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IMAGINERÍA MORELENSE
En el pequeño convento de Hueyapan se localiza una de las piezas mejor logradas de la imaginería morelense, obra del maestro Higinio de Zacualpan quien talló un retablo churrigueresco de una sola pieza, en el que evangelistas, Cristo y miembros del Santoral comparten el espacio con Adán y Eva, que flanquean a la muerte.
El antiguo convento de Cuernavaca resguarda una imagen de San Cristóbal que ha sido exhibida en diferentes países, como obra maestra del virreinato.
El Nacimiento De Un Nuevo Arte
Los coros en los templos conventuales fueron escenarios del gusto por la música y el talento de los nativos, que pronto no sólo cantaron y aprendieron a utilizar los instrumentos, sino incluso a componer misas enteras.
Los atrios fueron testigos del nacimiento de un nuevo teatro con obras llamadas concilios y retos, que se siguen representando y donde moros y cristianos recitan larguísimos parlamentos, salidos de libretos conservados celosamente por las comunidades durante siglos.
Los conventos, como centros culturales, estimularon el trabajo intelectual de personajes como José Antonio Pichardo, políglota, matemático y cosmógrafo oriundo de Cuernavaca que reunió una biblioteca de más de 6000 volúmenes, de los cuales daba referencia con sorprendente memoria y que, además de ser autor de dos manuscritos de códices sobre Cuernavaca, fue el cartógrafo oficial encargado de establecer las fronteras de los dominios españoles en el Estado de Texas, trabajo hoy reconocido por la prestigiosa Universidad de Harvard.
Los conventos fueron escenarios directos y evidentes del encuentro de culturas, con todas las maravillas y dolorosos procesos que esto implica, como el hecho de sobreponer un espacio sagrado a otro, fenómeno similar a lo sucedido en Roma con la llegada del cristianismo, o en España con la mutación de mezquitas y sinagogas.
Sin duda lo más estimulante del patrimonio al cual nos referimos es que no se trata de bienes pasivos, como partes de un enorme museo, sino de espacios activos donde el pueblo concurre a celebraciones que van del bautismo a las honras fúnebres, las kermesses, la presencia de bandas de viento, sayones en Tetela del Volcán o moros y cristianos montados frente al Tepozteco, el Tlatoani o don Gregorio Popocatépetl. Cofrades, mayordomías, comparsas, museos comunitarios y convites mantienen vivo este patrimonio y lo revitalizan cotidianamente.
Páginas anteriores. Nervaduras de reminiscencia gótica del bajo coro del templo del Convento de San Juan Bautista, Yecapixtla.
Pináculos en el remate del muro norte del templo del Convento de La Natividad, Tepoztlán.
01. Estigmatización de San Francisco, que probablemente formó parte del retablo del altar mayor del Templo de la Tercera Orden, en el conjunto de la Catedral de Cuernavaca.
No es fácil conservar en buen estado edificios centenarios, pero en el Estado de Morelos se realizan trabajos ejemplares, como el de Marcela Tostado y Beatriz Sandoval que, sin cuantiosos presupuestos, han logrado efectuar una restauración amorosa y acuciosa del convento de Tepoztlán, que luce impecable y con elegante modestia que se antoja más confiable que la de suntuosas restauraciones cercanas al oropel. Además su museo es apreciado por quienes lo visitan y, lo más importante, por los niños. El convento de San Diego en Cuautla luce con gran dignidad después de una larga espera y de muchos anhelos. Tlayacapan cuenta con su impresionante conjunto, su museo de arte religioso y el celo de toda su comunidad, modelo que toma forma también en Ocuituco.
Acción a destacar es el trabajo de la sociedad civil, consciente y organizada, por ejemplo el capítulo morelense de Adopte una Obra de Arte AC, que ha logrado la restauración de bienes tan preciados como el retablo del templo de la Tercera Orden en Cuernavaca y una serie de obras pictóricas, semilla para la creación del futuro Museo de Arte Sacro, que pronto se inaugurará en la parte posterior de la capilla abierta de la catedral de Cuernavaca.
La Ruta de los Conventos en el Estado de Morelos cuenta con una buena red de carreteras, las distancias son cortas y pueden utilizarse servicios hoteleros, de Spa y de restaurantes de primer nivel en los pueblos de Cuernavaca, Tepoztlán, Zacualpan y Amatlán .