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Figura 6. TC MPR dorsal en algoritmo hueso/pulmón (ventana hueso) de Bulldog Francés macho de 8 años con historial de otitis crónica. Se aprecia en el CAE del OD una estructura de atenuación tejido blando que protruye hacia el oído medio. Tras la práctica de la TECALBO, el diagnóstico histopatológico fue de pólipo inflamatorio. En el OI se aprecia obliteración de la porción horizontal del CAE. Figura 7. TC en plano transversal de algoritmo de tejido blando postcontraste del mismo paciente de la figura 6, un año más tarde. Se aprecia como el OI ha sufrido una obliteración completa, con cambios crónicos como mineralizaciones (asterisco), por lo que estaría igualmente indicada una TECALBO para minimizar el riesgo de fistulas post-quirúrgicas.

externa, una muestra del canal auditivo externo es suficiente.

Si deseamos que la información que provee un cultivo tenga mayor valor, se debe interpretar junto con la citología ótica. Ambos procedimientos pueden ayudarnos a seleccionar antibióticos, especialmente en aquellos casos en los que se aíslan varias especies bacterianas, así como para controlar la respuesta al tratamiento, puesto que la citología del oído proporciona información adicional sobre la cantidad de microorganismos en el canal auditivo.

Identificación de cambios anatómicos/fisiológicos irreversibles

La detección de cambios anatómicos irreversibles en el diagnóstico de una otitis crónica es crucial en la toma de decisiones terapéuticas. Con frecuencia, nos encontramos pacientes que llevan tratándose muchos meses de un proceso que no termina de controlarse, con crisis de dolor y escasa calidad de vida. Y aunque se puedan controlar temporalmente las infecciones secundarias, las recidivas son inevitables por la presencia de dichos cambios anatómicos.

La inflamación crónica puede desarrollar alteraciones permanentes en la anatomía y fisiología del conducto auditivo. Estos cambios consisten en hiperqueratosis e hiperplasia dérmica, edema y fibrosis dérmica, hiperplasia o inflamación de las glándulas ceruminosas. El tejido conectivo puede llegar a fibrosarse y calcificarse (mineralización), lo que repercute drásticamente en la no resolución del proceso.

Es probable que haya mineralización ótica si al palpar el conducto auditivo es muy firme o está endurecido al entrar en el cráneo. Si la estenosis del conducto auditivo persiste a pesar del tratamiento médico, debe sospecharse la existencia de mineralización o de cicatrices. Algunas razas de perros (por ejemplo, Cocker Spaniel) son especialmente propensas a la mineralización del conducto auditivo con otitis crónica.

Algunas razas de perros (por ejemplo, Cocker Spaniel) son especialmente propensas a la mineralización del conducto auditivo con otitis crónica. La otitis crónica suele ser un proceso multifactorial, lo que complica su diagnóstico y tratamiento. Un error clínico común es centrarse únicamente en el tratamiento de la infección presente. Solo si se abordan todos los factores se podrá alcanzar con éxito la resolución de la otitis crónica.

Diagnóstico por imagen

En todos los casos de otitis crónica se hace necesario realizar pruebas de diag-

nóstico por imagen (Rx, TC, RM), que complementen la información obtenida con la otoscopia/vídeo-otoscopia. Aunque tradicionalmente la radiología ha formado parte del protocolo diagnóstico, la disponibilidad actual de otras técnicas que aportan una mayor sensibilidad e información de las estructuras anatómicas implicadas, y la valoración de tejidos adyacentes y nódulos linfáticos, como la TC y la RM, hacen que debamos decantarnos por ellas (figuras 6 y 7). No solo se deben tener en cuenta en los casos de otitis media e interna, donde se puede visualizar el estado de las bullas timpánicas o la presencia de masas o pólipos, sino que siempre se debería realizar una evaluación de los posibles cambios anatómicos (estenosis mineralización CAE, etc), que nos pueden confirmar la ineficacia del tratamiento médico.

Valoración quirúrgica

La intervención quirúrgica, cuya extensión y técnica se decide individualmente para cada paciente, puede ser necesaria, y en ocasiones es la única solución para resolver algunos casos de otitis crónica.

Las indicaciones de la cirugía dependen de múltiples factores, como la gravedad y la localización de la enfermedad del oído, entre otros. En general, está indicada en las siguientes situaciones: • Presencia de neoplasia o una masa en el conducto auditivo o en el oído medio. • Mineralización grave del cartílago del canal auditivo. • Estenosis u obstrucción del canal auditivo por inflamación crónica que no responde a la terapia médica. El dolor y las molestias del paciente no le permiten tener calidad de vida. • Estenosis u obstrucción del canal auditivo secundaria a un trauma o un defecto anatómico.

Los tumores y pólipos del oído provocan la obstrucción del conducto auditivo externo, impidiendo la eliminación de las secreciones normales. En todas las masas se deben realizar biopsias para su diagnóstico. Entre los tumores más comunes del canal auditivo se encuentran las neoplasias de las glándulas ceruminosas.

Los pólipos nasofaríngeos felinos pueden originarse en la mucosa faríngea, la trompa de Eustaquio y el oído medio. Su etiología es desconocida, pero puede ser de origen congénito, vírico o bacteriano. Dan lugar a una otitis externa purulenta o ceruminosa con posible disfagia y sinusitis.

Conclusión

Después de tener en cuenta todas estas consideraciones, podemos resumir que las otitis crónicas pueden originarse cuando se dan uno o una combinación de los siguientes factores: • La enfermedad subyacente, como una alergia, no ha sido diagnosticada y tratada adecuadamente. • Existe una infección profunda del oído, como la otitis media o la osteomielitis bullosa • Existen problemas anatómicos o de conformación del oído, como la estenosis del oído relacionada con la raza o un tumor del oído. • O, más raramente, se encuentra involucrado en la infección del oído un microorganismo muy resistente.

El punto clave para el control de una otitis crónica consiste en identificar y tratar todas las causas subyacentes (con frecuencia suelen ser más de una, el problema base y la infección asociada). La otitis crónica suele ser un proceso multifactorial, lo que complica su diagnóstico y tratamiento. Un error clínico común es centrarse únicamente en el tratamiento de la infección presente. Solo si se abordan todos los factores se podrá alcanzar con éxito la resolución de la otitis crónica.

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