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La primera procesión de las mujeres en León

La fundación de la Junta Mayor Pro-Fomento de la Semana Santa de León tiene fecha de 1 de marzo de 1947. Constituida -con el fin de fomentar, unificar y procurar el mayor esplendor de las procesiones de la Semana Santa-, como reza en el Decreto de constitución de la misma, el septuagésimo aniversario de su existencia se ha cumplido hace unos días.

Promovida por el obispo de León, D. Luis Almarcha Hernández, quedó integrada por el mencionado prelado, el vicario general de la diócesis, D. Fernando Álvarez Rodríguez, los abades de las tres cofradías centenarias de la ciudad, Andrés Garrido Posadilla, por Nuestra Señora de las Angustias y Soledad, Domiciano Hernández Bercero, por la cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, Zenón Rodríguez Gangoso, por Minerva y Vera Cruz, y por el presidente de la Hermandad de Santa Marta, fundada, dos años antes, el 11 de diciembre de 1945, Máximo Gómez Barthe.

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Las decisiones se tomaron pronto. Aquel mismo año, la Junta Mayor tomó el acuerdo de celebrar el Lunes Santo, 31 de marzo de 1947, la “Procesión femenina del Silencio”, una procesión penitencial integrada solamente por mujeres, semejante a la celebrada por los hombres, el Miércoles Santo, que sale del Convento de San Francisco. Se acordó también que la asistencia a esta nueva procesión, a poder ser, fuera con un vestido lo más oscuro posible, -con el velo caído hasta los ojos, aproximadamente-, y sin portar vela, al contrario, que en la procesión de la Morenica del Mercado, que aquel Viernes de Dolores, por cierto, y a pesar del mal tiempo, fue concurridísima. Así lo recogía el -Diario de León- al día siguiente, 29 de marzo de 1947: -La imagen de Nuestra Señora del Mercado, muy iluminada y adornada con profusión de flores, iba portada por feligreses de la parroquia. A uno y otro lado de la procesión formaban larguísimas filas de mujeres, con velas encendidas-.

En relación con el vestido que debían de llevar las mujeres en esta procesión, ese mismo día en las páginas del Diario PROA se hacía el comentario que transcribimos textualmente: -Es una verdadera estupidez decir alguna gente que las devotas que quieran ir a la procesión han de hacerlo con traje negro. Si lo tienen bien. Si no, que le lleven oscuro o que lleven el que tengan, con tal de ser honesto. Devoción y austeridad deben ser las características de este cortejo. Si nos las hay sobran todos los trajes negros, por muy negros que sean-.

Las normas de participación en la nueva procesión penitencial integrada solamente por mujeres, fueron difundidas a través de distintas notas informativas en la prensa local. Entre otras destacamos las siguientes, publicadas por el Diario de León, el citado 29 de marzo: “Todas las mujeres que asistan irán por el centro de la calle, en filas de tres o cuatro, según convenga, guardando la mayor compostura, como lo requiera el acto que se celebra. Durante algunos trozos del trayecto, cuando lo dispongan los párrocos encargados de la organización, se rezarán partes del rosario, guardando absoluto silencio durante todo el tiempo en que el rezo se interrumpa. A la cabeza de procesión irá la cruz con sudario y al final la Virgen de la Soledad o Virgen de la Paloma, que se venera en la parroquia de San Martín”.

Y así fue. Sólo figuró en la procesión -La Virgen de la Paloma-, conocida hoy como la -Virgen de la Amargura-, incorporada años más tarde bajo esta advocación a la procesión del Santo Entierro de 1981, durante la abadía de Feliciano Honrado Pacios, cuando aún esta procesión partía de la iglesia de Palat del Rey, que tantos recuerdos de juventud trae a nuestra mente. La imagen se venera actualmente en la capilla del Convento de las MM. Concepcionistas, situado al final de la calle de la Rúa. Posteriormente, además de esta Virgen de la Amargura, en distintas épocas, se incorporarán Nuestra Señora de la Vera Cruz y el Cristo del Desenclavo.

Se desconoce el autor de la Virgen de la Amargura que, en actitud orante, y de rodillas, tiene las manos entrelazadas y lleva manto negro y túnica blanca. Atribuida por Eduardo Álvarez Aller y Javier Caballero Chica a José de Mora, continuador de la impronta de Gaspar Becerra, ambos sitúan la efigie en el siglo XVII; por su parte, Fernando Llamazares la ha situado, primero, en el siglo XVIII, como obra de José de Rozas, y después, en el siglo XVII, y realizada por Juan Antonio de la Peña en 1682.

La imagen fue restaurada en el año 2003. Y en la revista que edita la propia Real Cofradía de Minerva y Vera Cruz, el restaurador, Pablo Yagüe Hoyal, escribía que “en la peana aparece una inscripción con el año 1682. Esta inscripción tampoco debe tenerse muy en cuenta, puesto que la peana no parece la original, puesto que respecto a su tamaño, es menor de la que debería corresponder a esta figura, que incluso se rebajó para que no sobresaliera de la peana”.

La duración de la procesión se decidió que fuera de una hora y media. De la revista oficial editada aquel año, “dedicada al pueblo leonés por la Junta Pro Fomento de la Semana Santa Leonesa”, hemos tomamos literalmente el itinerario, que fue el siguiente: “Iglesia de San Martín, calle de la Plegaria, calle Nueva (Mariano Domínguez Berrueta), plaza de la Catedral, Sierra Pambley, Dámaso Merino, Cervantes, plaza Torres de Omaña, Fernando Regueral, plaza de San Isidoro, Lope de Vega, avenida del Padre Isla, plaza de Santo Domingo,

la Junta Mayor tomó el acuerdo de celebrar el Lunes Santo, 31 de marzo de 1947, la “Procesión femenina del Silencio”, una procesión penitencial integrada solamente por mujeres, semejante a la celebrada por los hombres, el Miércoles Santo, que sale del Convento de San Francisco.

Generalísimo Franco (calle Ancha), Legión Cóndor (Varillas), Cardiles, Platerías, terminando en la iglesia de San Martín”. Y, a mayores, se añadía: “Corre su organización a cargo de la junta de Abades de las Cofradías leonesas y Clero Parroquial”.

La Virgen de la Amargura fue pujada por los hermanos de Minerva y Vera Cruz, con túnica reglamentaria. Ofició de preste el ecónomo de San Martín, D. Filiberto de la Calle, asistido por D. Aquilino Santos y D. Ildefonso Rodríguez. En la presidencia figuraron los cuatro representantes de la Junta Mayor, que vestían traje de calle y portaban las varas de sus respectivas cofradías, el vicario general de la Diócesis, y representantes del Ayuntamiento de León y de la Diputación Provincial.

La procesión se inició a las ocho menos cuarto de la tarde, quince minutos después de lo previsto. El tiempo fue desapacible. No obstante, la iglesia de San Martín apenas pudo acoger a la mitad de las mujeres participantes, que casi entrando la procesión, en la calle de Cardiles, eran trescientas cincuenta, según recuento del citado Diario PROA, en la página 2 de su edición del 1 de abril. Por su parte, “El Diario de León”, en la misma fecha, resaltaba también que “orden, compostura y devoción fueron las características de esta procesión ( ) el velo caído sobre la frente no fue posible debido al fuerte viento que hacía. Al recogerse la procesión llovió ligeramente. Terminó el acto cantándose la Salve, que también se había cantado varias veces en el trayecto, alternando con cánticos de penitencia. Nuestra felicitación a todos los organizadores y especialmente a las mujeres que dieron un hermoso ejemplo en las filas de la procesión”.

Al año siguiente, 1948, con motivo de la instauración de la procesión del Pregón, que salió por primera vez de la iglesia de Nuestra Señora del Mercado el 22 de marzo de dicho año, la procesión penitencial de las mujeres fue trasladada al día de Martes Santo, donde se mantuvo hasta 1966, último año que recorrió las calles leonesas como consecuencia de que ese día ya salía la procesión organizada por la Cofradía del Santo Cristo del Perdón, fundada el año anterior. Así lo confirmaba el Diario de León, en la página 3, el 20 de marzo de 1967: “Hoy martes solamente se celebra en León una procesión, la de la Cofradía del Santo Cristo del Perdón. Se ha suprimido la procesión de mujeres para no reiterar nuestros desfiles de Semana Santa, ya que la mayoría de las mujeres que acudían a la procesión de hoy, lo hacían también a la del Viernes de Dolores. Por consiguiente, solamente hay una procesión en el Martes Santo”.

La Virgen de la Amargura figuró siempre en esta procesión penitencial de las mujeres. Luego, en épocas diferentes, la acompañaron Nuestra Señora de la Vera Cruz, piedad adquirida en 1923 a los Talleres de Arte Cristiano de Olot, así como el Santo Cristo del Desenclavo, la imagen más antigua de cuantas procesiona la cofradía de Minerva y Vera Cruz. Este crucificado, que en 1979 vio modificadas sus articulaciones pasando a ser un crucificado estático, forma parte de la procesión del Santo Entierro los años impares y de la procesión de la Virgen de la Amargura, que cada Miércoles Santo organiza Minerva y Vera Cruz. Nuestra Señora de la Vera Cruz sólo forma parte de esta última procesión, cuya titular es, obvio es decirlo, la Virgen de la Amargura.

Han pasado setenta años. La procesión que da pie a este comentario es sólo un recuerdo en el imaginario popular. Pero no podemos olvidar que forma parte de la historia de la Semana Santa de León.•

Enrique A. VAL CAYÓN

Hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena

Año de fundación:

1945

Presidente:

Antonio Sarmiento Villar

Templo:

Parroquia de San Marcelo

Hermanos: 900

Indumentaria: Túnica de lana blanca, con cuellos, bocamangas y botones en terciopelo de color sangre. Ceñidor- fajín de terciopelo rojo sangre. Los hermanos de la Junta Directiva llevan capa de lana blanca con vueltas de terciopelo rojo sangre.

Emblema: Escena de una de las visitas de Jesús a Betania. Aparecen: Jesús, Marta y María. Lleva inscrito el lema “Unum est necessarium” (sólo una cosa es necesaria), que responde Jesús a Marta cuando ésta le recuerda que María no colabora en las tareas del hogar. Lo necesario es escuchar la palabra de Dios. Lc, 10,41-42

Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez

Erigida canónicamente el 11 de diciembre de 1945, vinculada al gremio de hostelería de la capital leonesa. Tras un debate en torno a la adquisición del primer paso, la hermandad decide el proyecto más ambicioso, embarcándose en el encargo del paso de la Sagrada Cena. La obra sale a la calle por primera vez el 6 de abril del año 1950. En el año 1965 la hermandad cuenta, por fin, con un local propio, en el número 42 de la calle San Marcos (actual Virgen Blanca). En 1969 se hizo realidad el segundo sueño de la hermandad: contar con un grupo escultórico propio de Santa Marta, también conocido como Jesús en Betania o la Casa de Betania.

Tras la Semana Santa de 1983, se acuerda la restauración del paso de la Sagrada Cena. El 5 de marzo de 1995, se decide el cambio del nombre de la hermandad, que en lugar de Hermandad de Santa Marta, pasa a denominarse Hermandad de Santa Marta y de la Sagrada Cena. IMAGINERÍA

• Sagrada Cena. Víctor de los Ríos. 1950. • La casa de Betania. Víctor de los Ríos. 1969. Compuesta de tres figuras (Marta, María y Jesús). • El Lavatorio. José Ajenjo Vega,1998.

Representa la escena en la que

Jesús lava los pies a Pedro en presencia de Juan. • Unción en Betania. José Ajenjo, 1983.

ACTOS PECULIARES

Acto de admisión: Los nuevos miembros juran en la sede de la Cofradía, iglesia de San Marcelo, y se bendicen las túnicas. Este rito tiene lugar unos días antes del comienzo de la Semana Santa. Organiza la festividad de Santa Marta, el 29 de julio. Como hermandad eucarística, desfila en el Corpus Christi, portando la imagen de Santa Marta que se encuentra en la iglesia de San Marcelo, obra del imaginero Víctor de los Ríos del año 1947. ••• PROCESIONES

• Lunes Santo:

Rosario de Pasión.

• Jueves Santo:

La Sagrada Cena.

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