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Tres de nuestras cofradías cumplen un cuarto de siglo
Este año cumplen su primer cuarto de siglo tres de las modernas cofradías penitenciales leonesas. Tres nuevas agrupaciones pasionales que nacieron hace veinticinco años y vinieron a engrosar la nómina de las existentes en 1992 con el cristiano propósito de engrandecer, aún más, las conmemoraciones de la Pasión y Muerte del Señor que durante la Semana Santa tienen lugar en León. Hoy, las cofradías Santo Cristo de la Bienaventuranza, Santo Cristo del Desenclavo y Santo Sepulcro Esperanza de la Vida, que son las que felizmente celebran su vigesimoquinto aniversario, ocupan un lugar de honor en los desfiles procesionales, logrado a base de esfuerzo y afán de superación. Siguiendo un cierto orden cronológico, resumiremos su historial y trayectoria.
Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza
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En 1991 se gestó la fundación de la ‘Cofradía del Santo Cristo de la Bienaventuranza’- en la que tuvo mucho que ver el entusiasmo del entonces párroco de San Claudio D. Carmelo Rodríguez del Cueto (QEPD) -, culminando con la aprobación de sus estatutos el 8 de junio de 1992 por el Obispo de León, D. Antonio Vilaplana Molina, (1926-2010), que rigió la Diócesis desde 1987 hasta 2002.
Se fijó la sede de la nueva cofradía en la iglesia parroquial de San Claudio, moderno templo inaugurado en 1957, en memoria del santo leonés, hijo de San Marcelo, en la zona de la ciudad en la que estuvo el gran monasterio benedictino de San Claudio, ‘una fundación antiquísima de tiempo de los Godos’, según escribió Ambrosio de Morales en el siglo XVI. +La iglesia, proyectada por el arquitecto leonés D. Ramón Cañas del Río según encargo de doña Paz Peña García, es de estilo neorrenacentista, su exterior es de piedra de sillería, la fachada está rematada por un frontón triangular, la torre muestra tres ventanas estrechas y una superior para las campanas, con balcones en cada una de sus cuatro fachadas, rematada por una veleta de hierro. El ábside es pentagonal, con dos ventanas de arco, sencillas. El conjunto recuerda las edificaciones del siglo XVII. El interior, cubierto con armadura de madera, al modo mudéjar, está decorado con pinturas murales al temple, obra del sevillano de Marchena, Alfonso Fraile, (1930-1988), en su etapa neocubista. Las pinturas representan diversas escenas, como el descendimiento del Señor con San Claudio, al que acompañan Lupercio y Victórico, dos de sus hermanos; Santa Teresa, cantores, ángeles músicos, etc. En la iglesia se exponen permanentemente varias imágenes que la Cofradía saca en su procesión de la mañana del Jueves Santo, como la del Santo Cristo de la Bienaventuranza, Jesús Nazareno, la Virgen de la Pasión y la Piedad.
En el emblema de la Cofradía figura sobre fondo azul celeste, rodeado de dos círculos concéntricos dorados, una Cruz, también dorada, en el centro y a cada lado una lámpara con llama roja en alusión a las almas de los hermanos mártires, Claudio, Lupercio y Victorico, hijos de San Marcelo y Santa Nonia, martirizados en tiempos de Diocleciano, así como de San Vicente, abad del Monasterio, quien, también según Ambrosio de Morales, murió, allá por el siglo V ‘…martyrizandole el rey de los suevos Richila’.
Para la indumentaria de los cofrades, de ambos sexos, la nueva Junta de Seises decidió que la túnica fuese negra, en cuyo lado izquierdo, a la altura del pecho, llevaría colocado el emblema. De color azul celeste serían las bocamangas, así como el capillo y el cíngulo. De color blanco la camisa y de negro, corbata, pantalón, guantes, zapatos y calcetines. Sin embargo, los miembros de la Junta de Seises podían llevar un ‘capirote’ o capuchón puntiagudo de terciopelo y color azul celeste en lugar del capillo y capa del mismo color. El color azul representa una de las reliquias que tuvo el monasterio de San Claudio, un tejido árabe, ‘la tela de Almanzor’, azul y dorado.
La imagen titular de la Cofradía, bajo cuya advocación se fundó, es la de un Cristo crucificado, sin policromía, realizada en el siglo XX y de autor >
anónimo, venerado en la iglesia de San Claudio. En 1994 le fue aplicada una pintura encarnada. Sin embargo y con el fin de reservar la imagen, en 2004 se realizó una copia que es la que en la actualidad figura en la procesión.
El Jueves Santo, 8 de abril de 1993, listos los preparativos, a flor de piel los nervios propios de la ocasión, una meteorología fresca y en el cielo luciendo el sol escoltado por algunas nubes, la Cofradía se dispuso a salir por vez primera a las calles de León con dos pasos solamente: la imagen titular, el Santo Cristo de la Bienaventuranza y una de La Piedad, de Sahagún, cedida para la primera procesión. El cortejo procesional se puso en marcha desde su sede de San Claudio, con la lógica expectación de los leoneses que se disponían a examinar, como expertos ‘semanasanteros’ la novedad que se les exponía. El trance se solventó satisfactoriamente y después de un largo y agotador recorrido la procesión regresó al lugar de salida.
Dos son los actos más importantes de la Cofradía desde el punto de vista puramente religioso y de exaltación de la Pasión. Uno de ellos es el solemne Vía Crucis procesional que tiene lugar la noche el Sábado de Pasión recorriendo parte del barrio de San Claudio con la imagen titular. El otro, el que más repercusión tiene, es la procesión de las Bienaventuranzas que el Jueves Santo muestra en sus pasos el patrimonio imaginero de la Cofradía. También promueve actos de tipo religioso y cultural como, charlas y conferencias, exposiciones, etc. y edita una revista anual en la que da a conocer el devenir de la Cofradía y su aún corta historia.
Pasa de novecientos el número de ‘papones’ de ambos sexos que integran la Cofradía, de los cuales casi cuatrocientos llevan o, como se dice en León, pujan esforzadamente los cinco pasos, con los que cuenta, pues todos son llevados a hombros. Según el orden procesional, son los siguientes: ‘La Santa Cruz’, realizado por Ricardo Flecha Barrio, en 1998 (40 braceros); ‘Nuestro Señor Jesús Nazareno’, obra de Ana Rey y Ángel Pantoja, de 2015, (82 braceros); ‘Santo Cristo de la Bienaventuranza’, copia del original, anónimo del siglo XX, realizada en 2005 por José Luis Casanova García, (84 braceros); ‘Nuestra Madre de la Piedad’ obra de Ricardo Flecha Barrio de 1998, (70 braceras) y ‘María Santísima de la Misericordia’, imagen realizada en 2015 por Ana Rey y Ángel Pantoja, (90 braceras).
También posee la Cofradía las imágenes de ‘Nuestro Señor Jesús Nazareno’ y la ‘Virgen de la Pasión’, ambas de José Luis Casanova, que dejaron de figurar en la matutina procesión del Jueves Santo al ser sustituidas por las que salieron por primera vez en 2016, talladas por Ana Rey y Ángel Pantoja. Pero las efigies no se arrinconaron o desaparecieron y ambas ocupan dignísimos lugares, pues ‘Nuestro Señor Jesús Nazareno’ preside la capilla de la Residencia para la Tercera Edad ‘Buenos Aires’ cercana a la localidad leonesa de Veguellina de Orbigo y la ‘Virgen de la Pasión’ está expuesta al culto en la iglesia parroquial de la Purísima, en el barrio capitalino de la Inmaculada.
Además de su patrimonio, puede presumir la Cofradía de la Bienaventuranza de disponer desde el año 2012 de una Agrupación Musical integrada por noventa y seis hermanos, que interpreta magistralmente las marchas propias de Semana Santa. Dada su calidad, interviene habitualmente en conciertos y procesiones en León y provincia, así como en otras limítrofes, pues participa en la Semana Santa ovetense, en la ciudad cántabra de Reinosa o en la palentina Guardo. En nuestra ciudad, además la procesión de la Bienaventuranza, acompaña a otras cofradías en sus procesiones: Angustias y Soledad, Dulce Nombre de Jesús Nazareno, Minerva y Vera Cruz, Jesús Divino Obrero, Santo Cristo del Perdón y Cristo del Gran Poder. En la provincia, interviene en desfiles procesionales de Astorga, Boñar, Sahagún, Valencia de Don Juan, etc.
Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo
Un grupo de leoneses, fervientes católicos, deseosos de aportar a la Semana Santa leonesa nuevas procesiones y actos en conmemoración de la muerte de Cristo, pero recordando la seriedad de las celebraciones antiguas, redactaron el 3 de julio de1992 las normas estatutarias de la que iba a ser una nueva cofradía para la Semana Santa de León y que se denominaría ‘Santo Cristo del Desenclavo’. Pocos días después, el 31 de julio, fueron aprobados los Estatutos por el Obispado legionense. La Cofradía, que está integrada por hombres y mujeres, estableció su sede iglesia parroquial de Santa Marina la Real, situada en el barrio del mismo nombre, señorial y castizo a un tiempo.
Como vestimenta para los actos procesionales se adoptó una túnica de
Bendición del Santo Cristo del Desenclavo 1993.
color púrpura, lisa, de sarga, con bocamangas, capirote, cíngulo, guantes, pantalón, calcetines y zapato bajo, negros y camisa blanca. El emblema, que aparece en el centro del babero, es de forma ovalada con una corona real, simbolizando el carácter de la iglesia en la que la Cofradía fijó su sede, una Cruz desnuda con sudario y tres clavos a los pies dispuestos en forma de trébol, todo ello sobre fondo blanco y orlado por la leyenda en caracteres góticos: ‘Cofradía Santo Cristo del Desenclavo. León 1992’.
Actualmente integran la Cofradía 545 hermanos de ambos sexos de los cuales unos 400 pujan los pasos y llevan la carroza de ‘Cristo desenclavado’ y otros 40 se ocupan de la banda de cornetas y tambores.
Desde 1999, la Cofradía está hermanada con la de ‘Santa Vera Cruz y Confalón’, de Astorga, que también realiza el acto del Desenclavo. Además de la Fiesta Oficial de la Cofradía, que se celebra el segundo domingo de noviembre, una importante variedad de actos son los que desarrolla la Cofradía con motivo de la Semana Santa. En la semana anterior al Viernes de Dolores se celebra el triduo a la ‘Virgen del Desconsuelo’.
La noche del Miércoles Santo tiene lugar uno de los actos culturales más sobresalientes de nuestra Semana Santa: ‘La Ronda Lírico Pasional’, acto que lleva el nombre de quien fuera su primer mantenedor y cronista oficial de la ciudad hasta su fallecimiento hace ya 14 años, el llorado amigo Luis Pastrana Giménez. Precedida de un concierto vocal en la iglesia de Santa Marina, la comitiva recorre las calles del barrio y durante el itinerario la persona encargada de la ponencia glosa hechos históricos, artísticos o anecdóticos en una exaltación cultural digna de presenciar.
La tarde-noche del Jueves Santo, después del Oficio de Tinieblas y el canto del Miserere, cuando se apagan las luces del tenebrario, la oscuridad es absoluta, un estrepitoso estruendo de carracas y matracas se enseñorea del barroco templo y sale para recorrer las viejas calles del Barrio de Santa Marina la impresionante procesión de las ‘Tinieblas y Santo Cristo de la Injurias’. Durante su transcurso, tiene lugar en el interior del convento de la Santa Cruz de Franciscanas Descalzas ‘Clarisas’ el ‘Acto del Desagravio’.
La tarde del Sábado Santo, para culminar las conmemoraciones pasionales, en el interior de la iglesia de Santa Marina hay un emotivo acto: ‘Enclavamiento de Cristo’, al que sólo pueden acudir los miembros de la Cofradía que toman parte en el mismo. Seguidamente, sale la ‘Procesión del Santo Cristo Desenclavado’, portando los pasos del ‘Desenclavo’, ‘La Urna’, (que se lleva vacía), y el de ‘La Virgen del Desconsuelo’. Al llegar a la Real Basílica de San Isidoro y ante su románica fachada se procede a desarrollar el principal acto de la Cofradía: la ceremonia del Desenclavo. Durante la misma reina el silencio solo roto por el bello canto de ‘Las Llagas’ entonado por las braceras del paso de la Virgen. Tras descender el sagrado cuerpo del Señor, éste es mostrado a la Virgen y depositado cuidadosamente en la urna. A continuación se coloca la imagen de Nuestra Señora ante la Cruz que sirvió de patíbulo a Cristo y el funerario cortejo se pone de nuevo en marcha.
Es característica de la Cofradía haber logrado rescatar del olvido ceremonias que ya se creían perdidas, como las mencionadas del ‘Oficio de Tinieblas’ el Jueves Santo en la Iglesia de Santa Marina y la del ‘Desenclavo’ el Sábado Santo ante la Puerta del Perdón >
de la Basílica isidoriana. Antiguamente, esta ceremonia tenía lugar en la Plaza Mayor y corría a cargo de la Cofradía de Minerva y Vera Cruz con el ‘Cristo del Desenclavo’, imagen articulada del siglo XVI que se ‘desenclavaba’ y depositaba con la mayor solemnidad en una urna, momento en el cual comenzaba la procesión del ‘Santo Entierro de Cristo’. Con el tiempo a la imagen del Crucificado se la clavaron los brazos, se perdió la costumbre de realizar la ceremonia y ésta cayó en el más absoluto de los olvidos. Tuvo que ser una de las nuevas cofradías la que rescatase la olvidada y emotiva ceremonia, por lo que, haciendo honor a su nombre, la recién creada Cofradía Santo Cristo del Desenclavo tomó para sí la responsabilidad de mostrar una de los escenas finales del gran drama de la Pasión del Señor, escenificando el momento con tanta solemnidad que emociona a quienes lo contemplan.
En varias ocasiones figuró en la procesión del Jueves Santo una preciosa y antigua efigie de Cristo atado a la columna, propiedad de la iglesia de Santa Marina, pero las imágenes que actualmente figuran en las dos procesiones que organiza la Cofradía son las siguientes: ‘María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad’, realizada por Pablo Lanchares en 2013 y pujada por 60 braceras; ‘Santo Cristo de las Injurias’, de Amancio González Andrés, quien la talló en 1995 y es pujada por 60 braceros; ‘Santo Cristo del Desenclavo’, que es la imagen titular de la Cofradía y obra del año 2000 de Manuel López Becker, pujada por 90 braceros, que sustituyó a una anterior adquirida en 1993; ‘Cristo desenclavado en su camino hacia el Padre’, también de Manuel López Bécker y también del año 2000, entronizada en una carroza que llevan 16 papones; ‘Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo’, tallada en 1998 por Jesús Azcoitia, pujada por 90 braceras y ‘La Piedad’, realizada en los Talleres de Arte Sacro de Olot en el primer tercio del siglo XX. Esta imagen es cedida cada año por la Parroquia de San José de las Ventas y la pujan 90 braceros.
Destaquemos, para finalizar, el gran acierto que supuso elegir para sede canónica de la Cofradía el barroco templo de Santa Marina. De imponente fachada, armónico y bellas proporciones interiores, guarda, retablos, imágenes y pinturas que son verdaderas obras de arte que sería prolijo relatar en este modesto trabajo. Posee asimismo un extraordinario órgano que data de 1749 y, cuyo artífice fue el organero real Pedro Liborno Echevarría.
El prelado legionense D. Juan de San Millán fundó el Colegio de San Miguel y los Ángeles, en 1571 que a punto estuvo de ser convertido en Universidad, pudiendo haber estado en él el germen de la Universidad de León. Pero no pudo ser. Sin embargo, tanto en el aspecto cultural como en el evangélico, los frutos del Colegio, regido por la Compañía de Jesús, se dejaron sentir durante doscientos años. Muchos leoneses estudiaron en él y en él adquirieron una sólida formación impartida por profesores de la categoría de los P. P. Salazar, La Puente, Lugo, Baeza, etc. Baste recordar a la familia Lorenzana, que en esta barriada edificó su magnífico palacio, dos de cuyos hijos cursaron estudios con gran aprovechamiento: el famoso Cardenal Lorenzana, don Francisco Antonio de Lorenzana Butrón, un auténtico ‘pozo de ciencia’, que llegó a ser obispo de Plasencia, obispo de México, Cardenal Arzobispo de Toledo e Inquisidor General de España, a quien sobre su sepulcro en Roma, donde murió en 1804, escribieron éste epitafio: ‘Aquí yace el padre de los pobres’, y su hermano, Tomás, quien después de ostentar las dignidades de canónigo de la catedral de Tuy, canónigo penitencial de la de Salamanca y decano de la de Zaragoza, llegó a obispo de la diócesis de Gerona, en la que fue muy querido y donde murió en 1796.
Pero, en tiempos de Carlos III, el Real Decreto de 17 de febrero de 1767 por el que se expulsaba de España y sus reinos a los PP. Jesuitas e incautaba su valioso patrimonio, acabó con más de un centenar de colegios, entre los que se encontraba el tan prestigioso de León. ¡Lástima!
Desde 1770, aquí radica la parroquia de Santa Marina, que fue trasladada desde su antiguo emplazamiento en la calle que lleva el nombre de la santa gallega y del barrio.
Cofradía del Santo Sepulcro Esperanza de Vida
El 5 de noviembre de 1992 fueron aprobados por el Obispado los Estatutos que varios leoneses habían comenzado a redactar en 1991 con el fin de fundar una agrupación pasional que engrandeciera y diera más solemnidad a las conmemoraciones del Entierro de Cristo, que hasta entonces se celebraban únicamente con la antigua procesión del Santo Entierro que cada atardecer de Viernes Santo organizan las cofradías de Angustias y Soledad y Minerva y Vera Cruz. Los años pares aquélla y los impares ésta.
Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez
Así nació la Cofradía del ‘Santo Sepulcro Esperanza de Vida’, que se estableció canónicamente en la iglesia parroquial de San Froilán, moderno templo situado en el populoso barrio leonés de la ‘Chantría’. Aquellos esforzados caballeros se pusieron a trabajar inmediatamente diseñando el emblema y la túnica e iniciando la adquisición de un patrimonio que les permitiera salir a la calle con la mayor dignidad y solemnidad cada Lunes y Sábado Santo.
La túnica o hábito de los hermanos luce dos colores: negro, que representa la muerte, y blanco, que representa la vida. Se cubren con un capillo alto blanco con babero y cola. El cíngulo, la camisa y los guantes también son blancos, siendo negros los zapatos, los calcetines, la corbata y los pantalones. Los miembros de la Junta de Gobierno llevan capa blanca, con el escudo bordado en rojo a la altura del brazo izquierdo. El emblema figura a la altura del pecho, tiene un diámetro de 12 cm. y muestra, en color rojo sobre campo blanco, la Cruz de la Orden de San Juan de Jerusalén o de San Juan de Malta, cruz tradicional en León, pues figura en la fachada de la iglesia de Santa Ana, antigua iglesia mandada edificar por la reina doña Urraca, parroquia del barrio desde 1204 y de la Orden del Santo Sepulcro desde el siglo XV. Muy interesante es la historia de la iglesia y del barrio, de la Judería, del cercano y desaparecido Hospital de Don Gómez, la Leprosería de San Lázaro, etc. que sobrepasarían con mucho los límites de este trabajo.
La primera salida, el ‘bautismo procesional’ de la Cofradía, fue el Sábado Santo 10 de abril de 1993 con un paso en el que figuraba una imagen de Cristo Yacente, articulada, del siglo XVII, cedida por el Santuario de Nuestra Señora del Socorro de la villa leonesa de Valderas. Al no contar aún con una imagen titular salió esta meritoria imagen durante los dos años siguientes, pero en 1996 ya tuvo en su poder la imagen titular del escultor conquense Vicente Marín Morte.
Entre los fines de la Cofradía, se encuentra la celebración de la Vigilia Pascual, quizá el acto más importante de la Pasión de Jesucristo por ser el paso a la Resurrección, a la Vida Eterna, que es lo que da sentido al drama del Gólgota. También se encuentra el de recuperar los símbolos y la terminología de la antigua Orden del Santo Sepulcro en los que se basan las ceremonias de admisión de hermanos de la cofradía y de toma de posesión de los Freires, así como la devoción a San Froilán, titular de la iglesia de su sede y las oraciones por los difuntos, con el Memento, que es cada una de las dos partes del canon de la Misa en el que se hace conmemoración de los fieles difuntos, sin olvidar su compromiso con los más necesitados a través de una intensa labor social.
Propiedad de la Cofradía, son las imágenes del ‘Santísimo Cristo Esperanza de la Vida’, titular de la Cofradía, que desde 1998 se venera en el convento de las MM. Concepcionistas y representa el momento previo a la Resurrección y fue realizado en 1996 por Vicente Marín Morte; ‘El Hombre Nuevo’, también de Marín Morte, del año 2002, que representa a Jesús descendiendo a los infiernos para rescatar a las almas, con el cirio, el agua y el fuego, símbolos de la Vigilia Pascual y ‘Nuestra Señora de la Luz’, imagen realizada por Ana Rey y Ángel Pantoja en 2014 pero estrenada en 2015, que muestra a María arrancándose el puñal del dolor ante la inminente Resurrección de su Hijo. Superan los 500 los hermanos y hermanas que componen la ‘Cofradía del Santo Sepulcro Esperanza de Vida’ que, además, cuenta con una extraordinaria Agrupación Musical integrada por 52 miembros, que en sus comienzos fue banda de cornetas y tambores. Dada su gran calidad, la Agrupación es requerida para acompañar a otras cofradías en sus desfiles procesionales.
Los actos que organiza la Cofradía son los siguientes:
Desde el año 2012, el tercer viernes de cuaresma, organiza el rezo de un solemne Vía Crucis en la iglesia del Convento de las Concepciones.
La tarde del Sábado de Pasión, durante la Misa que se celebra en la iglesia del convento de la RR.MM. Concepcionistas se procede a la admisión de nuevos hermanos y la bendición de las túnicas. El Lunes Santo por la noche tiene lugar la solemne ceremonia de la Adoración procesional de las Llagas de Cristo, que sale del convento Concepcionista y realiza un pequeño recorrido por algunas de las estrechas y evocadoras calles y plazas del Barrio del Mercado, con el Rezo de las Llagas de Cristo durante el mismo al paso del ‘Santo Sepulcro’, que portan 16 hermanos.
El Sábado Santo, al atardecer sale la Procesión ‘Camino de la Luz’, desde el atrio de la S. I. Catedral, portando los hermanos de la Cofradía los pasos ‘Cristo Esperanza de Vida’ y ‘El Hombre Nuevo’. Los pasos que figuran en el fúnebre cortejo son: ‘El Santísimo Cristo Esperanza de la Vida’ o ‘Santo Sepulcro’, esta vez pujado por 64 braceros, ‘El Hombre Nuevo’, pujado por 76 y ‘Nuestra Señora de la Luz’, que pujan 60 braceros. Durante el recorrido del itinerario, se hace entrega del fuego a la iglesia de San Martín, a la de San Marcelo y al convento de las MM. Concepcionistas. La procesión se recoge en la S. I. Catedral donde se celebra la Vigilia Pascual y la conmemoración de la Resurrección de Jesús.•
Fotografía: Mª Edén Fernández Suárez
Ricardo FERRADAL PÉREZ
Cofradía Santo Cristo del Perdón
HISTORIA
La Cofradía del Santo Cristo del Perdón se funda el 3 de diciembre de 1964, por iniciativa de su primer abad, el ferroviario leonés Angel Benavente Valencia, cuya intención era rememorar la pasión y muerte de Cristo durante la Semana Santa. Fue deseo de los fundadores que la cofradía tuviese un carácter penitencial, donde imperase la disciplina y el orden. La cofradía está vinculada a los barrios de La Vega y de El Crucero, marcados por el paso del ferrocarril. La inquietud por la ayuda a los más necesitados se materializa en donativos al asilo de ancianos de San José, así como con los trámites necesarios para conseguir el indulto de un penado en la prisión provincial de León. Esta tradición se interrumpió en 1972 y fue recuperada en 1998 gracias a la intercesión del entonces senador leonés Alfredo Prada Presa y al interés del alcalde de León, a la sazón, Mario Amilivia González. Este año tendrá lugar un nuevo indulto.
ACTOS PECULIARES
• Acto del Perdón. Ante la fachada principal de la Catedral, en el Locus Appellationis, lugar de la justicia en el medievo, el abad de la Cofradía proclama la solicitud de misericordia para un recluso, ante la imagen del Cristo del Perdón; de concederse, ya en libertad, el preso se reincorpora al acto penitencial reanudándose la procesión por el itinerario establecido hasta la Iglesia Parroquial, sede canónica de la cofradía. Jornadas culturales. Organización en Cuaresma de jornadas culturales sobre temas alusivos a la
Pasión. • Domingo de Ramos. Organiza la Procesión de los Ramos, en la parroquia de San
Francisco de la Vega. • Miércoles Santo. Realiza un Viacrucis en esta parroquia. Edita el Boletín informativo “El Farol” de carácter trimestral.
IMAGINERÍA
• Santo Cristo del Perdón.
Ángel Estrada. 1966. • Cristo de la Esperanza.
Anónimo. 1960. • Madre de la Paz.
Amado Fernández. 1984.
• La Condena de Cristo.
Manuel López Bécker. 2005/2006
Año de
fundación: 1965
Abad: José Luis Cabada Fernández
Templo:
San Francisco de la Vega
Hermanos: 850
Indumentaria: túnica marrón, ceñida con fajín blanco de algodón, capirote de la misma tela que la túnica, sandalias o zapatos marrones y guantes de cuero del mismo color. Los hermanos llevan colgada una cruz al cuello de madera con cadena de aluminio. Todos los hermanos de fila portan en sus manos un farol con dispositivo de alumbrado eléctrico, con luz blanca los jóvenes y roja el resto.
Emblema: Cruz en perspectiva rodeada por un cíngulo.
Condiciones de admisión:
cristianos/as bautizados.
PROCESIONES
• Martes Santo:
Procesión del Perdón.
• Miércoles Santo:
Viacrucis.