrollado por uno de los astados. Según el parte médico, su estado era grave.
La enfermería realizó más atenciones durante la mañana: un vecino de Segovia sufrió una herida en el cuero cabelludo y otro varón de 49 años y llegado de Puerto de Béjar fue atendido por contusiones en ambas piernas. El pronóstico de ambos era leve.
NOVILLADA
Una oreja cortaron cada uno de los novilleros participantes en el festejo con picadores celebrado el martes. Carlos Aranda, Juan Antonio Pérez Pinto, Joao Silva ‘Juanito’ y Toñete lograron arrebatar un apéndice a los de Gómez de Morales.
La cuestión es que buena parte de la atención estuvo fuera del ruedo, pues Morante de la Puebla apareció en uno de los tendidos para ver el festejo.
Por otra parte, el doctor Enrique Crespo valoró la participación de su equipo en este Carnaval y de manera general dijo que la enfermería había estado «súper tranquila», algo que reconoció como el deseo de todos y especialmente de los recortadores.
De las 18 atenciones realizadas, dos fueron consideradas de pronóstico grave y llama la atención que se tratase de sendas fracturas. Por ejemplo, el joven de Soria, el único herido por asta de toro, fue considerado menos grave porque la herida fue más superficial.
La opinión del doctor Crespo, que no recuerda un Carnaval así desde hace unos 12 años, es que «este año los toros tenían menos presencia comparados con los de otros años, más grandes y con más pitones».
El propio médico se mostró partidario de que la presencia de los toros «baje algo» pues «es una manera de evitar tragedias, se tiene que buscar una presencia digna pero sin exageraciones lo que no puede ser es que los festejos populares se conviertan en una masacre».
Crespo suele seguir la evolución de los heridos que inicialmente son estabilizados en Ciudad Rodrigo por su equipo antes de ser trasladados a Salamanca. Es más, hay algunos de Madrid que se han convertido en sus pacientes «cada vez que les duele algo», concluyó.
El fin de fiesta definitivo llegó varios días después con el Domingo de Piñata, animado por música en el paseo Fernando Arrabal, y donde se repartieron 3000 raciones de carne con patatas para despedir el Carnaval.