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Las Vaquillas de Santiago. Felipe de la Fuente

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LAS VAQUILLAS DE SANTIAGO

Érase una vez un pueblo que tenía por patrón a Santiago, pero no se celebraba en su fecha. Por mor del trabajo recogiendo el cereal, se trasladó a los últimos días del año: 30 y 31 de diciembre y el 1 de enero. En Valcabado el baile del 31 acababa a las nueve y luego a tomar los vinos o cervezas al bar, luego a cenar y después de botellón; que ya estaba inven-

FELIPE DE LA FUENTE

tado. A veces también chocolate de casa La Porreta, a pesar de que Tornos protestara. Ella siempre nos abría la tienda a la una o más de la madrugada. En esos años, la juventud se

unió y, poniendo a cien pesetas de las de entonces, los mayores de 18 años se consigue hacer un día de fi esta con su víspera. Ese fue el germen de lo que luego sería el AVE FENIX. El recaudador y organizador era Juanito Vidal, contando con Ramiro, campeón habitual de la carrera de cintas, primero a caballo y luego en bici y moto. Cómo no recordar a María Jesús y Javier, auténticos instigadores en los albores de la asociación juvenil, debidamente inscrita en el registro de la Subdelegación del Gobierno Civil de León. Los sábados se organizaba una carrera hasta la estación, ida y vuelta, y luego chocolatada en el concejo. En ese tiempo estaban de moda los encierros de vaquillas bravas. Con tal propósito se construyó una plaza con carros, arena del pico arriba y hasta con burladeros y toriles. Inolvidable la foto del evento en el bar de Ramonico. La yegua de Remache y Monje de picador con el casco de la moto de mi tío Vito y un numeroso grupo de toreros y banderilleros. Menuda cuadrilla!!!!

Después, una de las vaquillas se compraba y se hacía paella y carne guisada y todo el pueblo a comer al pico arriba. Ese y no otro fue el origen de la paella popular que se hace en las actuales fi estas de Santiago que poco o casi nada tienen que ver con las de aquel entonces.

Después de la comida, los jóvenes al agua, los hombres a jugar a la subasta o al tute y las mujeres a la brisca. Q difícil era nadar con ropa, pues con ella te tiraban al rio. Aguadilla va, aguadilla viene…

No podía faltar tampoco el campeonato de frontenis y pelota a mano. Había buenos pelotaris en el pueblo con manos preparadas para el duro golpeo. Recodar, cómo no, a Paco Talano, Culera, mi tío Joaquín y

Cómo no recordar a María Jesús y Javier, auténticos instigadores en los albores de la asociación juvenil, debidamente inscrita en el registro de la Subdelegación del Gobierno Civil de León.

por supuesto Manolo Pinche y su hermano Dionisio, e incluso Toriano…, todos ellos pinches también. A veces tiro al plato en el prao. Y un bar de bebidas y bocata. Al principio de jamón, tortilla o chorizo, al fi nal solo quedaban de nocilla o tulicrem.

Cómo colofón y fi n de fi esta, la verbena a cargo de los Hermanos Méndez o Los Belgas, porque eran los más baratos y pagaba Secundino Cuesta, alcalde de la pedanía por aquellos años. Es posible que mis recuerdos tengan algo de fi cción, si bien la realidad no ha de diferir mucho de lo relatado.

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